Análisis de Binary Domain (PS3, PC, Xbox 360)

SEGA nos brinda un interesante título de acción en tercera persona que combina elementos orientales y occidentales con bastante atino.
Binary Domain
·
Actualizado: 21:31 17/8/2020
GRÁFICOS
8
SONIDO
7
NOTA
7.5
DIVERSIÓN
8
JUGABILIDAD
7.5
Análisis de versiones PS3, PC y Xbox 360.

¿Sueña el creador de Yakuza con ovejas eléctricas? Cuando nos enteramos de que Toshihiro Nagoshi, creador de sagas y franquicias consolidadas como la citada Yakuza y o Super Monkey Ball planeaba realizar un shooter de acción en tercera persona con SEGA, no podíamos caber en nuestro gozo. Nagoshi ha aportado nuevas mecánicas jugables y detalles a determinados géneros atiborrados de copias e imitaciones, y su resultado siempre ha sido interesante de ver, jugar y disfrutar. Con estas premisas, Binary Domain, el resultado de la conjunción de las mismas, ya era un juego atractivo incluso desde su primer anuncio.

El género de acción en tercera persona, ha gozado, en los últimos años, de un aluvión de juegos, títulos, sagas y remakes que han intentado subirse, muchas veces con más pena que gloria, a la ola y a la moda promulgada por determinados e influyentes títulos occidentales. A día de hoy, y como resultado fehaciente, es lógico pensar que estamos ante un género bastante trillado sin ningún atisbo de originalidad en el horizonte. No importa el argumento o el estilo artístico del que haga gala el título en cuestión: si nos ponemos a repasar mentalmente las diferentes propuestas vistas desde el lanzamiento de un "game changer" como Gears of War en 2006, todas, en mayor o menor medida, tendrán algo del mismo. Es algo lógico, pero a la vez, poco inspirador para el jugador, que no ve ningún aliciente en las alternativas mostradas por los otros estudios. En el pasado, algunos desarrolladores nipones como Shinji Mikami, (que con el notable Vanquish, quiso aportar su particular visión) ya habían coqueteado en dicho campo, dándonos una nueva visión del género, que abogaba por una acción más desenfrenada, unos delirios artísticos más acordes con el gusto oriental y con unos controles más ágiles y entretenidos para el denominador común de los videojugadores.

Con estos antecedentes, Binary Domain se presenta como una nueva aproximación a la acción en tercera persona, que auspiciada por el poder creativo de una figura tan relevante como Toshihiro Nagoshi, nos propone viajar a un futuro incierto plagado de robots, androides y ciudades futuristas. ¿Estará a la altura de lo esperado?

Yo, robot

Binary Domain comienza fuerte desde su mismo inicio. El juego de SEGA nos plantea un interesante argumento futurista, plagado de referencias a algunas de las obras más impresionantes e influyentes de la ciencia ficción de los últimos tiempos (tanto en lo literario como en lo cinematográfico) como Blade Runner (adaptación cinematográfica de la novela de Philip K Dick, "¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?") o Yo, Robot (Isaac Asimov). Así, y recogiendo detalles e influencias de ambas, Binary Domain presenta un futuro donde los robots y los humanos llevan conviviendo desde principios del siglo XXI. Tras años de deriva económica, y auspiciados por una crisis medioambiental sin precedentes, los robots se revelaron como una mano de obra barata, segura y eficiente para los diversos problemas de un mundo occidental que parecía condenado a la extinción.

Para evitar ningún tipo de abuso, y para reafirmar la superioridad del hombre sobre las máquinas, se acordó crear una nueva convención de Ginebra, promulgando un renovado tratado donde se recogía que cualquier empresa que fabricase robots con apariencia humana o con un comportamiento similar, sería castigada. Al igual que en Blade Runner, comienzan a aparecer una serie de androides, llamadas "Hijos del Éter" que cuestionan dichas normas establecidas por la comunidad internacional, y que comienzan a causar el pánico en países como Estados Unidos. ¿Quién se ha saltado la convención? ¿De dónde vienen esos robots? ¿Cuánto tiempo llevan entre nosotros? ¿Son conscientes de que son máquinas y no seres humanos de carne y hueso? En un intento de poner fin a esta disyuntiva política y social, Estados Unidos y otros países, como Francia, China y Reino Unido, crearon las Unidades Óxido, grupos especializados en poner fin a este tipo de problemas de manera eficaz, y usando, como es lógico, la fuerza. Controlados y organizados por la Asociación Internacional de Tecnología y Robótica, estos grupos se encargan de poner fin a las violaciones del nuevo tratado de Ginebra.

