Análisis de Star Wars: El Imperio en Guerra (PC)

La Guerra de las Galaxias es, sin lugar a dudas, la propiedad intelectual sobre la que más juegos, y de todos los géneros, se han realizado. Llevaría muchas páginas hablar de todos ellos, como puede comprobarse en nuestro extenso reportaje, pero en definitiva la conclusión que se saca es que siempre es buen momento para lanzar un juego basado en el universo de George Lucas, que tiene grandes títulos en todos los géneros de importancia, aunque quizás sea en el de estrategia donde tenía hasta ahora mayores carencias.

Star Wars: Battlegrounds, el último juego de este género no había sido malo en absoluto, pero se trataba tan solo de un clon de Age of Empires, desarrollado, de hecho, por los creadores de éste, que tuvo buenas ventas y críticas pero no llegó al sobresaliente ni mucho menos.

Este nuevo Star Wars: El Imperio en Guerra es un juego de estrategia en tiempo real desarrollado por Petroglyph Games, un estudio recién fundado, pero compuesto por veteranos del sector, entre ellos ex empleados de Westwood, una de las compañías responsables del nacimiento del célebre género de la estrategia en tiempo real. El Imperio en Guerra resulta por lo tanto un juego muy prometedor a primera vista.

A grandes rasgos, El Imperio en Guerra es un juego de estrategia que bebe de las tendencias actuales del género. Es decir, la separación entre batallas en tiempo real y una especie de macrogestión que no es por turnos, sino también en tiempo real, pasando los días gradualmente, y pudiendo hacer un número de movimientos solo limitado por la velocidad a la hora de pensarlos y ejecutarlos. En el modo de gestión desarrollaremos tecnologías, construiremos unidades y estructuras, y podremos dirigir nuestros ataques. En las batallas en tiempo real también construiremos algunas estructuras, como torretas o estaciones de reparación, y algunas unidades en el caso de que estemos defendiendo un planeta y tengamos en él estructuras de construcción. El juego incluye algunas de las últimas tendencias en la estrategia, como la existencia de héroes –muy adecuados tratándose de Star Wars-, aunque no otros elementos como la experiencia y los niveles.

El modo principal del juego se llama Conquista Galáctica, que en el modo campaña está dirigido por una historia. En él tendremos, en nuestra pantalla de macrogestión, "el universo a nuestros pies", viendo un mapa de planetas, conectados entre sí por nexos, que determinan un gran mapa en red. Entre ellos están todos los planetas famosos de las películas, y otros solo aparecidos en videojuegos y otro material Star Wars. Es decir, Coruscant, Tatooine, Dantooine, Hoth, Yavín, Endor… así hasta unos cuarenta, aunque hay diferentes mapas galácticos, algunos de ellos con menos planetas para, por lo tanto, campañas más cortas.

Nosotros comenzaremos en tan solo unos planetas, y tendremos que expandirnos por los demás, conquistando primero sus cielos –sus estratosferas sería más adecuado decir- y luego su superficie. En el modo de gestión, como decíamos, podremos construir unidades y estructuras –con sistemas de construcción independientes de cada planeta, y con dos "filas", una de naves espaciales, y otra de tierra-, desarrollar tecnologías –robarlas, en el caso de los rebeldes- y mover unidades.

Cada planeta tiene una superficie donde puede haber hasta una guarnición de 10 unidades, y tres solapas espaciales donde podremos organizar flotas, tanto de escuadrones y naves propiamente dichos, como de transportes con tropas terrestres. Podremos mover grandes grupos de unidades de una solapa a otra con facilidad –uniéndose en el caso de que haya más ahí-, o bien hacerlo unidad por unidad, haciendo zoom en el planeta y obteniendo también información sobre el mismo.

Cuando haya un conflicto, el juego entrará en el modo batalla, y es aquí donde hay una de las sorpresas más agradables de este El Imperio en Guerra, ya que incluye batallas tanto terrestres como espaciales, independientes entre sí y solo relacionadas por ataques anecdóticos –bombardeo de Y-Wing en las terrestres, disparo de cañón iónico en las espaciales-. Son muy diferentes entre sí, por lo que les dedicaremos apartados aparte.

