Análisis de Eternal Sonata (PS3)
En 2007 los usuarios de Xbox 360 tuvieron la oportunidad de jugar a uno de los pocos juegos de rol que se ha concebido para la nueva generación, Eternal Sonata, que contentó tanto a público como a crítica gracias a su peculiar historia, sus gráficos al estilo cell shading y a unas batallas que distan mucho de ser típicas.
Ahora, dos años después de las aventuras de Alegretto, Polka y compañía en la máquina de Microsoft, el lanzamiento del sueño de Frédéric Chopin en Playstation 3 es una realidad, mejorando en gran parte lo visto en 2007 y añadiendo algunas novedades para complementar la aventura. ¿Te atreves a vivir el sueño del compositor?
La vida es sueño
Quizá, uno de los atractivos más notorios de Eternal Sonata es que la historia no está formada cien por cien por fantasía, sino que gira en torno a uno de los compositores y pianistas más revolucionarios y queridos del pasado siglo: Frédéric Chopin, quien encandiló a Europa gracias a su técnica y pasión a la hora de poner sus dedos en el piano.
La mezcla de realidad con fantasía está perfectamente llevada, generando un atractivo más que contentará tanto a los seguidores del músico, como a los -pocos- que desconocen su obra. Curioso detalle el ir conociendo detalles sobre su vida real con fotografías inspiradas en sus acontecimientos, como el viaje a Mallorca que hizo para calmar los síntomas de su enfermedad.
Así pues, el argumento de Eternal Sonata nos pone en tensión desde el momento en el que vemos a Frédéric Chopin en sus últimos momentos de vida, sufriendo los efectos de una de las enfermedades que más estragos hizo hace un siglo: la tuberculosis. Dicha enfermedad que padece el compositor está acabando poco a poco con la llama que aviva su vida. Sin embargo, el protagonista está sumido en un profundo sueño que le llevará a conocer a varios personajes que cambiarán su vida para siempre. Así, la acción se desarrolla en dos universos perfectamente diferenciados: la realidad y los sueños, siendo el primero la vida real -con un Frédéric débil y acostado- mientras que el segundo seguirá la aventura inventada del músico. De esta manera iremos alternando entre los mundos a medida que avanzamos en la aventura, conociendo detalles sobre el estado del protagonista y complementando al mismo tiempo la trama que vivirá en su mundo ficticio.
Pese a que la historia gira en torno al compositor, muchos serán los personajes que harán aparición dentro de ese mundo de sueños, con sus propias personalidades, intereses e ideales. Por ejemplo, tenemos a Beat y Alegretto -Retto para los amigos-, dos jóvenes con escasos recursos que pasan el día robando alimentos para entregarlos a los más necesitados, o Polka, una chica capaz de hacer uso de magia pero con una trágica enfermedad que está acabando poco a poco con su vida. A lo largo de la aventura iremos conociendo nuevos personajes que se unirán al batallón, aportando su granito de arena a una historia que mezcla a la perfección sentimientos, acción y melancolía.
Lo más curioso de todo es que la mayoría de nombres que aparecen en el juego, tanto protagonistas como ciudades, tienen ese componente de música que les hace distintos a lo que estamos acostumbrados. Ritardando, Alegretto, Polka, Crescendo o Serenade son nombres típicos que podemos encontrar en el universo de la música. Muy acertado si tenemos en cuenta que estamos viviendo el sueño de uno de los compositores más conocidos del siglo pasado.
Clásico y básico
Eternal Sonata se presenta como un juego de rol de corte japonés, con una historia que, pese a brillar con personalidad propia, si que hace uso de algunos clichés típicos del género. No obstante, la gran puesta en escena y la eficacia de Tri-Crescendo a la hora de plasmar el mundo del compositor, no hace más que enriquecer un género que parece que no cuaja como en anteriores generaciones.
En esencia, Eternal Sonata no supone una innovación dentro del género más allá de los estupendos compates ideados para la ocasión, sino que más bien la idea de la desarrolladora ha sido centrarse directamente en la historia y relación de los personajes empleando la premisa básica de los juegos de rol japoneses: ciudad, mazmorra, enemigo final y repetir. Por suerte, la trama del juego se mantiene viva durante toda la aventura, por lo que el jugador se sentirá atrapado en este mundo de fantasía desde el primer momento.
Llegó la hora de luchar
Sin duda, uno de los puntos fuertes del título japonés es la perfección que han tenido los desarrolladores a la hora de crear un sistema de combate adictivo, frenético y rápido, alejándose así de los más que conocidos combates por turnos que, por desgracia, desesperan a más de uno.
