Análisis de Total War Saga: Thrones of Britannia (PC)
Creative Assembly y SEGA nos presentaron a finales del 2017 Total War Saga: Thrones of Brittannia, el primer juego de una nueva serie dentro de Total War con el que quieren centrarse en momentos y regiones históricas muy concretos que les permitan construir mapas de campaña superdetallados.
El título salió por fin a la venta la semana pasada y en Vandal hemos podido probarlo, disfrutando de batallas entre los vikingos y otros pequeños reinos del Reino Unido en una ambientación histórica que está, hoy día, más de moda que nunca.
Recogiendo el testigo de Vikings, The Last Kingdom y Britannia
Parece que Creative Assembly no ha dado puntada sin hilo y ha decidido lanzar este juego en un momento más que oportuno en el que la historia del Reino Unido y de las diferentes tribus vikingas está más de moda que nunca gracias a series de televisión como Vikings, The Last Kingdom y Britannia.
De hecho, el juego empieza en el año 878 d.C. que correspondería a lo que sucede inmediatamente después de las últimas temporadas de Vikings, la serie anteriormente mencionada (nos vamos a evitar grandes spoilers por si alguno de vosotros estáis viéndola).
Eso sí, para poneros un poco en contexto, deciros que el rey inglés Alfredo el Grande ha logrado defenderse de los vikingos que, por su parte, han conseguido asentarse por diferentes puntos de Britania.
Las islas se encuentran en un aparente estado de paz pero, los problemas no tardarán en llegar con las diferentes tribus vikingas, los reyes de Inglaterra, Escocia, Irlanda y Gales intentando hacerse con el control de todo el territorio.
Cinco "razas" y diez "reinos" diferentes
Antes de comenzar la partida podremos seleccionar entre un total de cinco naciones diferentes (Reinos ingleses, galeses, gaélicos, Gran ejército vikingo y Reyes del mar vikingos) que, a su vez, se dividirán en dos "clanes" o reinos como Wesex, Mide, Northumbria, Dublín, Mercia o Gwynedd.
Como podéis imaginar, cada una de estas diez facciones tendrán características diferentes que les permitirán tener ventajas y desventajas a nivel jugable, teniéndonos que adaptarnos a cada una de ellas si queremos lograr la victoria en la partida.
Además, el desafío inicial de cada una de ellas es diferente, siendo el reino de Wesex el más sencillo durante los primeros turnos para los novatos y el de Northumbria uno de los más difíciles por la gran cantidad de personajes desleales que pueden intentar traicionarnos en cualquier momento para usurpar nuestro trono y hacerse con nuestros asentamientos más preciados.
La política, los casamientos y mantener contentos a los líderes será un factor clave
Si hay algo que destaca dentro de este Total War Saga: Thrones of Britannia con respecto a otros juegos de la saga es la importancia que cobra el tablero a nivel político no sólo negociando acuerdos de paz, comercio, etc. con otros reinos, sino también con los líderes del nuestro.
El juego nos presentará unos menús políticos de diverso calado en los que podremos organizar casamientos para aumentar la moral de ciertas regiones y mantener la fidelidad de nuestros súbditos garantizándonos el porvenir de una región a través de sus herederos.
Las figuras más importantes de nuestro reino podrán intentar conspirar contra nosotros si no les tratamos adecuadamente ofreciéndoles ser gobernadores de asentamientos importantes u ofrecerles importantes cargos políticos como ser el Capitán del Rey, el Chambelán o el Jefe justiciar.
Como decimos, esta gestión política de nuestro reino será crucial si queremos tener algún tipo de éxito en la partida, sobre todo si controlamos a algunos de los clanes vikingos que son especialmente problemáticos en este sentido y que pueden crearnos una guerra civil en el momento menos oportuno echando al traste nuestra campaña.
