Análisis The Thaumaturge, una absorbente historia sobrenatural de detectives en una versión alternativa de la Varsovia del siglo XX (PC, Xbox Series X/S)
The Thaumaturge es un juego al que resulta imposible no verle sus carencias. Sí, basta jugar un rato para ser conscientes de que su modesto presupuesto ha traído consigo numerosas limitaciones, pero si algo nos ha quedado claro tras adentrarnos en esta aventura es que Fool’s Theory ha creado una obra muy especial. Y lo es por muchos motivos, como su refrescante y absorbente ambientación, su interesantísima historia, sus atractivos personajes o incluso su misma propuesta, capaz de atraparnos por completo a poco que conectemos con lo que nos propone.
El don de la taumaturgia
Así pues, su guion nos lleva a una versión históricamente alternativa de la Varsovia de principios del siglo XX, una ciudad inmersa en una gran tensión política marcada por la lucha de clases y la invasión de Rusia, entre otras muchas cosas que no tardaremos en descubrir a nuestra llegada.
En este interesantísimo y atípico escenario encarnaremos a Wictor Szulski, un taumaturgo que regresa a su hogar para investigar la extraña muerte de su padre.
Por suerte, para cumplir con nuestra misión contamos que el don de la taumaturgia, gracias al cual podremos ver y sentir cosas imperceptibles para el resto de los mortales, como los sentimientos que las personas dejan impregnados en los objetos o incluso los demonios que pueblan la Tierra, unos seres conocidos como Salutors que se ven atraídos por los defectos de la humanidad y con los que podremos forjar pactos para que nos presten sus poderes.
No queremos dar demasiados detalles para evitar destripes innecesarios, pero lo que sí que os podemos decir es que la narrativa es el gran pilar sobre el que se sustenta todo el juego, ya que nos vamos a pasar más tiempo conversando y leyendo pistas y documentos que jugando como tal. Lo mejor es que la historia está tan bien escrita que consigue atraparnos desde el mismo principio. Se trata de un relato que no teme tratar temas delicados y de corte adulto que nos invitan a reflexionar sobre ellos mediante la toma de difíciles decisiones morales en las que nunca está claro que haya una elección "buena" o "mala". Simplemente, elecciones con sus correspondientes consecuencias con las que tendremos que aprender a lidiar.
A esto debemos sumarle una construcción fantástica de sus personajes, pues todos tienen unas personalidades muy complejas y unos trasfondos enormemente trabajados. Son personas repletas de virtudes y defectos, con sus miedos, intereses, ansiedades y conflictos internos, que tienen diferentes formas de ver la vida debido a sus circunstancias y a la forma en la que han lidiado con lo que les ha tocado vivir, lo que hace que resulten muy creíbles y humanos.
Esto es algo que se nota especialmente en Wictor, quien no podría estar más alejado de ser el típico héroe de videojuego, tanto por lo extremadamente orgulloso que es como por la personalidad tan difícil que tiene, algo a lo que hay que sumarle una relación complicada con la sociedad por su condición de taumaturgo y una serie de problemas familiares muy delicados que le generan múltiples sentimientos encontrados.
De igual modo, nos resulta imposible no considerar a la propia Varsovia como una protagonista más, ya que el estudio se ha esforzado muchísimo en recrearla con el mayor detalle posible para convertir a la ciudad en un lugar vivo que es producto de las numerosas y pequeñas historias que suceden en ella. De hecho, hay muchas pequeñas tareas y coleccionables que nos recompensarán con vistas de sus localizaciones más importantes y con ilustraciones que nos muestran los diferentes aspectos de la sociedad y la cultura de la época
Por cierto, no podemos olvidarnos de destacar algo muy importante: en este juego las decisiones importan. Sí, estamos acostumbrados a que muchos títulos nos dejen elegir, pero no tanto a que las consecuencias de nuestros numerosos y pequeños actos tengan un impacto real en el relato más allá de dos o tres elecciones importantes que hacen que el guion se ramifique hacia un lado u otro. Aquí, en cambio, todo lo que hagamos, por pequeño y leve que parezca, tendrá su correspondiente repercusión a medio o largo plazo, lo que deriva en un tramo final especialmente intenso y sorprendente en el que van convergiendo todas las pequeñas historias que hemos vivido en función de cómo hayamos actuado.
