Pero no solo tendremos que confiar en las armas que creemos sino que Worms 4 incluye la habitual selección de armas que incluye el mortal bazoka, las granadas de varios tipos, el misil teledirigido, el ataque aéreo, el bate y ese gran etcétera que se va ampliando. Como toque negativo hay que destacar el hecho de que haya una gran cantidad de armas ocultas que solo podremos usar si las encontramos en la partida o si las desbloqueamos más adelante; esto no le resta variedad a las armas –hay muchas disponibles siempre-, pero sí es una lástima que algunas solo las podamos ver en contadas ocasiones o tras mucho tiempo. La adición más llamativa al repertorio de armas es el rifle de francotirador, que incluye un zoom de gran precisión para poder acabar con un enemigo desde muy lejos.
El sistema de juego y la forma de apuntar sigue siendo el de Worms 3, teniendo una cámara a cierta distancia de nuestra lombriz que podremos girar e inclinar, una visión general de la acción que podremos ampliar y por la que podemos navegar, y un modo en primera persona para poder apuntar con precisión, vital para los bazokas, las granadas y la práctica totalidad de las armas con la excepción de las cuerpo a cuerpo como el bate o el puño de dragón. El control está simplificado y mejorado respecto a Worms 3, y solo algunos problemas de cámara nos estorbarán de vez en cuando.
En el apartado gráfico hay que destacar también la cámara, pues en esta versión final de Worms 4, al contrario que en la que pudimos probar hace unos meses, la cámara ha sido modificada y en los disparos no adopta un papel tan dramático como en la versión beta, algo que nos ha decepcionado. Aún así funciona bien, a tono con el apartado gráfico del juego, que –sin sorprender ni ser espectacular- cumple bien con su cometido mostrando escenarios coloridos, destruibles en tiempo real, y gráficos de estilo cartoon muy graciosos. Mención también merecen detalles como las muecas que ponen los gusanos cuando ven que les están apuntando, realmente graciosos.
En cuanto al apartado sonoro, por desgracia el juego no ha sido traducido al castellano, aunque sí subtitulado, pero en estos subtítulos se pierde cierta parte de la ironía de la versión original. La música es pegadiza y acompaña bien sin ser por ello fantástica, y los efectos de sonido son acertados, con multitud de toques graciosos que descubriremos a medida que se vayan sucediendo situaciones.
Worms 4: Mayhem es un buen juego de acción y estrategia pero se encuentra con varios obstáculos que echarán para atrás a algunos. El más grave de ellos es que pese a los esfuerzos de Team 17 para renovar el juego, la fórmula está excesivamente usada y muchos lo descartarán inmediatamente. Aún así resulta un juego muy divertido a multijugador, tanto online como offline, y en este sentido solo la ausencia de más opciones en la red –clanes, clasificaciones- es criticable. El modo de un solo jugador es divertido y adictivo, aunque muchos probablemente lo dejen a medias dado la gran diferencia de diversión que existe entre jugar solo y acompañado. Una compra recomendada a los aficionados a los juegos multijugador y naturalmente a los aficionados a Worms, aunque a medida que avanzan los tiempos el público del juego se va estrechando cada vez más.