Análisis de Seduce Me (PC)

Sabemos que hay decenas de aventuras eróticas y juegos directamente pornográficos en la red, pero éste se diferencia del resto por un detalle en particular. Seduce Me no es especial por la polémica que ha generado ni por haber sido expulsado de Steam Greenlight –que también–, sino por los desarrolladores tras él. Andrejs Skuja y Miriam Bellard, a pesar de no contar con nombres conocidos para cualquier interesado medio en la industria, son antiguos miembros de una compañía tan destacada como Guerrilla, los creadores de la saga Killzone para la familia de consolas PlayStation.

El hecho de que desarrolladores de grandes estudios, aunque ya hayan abandonado éstos, apuesten por juegos de contenido adulto y que éstos alcancen cierta relevancia mediática nos parece digno de destacar. La industria, aunque nos resulte difícil de creer, sigue estando por muchos considerada como "para todos los públicos", y aunque se haya implantado un sistema de calificación por edades a algunos aún no les queda claro que, al igual que el cine o los libros, hay videojuegos a los que los menores de edad no deben jugar.

Así que, si Seduce Me puede aportar su granito de arena para aclarar que la industria de los videojuegos tiene la misma audiencia que la del cine o la literatura, que así sea.

Sentando las bases

Seduce Me (pronunciado ‘sediúsmi’, y no ‘sedúceme’ ya que el título está en inglés), es un juego principalmente erótico que no se corta a la hora de mostrar escenas de sexo explícito. En él tomamos el rol de un individuo medio que conoce en una sesión fotográfica a una superdiva que nos invita a pasar unos días en su mansión, en lo que parece ser la costa mediterránea. Nosotros, sin saber si nos invita por compromiso o porque quiere disfrutar de nuestro cuerpo serrano, aceptamos sin rechistar. Una vez llegamos a la mansión, conocemos a sus diferentes empleadas (la asistenta, la jardinera, la cocinera, etcétera) y las distintas invitadas.

Nuestro objetivo será intimar y atraer a las cuatro chicas principales de la mansión, que serán las cuatro con las que podremos llegar a tener relaciones sexuales. Cada una tiene su personalidad propia y sus gustos con respecto a los hombres. Las habrá más facilonas o lanzadas en busca de echar uno rápido, y otras más pudorosas y prudentes que buscan tener una relación de verdad y nuestra fidelidad (o cortarnos el rollo, según se prefiera). Tendremos que conseguir averiguar cómo es cada una para progresar en nuestro periplo sexual, y conforme a ello tomar las decisiones adecuadas para no quedarnos a dos velas.

El problema, para muchos, será que en esencia, esas decisiones las tomaremos a través de juegos de cartas. Seduce Me es una especie de ‘strip-poker’ con poco argumento, en donde al final todo parece reducirse al azar en lugar de a nuestra labia, a nuestro atino eligiendo la frase adecuada, o, por qué no, a la situación de turno que quiera ofrecernos el juego.

Cartas, más cartas, algunas cartas más, y un minúsculo toque de rol

En efecto, Seduce Me es un juego de cartas en toda regla. Excepto movernos por los escenarios y unas decisiones muy puntuales, que añaden ese minúsculo toque de rol que mencionamos, todo el progreso se lleva a cabo a través de cartas. Nuestro objetivo es conseguir puntos de intimidad y de atracción con las chicas, así como popularidad. Los puntos de intimidad nos permitirán conocer los fetiches y fantasías de cada una, generalmente a través de una imagen bastante explícita acompañada de texto. Los de atracción, por su parte, mantener distintos tipos de relaciones sexuales con cada una, igualmente ilustrados. La popularidad será necesaria para tomar decisiones; a más puntos, más chulescas o atrevidas.

Perder los juegos de cartas o tomar las decisiones equivocadas nos harán perder estos puntos, y si nos quedamos sin puntos de popularidad, nos echarán de la casa. Tenemos una segunda oportunidad, pero si volvemos a quedarnos sin puntos, tendremos que enzarzarnos en una batalla de naipes para conseguir quedarnos. Al final todo se reduce a esto, a combatir con cartas que nos permitan establecer una conversación –que se llevará a cabo, como sospecharéis, con otra batalla de cartas–y así consecutivamente hasta conseguir proponerles meternos en faena.

