Análisis de Samurai Warriors 2 Empires (PS2)
Koei ha encontrado en su saga Warriors, o Musou, su particular gallina de los huevos de oro. La compañía ha vendido millones de unidades del juego en Japón, y en otros territorios tampoco le ha ido mal a esta saga que combina acción "yo contra el barrio" con estrategia, siendo nosotros un general de un gran ejército con libertad para movernos por un gran campo de batalla y con la misión de ser el que decante la balanza definitivamente del lado de nuestro bando. En cada una de las entregas, puntualmente cada año, que ha lanzado la compañía, ha habido pocos cambios, aunque todos ellos dirigidos a mejorar la calidad gráfica –tantos enemigos en pantalla impedían una larga distancia de dibujado- y a darle al juego más posibilidades tácticas.
Samurai Warriors fue el primer "derivado" de la saga Warriors, ambientando la acción no en la China antigua sino en el Japón feudal, otro de los temas recurrentes de Koei.
Y, paralelamente, la compañía desarrollo una versión más estratégica del juego, combinando la acción con cierto planeamiento y más decisiones tácticas de manejo de imperio. Tras dos entregas de Dynasty Warriors Empires, ahora los dos derivados se combinan para formar este Samurai Warriors 2 Empires.
Este nuevo Empires destaca por mantener lo introducido en las entregas anteriores, y añadir numerosas nuevas opciones tácticas y estratégicas que, sin que el juego abandone su contenido de acción –se sigue jugando muy parecido a Dynasty Warriors-, sí le otorga un aspecto estratégico mayor y, sobre todo, da al jugador un mayor control sobre su ejército y su imperio. El objetivo es claro: Adueñarse de las tres islas principales de Japón, divididas en pequeños feudos, cada uno encabezado por un señor de la guerra. Los personajes protagonistas del juego original están distribuidos por los diferentes feudos, mientras que los otros oficiales y señores de la guerra son personajes genéricos.
El juego está dividido en dos partes: La primera, de gestión de nuestro imperio, para lo cual tendremos un número de turnos que depende del número de territorios que tengamos bajo nuestro control. De este factor también dependen otras cosas, como el número de generales que podremos tener en nuestro ejército y, evidentemente, la cantidad de oro que recaudemos en cada turno. En esta fase podremos mover a nuestras tropas y llevar a cabo políticas o acciones, una por cada turno. Las políticas podremos llevarlas a cabo personalmente, mediante decretos –los decretos posibles aumentarán a lo largo del juego, a medida que aprendamos nuevas políticas-, o bien delegando en un oficial, que gastará los turnos como le plazca, o bien consultando a un oficial dentro de una selección de cuatro, que nos sugerirá cosas. Esto último tiene sus ventajas e inconvenientes. La ventaja es que el oficial siempre nos sugerirá dos cosas, por lo que haremos una especie de turno doble, y la desventaja es que no siempre nos ofrecerá acciones que nos gusten.
Dentro de las acciones posibles están cosas de esperar como el reclutamiento de tropas (masivo, destinado a un solo general, etc…) o recaudar impuestos extra para así tener más fondos, y luego otras muchas, muy variadas, como intentar comerciar con occidente, mejorar las defensas de un territorio, inspeccionar las peticiones del pueblo, contratar a un oficial, hacer que dos de nuestros generales se enfrenten en un duelo, o un debate (obteniendo habilidades y bonificaciones) e incluso celebrar ceremonias de té.
Tras la fase de administración, llega la fase de batalla. En este menú veremos el mapa de Japón, pudiendo ordenar un ataque o defender una provincia amenazada. Solamente podremos llevar a cabo una batalla por turno, truncándose nuestros planes de dominio mundial –o, mejor dicho, nipón- si nos ataca un rival y queremos defender la plaza. En el caso de atacar, solo podremos reunir un ejército con los generales situados en provincias adyacentes a la que queremos atacar. En el de defender, podremos reunir a la flor y nata de nuestro ejército, independientemente de donde se encuentren los generales, para llevar a cabo la defensa de la provincia en cuestión. El número de tropas de cada general dependerá de su nivel, y su nivel, como es de esperar, aumentará batalla tras batalla.
Las batallas son la parte central del juego, y evidentemente son parecidas a las de Samurai Warriors 2, pero con un componente estratégico ya introducido en Dynasty Warriors 5 Empires. El escenario está estructurado en bases, unidas entre sí por líneas, y tendremos que ir conquistando las bases del territorio, pudiendo realizar jugarretas al ejército rival, como cortar el suministro de soldados a unas bases haciéndonos con una base que las conecte con el campamento. Aunque el sistema de bases nos da la ventaja sobre el enemigo y aumenta nuestra moral del mismo modo que merma la de los rivales, la batalla se decide venciendo al comandante enemigo o, cuando éste no sea el señor de la guerra, conquistando el campamento principal.
La novedad en Samurai Warriors 2 Empires es que finalmente tendremos un control directo sobre nuestros generales. A través del tradicional menú de pausa de la saga, donde vemos el campo de batalla y dónde se encuentran nuestros oficiales y los enemigos, podremos indicar a nuestros generales que ataquen una base en concreto, o se queden a defender otra. En ausencia de orden, la inteligencia artificial del juego decidirá qué es lo que hacen. Este sistema no es para nada desdeñable porque, al contrario que en los juegos de la saga, nuestros oficiales van evolucionando al mismo ritmo que nosotros y tienen una fuerza comparable a la nuestra. Atacar una base del enemigo acompañado de nuestros poderosos oficiales es mucho más efectivo, sobre todo si ésta se encuentra defendida por algún poderoso oficial enemigo.
Otro aspecto por lo que es muy recomendable tener a un oficial cerca son los nuevos combos especiales. Como es tradicional en la saga Warriors, cuando llenemos la barra de energía Musou, podremos realizar un devastador ataque especial. En Samurai Warriors 2 Empires se incluye la posibilidad de hacerlos dobles, e incluso triples. Cuando nuestro personaje –que podremos elegir antes de cada batalla- se encuentre cerca de otros que estén con la barra Musou llena, podremos hacer un doble o triple ataque Musou combinado que es más duradero y mucho más poderoso.
A nivel gráfico, Samurai Warriors 2 Empires sigue el mismo estilo que todos los juegos de la saga: Un gran número de unidades en pantalla, con cierto nivel de detalle, pero unos escenarios demasiado simples y una distancia de dibujado que se sacrifica para mostrar tantos enemigos en pantalla. El juego se mueve decentemente, especialmente en Xbox 360, pero se nota el envejecimiento del motor gráfico y en la versión Xbox 360 se evidencia la falta de aprovechamiento de la potencia de la consola. El sonido cuenta con las clásicas melodías de rock con toques orientales de la saga, junto a la librería clásica de efectos de sonido, y unas voces en inglés bastante sobreactuadas.
Samurai Warriors 2 Empires es un juego entretenido y adictivo que enganchará a los fans de la saga de Koei, que se sentirán especialmente agradados por las mayores posibilidades que nos ofrece para dar órdenes a los oficiales y para gestionar nuestro imperio. Como juego de acción / estrategia visto desde un punto de vista general, se queda bastante lejos de lo que se puede esperar hoy en día, con un sistema de combate que ya está muy visto y un apartado técnico simplemente decente pero que podría ser mucho mejor en la versión Xbox 360. Recomendado para los fans de la saga.