Tras Pid, Might and Delight vuelve a la carga con Shelter, un nuevo juego que apuesta por algo muy distinto a lo que pudimos ver en la ópera prima del estudio. De hecho, su propuesta es totalmente experimental, por lo que poco o nada tiene que ver con el resto de títulos que se pueden encontrar en el mercado actualmente, lo que viene a demostrar nuevamente que el mundo de los desarrollos independientes es el refugio perfecto para todo aquel que busque algo diferente e innovador.
Difícilmente podríamos encajar a Shelter dentro de un género y la definición más aproximada que podemos daros de él es que se trata de un simulador de madre tejón en forma de juego de aventuras.
Básicamente, nuestro objetivo será superar cada uno de los niveles protegiendo y cuidando a nuestras cinco crías, una tarea que si queremos llevarla a cabo con garantías nos impedirá quitarles el ojo de encima, ya que los peligros son muchos y el tejón no es precisamente el animal más temible de la naturaleza.
El título prescinde totalmente de vídeos y de cualquier tipo de diálogo, ya que aquí los animales no hablan ni nada similar, por lo que la historia de Shelter se acaba convirtiendo en el propio viaje, el cual será experimentado de una forma muy diferente por cada jugador. Gran culpa de esto último lo tiene el hecho de que si perdemos a una de nuestras crías, la perderemos para siempre. Nos ha resultado muy interesante comprobar cómo la muerte de cualquiera de ellas transmite tal sensación de fracaso que conseguirá que muchos de vosotros reiniciéis niveles para salvarlas, mientras que los demás seguirán adelante, cargando con el peso de las consecuencias durante el resto de la aventura, afianzando las ganas de proteger a las que todavía están vivas y fortaleciendo el vínculo con ellas.
A nivel jugable nos encontramos con un juego en 3D y con un diseño de niveles totalmente lineal, sin apenas opción para salirse del camino marcado. Sus controles son muy intuitivos y el propio título nos enseña a jugar de una forma muy orgánica y sin que nos molesten con invasivos y pesados tutoriales. Simplemente nos señalarán en la esquina superior izquierda de la pantalla el botón a pulsar con una pequeña ilustración de la acción que podemos realizar, pero sin pausar o interrumpir el desarrollo del juego.
En nuestro avance tendremos que preocuparnos de que las crías estén bien alimentadas, algo que conseguiremos cazando pequeños animales, consiguiendo fruta de los árboles o excavando en busca de verduras. Si recogemos los alimentos con la boca, podremos decidir a quién dárselo, algo que nos será muy útil cuando veamos que una de ellas está perdiendo la viveza de sus colores, ya que eso significará que está mal alimentada y que necesita comida.
Por los pocos niveles que hemos podido jugar en esta versión previa, parece ser que conseguir alimentos no va a ser un gran problema, debido a la cantidad de comida que encontraremos en nuestro avance. Un detalle que nos ha parecido muy curioso y que nos ha gustado es que para cazar animales tendremos que acecharlos ocultándonos entre la hierba sin hacer ruido, de forma que podamos acercarnos a ellos sin que echen a correr asustados. Lo malo es que cazarlos es muy fácil y no supone ningún tipo de desafío, por lo que esperamos que en los niveles más avanzados den más problemas para que tengamos que desarrollar estrategias algo más complejas.
En cuanto al diseño y desarrollo de las fases, decir que nos ha alegrado comprobar lo diferentes que son entre sí. Cada nuevo nivel nos propone un nuevo reto y un tipo de desafío distinto. Para que os hagáis una idea, en esta demo hemos tenido que evitar a un águila gigantesca usando el sigilo para que no nos devore, atravesar un bosque de noche tratando de no perder de vista a las crías (las cuales salían corriendo espantadas al mínimo ruido que escuchaban), escapar de un incendio y evitar una fuerte riada en medio de una tormenta.
En la parte negativa, decir que nos hemos encontrado con una inteligencia artificial que deja bastante que desear y que entorpece mucho el desarrollo del juego. Las crías tienden a chocar entre ellas y a quedarse bloqueadas contra casi cualquier pared o árbol del camino, así como a no seguirnos correctamente, lo que a veces conseguirá que las maten no por un error nuestro, sino del propio juego, algo que resulta ciertamente frustrante. Sin duda el punto más negro del conjunto y el cual debería mejorarse de cara a su lanzamiento final.
Gráficamente Shelter no es un juego precisamente puntero. De hecho, los modelados son bastante simples y cuentan con muy pocos polígonos. A pesar de ello, su apartado artístico hace que consiga destacar a nivel visual. En Might and Delight han tomado diversos estilos japoneses como fuente de inspiración, por lo que el juego se asemeja más a la ilustración de un cuento en movimiento que al fotorrealismo, del cual se aleja totalmente.
De la banda sonora se ha ocupado Retro Family, ofreciendo unas composiciones que se adaptan perfectamente a cada situación y que consiguen elevar de forma acertada los niveles de tensión cuando es necesario. Eso sí, puede llegar a hacerse algo repetitiva. En cuanto a los efectos de sonido, mencionar el buen hacer en lo referente a todos los ruidos que emiten los animales del juego.
En esta primera toma de contacto, Shelter nos ha parecido un juego sencillo, diferente, único, con personalidad y que apunta buenas maneras, a pesar de los errores mencionados con la IA de los cachorros. Todavía quedan muchas incógnitas por resolver, como su duración o si conseguirá mantener la variedad de fases durante toda la aventura, pero si os gustan los tejones y los juegos que se salgan de la tónica habitual, probablemente os interesará seguirle la pista a lo nuevo de Might and Delight.