Pocos cambios en la batalla
A la hora de controlar nuestros ejércitos en el campo de batalla lo cierto es que no encontramos demasiadas diferencias con respecto a otros Total War, siguiendo una tendencia un tanto continuista en este sentido que además se ve reforzada por las pocas diferencias que encontramos entre los diversos ejércitos del juego, algo completamente normal al estar centrado en un periodo histórico tan concreto.
Con esto en mente, la superioridad numérica y nuestra habilidad táctica como comandantes a la hora de gestionar los movimientos de nuestras tropas en la batalla adquirirá una importancia aún mayor aunque, como os decimos, no debéis de esperar grandes sorpresas en este apartado del juego.
Un mapa táctico más rico en detalles
En el mapa táctico si encontramos una mayor riqueza en detalles, con cambios de estación y las islas del Reino Unido muy bien representadas con multitud de asentamientos y grandes capitales esparcidas por todo el mapa. En él, la IA será bastante más inteligente que en las batallas, intentando aprovechar nuestras debilidades o si estamos en mitad de un conflicto bélico para hacernos daño por el rincón más débil de nuestras fronteras.
La gestión de las ciudades será similar a la de otros Total War, pudiendo construir diferentes edificios que serán necesarios para aumentar la producción de grano para alimentar a nuestra población y ejércitos, para ganar dinero, distraer a las masas y, por supuesto, para que podamos investigar nuevas tecnologías con las que mejorar nuestro ejército y la vida de nuestros ciudadanos.
Un detalle bastante interesante son los eventos climáticos aleatorios que harán que, por temas naturales como una repentina subida en la marea, tengamos que reparar ciertos edificios o que nos encontremos con un "año de tormentas" en el que la construcción de los edificios va más lenta por las inclemencias meteorológicas.
Si metemos las batallas con autoresolución dentro del mapa táctico, en general no encontramos grandes cambios más allá de poder seleccionar la actitud de nuestros ejércitos antes de la batalla pudiendo elegir entre una actitud agresiva, equilibrada o defensiva a la hora de afrontar la lucha contra nuestro cruel enemigo.
Continuismo gráfico, interfaz con una gran estética… pero un tanto complicada
A nivel gráfico se nota que Total War Saga: Thrones of Britannia tiene un enfoque bastante conservador, trabajando con mimo y cuidado el aspecto de las diferentes unidades de cada ejército pero sin sorprendernos a nivel estético, sobre todo después del gran trabajo de las entregas inspiradas en Warhammer.
En cuanto a los menús y el interfaz, el resultado a nivel estético es muy bonito pero, a nivel jugable, lo cierto es que para nosotros nos han resultado un tanto más complicados, más liosos que en las últimas entrega de Total War, una sensación que ha ido desapareciendo a lo largo de nuestras horas de juego pero que puede suponer un hándicap para todos los que no estén familiarizados con la saga.
Un periodo histórico de moda con algunas buenas ideas
Total War Saga: Thrones of Britannia es un acierto a nivel de popularidad por parte de Creative Assembly que ha sabido lanzar un juego de esta temática en un momento justo en el que puede ser bastante atractivo para el gran público por las series que ya hemos mencionado como Vikings o la propia Britannia.
A nivel jugable el título destaca, sobre todo, por ofrecernos un interesante sistema de gestión política de "interior", es decir, de lo que sucede en nuestro propio reino, teniendo que orquestar matrimonios y que estar atentos ante las demandas de nuestros gobernadores, generales y, en general, líderes de la nación si no queremos provocar una guerra civil.
Como decimos, esa es la parte más interesante de un juego que, por lo demás, nos ofrece toda la diversión y las horas de juego que nos da la saga Total War pero que no representa una evolución suficiente como para ser digna de mención ni en las batallas ni en el mapa táctico.
Desde luego, estamos ante un buen juego para los amantes de la estrategia, los vikingos, y la saga Total War pero es justo decir que, en esta ocasión, Creative Assembly no hará historia y se queda un paso por detrás del extraordinario nivel al que nos tiene acostumbrados.
Hemos realizado este análisis con un código que nos ha proporcionado Cosmocover.