Análisis de Kessen 3 (PS2)
Kessen fue uno de los primeros juegos de estrategia de PlayStation 2 y en su día llamó mucho la atención por la enorme cantidad de soldados que mostraba en pantalla, eso sí, a costa de poco detalle en cada uno de ellos y de unos escenarios grandes pero poco complicados. La secuela continuó la tradición del original, pero esta tercera parte cambia completamente la forma de jugar, acercando Kessen a una jugabilidad más orientada a la acción, y más reducida en escala, pero conservando el sentido eminentemente táctico de la saga: por muy hábil que sea uno esquivando cargas, los arqueros acaban pereciendo en el cuerpo a cuerpo contra la caballería.
Esta tercera entrega, presumiblemente la última para PlayStation 2, también cambia la ambientación histórica, trasladándonos a la época del siglo XVI en la que todo Japón está en guerra civil multilateral, y donde un joven noble llamado Nobunaga Oda tendrá que intentar unificarlo. Se trata de una de las temáticas habituales de los juegos de Koei, como nos encanta comentar siempre, junto con el Romance de los Tres Reinos (la historia en la que se basa, por ejemplo, Dynasty Warriors), pero esta vez no nos encontraremos con la fase final del conflicto sino en una inicial en donde las facciones se van formando y concentrando desde los varios cientos iniciales hasta la media docena del final del período bélico.
Oda no lo tendrá fácil para convertirse en el ominoso señor de todo Japón, con permiso del emperador, y tendrá que librar una serie de campañas por territorio contra los otros señores de la guerra (daimyos) que pueblan el archipiélago. Aunque el juego se centra casi por completo en las batallas, antes de éstas contaremos con un pequeño "modo campaña" donde podremos comprar y vender objetos y asignarlos a nuestros oficiales y elegir la batalla que afrontar entre un abanico de conflictos disponibles. El juego hace un buen trabajo marcándonos cuáles son las batallas que hacen avanzar la historia y cuáles tienen un papel secundario destinado casi exclusivamente a hacer subir los niveles de nuestros oficiales.
Porque, como es habitual en los juegos de Koei, nuestros generales irán aumentando en experiencia y capacidades a medida que vayan luchando, especializándose en el tipo de tropa que manejan (hay nueve en total) y mejorando las habilidades especiales que podrán usar en las batallas. También podrán ir mejorando su equipamiento, pudiendo adquirir mejores armas, monturas, armaduras, yelmos y objetos especiales, muchos de los cuáles darán habilidades especiales al oficial que los equipe. Las unidades serán de nueve tipos, divididas en el tipo de arma y en si son montadas o no. Contaremos con arqueros, duelistas en katana, caballería ligera y pesada, arqueros a caballo y lanceros además de otras variedades, y no habrá un tipo de unidad estándar sino que a medida que avancemos iremos enrolando a diferentes ejércitos de un mismo tipo con diversas habilidades, pros y contras.
Antes de cada batalla se nos mostrará un pequeño resumen de los objetivos y las condiciones de victoria y derrota, y se nos permitirá desplegar a nuestras unidades en las posiciones posibles. Habrá que tener en cuenta las diferentes características de las unidades para hacer los grupos más efectivos, pues no es lo mismo dos escuadrones de lanceros que uno de caballería apoyado por arqueros; ni a la hora de jugar, ni en lo que se refiere a efectividad.
Pero volvamos a las batallas, que son a fin de cuentas lo principal de este Kessen 3, y que como contábamos antes están más orientadas a la acción que nunca. Nuestro ejército estará formado por varios contingentes, agrupados en batallones, que consisten en una unidad líder y otra u otras que le siguen y con la que puede coordinar ataques. Nosotros podremos dar órdenes desde la pantalla de pausa a los batallones, usando un interfaz de mapa donde podremos señalarles puntos a los que moverse, y actitudes que tomar en combate (ataque, defensa o a juicio del general), pero también podremos mejorar personalmente a una unidad, lo que hace mucho más interactivo al juego. Como es de esperar, no estaremos limitados a mover la misma durante la batalla, sino que pulsando el botón L2 podremos elegir rápidamente otra para sacarla de un apuro.
Las unidades están formadas teóricamente por miles de soldados, pero estos están representados simbólicamente por unas pocas docenas, siempre en formación y mirando hacia la misma dirección que el general que las comanda. El grado de formación de una unidad estará indicado por un icono en la parte superior izquierda y realmente cobra una gran importancia, ya que una unidad bien ordenada y sin fisuras será mejor atacando y notablemente más robusta a la hora de defenderse del enemigo, por lo que siempre es bueno pararse un momento y formar de nuevo con el botón L1.