Las batallas terrestres son a grandes rasgos muy parecidas a las de los otros juegos de estrategia en tiempo real salvo que, a no ser que seamos los defensores de un planeta en el que tengamos estructuras, no podremos construir unidades adicionales. De hecho, la presencia de unidades en el terreno de juego estará determinada por el número de puntos de refuerzos que hayamos conseguido, éstas son zonas del mapa donde pueden aterrizar los refuerzos, y resultan vitales, especialmente en batallas donde nuestro punto de entrada nos proporcione muy poco margen (tres unidades es realmente agobiante). Las unidades no son "unidades" en el sentido literal, sino entidades. Cinco tanques constituyen una unidad, tres batallones de Stormtrooper constituyen una unidad y un AT-AT constituye una unidad por sí solo.

Como decíamos, aquí el juego se comporta básicamente como un juego de estrategia normal, con dos ejércitos bien definidos que tienen sus pros y sus contras. Cada unidad tiene fortaleza contra un tipo de unidad o estructuras, y debilidades con otras. De este modo, y este es sin duda el ejemplo más claro, el poderoso AT-AT es extremadamente débil contra los Speeders –que hacen los del cable-, mientras que los tanques T-2B aliados son hechos trizas fácilmente por cualquier pirata con un lanzacohetes. En este sentido el juego está bastante equilibrado. Si bien el imperio cuenta con una gran cantidad de unidades acorazadas, la infantería aliada tiene más opciones, una de ellas el soldado con lanzamisiles, que es extremadamente útil contra las unidades acorazadas.

Una de las cosas curiosas de El Imperio en Guerra es la existencia de habilidades especiales para las unidades, que se activan accionando un botón. De este modo, la infantería puede buscar cobertura, los TIE Maulers autodestruirse, los tanques T-2B buscar enemigos, los AT-ST concentrar fuego, los AT-AT "soltar" un pelotón de Stormtroopers… son habilidades que usaremos mucho, especialmente la cobertura de la infantería. Pero cuando las habilidades cobran verdaderamente importancia es en el caso de los héroes, uno de los puntos más fuertes del juego no solo por su capacidad para marcar la diferencia sino también por lo bien que se siente uno controlando a Darth Vader y aniquilando media rebelión en un suspiro.

Los héroes son unidades caras, todo sea dicho, pero que resultan vitales en el juego, además de poder actuar tanto en el modo macrogestión como en las batallas terrestres y en las espaciales (algunos de ellos tienen las dos funciones). En el caso de las terrestres, los héroes suelen ser unidades muy duras de pelar, con una gran capacidad de fuego, y habilidades especiales que marcan la diferencia. Kyle Katarn puede lanzar un detonador termal y correr a toda velocidad, Mara Jade puede convertir enemigos que la rodean, Obi Wan Kenobi puede sanar o proteger, El Emperador puede lanzar rayos, Boba Fett usar su lanzallamas o volar por el escenario, Darth Vader aniquilar la infantería que le rodea o levantar vehículos en el aire y hacerlos trizas… Son habilidades que marcan la diferencia verdaderamente, y de hecho los héroes son durísimos de matar, especialmente Obi Wan. A veces estará a punto de morir justo para que se recupere nuestro poder de sanar y así aguantar otros tres minutos más rodeado de AT-ST enemigos.

En el caso del modo de gestión, algunos héroes mejoran la condición de producción en un planeta, otros pueden robar tecnología –tal es el caso de C3PO y R2D"-, hacer contrabando (Han Solo)… y, por supuesto, aquellos que en las películas hayan demostrado su habilidad para gobernar una nave, también podrán participar en las magníficas batallas espaciales de El Imperio en Guerra.

Éstas siguen un esquema parecido a las terrestres, aunque en este caso el número de unidades estará limitado siempre por el mismo número, sin tener que buscar puntos de refuerzo. Si tenemos más unidades de las que nos permite el número, luego, cuando hayamos perdido algunas, podremos hacer que vengan vía hiperespacio a un punto que tengamos a las vista. Los escenarios espaciales tienen algunas zonas donde el radar no ve, cubiertas perpetuamente por niebla de guerra. Tal es el caso de los conjuntos de asteroides o de escombros, las nebulosas o las zonas afectadas por las estaciones espaciales enemigas.