En primer lugar se ha de hacer distinción con la mayoría de juegos del género en el momento en el que las batallas no son aleatorias, sino que seremos nosotros los que decidamos si combatir o no tocando a los enemigos. Cabe destacar que la distinción entre niveles es muy importante dentro de Eternal Sonata, es decir, de un nivel a otro hay una diferencia más que considerable, siendo la clave del título aumentar de nivel si no queremos acabar tendidos en el campo de batalla. En el mundo de Chopin, un mísero nivel puede decantar la balanza en el transcurso de la pelea.
En consecuencia, una vez que hayamos tocado a un monstruo, seremos transportados al recinto de la batalla, lugar donde tendremos una completa libertad de movimientos -tal y como ocurre, por ejemplo, en la serie de Namco-Bandai Tales of-, para acabar con nuestros enemigos. Sin embargo, no tendremos todo el tiempo del mundo para decidir la ofensiva, sino que habrá que fijarse en el medidor de tiempo que aparece en pantalla, que será la que nos de esa libertad antes de que finalice nuestro turno. Tanto el movimiento como las acciones restan tiempo del medidor, por lo que habrá que decidir la estrategia a seguir de una manera rápida y eficaz.
Tendremos, pues, varias acciones para realizar dentro de los combates, comenzando con el ataque básico, que sin ser espectacular es un aliado más que imprescindible para llevar la batalla a buen puerto. Tampoco faltarán las habilidades exclusivas de cada personaje, así como el poder mágico que presentan alguno de los protagonistas. Dichas habilidades podremos emplearlas en cualquier momento y sin límite, pues Eternal Sonata carece de medidor de magia, por lo que no tendremos que preocuparnos de ahorrar energías, aunque sí gastarán tiempo de turno. Los objetos, por su parte, se presentarán en la misma interfaz del juego, pudiendo escoger entre varios con los botones L1 y R1 y seleccionándolos con el botón cuadrado, simple y eficaz.
Por suerte, el sistema de combate presenta la suficiente profundidad como para no caer en una simpleza excesiva. Cada vez que realicemos un ataque simple, el medidor de combo aumentará progresivamente, incrementando considerablemente el poder de ataque de las habilidades especiales hasta límites insospechados. De nada sirven los ataques especiales si tienen poco poder de ataque.
Otra de las novedades que presentan las batallas son el papel de la luz y la oscuridad, que afectarán activamente tanto a los protagonistas como a los enemigos. El recinto de la batallas estará fielmente representado con zonas de luz y zonas más oscuras, afectando a las habilidades especiales. Por ejemplo, si a Alegretto le da el sol, será capaz de hacer el "Corte Solar", mientras que si está en una zona oscura hará el "Cometa sombrío", cada uno con sus propios atributos, ventajas e inconvenientes. Sin embargo, este cambio también afectará a los enemigos, llegando incluso a transformarse en medio de la batalla, aumentando -o disminuyendo, en función del monstruo- en ataque y defensa. Habrá que estar alerta de las transformaciones de los enemigos y acabar con ellos antes de que consigan reforzarse.
Como todo buen juego de rol que se precie, a medida que vayamos aumentando de nivel iremos adquiriendo nuevas habilidades para los personajes, aunque no todas estarán disponibles en la batalla, pudiendo llevar en combate dos, una para las zonas de luz, y otra para la de oscuridad.
Novedades
Como ya comentábamos con anterioridad, el juego salió hace más de dos años en la consola de Microsoft, por lo que esta versión no solo goza de un perfilado apartado gráfico y una estabilidad patente en las batallas (algunas ralentizaciones mermaban el dinamismo de las batallas en la primera versión), sino que también se han añadido una serie de elementos para mejorar la experiencia musical. De la misma manera se han mejorado los tiempos de carga, aunque aumentándolos considerablemente a la hora de cargar o guardar la partida en el disco duro.
Varios son los cambios que Tri-Crescendo ha introducido dentro de Eternal Sonata. Para empezar, contaremos con nuevas escenas cinemáticas para dotar al juego de un mayor dramatismo, aunque ninguna con gran peso dentro de la trama principal de la aventura. En consecuencia, dos personajes que aparecían como secundarios en la aventura de Xbox 360 serán jugables en esta revisión. Se trata de Serenade y Crescendo, una pareja de príncipes que aportarán su granito de arena tratando de explicar la extraña enfermedad que sufre Polka mientras sirven de apoyo en los combates más difíciles de la aventura.
