Análisis de The Talos Principle (PC, Android, iPhone, Switch)

Justo cuando está terminando el año y parecía que no quedaban más grandes juegos por salir, nos llega The Talos Principle, la mejor aventura de puzles de 2014, un juego que no había levantado mucha expectación hasta el momento, y del que esperamos se hable mucho en las próximas semanas. Porque si te gustan las aventuras llenas de rompecabezas tipo Portal, y a la vez una narrativa elaborada e interesante, que se sale de lo habitual y que toca temas que otros juegos no se atreven, estamos seguros que os va a gustar.

Realmente no se parece mucho a la exitosa saga de Valve, aquí la habilidad, la rapidez de reflejos y el plataformeo no importan, son puzles pausados y con todo el tiempo del mundo para pensar y resolverlos, que casi nunca exigen movimientos rápidos. Pero al jugarse en primera persona –o en tercera si quieres-, y tener que usar los distintos elementos que encontramos en los escenarios para superar las situaciones que nos plantean, no se nos ocurre mejor referente para situaros, ya que creemos que al fan más entusiasta de Portal, le debería de gustar también The Talos Principle, pese a las evidentes diferencias.

Un juego desarrollado por los croatas Croteam, los responsables de la saga de juegos de acción en primera persona Serious Sam, que dan aquí un giro de 180 grados y nos ofrecen algo totalmente distinto a lo que habían hecho hasta el momento, de lo que no solo salen airosos, sino que además nos parece uno de los juegos más interesantes y estimulantes de este año, un título imprescindible para aquellos jugadores que disfrutan pensando y poniendo a prueba sus neuronas. Con una historia escrita por Tom Jubert (FTL: Faster Than Light, The Swapper) y Jonas Kyratzes (Infinite Ocean), sin duda arriesgada y diferente, que encantará a los amantes de la ciencia ficción y la filosofía, especialmente de la rama de la metafísica.

¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?

The Talos Principle cuenta con dos pilares fundamentales: la narrativa y la jugabilidad, los dos prácticamente igual de buenos, aunque curiosamente no terminan de encajar o mezclarse bien del todo, una de las pegas que se le puede poner al juego, aunque a nosotros en ningún momento nos ha parecido un problema. La aventura arranca cuando despertamos en un extraño y bello mundo sin seres humanos o animales, con ruinas de antiguas civilizaciones como la egipcia y la romana, para descubrir desde el primer momento que somos un androide. Aquí nos recibe la cálida y contundente voz Elohim, el omnipresente dios que nos ha creado, que nos da la bienvenida a su paraíso y nos invita a disfrutar y a resolver los múltiples rompecabezas que hay repartidos por este mundo, con una única condición: que no intentemos acceder a una misteriosa torre, la fruta prohibida.

Desde este recibimiento empezaremos a resolver unos rompecabezas ubicados en áreas cerradas o acotadas que al completar nos premian con los sigilos, unas piezas de Tetris que permiten abrir nuevas zonas para poder seguir avanzando en la aventura. Además de la voz de Elohim que nos guía, nos da consejos y nos advierte y que nunca se hace pesada, unos archivos de audio que encontramos repartidos por los escenarios, y unos códigos QR con frases que han dejado otros androides (y que podemos dejar nosotros los jugadores, como si de los mensajes de Demon's Souls o Dark Souls se tratara), la historia se nos cuenta a través de unos terminales informáticos, con los que es totalmente opcional interactuar. Por lo que si alguien quiere pasar de la narrativa, porque no le interesa o le aburre, y se quiere centrar solo en el juego de puzles, lo puede hacer perfectamente.

En estos ordenadores accedemos a una serie de documentos que nos hablan de un misterioso experimento científico, que nos ofrecen extractos de textos filosóficos y de la literatura antigua, y es aquí donde podemos hablar con una inteligencia artificial, como nosotros, en conversaciones más que interesantes, en las que podemos elegir diferentes respuestas. Partiendo como principal fuente inspiración de la literatura Philip K Dick, y las eternas preguntas que plantearon los grandes filósofos griegos como Platón y Aristóteles, el juego pone encima de la mesa temas sorprendentemente profundos y de enorme calado, como qué nos hace humanos, y si una inteligencia artificial lo suficientemente compleja, que tuviera conciencia de sí misma, podría llegar a considerarse un ser humano y tener los mismos derechos.

Estos son solo algunos de las temas, ya que The Talos Principle se atreve con todo y tiene una valentía admirable, era fácil que cayera en la pedantería o la pretenciosidad y ha conseguido evitarlo, tratando todos estos temas filosóficos tan profundos con sorprendente naturalidad. Dependiendo de nuestras conversaciones con los terminales y de las decisiones que tomemos, ya que es un juego con muchos secretos y rutas secundarias, podremos alcanzar diferentes finales, profundizando más o menos en su historia.

