Análisis de Dynasty Warriors 7: Xtreme Legends (PS3)
El pasado mes de abril llegaba a Europa Dynasty Warriors 7, para PlayStation 3 y Xbox 360, una entrega que daba un pequeño salto de calidad dentro de la saga, al incluir un elaborado modo historia con cuatro campañas y una narrativa mejor de lo que nos tenía acostumbrados en anteriores títulos. Ahora unos meses después, y solo para PlayStation 3, nos llega una especie de expansión, ampliación o contenido descargable en forma de disco, ya que no se trata del juego original con contenidos nuevos, sino que se trata de nuevos contenidos sin los modos más importantes de la séptima entrega: Campaña y Conquista.
No estamos ante el caso de por ejemplo Marvel vs Capcom 3, que salió en febrero y ahora en su versión Ultimate amplía, pule y mejora el original, sino que estamos ante nuevos contenidos, en un disco independiente, pero a la vez privándonos de modos del original. Por tanto para disfrutar de la experiencia completa, deberíamos tener Dynasty Warriors 7 y Dynasty Warriors 7: Xtreme Legends, ya que este último incluye una opción para cargar los datos de la séptima entrega, añadiendo los modos Campaña, Conquista y el progreso de los personajes que tuviéramos.
Una clara declaración de intenciones, ya que si la saga de por sí suele ir dirigida a un público fiel y muy concreto, este Xtreme Legends que expande la experiencia original, solo nos parece recomendable para quien ya contara con la séptima parte. Entendemos que en Japón es una saga que vende muchísimo, y estas actualizaciones o expansiones también venden muy bien, pero en Occidente creemos hubiera sido mejor incluir el contenido de ambos juegos en un solo disco, habiéndose convertido en una buena oportunidad para quien hubiera dejado pasar el título de abril o quisiera probar la saga por primera vez. Pero esto no ha sido así, y lo que ofrece bien podría haber sido un extenso DLC, ya que su precio, 50 €, tampoco es una ganga en caso de que ya tuviéramos Dynasty Warriors 7.
Si ya compramos en abril Dynasty Warriors 7, volver a pasar por caja para tener nuevos modos, armas y personajes, y disfrutar de la auténtica experiencia completa DW7, nos parece un poco caro, y si no tenemos el anterior, tampoco recomendamos hacerse con este, al prescindir del interesante modo Historia, posiblemente lo mejor de la séptima entrega de la saga de Tecmo Koei. ¿Entonces a quién le recomendamos el juego? Pues es complicado, y creemos que es un producto muy enfocado y dirigido a los más fieles seguidores, o para algún despistado que no supiera de las novedades de DW7, y le dé lo mismo pegar mil y un golpes con o sin historia.
Las novedades son tres nuevos personajes, Guo Jia, Wang Yi y Pang De, dos de ellos rescatados de anteriores entregas y Wang Yi que se incorpora a la serie por primera vez, nuevas técnicas de lucha, nuevas armas, y los modos Legend y Challenge, y algo bastante importante, la posibilidad de jugar todos sus modos con dos jugadores, ya sea de manera local o a través de internet. Esto nos permite, si cargamos el disco de Dynasty Warriors 7, jugar el modo historia entre dos jugadores de manera local, algo que no se podía hacer en el título que salió en abril.
El modo Legend y que da nombre al juego es el más importante de esta entrega. Al empezar elegimos a unos de los más de 60 personajes, y después a un ayudante, que colaborará en su papel de lugarteniente, que afectará en el modo en el que la ciudad castillo prosperará de formas muy distintas. Aparecemos en este lugar, un pequeño poblado con algunas personas que nos echan una mano, para comprar armas y mejorar nuestras habilidades, un lugar que se irá ampliando y mejorando según progresemos. Una vez queramos entrar en batalla, tendremos que hablar con el guardia de la ciudad, y elegir misión.
