Análisis Unpacking, una vida entre mudanzas (PC, PS4, PS5, Switch, Xbox One)
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Mudarse significa algo más que cambiar objetos de una casa a otra, significa marcar prioridades, poner de manifiesto nuestra relación con los bienes materiales que poseemos y darle un sentido a todo ello con el fin de habitar un nuevo espacio en otro lugar, haciéndolo un poco nuestro. A veces voluntarias y otras involuntarias, las mudanzas siempre suponen un punto de inflexión en nuestras vidas, un momento de cambio que marcan el punto y aparte en nuestro relato personal. Unpacking habla de todo eso desde la honestidad más sencilla e íntima, planteándonos una serie de puzles en dioramas de escaso tamaño en los que tenemos que vaciar cajas de una protagonista a la que conocemos en su etapa infantil y a la que vamos acompañando a lo largo de toda su vida, mudanza tras mudanza.
Narrativa caja a caja
A priori Unpacking puede parecer un videojuego sencillo que no tiene mucho más que aportar que su singular mecánica de ordenar objetos en habitaciones. En absoluto es así. Lo que propone el estudio independiente australiano Witch Beam (cuya anterior obra, Assault Android Cactus, no tiene nada que ver con esta, aunque también fue muy bien acogida por público y crítica) es el relato de una vida ajena en el que nos implicamos de la forma más íntima posible: a través de los objetos más personales de su protagonista. Lo primero que tenemos que hacer en el juego es ordenar su primera habitación, una mudanza ambientada en 1997 en la que nos encontramos con cajas llenas de peluches, libros, videoconsolas y estuches de lápices de colores, entre otras cosas.
Como los espacios de las habitaciones que ordenamos son muy limitados nuestro objetivo será el de encontrar el hueco adecuado para cada una de las posesiones que saquemos de la caja, algo que también nos llevará a marcar prioridades en el orden que llevemos. Prácticamente podemos colocar cualquier objeto en cualquier lugar, siempre y cuando quepa, pero si no tiene sentido el juego lo señalará obligándonos a cambiarlo de posición.
No podemos colocar una olla en la ducha, por ejemplo. Esto, que en ocasiones es algo arbitrario, es una de las técnicas que Unpacking utiliza para contar una historia sin palabras: ¿qué sucede cuando nos mudamos a un piso compartido y tenemos que colocar nuestras pertenencias entre las de otras personas? ¿Cómo cambia el orden de nuestro objetos cuando empezamos a vivir con nuestra pareja en un piso en el que ya tiene su propio orden?
Mudanzas ASMR
Este tipo de reflexiones se van sucediendo a medida que colocamos objetos en estanterías, cajones y armarios de una forma realmente placentera; incluso aunque no sientas apego por la limpieza, Unpacking tiene toda una serie de detalles que consiguen que el mero hecho de mover cosas de un sitio a otro sea gratificante, comenzando por el detallista diseño pixel art de cada una de estas cosas (aunque ciertos ítems tengan un diseño algo extraño que impide saber con claridad qué es exactamente) y continuando por los más de 14.000 efectos de sonido que le dan al juego un trasfondo placentero. Hay un profundo trabajo en este sentido para que en todo momento podamos sentir satisfacción en el propio hecho de ordenar nuestra casa, ya sea por lo bien que encaja cierto objeto en cierto cajón, por cómo chocan las puertas de un armario entre sí cuando intentamos abrirla sin cerrar otra o por cómo suena tal cosa cuando la colocamos en determinada superficie.
We've had questions about how Unpacking📦 controls on the #NintendoSwitch, so we made a handy video! (we filmed it on a phone 😂) pic.twitter.com/yEDdUB8gh7
— Unpacking 📦 Out NOW! (@UnpackingALife) November 7, 2021
Además, el esquema de controles de Unpacking está medido para que todas las interacciones sean agradables de modo que la persona que lo esté jugando no sienta frustración en ningún momento. En sus versiones de PC y Xbox se puede jugar con mando, además de con teclado y ratón, utilizando un puntero virtual que controlamos con el joystick, mientras que en Switch disponemos no sólo de esa vía de interacción, sino de dos más que nos permiten jugar tanto con controles táctiles como con control gestual moviendo los JoyCon en el aire apuntando a la pantalla para manejar el cursor.
Más allá de ordenar habitaciones
Aunque esta faceta de juego de mudanzas relajado y relajante sea muy importante en lo que significa Unpacking en conjunto, lo cierto es que el trasfondo narrativo que establece para sacar provecho de su mecánica principal es probablemente lo más destacable de esta obra. Es raro ver un videojuego en el que mecánicas e historia conversen tan bien como lo hacen aquí, algo digno de alabar teniendo en cuenta que se trata de un juego de ordenar objetos en habitaciones. Tiene muchísimos detalles que nos ayudan a ir comprendiendo la historia que nos están tratando de contar, algunos más evidentes que otros, pero todos con un peso relevante en la narrativa.
Esto no funcionaría sin un brillante diseño de niveles que no sólo utiliza el espacio como marco de juego (estos son los huecos que tiene, apáñatelas para colocarlo todo sin dejar nada fuera de lugar), sino que también establece un diálogo entre nosotros y la obra: el orden en el que sacamos objetos de cada caja, por ejemplo, marca la personalidad de la protagonista, sus costumbres, manías y desorden. Sus cambios de ropa, los hobbys que va adquiriendo y dejando por el camino, los objetos que permanecen de una casa a otra… Todo encaja de una manera sorprendente explicitando que si bien no somos lo que poseemos, nuestra relación con lo material existe y refleja ciertos rasgos de nuestra personalidad.
Conclusiones
Aunque parezca un relajado juego de ordenar objetos y nada más, la singular mecánica de Unpacking esconde una interesante historia narrada a través de momentos clave en la vida de su protagonista. Un relato sin palabras que en poco más de tres horas nos hace conocer a una persona a través de sus pertenencias, manías y cambios, aprovechando el sistema de colocar objetos en espacios reducidos para hacer florecer la empatía con alguien a quien no conocemos pero que acompañamos durante buena parte de su vida. Hay una serie de decisiones brillantes en su diseño de niveles, así como un minucioso y trabajado apartado audiovisual que hace que sacar objetos de cajas sea particularmente gratificante, y todo ello trabaja en la misma dirección: narrar una bonita historia que nos deja con una sonrisa boba en la cara cuando desempaquetamos la última caja.
Hemos realizado este análisis en PC con un código de Xbox Game Pass proporcionado por Xbox España.