La estructura de la aventura es muy abierta, y nos da una enorme libertad desde el principio hasta casi al final para elegir el orden en el que queremos resolver sus acertijos. Tenemos un mundo central, dividido en tres grandes mundos, y dentro de estos se encuentran las diferentes fases, con 120 puzles en total. Para conseguir abrir zonas y adquirir nuevas herramientas, tenemos que tener unas piezas concretas de Tetris, algo perfectamente indicado en todo momento, y encontrarlas es fácil, ya que los escenarios están llenos de señalizaciones que nos llevan hasta ellas sin perdernos.

El color de la pieza, verde, amarillo o rojo, nos indica la dificultad del puzle al que nos vamos a enfrentar, aunque en un principio nada nos impide meternos en un puzle de dificultad elevada al comienzo del juego. Sí que nos advierten antes de entrar en un puzle que necesitaremos haber desbloqueado una de las herramientas básicas para resolverlo, que son pocas, y que no se tardan mucho en desbloquear. Primero unos trípodes con un cristal, capaces de reflejar la luz, lo que sirve para dirigir unos rayos laser que abren portales, luego unos simples bloques que podemos mover para activar mecanismos y en los que nos podemos subir, unos ventiladores que activados nos lanzan por el aire, tanto a nosotros como a otros objetos, un terminal que nos permite hacer una grabación de nuestros movimientos, que luego reproducimos como si se tratara de un clon, y por último una bandeja sobre la que podemos subirnos, si la ha cogido uno de estos clones.

Además de todo esto, en los puzles hay barreras de energía, interruptores de todo tipo y unos robots enemigos, que si pasamos muy cerca explotan sobre nosotros y nos devuelven al principio del rompecabezas, y unas torretas que nos disparan si nos ponemos a tiro. Nunca nos agobian con muchos de estos elementos a la vez, tanto las herramientas como las trampas o barreras enemigos, y con esto consiguen que los puzles sean intuitivos y nunca demasiado enrevesados. De hecho la curva de dificultad es muy progresiva, y los primeros acertijos nos parecerán incluso demasiado fáciles, pero esto es bueno a la larga, ya que asimilas de manera muy fácil las mecánicas y el diseño de los acertijos, y horas después te sorprenderás resolviendo puzles realmente complejos y complicados, que en las primeras horas te hubieran parecido imposibles.

Al contar con una estructura tan abierta si te atascas en un puzle no es ningún problema, siempre tienes otros muchos para elegir, y dejar ese que se te ha atragantado para más tarde. Y como en otros grandes juegos de rompecabezas, el dejar descansar la mente funciona, y nos ha pasado que en un puzle en el que hemos estado más de media hora sin revolverlo, teniéndolo que dejar por imposible, hemos vuelto horas después a él, y nos lo hemos pasado a la primera sin problemas, como si nuestra mente durante todo ese tiempo hubiera estado resolviéndolo en segundo plano, una sensación que nos encanta. A los más exigentes de este tipo de juegos puede que les parezca demasiado fácil en un primer contacto, pero tiene retos secundarios y escondidos que son realmente complicados, así como unos coleccionables opcionales que son muy difíciles de conseguir. Por tanto, es un juego que se adapta a diferentes exigencias de dificultad.

Y además de los 120 puzles con los que cuenta la aventura de "serie", que se puede superar en unas 15 horas o incluso más a poco que te entretengas con la interesante historia y los muchos misterios que esconde, encima incluye soporte para Steam Workshop, por lo que los usuarios podrán crear sus propios niveles y campañas, como vemos en una opción del menú principal. Por tanto tenemos juego para rato, tanto por todo lo que trae de salida como por lo que está por venir, y sentimos mucha curiosidad por saber qué va a crear la comunidad.

Y queda hablar de los gráficos y el sonido, no menos importantes que la historia y la jugabilidad en The Talos Principle, ya que hacen que la experiencia sea siempre muy agradable, incluso relajante, nunca frustrante o pesada. Una música que ambienta a la perfección, muy relajante, buenas voces en castellano, con una buena y necesaria traducción dada la enorme cantidad de textos, y unos escenarios muy bonitos e inspiradores, en los que no te importa estar perdido durante horas junto a la agradable banda sonora.

Una de las sorpresas más agradables de este año

Si te gustan los juegos de rompecabezas que sean largos, complejos, llenos de secretos y con una gran libertad para jugador, que nunca sean frustrantes, y que además cuenten con una historia misteriosa y elaborada, que toca temas interesantísimos de la ciencia ficción y la filosofía, te va a enamorar este juego.

Una aventura para tomarse con calma y jugar sin prisas, degustándola, que hace todo sorprendentemente bien y a la que no le encontramos prácticamente ninguna pega, más allá de que su narrativa se encuentra un poco aislada de la jugabilidad, y que después de muchas horas, por la falta de novedades jugables, puede llegar a hacerse un pelín repetitivo. Si necesitas echarte una especie de Portal a la boca, y no te asustan los juegos que te hacen pensar, tanto por sus rompecabezas como por las ideas y temas que plantea, tienes que probar The Talos Principle, una de las mejores aventuras de puzles de los últimos años.