Análisis de Sly 2: Ladrones de Guante Blanco (PS2)
Esta segunda parte nos sitúa justo después de la primera. Sly intentará recuperar las piezas de Clockwerk, al que había derrotado en la primera parte. Dichas piezas se hallan en el museo de El Cairo, pero cuando Sly llega a robarlas se encuentra con la ingrata sorpresa de que se le han adelantado y allí esta de nuevo Carmelita para atraparlo, pero esta vez no está sola ya que cuenta con la no deseada ayuda de Neia, otra belleza para el enamoradizo Sly. Allí consigue averiguar que existe la posibilidad de que el responsable del robo sea la banda Klawn. Y como ésta es la única pista que tiene Sly, la seguirá hasta París donde comenzará nuestra aventura.
La principal novedad que aporta el juego es la inclusión como personajes jugables a los dos compañeros de Sly. Esto, lejos de ser una mera ampliación del juego o un extra, aporta otra dimensión al mismo ya que el control y habilidades de los nuevos personajes son totalmente diferentes a los de Sly. Murray usará su fuerza bruta para superar las distintas fases y sus habilidades van relacionadas con dicho factor, saltar y caer dando un culatazo para crear una onda expansiva que dañará a los enemigos que estén en el radio de acción o coger objetos pesados y arrojarlos son algunas de sus habilidades. Por otro lado Bentley usará armas para abatir a los enemigos, pistolas y bombas son un ejemplo del arsenal que el tortugo será capaz de llevar.
Por ejemplo, para acabar con algunos enemigos debemos primero dispararles para atontarles y después colocar una bomba a su lado. El control entre los tres personajes varía bastante, con Sly será más difícil acabar con los enemigos pero será muy fácil escapar de ellos ya que es el más rápido y el que más salta. Con Murray será fácil acabar con los enemigos menores a base de puñetazos y con Benltey el juego es más pausado al usar armas y disparar con ellas en primera persona. El sistema de combate ha mejorado y ahora no se trata de dar golpes aislados a los enemigos sino que podremos hacer combos, por ejemplo Sly es capaz de elevar a un enemigo y engancharlo por el aire con el bastón para estrellarlo contra el suelo.
Uno de los factores que más se criticó del primer juego era la linealidad bajo la que desarrollaban las misiones. En cierto modo había algo de razón en ese aspecto ya que el juego se estructuraba en un escenario, que hacía las veces de mundo, a través del cual accedíamos a las distintas fases que componían ese mundo para recoger llaves con las que acceder al jefe final. Ahora se ha corregido hasta cierto punto esa linealidad. La zona a través de la cual accedemos a las fases es gigantesca y está ambientada en distintas ciudades del mundo, El Cairo, Paris… En ellas no solo nos dedicaremos a ir de un lado a otro en busca de la siguiente fase, sino que están llenas de secretos que descubrir y de cosas interesantes que hacer. Podemos robar a los enemigos que pululan por la zona, buscar las botellas que nos dan acceso a los secretos y muchas cosas más. No solo las misiones se desarrollarán en fases ajenas a la zona principal sino que ésta será utilizada de manera muy inteligente para algunas misiones.
Hay varios tipos de misiones en el juego. Sly es el único que puede robar objetos de los bolsillos de los guardias sin ser descubierto y en determinadas misiones tendremos que emplear está habilidad para coger las llaves que nos hacen falta para terminar la fase, ya que en caso de ser descubiertos estaremos literalmente muertos y tampoco podemos matar a los guardias antes de quitarles la llave (si tienen) porque entonces la misión habrá fracasado. El sistema de robo es muy sencillo, cuando Sly está cerca de algún enemigo se activa un sistema de encaramiento automático y situándonos detrás de el podremos robarle pulsando círculo. Otro tipo de misiones son las de sigilo en las que tendremos que seguir a un determinado enemigo sin ser descubiertos. También habrá misiones en las que tengan que colaborar varios de los personajes, hay veces en las que Murray y Bentley formarán un dúo para llevar a cabo una misión y tendremos que usar al hipopótamo para lanzar a la tortuga a lugares a los que de otro modo no podía llegar. Por supuesto habrá minijuegos al estilo de la primera parte. Con Murray tendremos que boxear en un cuadrilátero al más puro estilo Rocky y con Bentley por ejemplo tendremos que jugar al hundir la flota en una parodia de lo que sería piratear un sistema informático.
Acabar el juego nos llevará casi el doble que en la primera parte y aun más si queremos encontrar todas las habilidades para los tres personajes. Cada personaje cuenta con unas ocho habilidades diferentes que tendremos que desbloquear a base de encontrar objetos en las fases. Lo malo es que el valor de rejugabilidad no es muy alto que digamos, una vez que nos pasemos el juego sólo jugaremos para desbloquear las habilidades que no hayamos encontrado. Ni siquiera está la opción de la primera parte para jugar las fases e intentar batir el tiempo record. Además Sly no es un juego difícil, con la excepción de algunos enemigos o algunas situaciones de sigilo el juego será fácil para los más expertos.
El apartado sonoro sigue siendo de lujo con un doblaje al español de los que quitan el hipo. Las voces siguen siendo las mismas que en la primera parte, pero la cantidad de diálogos ha aumentado y la de personajes secundarios también. La coordinación de las voces con los movimientos de los personajes es ejemplar, en todas las ocasiones. El humor sigue presente en la saga y los comentarios de Sly, siempre riéndose de la precaución de Bentley y del enemigo de turno, son geniales. Los efectos sonoros son también muy buenos y variados, disparos, gritos, golpes, todos tienen ese aire cómico que caracteriza al juego. Mención especial al sonido del sigilo de Sly, la primera vez que lo escuchamos nos partimos de risa. Con respecto a la música hay que decir que en la mayoría de los casos pasará desapercibida ya que estaremos totalmente inmersos en el juego y es bastante tranquila. Los temas de las escenas sí tienen mas ritmo y en general la música cumple con el cometido del juego mostrando la apropiada para cada ocasión, sin pena ni gloria.