Una de las novedades es que controlaremos directamente no solo el movimiento de las unidades sino también sus ataques, pudiendo realizar incluso combinaciones. Se utiliza el ataque simple y el ataque de carga, en la tradición de los Dynasty Warriors, pudiendo combinar hasta cuatro movimientos (siendo el de carga siempre el último) para atacar con diversos ritmos y tempos al enemigo. Esta forma de atacar es un tanto llamativa, controlando a todo un ejército como si de un solo soldado se tratase, pero resulta efectiva a la hora de jugar porque le dota de cierta profundidad a la mera orden de atacar sin que por ello el juego la pierda en lo táctico. Hay una orden muy interesante que es la de carga, que es un ataque especial que puede hacer cada tipo de unidad, y que, si se logra preparar (de lo contrario nos inflingirán muchísimo daño) puede ser especialmente efectivo.
La táctica es importante en Kessen 3, teniendo que planear bien los ataques y aprovecharnos de las características del escenario para llevar ventaja sobre el enemigo e intentar rodearlo. Un aspecto interesante y de hecho muy interactivo es la posibilidad de realizar ataques coordinados con unidades de ataque a distancia como por ejemplo los arqueros. Controlando al líder de un batallón, podremos ejecutar estos ataques cuando están disponibles, y hacer que un grupo de arqueros coordinados por otro general pero dentro de nuestro mismo batallón disparen a la unidad enemiga con la que estamos en combate, aumentado así nuestra efectividad y causando grandes bajas al enemigo. Situaciones de ataques coordinados y superioridad táctica frente al enemigo pueden darnos resultados espectaculares y hacernos ganar pequeñas escaramuzas dentro de una misma batalla a gran velocidad y con escaso número de bajas. Flanquear y combinar bien los diferentes tipos de unidades es la clave de la victoria, o al menos de una victoria gloriosa.
Y para darle el toque de magia están las habilidades especiales de cada oficial, que podrá ir aprendiendo a medida que avance el juego. Estas irán desde iniciales mejoras en el ataque, la defensa o la capacidad de movimiento de nuestras tropas (y empeorar las del enemigo) hasta ataques mágicos, pero la que más llama la atención es sin lugar a dudas la habilidad de Rampage, que nos permite tomar el control de nuestro oficial y enfrentarlo directamente contra el contingente enemigo. Esto es no solo parecido sino prácticamente igual a una pequeña batalla de Dynasty o Samurai Warriors, y nos internaremos por una zona del escenario limitada donde no pararán de salir enemigos; si abatimos un buen número de ellos saldrá a nuestro paso el general de la unidad rival, al que podremos derrotar y herir gravemente, disminuyendo así las capacidades de su ejército. Realmente este modo aporta un toque de variedad, y si se es hábil con los juegos como Dynasty Warriors se pueden ganar todos los enfrentamientos con el enemigo de este modo, pero es considerablemente más largo que la jugabilidad normal de Kessen.
Terminando con las batallas es preciso reseñar el carácter poco lineal de muchas de ellas; mientras que unas tienen lugar en escenarios "corredores", donde no tendremos otra opción que avanzar linealmente hacia el enemigo, otras suceden en campos de batalla abiertos, donde las posibilidades para rodear al adversario son mayores, e incluso se puede hacer una incursión directa en el campamento enemigo con gran facilidad y ganar la batalla en poco tiempo. La contrapartida es que si no exploramos el escenario nos quedaremos sin muchos items que hay por ahí ocultos, aparte de que nuestro general ganará menos experiencia y será algo que pagará en encuentros posteriores, pues los enemigos son cada vez más potentes.
A nivel gráfico Kessen 3 no es especialmente llamativo pero ralla a buena altura, mostrando numerosos enemigos en pantalla con bastantes detalles, escenarios amplios con gran línea de dibujado y prácticamente nulas ralentizaciones; las secuencias cinemáticas que nos van narrando la historia del juego son numerosas pero cortas, y no llegan a cansar ni a distraer al jugador de la acción pero le van introduciendo en la historia y en los elevados egos de cada uno de sus protagonistas. El apartado sonoro ya es algo más discreto, con un doblaje en inglés un tanto sobreactuado y una banda sonora de temas orientales que ambienta bien, sin mayores pretensiones. Los FX son un tanto repetitivos y a veces chocantes, como los sonidos de algunas unidades al atacar.
Kessen 3 es un buen juego de acción y estrategia que está particularmente bien concebido para consola, al prescindir de intentos de hallar una fórmula mágica adaptando un control híbrido entre acción y estrategia que resulta llamativo y efectivo, y sobre todo accesible a todos los jugadores. Su duración es considerable y sus posibilidades rejugables altas, y su dinámica de juego interesante, aunque puede llegar a hacerse monótona y un tanto simple dado que las órdenes que dar a las otras unidades son un tanto vagas, y es muy difícil lograr hacer una estrategia de batalla conjunta para todos los batallones de forma que actúen sincronizadamente. Otro defecto jugable es una IA un tanto baja, tanto en el caso de nuestros aliados, que a veces se pueden quedar obturados, como en el de los rivales, con cierta tendencia a hacer de sparring en vez de tomar una estrategia activa. Aún así es un buen giro a la acción de esta saga de estrategia, que puede dar grandes resultados si se continúa mejorando.