Análisis de Primal (PS2)

El esfuerzo de Sony por crear unos estudios propios de creación de videojuegos es digno de alabanza. Cuando la ahora compañía líder y referente se introdujo en el mundo de los videojuegos, su capacidad para desarrollar juegos propios era mínima, supliéndose de las third parties que fueron las que inclinaron la balanza hacia su consola, especialmente Namco y Square; pero poco a poco, Sony fue potenciando su estructura interna; en Europa, con la compra y posterior reestructuración de Psygnosis, que nos dejó juegos como Wipeout; en Japón, con la creación de equipos internos que acabarían creando joyas como Gran Turismo, y en Estados Unidos con la formación de 989 Studios, de la que podríamos destacar Syphon Filter. Con PlayStation 2 la cosa no ha sido diferente y Sony ha seguido potenciando su capacidad interna, especialmente la americana, con la compra de Naughty Dog (Jak & Daxter), Insomniac Games (Ratchet & Clank) e InCog (Twisted Metal Black). De Japón han salido obras maestras como Ico, y en Europa se han consolidado los estudios de creación, y se han llevado a cabo proyectos de la envergadura de The Getaway. De Sony Europa, concretamente de Sony Cambridge, nos llega otro juego con sabor a superproducción, obra de los creadores de Medievil o C-12: Final Resistance.

Primal es un juego de aventura/acción que nos pone en la piel de una chica, llamada Yen, cuyos misteriosos tatuajes resultan ser estigmas de su condición de "elegida" para salvar a un mundo demoníaco alternativo/paralelo. La historia se encarga de narrarnos con excelentes secuencias cinemáticas y un doblaje al castellano de fábula cómo Yen está convaleciente en un hospital tras el ataque de un abominable monstruo que ha secuestrado a su novio –un cantante de rock- y la ha dejado a las puertas de la muerte, y Scree, una especie de gárgola que nos acompañará durante toda la aventura, la "saca de su cuerpo" para que cumpla su destino, transportándola al mundo demoníaco donde tendrá que deshacer entuertos además de descubrir más sobre ella misma y su mitad diabólica. En otras palabras, sacar al demonio que lleva dentro.

De esta forma comienza una aventura donde se mezclan la exploración y la acción, de un modo no demasiado ortodoxo pero definitivamente divertido. En nuestra aventura, que hay que decir que transcurrirá de forma totalmente lineal, nos encontraremos con obstáculos que tendremos que sobrepasar combinando las habilidades de Jen y Scree, pudiendo cambiar el control de ambos personajes pulsando Select. En un principio, la aventura prácticamente consistirá en llegar a un obstáculo, buscar cómo pueden sobrepasarlo los dos personajes haciendo uso del personaje que sí puede superarlo, encontrar la solución y seguir adelante. En este sentido, la exploración resulta muy sencilla. Acciones como saltar, deslizarse o dejarse caer se hacen automáticamente, simplemente inclinando el control analógico en la dirección indicada para "decirle al juego" que queremos hacer algo ahí. Otras interacciones, como coger objetos o destrozar las muchas cajas/alforjas que estarán dispersas por el terreno, se hacen simplemente pulsando el botón X.

Más adelante, transcurrida tal vez una hora de juego, éste comienza a diversificarse y el combate empieza abundar, a medida que Jen vaya adquiriendo objetos y transformaciones. Porque la protagonista, una típica adolescente europea para más señas, va descubriendo la parte demoníaca anteriormente mencionada hasta poder transformarse en cuatro tipos de demonio, cada uno de ellos con sus propias habilidades. De esta forma, lo que en un principio puede resultar un juego de exploración más o menos confuso con algún que otro combate, acaba convirtiéndose en una experiencia considerablemente variada.

