Análisis de Dynasty Warriors: Gundam Reborn (PS3, PSVITA)

Desde 2007 la archiconocida –por lo menos en Japón- licencia Gundam y los juegos Dynasty Warriors han cruzado sus caminos, adoptando la historia, personajes y ambientes del primero y la jugabilidad del segundo, un género que si no la ha inventado al menos la ha estandarizado: el musou o las luchas masivas. Después de tres colaboraciones numéricas, Bandai Namco y Tecmo Koei nos hacen llegar Reborn, un episodio disponible por tierras niponas desde diciembre de 2013 que en algunos aspectos parece resetear lo visto en Gundam 3 y volver a los orígenes de esta serie. En Oriente se desarrolló para PlayStation 3 y PS Vita, esta última una plataforma donde podría tener más interés –ya que no existen los anteriores Dynasty Warriors Gundam- y hasta sobresalir más en un catálogo no saturado de estos títulos, pero lamentablemente no ha cruzado los mares ni siquiera en formato digital.

Dos son los grandes modos de Gundam Reborn: el llamado "oficial" que se centra en varios arcos argumentales de series y películas, resaltando los eventos más épicos y conocidos por los seguidores que, quizás, en Europa y Norteamérica no sean demasiados. Estas historias pertenecen a Mobile Suit Gundam, Zeta Gundam, Char's Counter Attack, Unicorn, SEED y SEED Destiny.

Mobile Suit Gundam ZZ no está presente en cuanto a historia, pero sí algunos de sus MS. La acción está protagonizada, cómo no, por los Mobile Suit, unos robots bípedos –mechas- futuristas. No todo es metal y rayos láser, una de las virtudes de Gundam es que también se incluye el aspecto humano de los pilotos, las rivalidades, sus amistades.

El argumento se narra mediante diálogos con voces en japonés y subtítulos en inglés, capturas de las animaciones y secuencias de vídeo generadas por ordenador para los momentos más espectaculares, que sin la factura técnica vista en las introducciones de los Armored Core, al menos cumplen su cometido de resaltar la acción. Si desconoces totalmente Gundam las diapositivas son suficientes para seguir el hilo de lo que sucede, aunque inevitablemente te quedas con la sensación de ver un resumen somero que te guía por esta guerra de mechas. Para un musou es suficiente.

El otro gran modo es Ultimate Mode, misiones e historias originales que amplían el contenido y no están atadas a los acontecimientos de los Gundam, con posibilidad de multijugador local o en red –diversión multiplicada-. Desde la perspectiva del seguidor del anime estos objetivos pueden tener más gracia y ser más imprevisibles.

Dynasty Warriors: Gundam Reborn se juega al estilo de la popular saga de acción basada en el Romance de los tres reinos: nosotros contra centenares de unidades en pantalla, un elenco de movimientos reducido pero lo suficientemente potente para acabar con todo lo que se nos ponga por delante. En esto ayuda también la característica baja-nula inteligencia artificial de la mayoría de unidades, prácticamente pasivos incluso a cortas distancias. Entre los ejércitos, eso sí, hay generales más agresivos, con mayor vitalidad y ataques por encima de lo que ofrecen sus acólitos. Cualquier jugador habituado al género –los propios Dynasty Warriors o juegos de Omega Force con otras licencias- entenderá perfectamente la mecánica en el terreno de combate, los combos más efectivos y cómo avanzar por los mapas dominando cada área. Si es tu primer Dynasty Warriors: Gundam o directamente eres novato en los musou, los tutoriales se encargarán de explicar las sencillas bases de la jugabilidad.

Es cierto que la mayor parte del tiempo la vamos a pasar machacando hordas casi infinitas de robots, pero Bandai Namco lo promociona como su mayor Gundam, y al menos los números les dan la razón: tiene el mayor contenido con el que jugar. Tanto en Official como en Ultimate Mode desbloqueamos pilotos y más de un centenar de Mobile Suits, muchos de los cuales aparecen por primera vez en un juego. Del mítico RX-78-2 Gundam al GAT-X252 Forbidden Gundam de SEED, el ZGMF-X56S Impulse Gundam de SEED Destiny o el curioso GPB-04B Beargguy de Gunpla Builders Beginning G. ¿Estas siglas te suenan a chino –o japonés-? No importa, lo que debes saber es que hay variedad de mechas y que en Ultimate Mode podrás elegirlos sin restricción de la línea temporal, utilizando Mobile Suits de cualquier época o temporada, incluso los mastodónticos Mobile Armors.