46 misiones que recogen multitud de batallas de la novela histórica china el Romance de los Tres Reinos, aunque claro, con las licencias artísticas que siempre se ha tomado Koei. Se recuperan campos de batalla de anteriores entregas de una saga ya muy extensa, reciclando escenarios sí, pero la suma de misiones es tan grande que no nos parece una pega que se recuperen contenidos de otros Dynasty Warriors. Cada misión tiene una valoración en estrellas, y luego además una vez elegida podemos seleccionar dificultad, de un total de seis, con el nuevo nivel pesadilla, por encima de difícil y caos, y que no hace falta explicar ya que su propio nombre lo describe. En esta pantalla de selección, si un segundo jugador pulsa start, se unirá a la partida y podremos jugar de manera cooperativa a pantalla partida.
Batallas con cientos de enemigos, con misiones ofensivas, defensivas y los complicados jefes o generales, en una jugabilidad que no cambia básicamente en nada de DW7, con sus mismos vicios y virtudes, dejando claro que se trata de una expansión sin ánimo de mejorar el apartado jugable o técnico. El excesivamente sencillo aunque entretenido sistema de combos, el discreto apartado visual que se perdona ante la brutal cantidad de enemigos y la fluidez con la que se mueve, y una de las mayores pegas que bien podían haber hecho un esfuerzo por solucionar, la horrible cámara, que siempre se las apaña para seguir la acción de la manera menos adecuada.
El otro modo nuevo es el Desafío, pequeños retos en los que picarnos para conseguir puntos y luego subir nuestras marcas en los rankings online, diferenciando las puntuaciones conseguidas jugando solos o en cooperativo. En Rampage, tenemos que derrotar a tantos enemigos como nos sea posible durante diez minutos, en Bridge Melee tirar al vacío a todos los enemigos que podamos de unos puentes y unas plataformas en las que combatimos, Speed Run consiste en cruzar el campo de batalla de la manera más rápida posible, teniendo que derrotar numerosos enemigos para abrir las puertas que nos permiten avanzar, y por último Arena, pelear contra sucesivos generales, los rivales más difíciles del juego.
Además hay una galería donde ver los personajes, armas, animales guardianes, películas y eventos que vayamos desbloqueando, una completa y didáctica enciclopedia que nos habla del Romance de los Tres Reinos, un tutorial, y la opción remix, donde cargaremos los datos de Dynasty Warriors 7 si lo tenemos, desbloqueando el importante modo Historia y el Conquista. Esta versión incluye la opción de activar la imagen 3D estereoscópica, y nos permiten elegir las voces inglesas o japonesas, algo que creemos deberían incluir todos los juegos creados en el país nipón, y más en la versión de PlayStation 3 al contar con el Blu-ray que proporciona espacio de sobra. Una pega más que añadir a esta versión, es que a diferencia de lo que ocurrió con el juego aparecido en abril, no incluye subtítulos en castellano, y llega íntegramente en inglés.
Una curiosa expansión autónoma difícil de recomendar
Un producto muy para los fans, que añade interesantes mejoras, como el modo Legend o la posibilidad de jugar de manera local con dos jugadores en todos sus modos, pero que prescinde del interesante modo Conquista y del imprescindible modo Historia, la gran baza de la séptima entrega. Sin contamos con aquel, podemos cargar sus contenidos, y juntos hacen un producto muy extenso y llenos de contenidos, pero cuesta recomendar un juego, que en total, y en apenas siete meses, para tener al completo ha habido que gastarse unos 100 euros. Sí, está bien si te gusta esto de pegar mamporros de manera multitudinaria, pero si tuviéramos que apostar por una de las dos séptimas entregas, nos quedaríamos con el producto de abril, por tener un interesante desarrollo argumental, por encima de la media de la saga.
Si Koei quiere ganar adeptos y popularizar la saga en Occidente, debería haber lanzado un pack con ambos juegos, y no de manera separada, algo que le funciona en Japón, pero que aquí no va a tener éxito. Un contenido adicional muy caro, que se queda cojo si afrontamos como un título único en disco, al carecer de modo historia. DW7 es un buen salto de calidad en la saga, pero no deberían, al menos en Occidente, haberlo partido en dos pedazos y ofrecerlo con menos de ocho meses de diferencia, algo que nos parece a todas luces un error.