En las unidades espaciales hay una considerable diferencia entre las naves que van en escuadrón (varias naves, pero controladas todas al mismo tiempo) y las fragatas y cruceros, con un término medio que constituyen las naves de patrulla como la Corellian. Las pequeñas naves no cuentan con escudo, y trabajan en grupos de tres o cinco unidades, organizándose de forma automática, al igual que la infantería en el modo terrestre. Las naves medianas cuentan con escudo, y con alguna habilidad especial (aumentar velocidad, poder de fuego, escudo, etc…), pero no tienen puntos de impacto diferenciados.

En el caso de las grandes naves, éstas además de tener habilidades especiales cuentan también con una serie de puntos por toda su estructura que señalan dónde está el motor, el generador de escudo o las baterías láser, y que pueden impactarse directamente. De este modo, si estamos atacando un destructor imperial con varios escuadrones de Y-Wing, lo primero que haremos será intentar inutilizar su escudo, y más tarde atacar a las baterías de láser, para finalmente destruir el resto. Aquí radica gran parte de la táctica de este modo de juego.

Del mismo modo que en el modo terrestre, también hay héroes del espacio, desde Darth Vader con su TIE avanzado hasta Luke Skywalker y su Escuadron Rojo, pasando por Han Solo, Boba Fett e incluso el Almirante Akbar al mando de su gigantesca y mortífera nave. Hay una gran variedad de unidades, entre las heterogéneas rebeldes y las diferentes clases de destructor imperial y, por supuesto, la estrella de la muerte.

Star Wars: El Imperio en Guerra se muestra por lo tanto como un juego de estrategia que pretende resultar muy completo a todo fan de Star Wars, y de hecho éstos estarán encantados, pero por desgracia el juego adolece de ciertos defectos. El primero y más general de ellos es que las batallas terrestres son peores que las espaciales. Éstas son más dinámicas, más espectaculares, más divertidas, aunque no demasiado estratégicas, y generalmente gana el que más naves y potencia tenga, marcando la táctica poca diferencia. Las terrestres no son malas, pero se hacen repetitivas rápidamente, son más lentas y no tienen demasiado componente táctico. Y en ambos casos los escenarios resultan demasiado pequeños.

Algunas relaciones entre unidades están desequilibradas, los escenarios son un tanto esquemáticos y limitados –no hay alturas, por ejemplo, y cuando las hay no influyen- y los enfrentamientos son "toma y dacas", sin grandes opciones. Solamente la superioridad numérica nos da superioridad, no el hecho de flanquear al enemigo o rodearlo. El modo de gestión, por su parte, está bien pero no ofrece demasiadas opciones, siendo un tanto simple. Sin embargo, El Imperio en Guerra es un juego muy bien llevado con dos campañas interesantes, con una historia familiar a todos, y muy completo al contar con tres áreas de acción, aunque éstas no impliquen necesariamente ni mucha táctica ni tampoco demasiada estrategia, salvo en lo que se refiere a proteger a nuestros planetas de posibles invasiones.

A nivel gráfico el juego luce muy bien, mostrando unos escenarios con mucho detalle, aunque por supuesto todas las alabanzas se las llevan las naves espaciales, sobre las que podremos hacer zoom para comprobar la atención al detalle que el equipo ha puesto en todos los aspectos del juego. Aunque no es espectacular, resulta notable a nivel gráfico. El sonido por su parte cuenta con la "librería" de siempre, con sus efectos sonoros clásicos de la saga, su música interactiva extraída de las películas, y un buen doblaje.

El Imperio en Guerra es un buen juego de estrategia, muy recomendado a los aficionados a Star Wars y a los fans de estrategia en general. Ofrece por primera vez una experiencia estratégica Star Wars completa, más allá del clon de Age of Empires que era Battlegrounds, e incluye prácticamente todos los héroes y unidades imaginables en un juego de Star Wars. Quizás su defecto sea cierta superficialidad en lo que resulta la táctica en sí, con escenarios pequeños y demasiado estándar en la parte terrestre, y también pequeños y poco propensos a la táctica en el caso de los espaciales. De todas formas se trata de un juego muy completo que los fans de la obra de George Lucas apreciarán y disfrutarán mucho.