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Como parte activa de uno de estos grupos de élite, encarnaremos el rol de Dan Marshall, un sargento norteamericano, que acompañado de otros personajes y viejos conocidos (como su hermano de armas, el enorme Big Bo) deberán infiltrarse en los restos de un Japón aislado de la comunidad internacional y azotado por el cambio climático en la búsqueda del dirigente de la corporación Amada, verdadera responsable de la crisis internacional. Binary Domain ira mostrándonos interesantes y constantes escenas de vídeos donde recapitularemos partes de la trama, invitándonos a descubrir poco a poco las piezas de un enorme puzle donde nada parece lo que a primera vista se nos sugiere. Toshihiro Nagoshi jugará con la doble perspectiva moral y los problemas inherentes de cada personaje, así como con su propia ética en un mundo donde la presencia humana parece un vestigio del pasado.

Dispara a los "cabezalatas"

Binary Domain no oculta sus influencias jugables. Nada más comenzar el título, veremos como desde la perspectiva al sistema de cámaras, pasando por el mapa de coberturas o el menú de selección de armas, siguen la estala del juego de Epic Games, Gears of War. Esto nos facilitará muchísimo las cosas, ya que apenas unos minutos después de ponernos con los mandos a bordo del juego, ya tendremos asimilados muchísimos de los conceptos esenciales para el resto de la aventura, controlando desde como cubrirnos, a como seleccionar cualquiera de las cuatro armas que podemos llevar encima en todo momento. Con esto bien asimilado (todo aquél jugador que espere un concepto jugable diferente a lo visto hasta entonces debe tenerlo claro), Binary Domain se revela como una interesante argamasa de buenas ideas y mecánicas jugables, que aunque poco o nada originales, funcionan en su conjunto.

Binary Domain está diseñado para que cada combate lleve y utilice, más o menos, el mismo planteamiento estratégico. Al comienzo del juego lucharemos contra una serie de robots básicos, de aspecto humanoide, y de ilimitada energía. Para hacernos con ellos y neutralizarlos como es debido, deberemos tener en cuenta cualquier muro, piedra o elemento del escenario que nos pueda proporcionar cobertura, así como de los caminos o rutas alternativas que nos inviten a flanquear a nuestros robóticos enemigos. Deberemos apretar el gatillo constantemente, vigilando el no quedarnos al descubierto entre el tiroteo, y avanzando con nuestra línea de fuego una vez creamos que podemos flanquearlos correctamente. A priori parece sencillo, pero hay un elemento que hace que estos combates sean, en su mayoría, a vida muerte: los robots.

 1

Al contar con unos enemigos artificiales y con poco o ningún apego a su existencia, no se cortarán en venir a por nosotros en incesantes oleadas, apretándonos contra nuestras posiciones en caso de no aprovechar nuestras ocasiones de ataque. La mayor parte de Binary Domain nos toparemos con una serie de tropas robóticas muy básicas, pero ni con esas. Uno de los mayores aciertos del juego de SEGA, es su interesante dificultad. Las máquinas a las que iremos haciendo frente, se revelarán como criaturas inteligentes y muy bien preparadas, elaborando sus propias estrategias de cobertura y siguiendo sus propios patrones y rangos. La inteligencia artificial del enemigo robótico está excelentemente implementada, ciñéndose a un objetivo básico (destruirnos bajo cualquier concepto) y no dudando ni un solo segundo en conseguirlo. A nuestros artificiales oponentes les dará igual perder una pierna, parte de su blindaje o incluso su propio brazo: seguirán atacándonos hasta que su batería se extinga por completo.