Resolviendo casos en Varsovia
Lamentablemente, todo lo bien que lo hace en cuanto a historia, personajes, tono y ambientación tiene su contrapartida en un desarrollo jugable que no termina de convencer del todo y que podría haber dado muchísimo más de sí. En términos generales, estamos ante una aventura de rol con perspectiva isométrica que basa casi toda su propuesta en nuestra labor como detectives de lo sobrenatural.
Tanto las misiones principales como secundarias están trabajadísimas a nivel de guion, hasta el punto de no ser capaces de deciros si nos han gustado más las primeras o las segundas, ya que todos los casos en los que nos hemos visto envueltos nos han parecido apasionantes. Sin embargo, el título no incluye ninguna mecánica de investigación o deducción como tal, por lo que todas nuestras pesquisas consisten en encontrar objetos de interés y examinarlos para que Wictor saque sus propias conclusiones y nos permitan pasar al siguiente punto de la misión, ya sea desbloqueando una nueva línea de diálogo con algún personaje o marcándonos la necesidad de explorar algún lugar concreto.
Por si no fuese suficiente, el juego siempre nos lleva de la mano y para encontrar las pistas y objetos simplemente nos bastará con pulsar un botón para que aparezca un rastro que nos guíe hasta ellos y nos dejen interactuar. Tampoco ayuda el hecho de que la forma de progresar en ellas sea tan rígida. Sí, hay varias decisiones que tomar durante el desarrollo de las mismas que afectan a cómo terminan, pero rara vez encontraremos múltiples maneras de resolver un problema "jugando", ya que hay investigaciones que quedarán bloqueadas si no tenemos el nivel necesario con los atributos que nos pidan para hacer una deducción, lo que resulta especialmente frustrante en el primer acto. ¿El motivo? Que para subir un atributo necesitaremos, además de puntos de habilidad, reclutar primero al Salutor que se corresponde con él, pero es posible que iniciemos un caso secundario que no vamos a poder terminar en ese momento al no disponer de dicho demonio por no haber avanzado lo suficiente en la historia.
El poder de los demonios
A pesar de ser un título eminentemente narrativo, en The Thaumaturge no nos van a faltar los momentos de combate, los cuales tienen lugar en partes muy concretas de las misiones mediante un sistema por turnos bien diseñado y con potencial, pero al que no se le termina de sacar lustre. Resumiendo de forma rápida, existe una barra de tiempo en la que podemos ver lo que van a tardar en actuar los enemigos y el ataque que están preparando, lo que nos permite prepararnos y escoger nuestras acciones en consecuencias para desbaratar sus planes. Por supuesto, dependiendo de lo que queramos hacer, nuestras técnicas y habilidades tardarán más o menos en ejecutarse, algo que tenemos que tener muy en cuenta para armar nuestra estrategia.
Lo interesante es que además de los ataques de Wictor, también podemos invocar a alguno de nuestros Salutors para que realice su propia acción, pudiendo alternar entre uno y otro con total facilidad según lo que requiera la situación, ya que cada demonio cuenta con habilidades únicas y están muy bien diferenciados. Por ejemplo, uno de ellos se especializa en bajar la concentración de los enemigos (si la reducimos a cero, interrumpiremos sus acciones y podremos desatar nuestras habilidades definitivas), mientras que otro es perfecto para castigar con estados alterados a nuestros rivales.
Para darle algo más de picante al asunto, alguno de nuestros contrincantes cuentan con rasgos pasivos que solo podemos anular rompiendo su concentración o cumpliendo el requisito que nos pidan, como tener cierto nivel en un atributo o atacar con un Salutor específico. Todo esto, sobre el papel, es interesante y permite unos enfrentamientos en los que debemos planificarnos muy bien y tomar múltiples decisiones. ¿Intentamos bajar la concentración de ese enemigo para rematarlo de un golpe o nos compensará más quitarlo de en medio con ataques normales? ¿Deberíamos invocar a este Salutor para que lleve a cabo esta acción tan poderosa que tardará tres turnos en ejecutarse o mejor intento apostar por habilidades menos potentes pero que me den un mayor margen de maniobra si las cosas se tuercen?