Por lo tanto no es ninguna mentira decir que Primal es uno de esos juegos que empiezan bastante fríos –incluso es fácil quedarse atrancado al principio- pero que van mejorando hora tras hora, a medida que tenemos más habilidades disponibles y que aumenta la complejidad de los escenarios. Scree podrá utilizar sus habilidades si tiene el suficiente número de esferas –cosa que se resuelve buscando un poco por aquí y por allá-, y Jen mantendrá su forma demoníaca si tiene la suficiente energía. ¿Cómo recupera la energía Jen? Absorbiéndola de Scree. ¿Cómo llena sus reservas energéticas Scree? Absorbiéndo el alma de los enemigos y con piedras y manantiales energéticos que encontraremos por el camino.

El sistema de combate no es lo esencial del juego y podríamos decir que simplemente cumple. Se utilizan los botones superiores y su sensibilidad a la presión para ejecutar una buena variedad de golpes y combos, diferentes para cada "encarnación" de Jen. Existe un sistema algo rudimentario de seleccionar enemigo, y en general el combate cumple sus funciones de complementar la exploración; aunque un sistema algo más dinámico y menos "acartonado", como el que muestran otros juegos actuales, haría mucho bien al juego y le quitaría monotonía a el aspecto de acción de Primal.

En el apartado gráfico Primal brilla con luz propia, mostrando un engine potente y sólido que mueve unos escenarios llenos de detalles y unos personajes compuestos de muchos polígonos, con texturas de calidad y muy bien animados. Los escenarios, pese a no ser la quintaesencia, y aunque tampoco se muestra simultáneamente mucha extensión, tienen una excelente ambientación y un considerable mérito artístico. Las escenas cinemáticas son numerosas y están muy bien dirigidas, con buenas expresiones faciales para los personajes –especialmente Jen, de nuevo-. Destaca también la ausencia de tiempos de carga, pues el juego lo va cargando todo dinámicamente, de forma que en cuanto nos distanciemos un poco de nuestro partenaire sí habrá tiempos de carga para recrear "lo que le rodea" –incluso al darle a Start para ver el mapa o cambiar opciones-. Donde más luce el apartado gráfico es sin duda en los efectos. Primal posee uno de los mejores "fuegos" de la consola PlayStation 2, iluminación realista en tiempo real (en numerosas ocasiones lo comprobaremos, cuando Scree lleve una antorcha), y docenas de otros efectos como los "hilillos de energía" que se transmiten entre Screee o Yen, el brillo de los brazaletes de esta, etc. Un apartado de sobresaliente.

El sonido del juego es excelente, con uno de los mejores doblajes al castellano que he escuchado en los últimos años. En un principio es más que recomendable cambiar los ajustes de volumen en el menu de opciones para incrementar el volumen de los diálogos y decrementar el de la música, pues con la configuración por defecto podríamos no distinguir las voces de algunas escenas cinemáticas con claridad. Como ya decíamos, el doblaje es excelente y destacan por encima de todo Jen y Scree, que cuentan con voces sobradamente conocidas aunque no ligadas a ningún actor famoso en particular –que yo sepa-. La voz de Jen es típica de las teleseries, y la de Scree todavía más. Ambas interpretan muy bien las escenas y concuerdan con las expresiones faciales de los personajes. El resto de las voces también está a un gran nivel. La banda sonora está también a gran altura, ambientando en todo momento los escenarios y las variopintas situaciones en las que nos encontaremos, con temas tanto tranquilos estilo música clásica, como de rock. El sonido FX, conseguido y variado, completa un apartado sonoro también de sobresaliente.

Finalizando, Primal es un muy buen juego de aventuras/acción, recomendado para todo tipo de públicos gracias a un control sencillo, la posibilidad de grabar partida en cualquier momento (salvo en tramos muy cortos de la aventura, como en los enfrentamientos contra jefes finales) y una historia interesante y muy bien narrada. Un poco más de variedad en los puzzles y en el sistema de control, y un esquema menos lineal –pues salvo encontrar secretos en forma de "cartas de tarot", hay que "tirar palante" constantemente- harían de Primal uno de los mejores juegos del año, pues técnicamente está a un gran nivel. Recomendado.