Habrá ocasiones en las que un robot, completamente desarmado y sin extremidad alguna en su cuerpo, intentará atraparnos arrastrándose por todo el campo de batalla hasta llegar a nuestra posición. La referencia cinematográfica, si habéis visto "Terminator", es obvia. Por eso, deberemos seleccionar bien nuestras dianas, apuntando directamente a la cabeza o cercenando sus brazos en caso de no tener demasiado tiempo para ser precisos. Las tropas de la corporación Amada irán subiendo de nivel, dificultad e inteligencia, encontrándonos con diversos tipos de enemigos a los que habrá que hacer frente de una manera u otra. La jerarquía entre ellos está bien diferenciada, teniendo las citadas tropas básicas, de vez en cuando, un modelo superior de robot que les da órdenes o les proporciona cobertura con un armamento pesado. También encontraremos enemigos especializados en el combate cuerpo a cuerpo, pequeños drones que vigilarán algunas estancias y algún que otro peso pesado capaz de ponernos en aprietos si no contamos con la munición necesaria.

 2

Un aspecto bastante interesante de este Binary Domain, es la inclusión de ciertos enemigos que harán las veces de jefes de fin de capítulo o nivel. Nuestros primeros encuentros y enfrentamientos con ellos se limitarán a aguantar todo lo que podamos, utilizando elementos y objetos del escenario (como grúas o enormes vigas de hierro) para eliminarlos o neutralizarlos, derivando más adelante (una vez tengamos el apoyo suficiente de nuestros compañeros y el armamento necesario) en verdaderos combates mastodónticos en la más pura tradición nipona. Los robots a los que haremos frente serán de tamaño descomunal (mención especial a cierta araña que veremos casi al comienzo del juego), contando con un arsenal de armas y proyectiles único, con el que tendremos que tener especial cuidado, si no queremos caer heridos o muertos durante la pugna.

Como hemos dicho anteriormente, en estos combates la ayuda estratégica y de cobertura de nuestros compañeros será vital, y es que otro de los puntos fuertes de Binary Domain, es su sistema jugable en referencia a ellos. Binary Domain se sale ligeramente de la norma y el canon de este tipo de juegos al contar con un particular sistema de relación y con nuestros compañeros. En determinados momentos, el juego nos dará la oportunidad de elegir a nuestros aliados, confeccionando un grupo de combate de hasta tres soldados, completamente a nuestro antojo. Cada uno de ellos tendrá un rol diferenciado y distinto (tenemos una especialista en explosivos y demoliciones, un soldado de asalto del MI6 e incluso una bella francotiradora), con lo que una buena combinación puede ayudarnos a superar fácilmente algunas situaciones o combates contra enemigos concretos. Por si fuera poco, y como si de un juego de rol sencillo se tratase, Binary Domain incorpora un sistema de mejoras para nuestros personajes y armas basados en los créditos que obtendremos de nuestros enemigos y misiones.

 3

Mediante una serie de terminales repartidos por todo el escenario (como los vistos en Final Fantasy XIII, por ejemplo), accederemos una tienda virtual donde podremos adquirir diferentes objetos como botiquines, armas y municiones o nanodispositivos. Los últimos serán unas pequeños implantes, en forma de piezas de uno a tres puntos, que se utilizarán para mejorar nuestras capacidades y que estarán vinculadas a un mapa único y propio de cada personaje a nuestra elección. El arsenal, por su parte, también podrá ser configurado a nuestro antojo. Las armas, que irán desde los fusiles de asalto típicos a los no menos comunes rifles de francotirador o lanzacohetes, pasando por las escopetas o las pistolas de munición ilimitada. Invirtiendo sabiamente los créditos que se nos irán concediendo, podremos aumentar la precisión, el alcance o el número de rondas disponibles en nuestro cargador. El sistema funciona, es muy sencillo de utilizar y se olvida de complejos menús u opciones de configuración que puedan restar o lastrar el ritmo del juego.

A su vez, Binary Domain aporta un interesante elemento de confianza y comunicación. Dejando a un lado las insulsas y repetitivas (así como automáticas) conversaciones mostradas por otros juegos de la competencia, la obra de SEGA permite que podamos interactuar con nuestros hermanos de armas, eligiendo las respuestas más correctas o estableciendo las preguntas más acordes a la situación. Así, contestar a alguna pregunta de forma adecuada nos ayudará a cimentar nuestra relación, permitiéndonos tener una mayor "manga ancha" en nuestras decisiones en el futuro al tener plena confianza en nosotros. Y es que este sistema permitirá que, si nuestros compañeros tienen absoluta fe en nosotros, obedezcan nuestras órdenes en pleno combate sin rechistar. Da lo mismo si les encomendamos que avancen hacia el objetivo, que se cubran, ataquen o se reagrupen.

