Análisis The Past Within, tenebrosos puzles cooperativos (PC, Switch, Android, iPhone)

Rusty Lake, saga que comparte nombre con el estudio que la desarrolla, lleva años haciéndose un hueco en el género de los puzles interactivos con múltiples entregas que comparten un mismo universo pero buscan reinventarse constantemente. The Past Within es la nueva aventura publicada por esta desarrolladora y destaca por ofrecer rompecabezas cooperativos en los que una persona juega en el pasado mientras que la otra lo hace desde el futuro. La comunicación es esencial para avanzar y descubrir el tenebroso misterio que hay detrás de la máquina que permite la conexión entre ambas líneas temporales.

Pasado y futuro unidos para resolver el presente

The Past Within es un juego de puzles al que enfrentarse junto a otra persona, aunque cada una tendrá que mirar exclusivamente en su pantalla (lo que requiere que ambos posean una copia del juego, escollo fácil de salvar gracias a su precio reducido).

Uno de los dos juega en el pasado, encerrado en una habitación de cuatro paredes representadas en dos dimensiones. Otro juega en el futuro, donde toquetea un misterioso artefacto en forma de cubo alrededor del que puede girar a su antojo debido a que está en tres dimensiones.

Nada más empezar, la persona del pasado ve una carta que puede abrir: es de su padre recién fallecido, cuyo ataúd está en la misma habitación en la que transcurre el juego. En esa carta hay una fecha subrayada no muy sutilmente, lo que nos indica que es un dato útil, una pista que la persona que juega en el futuro puede utilizar en alguno de los muchos recovecos de su caja misteriosa. Nosotros no vemos lo que hace la persona del futuro, así que tenemos que darle toda la información posible: esta fecha parece un código, tiene cuatro cifras, aparece en la misma carta en la que se menciona un artefacto cúbico…

Aquellos extraños rompecabezas que resolvimos juntos

Durante la hora y algo que dura una partida (yendo a tiro hecho, algo difícil de hacer en nuestro primer acercamiento el juego) no dejaremos de comunicarnos con la otra persona tratando de buscar una pista que nos ayude a desatascar la situación resolviendo un puzle. O al menos no deberíamos dejar de hacerlo, porque sin esa cooperación es imposible solucionar ni un solo rompecabezas de todos los que hay en el juego. A veces, eso sí, hay atascos (inevitables en este tipo de juegos) que se hacen mucho más pesados por su faceta cooperativa: esperar a que la otra persona se desbloquee produce una desconexión momentánea azuzada por la restricción autoimpuesta de no mirar a la otra pantalla para ayudar.

En cualquier caso, pesan más los momentos de juego e investigación compartida. Pensar en The Past Within tras haberlo jugado arroja una conclusión clara: es un juego envolvente que desde unos parámetros muy simples (ni siquiera hay conexión online entre las dos pantallas, por ejemplo) nos sumerge en una aventura de tintes grotescos y sobrenaturales. Mientras estamos jugando nos dejamos llevar por su fantasía, que nos hace ver que es una experiencia mucho más grande de lo que es. Ahí está su magia, que sólo se difumina cuando un puzle se repite demasiado o cuando los rompecabezas siguen unas directrices tradicionales (no nos libramos de los relojes, llaves, códigos, tableros de ajedrez…).

A eso hay que sumarle un apartado audiovisual que cumple su función de mostrar espacios legibles tanto en dos como en tres dimensiones. La entidad estética de Rusty Lake es muy particular y aquí se recoge de una manera más que adecuada, dándole una nueva profundidad (literalmente) sin dejar de lado la honestidad de los diseños de sus estancias y personajes. La música del juego, y sus efectos de sonido, también tienen sus momentos de gloria al reforzar la macabra poesía que envuelve todo este conjunto.

Conclusiones

The Past Within es un buen ejemplo de cómo los juegos de puzles no necesitan hacer alardes para conseguir una experiencia desafiante. Este cooperativo ni siquiera requiere conexión entre los dos dispositivos en los que se juegue, sólo hace falta que las dos personas que controlan cada una de las líneas temporales (futuro y pasado) puedan comunicarse para avanzar al mismo son: en una pantalla están las pistas que se necesitan para resolver un rompecabezas en la otra, forzándonos a colaborar con nuestro acompañante y propiciando emocionantes momentos de iluminación compartida. Puede que el diseño de sus puzles sea más sencillo de lo que la capa de cooperación nos deja ver, pero sin duda es un juego completamente recomendable para quienes les gusten las escape room con un puntito grotesco.

Hemos realizado este análisis en PC con dos códigos para Steam proporcionados por Game Drive.