Análisis de Shelter (PC)
Cuando nacieron los videojuegos, estos lo hicieron como un nuevo medio de entretenimiento donde solo se buscaba divertir al usuario. Pero poco a poco y con el paso de los años, el sector ha ido madurando y evolucionando hacia algo más, lo que ha permitido a los desarrolladores ofrecer experiencias muy experimentales que van más allá de la simple diversión, donde lo que se busca es desencadenar una respuesta emotiva por parte del jugador. Tras habernos hecho disfrutar con Pid, Might & Delight nos trae ahora Shelter, un título totalmente diferente a cualquier cosa que hayamos visto hasta el momento.
La preocupación de una madre
Shelter nos pone en la piel de una madre tejón que debe proteger y cuidar a sus cinco crías en un viaje repleto de obstáculos. Para ello tendremos que buscarles alimento y guiarles para que puedan evitar a los depredadores y a los peligros naturales que nos acecharán constantemente.
Como podréis imaginar por este planteamiento, no se trata de un juego que sea para todo el mundo, pero al mismo tiempo es una experiencia que cualquiera puede disfrutar y cuya única barrera la pondremos nosotros, dependiendo de lo abiertos o no que estemos a las nuevas propuestas.
Si realizáramos un análisis de esta aventura valorando los pros y contras habituales que encontramos en cualquier otro juego, probablemente no saldría muy bien parado. Pero aquí no cuenta que tenga una jugabilidad muy profunda y elaborada o que incluya una apabullante cantidad de contenidos que nos mantenga pegados a la pantalla durante meses. Lo importante de Shelter es la experiencia tan personal que ofrece y los sentimientos que consigue provocarnos.
Cuando comenzaron su desarrollo, los chicos de Might & Delight dejaron claro que lo que pretendían conseguir era forjar un vínculo entre el jugador y las crías, de tal forma que realmente nos preocupáramos por ellas y quisiéramos protegerlas a toda costa. Y damos fe de que es algo que se ha conseguido. Cuando menos os los esperéis, os sorprenderéis contando constantemente a los retoños para aseguraros de que están todos, entraréis casi en pánico cuando os falte uno y no sepáis dónde está, y la muerte de cualquiera de los pequeños os hará sentir una sensación de fracaso, tristeza e impotencia pocas veces conseguidas en un videojuego.
Esto último es realmente importante, ya que si perdemos a una de nuestras crías nos despediremos de ella para siempre, algo que ayuda mucho a la hora de reforzar ese sentimiento de protección. Ver cómo uno de los pequeños nos grita pidiendo ayuda desesperadamente tras haber sido apresado por un águila sin que podamos hacer otra cosa más que continuar adelante para poner a salvo al resto de la camada, ya os aseguramos que consigue tocar la fibra sensible. Evidentemente, si se os muere una por el camino siempre podéis cargar el nivel desde el principio, aunque no creemos que esta sea la forma adecuada de disfrutar del juego, al menos en una primera partida, por lo que os recomendamos pasároslo del tirón y asumiendo todos vuestros errores y fracasos.
Entrando ya en lo que es su desarrollo y jugabilidad, comentar que Shelter es un título totalmente lineal. Los niveles tienen un principio y un final, y el camino siempre suele estar muy claro, aunque hay cierto margen para explorar un poco y buscar algo más de alimento. Cuando una de nuestras crías tenga hambre irá perdiendo el color de su piel, de forma que siempre podremos tener localizados a los pequeños que necesitan alimentación con más urgencia. Decir que la comida abunda en cantidades industriales, por lo que difícilmente nos encontraremos en una situación en la que uno de los retoños no pueda avanzar por falta de fuerzas. Bastará con que desenterremos lo que vayamos encontrando, golpeemos árboles para hacer que caigan sus manzanas o que cacemos animales con cierta regularidad para evitarnos problemas de desnutrición.
También tenemos que tener en cuenta que los pequeños no cuentan con las mismas características físicas que nosotros. En consecuencia, no podrán correr al mismo ritmo, por lo que no podremos quitarles el ojo de encima ni un momento si no las queremos perder. Por ejemplo, hay ciertos momentos en los que tendremos que escondernos en la hierba para que no nos vea un águila. Si salimos corriendo de un matorral a otro sin estar seguros de si todas las crías están pegadas a nosotros, lo más probable es que al intentar seguirnos la más alejada se quede atrás y sea interceptada a mitad de camino, algo que hará que nunca os queráis separar de ellas para asegurar su supervivencia.
Cada nivel suele ofrecer nuevos peligros, de forma que siempre hay cierta variedad. Dada la naturaleza del juego, lo mejor será que los descubráis por vosotros mismos para no arruinaros ninguna sorpresa. Eso sí, pensamos que se podría haber estirado un poco más este tema y haber hecho un viaje más largo y con más niveles, ya que es perfectamente completable en una hora o dos horas, dejándonos con ganas de algo más. No es tanto el hecho de que sea corto como el de habernos dejado con la sensación de que el viaje podría haberse explotado mucho más con dos o tres niveles adicionales que ofrecieran más situaciones por las que preocuparnos por las crías (aunque también es cierto que si se hubiera hecho esto más de uno llegaría al final sin nadie a quien proteger).
A nivel visual nos encontramos con un juego muy bello gracias a su diseño artístico, el cual toma como fuente de inspiración diversos estilos japoneses, lo que le da un toque algo abstracto que le sienta de maravilla y que nos sumerge de pleno en un mundo donde lo real adquiere formas muy llamativas. Aunque ojo, que nadie se espere un despliegue gráfico de la próxima generación, porque a nivel técnico se trata de un título muy discreto. De hecho, raro será el equipo que no sea capaz de hacerlo funcionar con fluidez, dado sus pocos requisitos.
En cuanto al sonido, nos encontramos con que Retro Family se ha ocupado de componer su banda sonora, la cual incluye temas que casan perfectamente con lo que vemos en pantalla, elevando los niveles de tensión cuando es necesario y haciendo uso del silencio cuando la situación lo requiera para dar paso a los sonidos de ambiente, los cuales son bastante buenos.
Conclusiones
Shelter es un título especial. Uno del cual podríamos comentaros muchas cosas (y creednos que nos gustaría), pero todo lo que os dijéramos apenas serviría de algo, ya que cada uno de vosotros lo experimentará de una forma muy distinta. Como ya hemos dicho, no es un juego para todo el mundo y es tan diferente que quizás muchos ni siquiera se atrevan a darle una oportunidad, pero si queréis algo nuevo, único, muy personal y que no se olvide fácilmente, este viaje es algo que deberíais de probar al menos una vez en la vida.