Si hemos hecho los deberes y le hemos dado importancia a este sistema de conversación y confianza, el resultado sobre el campo de batalla será evidente. Si por el contrario, hemos sido bordes, o hemos realizado alguna que otra maniobra suicida (cuidado con el fuego amigo, que puede causarnos problemas de confianza en el futuro), lo pagaremos. Como curiosidad, y aunque el juego emplea menús contextuales para las conversaciones, destacar que SEGA ha incluido un sistema de reconocimiento de voz que permitirá que podamos, mediante nuestra propia voz, dar órdenes y contestar o hablar con nuestros compañeros de aventura. El sistema reconoce más de un centenar de respuestas, que podremos "grabar" a nuestro antojo en uno de los menús del juego. Es un añadido muy interesante, aunque en la versión analizada (PS3) hemos detectado algún que otro problema derivado del ruido de fondo, que aunque configurable, dificulta algo la experiencia.

El modo multijugador también ha sido contemplado en la propuesta de SEGA, gozando así de una buena variedad de opciones de cara al enfrentamiento online. Binary Domain ofrece varios modos competitivos y cooperativos algo convencionales, haciendo hincapié en los típicos los habituales combates por equipo o individuales, algún que otro modo de captura y control de posiciones y la inclusión de una especie de modo de supervivencia con reminiscencias al modo "Horda" del citado Gears of War. Quizás un aspecto interesante del multijugador, que aunque poco o nada original, cumple con su cometido, es la utilización de las clases de jugador vistas en la aventura principal, destacando el soldado experto en reconocimiento, el especialista en asalto o demoliciones, o el profesional de las fuerzas especiales, cada uno con sus propios elementos y distinciones jugables en cuanto a armamento y manejo. Destacar la extraña decisión de SEGA de no incluir un modo cooperativo en la misma consola o mediante conexión online destinado a la superación de la campaña.

 4

La experiencia jugable de Binary Domain en general es muy sólida, plagada de buenos detalles y de referencias conocidas por todos. Bajo esta agrupación de conceptos ya asimilados y asumidos por el grueso de jugadores, se esconde un buen título que sabe dotar de variedad a su desarrollo con la inclusión de interesantes situaciones (habrá veces en los que la acción en base a los disparos cesará y tendremos fases de control de vehículos, como motos acuáticas o secuencias plagadas de Quick Time Events) y enemigos inteligentes, algo de agradecer en un juego de su índole.

Apartado técnico

Binary Domain es un título que entra por los ojos. Gráficamente estamos ante un juego notable, cuidado y pulido en casi todos sus detalles, y ofreciendo personalidad en sus diseños, tanto en personajes como en escenarios. Las influencias derivadas de las películas de corte occidental como "Yo, Robot" (adaptación cinematográfica de la obra de Asimov protagonizada por Will Smith) serán obvias desde el primer momento en el que nos enfrentamos a las criaturas robóticas de apariencia humanoide, muy frías y hostiles en su mayoría. A su vez, Binary Domain no puede ocultar su naturaleza nipona, y para ello, nos regalará interesantes diseños de robots colosales y ostentosos con una clara influencia anime, con enormes engendros mecánicos con forma de araña (al estilo de "Ghost in the Shell"), o gorilas con apariencia de "mecha". Ambas vertientes artísticas se fusionarán dándonos un apartado visual tremendamente estético y atractivo para cualquier tipo de público y aficionado, lo que es de agradecer.

