Análisis de Ace Combat Zero: The Belkan War (PS2)
La saga Ace Combat es uno de los viejos conocidos de las consolas PlayStation y, pese a que los tiempos han cambiado, y los gustos también, Namco Bandai ha seguido haciendo entrega tras entrega, incluyendo novedades pero manteniendo a grandes rasgos la misma fórmula del primer juego: combate aéreo sin demasiadas complicaciones, a medio camino entre la simulación y el arcade, y con un fuerte componente historia que anime al jugador a continuar, aparte de por la alta diversión que ofrece su jugabilidad sencilla pero ligeramente táctica.
Esta sexta parte, que prescinde del número, como las inmediatamente anteriores, mantiene a grandes rasgos lo visto en la quinta entrega, Jefe de Escuadrón, aparecida a principios del año pasado. Por lo tanto, volaremos en escuadrones y tendremos la posibilidad de dar órdenes a los pilotos que nos acompañan, tales como cubrir nuestra retarguardia o atacar a diversos tipos de objetivos.
La única novedad destacable que incluye esta nueva entrega es la existencia de un "medidor de estilo", que evaluará nuestro comportamiento en los cielos del campo de batalla desde mercenario a caballero, estando el término medio, en el que nos quedaremos si no hacemos nada fuera de lo común, soldado.
La historia de The Belkan War está ambientada en el año 1997 y nos cuenta las represalias del país de Osea contra un país, Belka, que se está volviendo muy agresivo con sus vecinos. Como de costumbre en las últimas entregas de la saga, la historia la narra alguien ajeno a la lucha, hablando en tercera persona sobre el piloto y sus circunstancias. La narrativa se centra en los pilotos Pixy y Cypher, dos de los más destacados de la Osea, y de la relación que se desarrolla entre ellos; como de costumbre, nos animará a seguir jugando hasta el final.
Sin embargo, lo central en Ace Combat: The Belkan War son las misiones., y éstas siguen siendo más o menos del mismo estilo que las de los anteriores juegos. Rápidas, sin demasiadas complicaciones más allá de un briefing que nos podremos saltar sin mayores contemplaciones, y con mucha acción y batallas aéreas. Como es habitual, en cada misión habrá todo tipo de eventos inesperados que no estaban inicialmente en el plan de ataque, y que le darán emoción a la batalla, añadiendo cierto desafío. Al contrario de las anteriores entregas, en esta edición no hay prácticamente ninguna misión de escolta, es posible que por petición de los fans del juego, a no ser que escojamos llevarlas a cabo. Hay ciertas misiones, en escenarios muy grandes, en las que antes podremos elegir en qué escenario pelear; por ejemplo, podremos escoger si queremos participar en la batalla aérea, atacar objetivos terrestres o escoltar a la flota.
Al final de cada misión el juego nos evaluará, dándonos una puntuación y un rango de habilidad según cómo hayamos completado la misión. Como es habitual, la misión tiene unos ciertos objetivos principales pero también multitud de objetivos secundarios que podremos cumplir opcionalmente. Dependiendo de qué objetivos secundarios destruyamos –militares o civiles-, el juego nos otorgará una puntuación de estilo u otra, oscilando el medidor desde mercenario a caballero. Esta novedad de The Belkan War es a grandes rasgos anecdótica, porque no llega a influir en el desarrollo del juego.
Con el dinero que obtengamos al cumplir las misiones podremos comprar nuevos aviones, como es habitual en la saga, y estos van desde clásicos de los años 70 (F-4 Tiger) hasta otros más modernos. No tendremos todo el catálogo de aviones disponible desde el principio y, naturalmente, no tendremos suficiente dinero para hacernos con el avión que queramos. En ocasiones tendremos que vender algunos de nuestros aviones para comprar el siguiente, pero generalmente merece la pena. Los aviones son de diferentes tipos, y tienen una especie de hexágono que determina su habilidad, al estilo de juegos como Pro Evolution Soccer. Además de poder comprar aviones, cada uno de ellos tiene su repertorio de armas especiales que también podremos adquirir.
Independientemente de los numerosos aviones que podremos adquirir, Ace Combat VI mantiene las mismas características de anteriores juegos, y su misma diversión. Las misiones son variadas y están integradas en una competente narrativa que engancha al usuario, y la jugabilidad en sí sigue siendo muy divertida, combinando los ataques a objetivos terrestres que en pocas ocasiones se volverán peligrosos –salvo las baterías antiaéreas- con las batallas en el aire (lo que llaman dogfights los ingleses) con los aviones enemigos, acompañados a veces de aliados. La inteligencia artificial de los enemigos sigue siendo competente, aunque a veces llama un poco la atención que sean capaces de evadir un misil lanzado desde cerca y en cambio no logren huir de un proyectil lanzado desde el límite de rango de alcance.
A nivel gráfico este nuevo Ace Combat mantiene la calidad técnica de anteriores entregas, así como una notable recreación de aviones y escenarios. El motor gráfico mueve con fluidez todos los elementos del juego, y los aviones están sensacionalmente modelados, con vistosos efectos de distorsión por calor y explosiones. Es cierto que éstas no han volar por los aires en pedazos los aviones, sino que a grandes rasgos los calcinan y los hacen caer al suelo, pero este defecto solo puede apreciarse cuando estamos muy cerca de ellos.
En cuando a los escenarios y elementos del suelo, gozan de un buen acabado, sin un gran nivel de detalle. Los elementos que más veremos están sensacionalmente hechos, mientras los menos visibles –el suelo- se llevan la peor parte. El sonido combina una banda sonora apropiada, que podría decirse trepidante en algunos casos, con unos efectos especiales soberbios. Las voces están en inglés, y el doblaje es competente, aunque las comunicaciones por radio pueden llegar a hacerse algo repetitivas.
Ace Combat: The Belkan War es un juego notable y muy competente, que sigue la línea de los anteriores títulos y no defraudará a quienes hayan disfrutado de ellos. Sin embargo, las novedades que incluye respecto al anterior juego son prácticamente nulas, y adolece de un gran defecto: la ausencia de un juego online. Únicamente cuenta con un modo a pantalla partida para dos jugadores, y no con la opción de jugar en la red, algo que hoy en día hay que esperar en un juego de estas características. Por lo demás, supone un juego entretenido, recomendado a los fans de la saga, y un buen alquiler para una tarde.