El problema llega cuando nos damos cuenta de que el juego nos da muchísimas facilidades para ralentizar e interrumpir las acciones de los enemigos antes de que estas puedan llegar a ejecutarse, lo que acaba derivando en que casi todos los enfrentamientos los resolvamos de la misma manera, algo a lo que tampoco ayuda el hecho de que la variedad de rivales no es especialmente alta y que rara vez tienen mecánicas únicas que nos obliguen a cambiar de táctica para adaptarnos a ellas. Como decimos, un buen sistema de combate al que no se le termina de sacar todo el partido que tiene.
Aquí también nos toca señalar que tampoco nos ha gustado demasiado lo forzados que están estos enfrentamientos durante el desarrollo de las misiones, ya que casi nunca nos van a dejar evitarlos por la vía diplomática. Lo peor es que las justificaciones argumentales que nos dan para ponernos a darnos de tortas y navajazos en mitad de las calles de Varsovia no suelen convencer demasiado y no son pocas las veces en las que estamos haciendo algo y aparece alguien de la nada buscando gresca por los motivos más ridículos, por lo que son momentos que interrumpen un poco el flujo de la narrativa.
Lo que sí que nos ha gustado es que el título tiene una duración perfecta para lo que propone, pudiendo completar la aventura entre en 15 y 20 horas, dependiendo de cuánto queráis dedicar a sus contenidos opcionales (os recomendamos que, al menos, hagáis las misiones secundarias, ya que merecen muchísimo la pena), lo que evita que se alargue de manera artificial o que llegue a cansar el desarrollo tan plano de las investigaciones.
Una recreación fantástica de Varsovia
Finalmente, en el apartado gráfico nos encontramos las obvias carencias que cabrían esperar de un proyecto de pequeño presupuesto, como unos modelados de personajes algo simples, expresiones faciales muy mejorables, animaciones normalitas y unas texturas que no terminan de destacar, aunque sabe compensarlo con una gran dirección de arte que capta a la perfección el espíritu de la ciudad y la época en la que se desarrolla, creando una ambientación magnífica que consigue que sea todo un gustazo pasearse por sus calles mientras nos sumergimos en su historia. Y mucho ojo al diseño de los Salutors, ya que no podrían habernos gustado más.
Por su parte, el sonido nos regala una banda sonora que suele apostar por temas de corte ambiental y a la que le falta algo de variedad, pero que lleva a cabo con éxito su labor y sabe captar el tono del juego y de todo lo que vemos en pantalla. Los efectos cumplen sin grandes alardes y el doblaje nos llega en inglés con unas interpretaciones más que correctas que destacan por los fuertes y diferentes acentos de los que hacen gala sus personajes. En cuanto a los textos, estos nos llegan en español con algún que otro error leve.
Conclusiones
The Thaumaturge es un juego que, a pesar de sus defectos, nos ha gustado mucho. No vamos a negar que nos habría encantado que las investigaciones hubiesen sido más interesantes en lo jugable o que a los combates se les hubiese sacado más partido y se hubiesen añadido más opciones para resolver los conflictos sin necesidad de luchar, pero es una aventura tan bien escrita y con un guion, unos personajes, unas misiones secundarias y unos temas tan interesantes que nos ha resultado imposible no dejarnos seducir por ella. Y eso por no hablar de su magnífica y atípica ambientación, todo un soplo de aire fresco para el género, o del hecho de que las consecuencias de nuestras decisiones tengan un impacto real en el desarrollo de los acontecimientos. Si os atrae lo que propone, os apetece convertiros en un detective de lo sobrenatural y no os importa sumergiros en una obra en la que prima lo narrativo sobre lo jugable, no dudéis en darle una oportunidad, pues estamos convencidos de que os va a sorprender muy positivamente.
Hemos escrito este análisis gracias a un código de descarga que nos ha ofrecido 11 bit studios.