Si los modelados de nuestros enemigos nos parecen cuidados y detallados (sobre todo si tenemos en cuenta que podemos destrozarlos pieza a pieza, y que tras su chasis tenemos más capas por descubrir), nuestros personajes principales, no se quedarán atrás. Las expresiones y texturas, así como sus animaciones, siguen la tradición del Yakuza Studio y de las anteriores entregas de la saga producidas por Toshihiro Nagoshi, con unos primeros planos soberbios y un repertorio de movimientos realistas y bien implementados en el devenir de las numerosas secuencias de vídeo y conversaciones. Los escenarios no se quedan atrás, destacando un importante y bien mantenido pulso en la dirección artística, comenzando el juego con escenarios y ciudades con reconocibles elementos apocalípticos, abandonados y llenos de herrumbre, como suciedad y escombros, pasando a la mitad del juego a otros con apariencias limpias y asépticas, demostrando un choque de contrastes y realidades (pobreza y suburbios frente a riqueza y futuro) muy interesante. Tokyo en Binary Domain es una ciudad de contrastes y el apartado gráfico lo refleja con bastante fidelidad. El motor gráfico se desenvuelve bien a grandes rasgos (hay veces en los que hemos notado una ligera bajada de los cuadros por segundo en la pantalla, pero nada grave), con un trabajo de texturas e iluminación digno de destacar.

El sonido es muy eficiente, destacando un uso continuo de los efectos dinámicos multicanal en las batallas (si tenéis un equipo de sonido 5.1 os sentiréis envueltos en la contienda). Por su parte, decir que la banda sonora no rinde al mismo nivel, y que descontando algún que otro corte, la música no pasa de ser un mero acompañamiento con desacertados toques electrónicos durante algunas escenas de acción o vídeos. Binary Domain goza de una traducción al castellano completa, tanto en voces (se encuentra localizado en nuestro idioma) y textos. La calidad de la traducción es muy decente, y salvo la voz y la entonación de algún que otro personaje, no tenemos nada que reprochar al trabajo de localización de SEGA.

 5

Conclusiones finales

Binary Domain es un título de acción oriental bajo un interesante prisma y aderezado occidental. Aunque las referencias a otros juegos del género (en especial Gears of War) son patentes y notorias para cualquier aficionado, la conjunción de elementos y mecánicas propias de los desarrolladores nipones logran dar a luz un resultado francamente interesante, mucho más divertido que el de otras propuestas de la competencia. La inclusión del sistema de confianzas entre compañeros (con el añadido del reconocimiento por voz), la personalización tan bien llevada o el argumento mostrado por el juego (en la que volvemos a hacer hincapié como uno de los elementos mejor tratados en su conjunto), son buenas muestras de ello. Quizás no sea la panacea absoluta del género que muchos esperaban, pero lo cierto es que Binary Domain tiene, tras su aparente y evidente chasis occidental, un buen cerebro positrónico japonés en su haber. Y esa combinación, con un panorama bastante falto de calidad, es francamente irresistible.

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Plataformas:
PS3 Xbox 360 PC

Ficha técnica de la versión PS3

ANÁLISIS
7.5
  • Fecha de lanzamiento: 24/2/2012
  • Desarrollo: Sega
  • Producción: Sega
  • Distribución: Sega
  • Precio: 64,95 €
  • Jugadores: 1
  • Formato: Blu-ray
  • Textos: Español
  • Voces: Español
  • Online: hasta 10 jugadores
  • Requisitos PC
COMUNIDAD
8.55

Binary Domain para PlayStation 3

43 votos

Ficha técnica de la versión Xbox 360

ANÁLISIS
7.5
  • Fecha de lanzamiento: 24/2/2012
  • Desarrollo: Sega
  • Producción: Sega
  • Distribución: Sega
  • Precio: 64,95 €
  • Jugadores: 1
  • Formato: DVD
  • Textos: Español
  • Voces: Español
  • Online: hasta 10 jugadores
  • Requisitos PC
Estadísticas XBOX LIVE
COMUNIDAD
7.87

Binary Domain para Xbox 360

17 votos

Ficha técnica de la versión PC

ANÁLISIS
  • Fecha de lanzamiento: 27/4/2012
  • Desarrollo: Sega
  • Producción: Sega
  • Distribución: Sega
  • Precio: 39,99 €
  • Jugadores: 1
  • Formato: DVD
  • Textos: Español
  • Voces: Español
  • Online: hasta 10 jugadores
  • Requisitos PC
Estadísticas Steam
COMUNIDAD
7.81

Binary Domain para Ordenador

11 votos
#204 en el ranking de Ordenador.
#223 en el ranking global.
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