Análisis de Dragon Quest: El Periplo del Rey Maldito (PS2)
De sobra es sabido por todos que desde los albores de los tiempos el mercado Europeo ha sido maltratado por la industria del videojuego, haciendo especial hincapié en el sector de las consolas de sobremesa. Al margen de esta situación general, se puede afirmar, sin temor, que el género de los RPG ha sido especialmente descuidado en nuestro país, con grandes ausencias, conversiones penosas y retrasos de más de un año en varias apariciones.
El hecho de que Dragon Quest VIII llegue a España de la manera que lo hace implica muchas cosas y la más importante de ellas es el posible punto de inflexión que marcará esta aparición. El hecho de que no se dé la espalda de nuevo al viejo continente, o nos ofrezcan una versión del juego para callar bocas, no sólo nos hace albergar esperanzas de que algo ha cambiado, sino que nos mantiene en la mas firme convicción de que la mayoría de las compañías han dejado de tomarnos el pelo a los europeos.
Un rey y su hija maldecidos por el malvado mago Dhoulmagus que siembra el terror allá donde va y un héroe acompañado de simpático Yangus son los protagonistas iniciales de DQVIII. La busca y captura del maléfico mago para que deshaga el hechizo al que se ven sometidos rey y princesa. La historia del juego transcurre por los cauces típicos de la lucha del bien contra el mal y aunque ésta parezca la clásica excusa para meternos en situación, descubriremos poco a poco que el juego encierra más miga de la que nos parece en principio y a pesar de no abandonar trama típica nos mantiene enganchados de principio a fin.
La dificultad del juego esta patente desde el principio del mismo y en la exploración de la primera mazmorra deberemos reiniciar la partida más de una vez. El sistema de guardar partida es el típico de los DQ, de manera que solamente se nos permitirá guardar la partida en las Iglesias que hay distribuidas en las ciudades. Al principio puede resultar algo en contra del juego ya que sobre todo al inicio de la aventura es bastante fácil que nos maten y el hecho de no poder guardar la partida en medio de una mazmorra nos dará más de un quebradero de cabeza. Sin embargo al morir no tenemos que cargar la partida sino que nos devolverán al último punto de guardado con la mitad del dinero que tuviéramos hasta ese momento. Al principio resulta chocante que el juego resulte tan complicado al principio, pero es algo que se soluciona a base de subir algún nivel antes de entrar en la mazmorra o llevando las armas adecuadas.
Para viajar de una ciudad a otra o visitar las mazmorras deberemos recorrer el camino a pie a través de extensos campos que guardan más de un jugoso secreto. Una vez avanzado el juego se nos proporcionará más de un medio de transporte de manera que los desplazamientos no resulten tediosos debido a los combates.
Los enfrentamientos no son frecuentes en exceso y en general son bastante rápidos. Como hemos dicho el juego tiene una dificultad que tiende a ser alta y eso lógicamente tiene bastante que ver con los combates donde los enemigos pueden resultar de lo mas molesto. No solo serán capaces de realizar ataques físicos y mágicos, sino que determinados enemigos se dedican a convocar a otros para que vengan a echarles una mano. Hablando de los enemigo comentar que su diseño es muy bueno, bastante variado y con ese toque Toriyama tan característico al que nos hemos acostumbrado a golpe de Kamehameha y aventuras de Fly.
Aunque al principio de la sensación de que los enemigos son demasiado duros, a medida que avanzamos nos daremos cuenta de que la dificultad está bastante bien ajustada y se mantiene a buen nivel a lo largo de la aventura.
La evolución de los personajes recaerá de nuestra mano de manera que al margen de la subida convencional en ataque, puntos de vida, defensa, etc se nos otorgarán unos puntos de habilidad que podremos repartir como queramos mejorando el manejo de las armas u otras características que nos permitirán aprender determinados ataques especiales y/o magias. Cada personaje tiene una característica única que no tienen los demás. Si subimos de nivel esta característica el personaje aprenderá hechizos y habilidades exclusivas. En el caso de Yangus la habilidad a mejorar será la Humanidad y Jessica el Sex Appeal gracias a la cual será capaz de hacer olvidar a los enemigos que ataquen porque están atontados observando su belleza.