La jugabilidad incluye mecánicas novedosas o ligeramente modificadas respecto a anteriores Dynasty Warriors Gundam. El Burst system modifica las características del Mobile Suit dependiendo de sus componentes y el piloto que lo controla con la simple pulsación de un botón, lo que ofrece ventajas como ralentizar el tiempo o aumentar el poder devastador. Puedes tener compañeros de trabajo para realizar combinaciones Burst de manera similar a los compañeros de Dynasty Warriors Gundam 3. También tenemos un ataque cargado que suele proporcionar objetos raros al derrotar unidades, aunque como era de esperar, su ejecución manteniendo pulsado un botón puede dejarnos vendidos unos segundos. Parecido a Dynasty Warriors 7, se podrán alternar entre pilotos durante el modo oficial. De Gundam 3 se cae la opción de Operator –ahora la mayoría de los personajes son compañeros- o el indicador de Forces, haciendo que resurrecciones instantáneas en un mapa no sean posibles –es decir, empezamos de nuevo o desde el último punto de guardado-.

Otros cambios de los que hablamos en nuestras impresiones son el regreso de las batallas espaciales, que en cierta manera son uno de los puntos de carisma frente a la mayoría de musou, que suelen utilizar escenarios desérticos y rocosos –los cuales Gundam Reborn también presenta en ambientes terrestres-. Podemos editar las armas de los Mobile Suit mediante materiales conseguidos en las misiones, y hay cambios estéticos en la interfaz para que sea más práctica. Luego por ejemplo se ha simplificado el choque de armas para que sólo sea necesario pulsar un botón en el momento preciso para realizar el contraataque, no es un galimatías de QTE.

Los gráficos son un punto polémico, o lo serían si Gundam levantase muchas pasiones, ya que recuperan el aspecto realista de los dos primeros y se aleja del tercero, que se apoyaba en el cel shading. La decisión tiene sus pros y contras. Usar un sombreado colorido lo asemeja más a las películas animadas y si acaso, darle una personalidad que lo distancie más de Dynasty Warriors, pero por otro lado, ¿es ese el objetivo del juego o puede intentar aparentar más sucio? Omega Force ha cambiado de opinión y para bien o para mal tenemos un juego técnicamente de aprobado raspado. Dicho esto, en movimiento tampoco es una diferencia enorme, muchos Mobile Suit son de colores llamativos y los efectos para los ataques no son precisamente realistas. Técnicamente es un juego de aprobado raspado.

Conclusiones

No nos consideramos unos grandes expertos en el universo Gundam, y eso nos sirve para decir que cualquier usuario puede disfrutar de Gundam Reborn siempre y cuando tenga gusto por este género de acción masiva. Con el reciente Dynasty Warriors 8: Xtreme Legends o la potente licencia de One Piece con Pirate Warriors 2 se podría pensar que la competencia –todo queda en casa de Omega Force, dicho sea de paso- se lo pondrá difícil a las guerras de metal y láseres, y bueno, si es cierto que hay muchos aspectos en los que Gundam Reborn no parece tan pulido, pero no vemos tan claro que unas sagas sustituyan a otras. Gundam tiene particularidades únicas, como un ritmo más acelerado, elevación –breve- por el aire y no poca espectacularidad en forma de robots repartiendo bofetadas.

No obstante, Gundam Reborn lleva el alma de un Dynasty Warriors con los problemas habituales que eso supone y que convendría ir corrigiendo de cara a los próximos años, especialmente en las nuevas plataformas. El primero es que es repetitivo por naturaleza. En desarrollo, jugabilidad y gráficos. La principal profundidad se encuentra en ir obteniendo planos para mejorar los Mobile Suit o probar los diferentes mechas para encontrar el que más nos gusta, y por supuesto, completar las misiones de historia –que en caso de no conocerla, es un aliciente-. La temática bien diferenciada del Romance de los tres reinos lo hace menos sensible a quemarse que una secuela protagonizada por Cao Cao, pero eso no quita que el fondo sea lo mismo: machacar rivales clónicos con un limitado arsenal de combos. ¿Divertido? Sin duda, los musou son una gran terapia contra el estrés cuando deseas alejarte de complicaciones o tramas con demasiadas pretensiones. A veces basta un mapa repleto de enemigos que machacar, y eso es justo lo que este título ofrece.