Análisis de Haven: Call to the King (PS2, GameCube, Xbox)
Del grupo británico Traveller’s Tales nace uno de los plataformas mas ambiciosos. Padres de aquel juego de carreras para Saturn Sonic R, del que demostraron su maestría para dominar sistemas de programación difíciles, y del no tan lejano Crash Bandicoot: The Wrath of the Cortex. Lo que hace ya mas de tres años empezaron sus programadores como un proyecto de plataformas que integrase otros estilos de juego, hoy ha resultado en un plataformas que se viste por un robusto motor 3d, variedad, buena historia y jugabilidad muy precisa... Pero antes de nada empecemos por la historia.
Todo empieza con el malo de turno esclavizando a un pueblo entero y sometiéndolos a trabajos forzados para beneficio de su imperio. Para mas inri, a todos los habitantes de ese planeta se les inyecta un virus al nacer, lo que hace que trabajen, no por dinero, sino por que se les suministre su ración diaria de antídoto, ¿asusta, verdad?. Pues con estas ideas de bombero retirado se presenta nuestro enemigo final a batir. Ahora nuestro amigo Haven entra en escena, tranquilo en su casa...
matando su tiempo libre con lo que mejor sabe hacer: inventos, como buen mecánico-ingeniero que es acompañado de su gran cerebro, aunque la verdad es que ninguna de sus creaciones funciona, pero por alguna razón esa mañana uno de sus inventos cobra vida, un pájaro robot que le acompañará a donde vaya.
Aunque nos pueda parecer extraño, toda esa genialidad va dentro de nuestro personaje que, porque no decirlo, es bastante torpe y siempre se esta metiendo en líos, ya que nada mas empezar la aventura, le roban a la chica, se le cae media montaña encima y además todo el imperio le esta buscando para matarle, y ¿por qué? nos preguntamos, pues muy fácil, Haven lleva soñando con una extraña campana que al hacerla sonar despertara al único ser capaz de destruir la maldad de ese planeta, así que por eso mismo, deben acabar con nuestro compañero antes de que descubra lo que significan sus extraños sueños y encuentre el lugar.
Esto es por si mismo uno de los estandartes del juego, pero la gracia reside en que esta variedad toca otro tipo de temáticas, lo que lo hace un plataformas no solo variado, sino ya un nuevo estilo que integra con buena soltura géneros como son: conducción de coches, lanchas motoras, jet- packs voladores, monorraíles a modo de shoot’em up, naves para transportarnos de mundo en mundo, ala delta y algún modo mas por ahí escondido que hacen que la aventura se haga mucho mas divertida y amena.
Todas esas bondades visuales se unen a unos defectos como son, en algunos casos, las pobres texturas de los lugares y las animaciones de los personajes, que pecan de mecánicas y las texturas son algo borrosas. Aunque se solventan algo compensándolo con esos pequeños detalles que hacen a un entorno mas vivo, como los efectos climáticos, la diminuta y extravagante fauna que pulula por los amplios parajes, y todo eso en lugares casi siempre habitados por personas. El mérito es que todo este conjunto de detalles, efectos y diferentes subgéneros es movido por el potente motor que los une a todos en un devenir de incontables giros de objetivos, sin olvidar la ayuda prestada por renombrados diseñadores.
Hablando del apartado sonoro, decir que inexplicablemente hay un buen trabajo y un gran descuido. Por una parte una gran calidad en todas las composiciones que envuelven al juego, la mayoría orquestadas y que dotan a éste de un ambiente de aventura épica y que en algunos momentos nos pararemos simplemente a escucharlas. Y por el contrario el doblaje, que aunque está doblado al castellano, lo está por personas con un marcado acento anglosajón, algo que realmente decepciona, pues habrá veces que ni siquiera entenderemos bien lo que están diciendo por el simple hecho de que no lo pronuncian correctamente.
La respuesta al Dual Shock de nuestro Haven es, al menos, precisa. Lo malo es que esta precisión se volverá en nuestra contra cuando queramos atacar a algún enemigo y tengamos que dar exactamente con el píxel en el que esta. Esto hace que la curva de aprendizaje se ponga desde el principio cuesta arriba, pero superada esta, controlaremos todos los saltos y todas sus acciones de una manera bastante solvente. Lo que decir que esta amalgama de bondades y defectos, (y una gran dificultad) nos acompañará durante unas 60 horas de juego, lo que hace a Haven: Call to the King un plataformas tan largo como la lista de espera de la seguridad social.