Hay que mencionar que la cantidad de personajes jugables se reduce a cuatro, cifra que comparada con otros juegos, sobre todo con los Suikoden queda bastante corta. Sin embargo debemos decir que los personajes son tan distintos en la adquisición de habilidades y hechizos que cada uno ellos llegará a obtener las habilidades al menos cuatro o cinco personajes de cualquier Final Fantasy.
A lo largo del juego se nos ofrecerá la posibilidad de realizar otras tareas que no tienen relación directa con la historia central. Por un lado podremos hacer uso de la alquimia para crear objeto, armaduras, armas, etc. Para poder crear objetos debemos encontrar las recetas de los objetos a crear y estas las hallaremos lógicamente explorando o a través de los personajes secundarios de la aventura.
Una de las partes más entretenidas del juego es la competición de monstruos. Llegado a cierto punto seremos requeridos para realizar una tarea de derrotar a determinados monstruos y enviarlos a un personaje apasionado de las batallas de monstruos. A partir de este momento podremos participar en las batallas de monstruos con un equipo compuesto por las criaturas que hayamos capturado. Por si esto fuera poco podremos apostar nuestros ahorros en cualquiera de los dos casinos que existen en el extenso juego.
En el mundo de Dragon Quest hay tantas cosas que hacer y tan variadas que pasará mucho tiempo hasta que decidas acabarlo. En total y jugando sin entretenerse demasiado a explorar y realizar tareas secundarias el juego os mantendrá entretenidos durante unas 60 horas, pero es que si nos dedicamos a explorar, buscar las recetas, competir con los monstruos, jugar en los casinos, búsquedas secundarias, etc, el juego alcanzará la friolera de más de entre 100 y 120 horas de juego.
Los personajes están muy bien detallados del mismo modo que las ciudades, mazmorras y parajes que visitamos durante la aventura. Tal vez se eche en falta una variedad mayor de personajes no relevantes que pueblan las ciudades. Los efectos especiales esta bien conseguidos, mención especial a la puesta y salida de sol mientras caminamos por los extensos valles del mundo de Dragon Queso.
La música es realmente buena con más de un tema memorable. A lo largo del juego podremos escuchar todo tipo de temas, desde temas épicos para los momentos más álgidos hasta temas dramáticos si la situación lo requiere, pasando por los temas propios de cada ciudad. El juego no cuenta con demasiados efectos sonoros aunque los que hay son de gran calidad. Las voces están en inglés y la calidad del doblaje es bastante buena. El único personaje principal que no habla es el héroe, cosa bastante común en determinadas sagas de juegos de rol japoneses. Habrá a quien no le guste que el protagonista no hable y prefiera que hubiese sido dotado de una personalidad definida y habrá quien prefiera que sea así para sentirse protagonista de esta singular historia a través de los ojos del héroe.
No podemos pasar por alto comentar la versión PAL del juego y es que cuando de Square-Enix se trata hay que echarse las mano a la cabeza o más bien había que echárselas. En esta ocasión tenemos una versión más que digna por varios factores. Contamos con una excelente traducción del juego al español, nada de bandas negras gracias al overscan y unos 50Hz optimizados en los que no se aprecia reducción de la velocidad en el juego. Por otro lado la versión PAL del juego cuenta con una serie de mejoras con respecto a la versión japonesa que se traducen en nuevos hechizos, un menú diferente y la banda sonora orquesta. Nos hubiera gustado que el juego estuviera doblado al español e incorporara la opción de 60Hz para rematar la faena totalmente, pero tenemos que reconocer que se ha dado un paso importante no sólo al traer el juego sino al trato que se le ha dado al mercado PAL.