Por último, también se han añadido dos mazmorras completamente pensadas para la ocasión, que presentarán nuevos retos para nuestro elenco de personajes, aunque dichos calabozos carecen de una importancia elevada dentro de la trama principal del juego.
Eterna belleza
La obra de Tri-Crescendo hace gala de una perfecta evolución del cell shading que ya vimos en títulos como la octava entrega de Dragon Quest o los innumerables juegos de peleas sobre Dragon Ball. Le técnica, empleada para dotar al juego una sensación más cercana a la animación que a la realidad, consigue estremecernos hasta el punto de quedarnos embobados mirando los estupendos paisajes que ha creado la compañía japonesa para la ocasión. Todo, absolutamente todo, está vivo en Eternal Sonata, y gran parte del mérito lo tiene su brillante apartado gráfico, que ya enloqueció a los jugadores de Xbox 360 y ahora hace lo propio -sin ningún cambio o lavado de cara radical- en la consola de Sony.
El modelado de los personajes es notable, con multitud de detalles que hacen la caracterización de éstos más que evidente. Las expresiones faciales que se mostrarán a lo largo del juego no hace más que dejar en evidencia a otros exponentes del género, pues la transmisión de sentimientos entre protagonistas y jugador es constante desde los primeros minutos de juego. Además, el juego no escatima en cuanto a presentaciones se refiere, siendo testigos de varias horas de video -generado por el mismo motor del juego, sin secuencias de video prerenderizadas- que explicarán la historia con un ritmo mayor.
Es curioso ver como hasta los lugares menos concurridos y más -en principio- devastados, como pueden ser perfectamente unas catacumbas o por ejemplo las cloacas de la ciudad de Ritardando, tienen ese toque mágico que lo hacen bonito, precioso. Llegados a este punto hay que admitir que Eternal Sonata es uno de los videojuegos más bellos que se han concebido para videoconsola, y ya no solo por su apartado artístico, que deja a la altura del betún a muchas otras obras de gran calidad, sino también por su excelente banda sonora, que merece un capítulo aparte dentro del registro de melodías.
En primer lugar hay que dejar claro que el trabajo como compositor de Motoi Sakuraba es más que excelente, con obras tan suculentas dentro de su currículo como pueden ser Baten Kaitos o Tales of Sypmhonia, ambos para la anterior consola de Nintendo. El trabajo del compositor japonés es extraordinario, con unas piezas que nos transportarán de lleno al universo mágico que Tri-Crescendo ha creado para nosotros. El repertorio cuenta con la suficiente profundidad como para dejar huella en la industria, que cada vez emplea más las típicas canciones "genéricas" y sin alma. De esta manera contamos con un apartado sonoro digno de mención, con temas rápidos y frenéticos para las batallas, tranquilos para los momentos de calma y melancolía, y de acompañamiento para cuando no ocurra nada en especial, todos, eso sí, perfectamente orquestados. Por otro lado contamos con las piezas del majestuoso compositor polaco, que han sido tratadas con muchísimo mimo a la hora de adaptarlas al videojuego. El piano de Frédéric -interpretado por uno de sus seguidores e imitadores más famosos: Stanislav Stanislavovich Bunin- conseguirá poner el vello de punta a más de un jugador, sobre todo a los que más sienten la música -indiferentemente de si son seguidores o no del difunto-.
Eternal Sonata cuenta con dos doblajes diferentes para contentar tanto a los más aférrimos al idioma japonés, como a los que prefieren oír sus videojuegos en la lengua de Shakespeare, contando, claramente, con subtítulos en nuestro idioma. La caracterización de personajes en inglés está muy bien conseguida, y los actores de doblaje han sido cuidadosamente seleccionados para dar vida a los protagonistas de la aventura -mención especial al actor que hace de Frédéric Chopin-.
La canción se termina
Eternal Sonata es una de las apuestas más seguras en cuanto al género de rol en Playstation 3, género que por desgracia todavía no ha hecho aparición como es debido en la videoconsola de Sony, por lo que la aventura que presenta Tri-Crescendo es una de las mejores del catálogo actual.
Tanto la historia, como sus gráficos, así como su envidiable banda sonora original, hacen que Eternal Sonata deje huella dentro del mundo de los juegos de rol -así como ya lo hizo la entrega de Xbox 360-. Además, las novedades, pese a no ser suficientes como para hacerse con él si poseemos la primera versión, son de agradecer a la hora de ponernos en la piel de los personajes. Muy recomendable.