Análisis de The Walking Dead: Episode 3 (PC, PS3, iPhone, Xbox 360)
Si hay algo que está haciendo realmente bien Telltale con The Walking Dead, es el ofrecernos capítulos radicalmente opuestos entre sí. La mecánica de juego no cambia, pero sí los personajes y la evolución de un guion que nos va dejando con la boca abierta a cada paso que damos. De hecho, para muchos, el videojuego de The Walking Dead no es solo mejor que la propia serie de televisión, sino que no tiene casi nada que envidiarle al cómic en el que se basa. Y eso, considerando que estamos hablando de una historia totalmente original, aunque ambientada en su mismo universo, es mucho decir.
A nivel argumental, decir que estamos ante el mejor capítulo de los tres. El guión no nos dará tregua y en las dos horas y media que dura asistiremos a unos seis o siete giros argumentales totalmente inesperados que le darán la vuelta a todo, pillándonos con la guardia baja y casi sin tener tiempo para reaccionar y asimilarlos.
Si en el primer episodio, los principales enemigos eran los caminantes y en el segundo descubrimos la amenaza que pueden suponer otros supervivientes, en esta ocasión el mayor peligro para el grupo de Lee será el propio grupo.
Durante el desarrollo de los capítulos anteriores, los niveles de tensión entre nuestros protagonistas han ido creciendo sin cesar, llegando a un punto en el que la situación se ha vuelto ya insostenible y donde los conflictos internos amenazan con destruir todo por lo que han estado luchando desde que empezó la infección, por lo que la evolución de los personajes es bastante notable. Incluso podría decirse que nosotros mismos hemos ido evolucionando a lo largo del juego, ya que en nuestro caso nos hemos sorprendido escogiendo algunas opciones que al comienzo del capítulo uno nunca nos habríamos planteado.
Lo interesante es que en esta evolución hemos tomado un papel muy activo, ya que nuestras decisiones han ido moldeando el argumento. Todas las elecciones que hayamos tomado en los dos capítulos anteriores se verán aquí reflejadas de una forma u otra, por lo que se mantiene ese sentimiento de que somos los protagonistas de la historia y que todo lo que hacemos realmente importa.
En cuanto a las citadas decisiones, tal y como era de esperar, en este capítulo también que tendremos que tomar bastantes y la mayoría de ellas serán realmente duras, probablemente las más grises hasta el momento. Una cosa que nos ha gustado mucho, es que si tenemos desactivada la opción de que el propio juego nos diga las consecuencias que tendrán nuestros actos (volvemos a recomendamos encarecidamente que desactivéis esta opción), muchas veces ni nos daremos cuenta de que estamos escogiendo.
Generalmente estas siempre se han tomado dejándonos muy claro si queremos hacer algo o no, pero aquí de ese tipo solo veremos un par. El resto dependerán de las opciones de diálogo que escojamos y de lo que hayamos hecho anteriormente, por lo que están mucho mejor integradas que antes. Para que os hagáis una idea de todo esto, al terminar un episodio siempre nos dicen el porcentaje de jugadores que ha tomado una decisión u otra. Habitualmente la diferencia era bastante acusada, aunque al terminar este nos hemos encontrado con que la mayoría se mantienen en torno al 50%.
Respecto a su jugabilidad, encontraréis exactamente lo mismo que ya pudimos disfrutar en las dos primeras entregas: QTEs para resolver algunas situaciones, decisiones y opciones de diálogo entre los que escoger a contrarreloj, y leves toques de aventura gráfica para amenizar el desarrollo. Hay alguna que otra novedad, como un momento en el que tendremos que apuntar con nuestro rifle a blancos móviles, pero poco más. Eso sí, en este capítulo hay muchos más momentos de exploración y de resolver pequeños puzles que antes.
En líneas generales, es algo menos intenso que Starved for Help (el segundo episodio), ya que si bien las situaciones que nos ofrece son tensas, no hay tantísima incertidumbre ni una sensación de peligro tan extrema como antes. En cambio, tenemos una historia mucho más triste y deprimente (en el buen sentido), donde veremos cómo todo se hace pedazos y seremos más conscientes que nunca de que este mundo no tiene piedad con nadie ni ofrece segundas oportunidades.
Por desgracia, quienes no tengan un buen nivel de inglés se perderán todo este empeño puesto en ofrecernos un magnífico guion, ya que volvemos a quedarnos sin una traducción oficial al castellano. Como siempre, los personajes hablan muy rápido y tendremos un tiempo muy limitado para escoger entre las distintas opciones de conversación. De hecho, en estos momentos ni siquiera aparecerán los subtítulos de lo que dicen los personajes mientras elegimos.
Entrando ya en su apartado gráfico, se mantiene su aspecto visual tipo cómic, algo que le sienta como anillo al dedo. Eso sí, tampoco es nada del otro mundo, y algunos detalles como las animaciones podrían mejorarse. Por suerte, su genial apartado artístico y lo expresivos que resultan los personajes consiguen compensar. En lo que respecta al sonido, tenemos una banda sonora que pasa desapercibida, los efectos de sonido son meramente funcionales (aunque los ambientales son bastante buenos) y el doblaje, a pesar de estar en inglés, es genial, con unas interpretaciones muy convincentes y que dotan de gran personalidad a sus personajes.
Conclusiones
The Walking Dead: Episode 3 - Long Road Ahead mantiene un nivel altísimo y vuelve a demostrar que Telltale Games sabe lo que se hace. El estudio se las ha vuelto a apañar para sorprendernos por tercera vez y dejarnos con muchísimas ganas de echarle el guante al siguiente capítulo. Puede que no llegue a los niveles de excelencia alcanzados en Starved for Help, pero su argumento es realmente impactante, sus giros totalmente inesperados y su guion nos tendrá pegados a la silla de principio a fin (de hecho os recomendamos jugarlo del tirón, que es como más lo disfrutaréis). A todo esto hay que sumarle que la historia y los personajes han evolucionado más que nunca y que las decisiones están mejor integradas que antes, por lo que su compra acaba por convertirse nuevamente en algo muy recomendable, tanto para los fans del cómic como para cualquiera que nunca haya tenido contacto con ellos.