Los minijuegos de cartas no están mal, realmente. Los palos de la baraja son temas de conversación, como perritos, sexo, fiesta, comida o el tiempo. Cada carta tiene un tema y un número, que servirán para condicionar el estilo de juego. Normalmente, el juego nos propone mantener un equilibrio de puntos con nuestra interlocutora o ganar un número determinado de rondas para "caer bien". También están las batallas en las que necesitamos, entre muchísimas comillas, al estilo Magic: The Gathering pero ultrasimplificado, llevar a cero nuestro contador de puntos, enfrentándonos normalmente a una chica celosa o el ‘chuloplaya’ que intenta adueñarse de todas las féminas de la mansión.

Muchos los encontrarán poco accesible, ya que al principio resulta extremadamente confuso. Hemos tenido que repetir algunos de los tutoriales para entender el funcionamiento de cada minijuego en particular, si bien es cierto que podemos jugar con las reglas de cada uno en pantalla, lo que ayuda a entender qué tenemos que hacer. Otro aspecto negativo del juego es que transmite sensaciones de estar "amañado"; es decir, sentimos que en ciertos minijuegos vamos a perder o a ganar independientemente de lo bien o mal que juguemos nuestras cartas, lo que le resta emoción y a veces, le añade frustración al asunto.

Aspectos técnicos

Seduce Me ofrece poco más de lo que veis en estas pantallas. El juego se basa en un estilo realista, con ilustraciones de exuberantes chicas, y que lucen distintos modelitos y posturas –aunque tampoco muchas– a lo largo del juego. Las escenas de sexo son bien explícitas, sin ningún tipo de censura, si bien son imágenes estáticas a las que se le añade texto que relata la acción de la misma.

En lo que respecta a los escenarios, son áreas prerrenderizadas en 3D en las que sólo podemos mover la cámara, y hacer clic en un punto determinado para cargar una nueva zona. Para que os hagáis una idea, es como esas visitas virtuales a los museos o, sin ir más lejos, la función StreetView de los mapas de Google; salvando las diferencias claro. Con respecto a la duración, en unas dos o tres horas –en función de la chica– podremos estar fornicando alegremente con la primera inquilina, aunque conseguir las distintas "secuencias" (es decir, ilustraciones estáticas sexuales) de cada una nos puede llevar algunas más.

Por otro lado está el sonido. El sonido no es otra cosa que una melodía que, si bien ambienta, acaba convirtiéndose en un repetitivo ruido que acabaremos ignorando. Y eso es todo. Los efectos de sonido son texto en pantalla, "oh yeahs" y "blablablas" que sólo sirven para indicarnos en qué estancia de la casa nos espera la siguiente prueba.

Al menos está bastante pulido –no hemos encontrado ningún error durante el análisis–, y su limitado aspecto técnico hace que se ejecute sin problemas en prácticamente cualquier ordenador, por viejo o poco potente que sea. Comentar también que, dada la naturaleza del juego, sólo es compatible con un ratón. No podemos olvidarnos de que el juego está en inglés, lo que si bien no complica en exceso las partidas de cartas, le quita mucha gracia al no entender la mayoría de obscenidades. No Reply ha asegurado que está trabajando en traducir el juego a otros idiomas, pero sin dar fechas.

Una opción a "descartar"

En Seduce Me, realmente, seducimos bien poco. Las escasas opciones que podemos tomar casi podrían haber sido sustituidas por "jugar la siguiente ronda de cartas" y "pasar a la acción", ya que el impacto que tiene lo que digamos o dejemos de decir es mínimo. Seduce Me es en esencia un juego de cartas que te recompensa con dibujos de mujeres desnudas, pero que no te involucra en una mansión de lujo mediterránea en la que nos sintamos un sex symbol. Para colmo, el título nos transmite unas sensaciones confusas, ya que en repetidas ocasiones sentimos que las partidas están trucadas, y que está predeterminado que ganemos o perdamos independientemente de nuestras habilidades con los naipes.

Los antiguos miembros de Guerrilla, creadores de Killzone, han puesto sobre la mesa una historia típica, con la dueña de la casa, su respectiva ‘pornochacha’, y la divorciada buscona junto a su tímida hija –sin olvidar a las no menos atractivas sirvientas– pero que resultaría suficiente para "animar" al jugador. Sobra decir que el ánimo se sube bien poco si lo que hacemos el 90 por ciento del tiempo es jugar a las cartas.

Seduce Me podría haber sido más interesante si nos hubiese dejado interactuar con las chicas y darle valor a nuestras decisiones, pero ha resultado ser un juego que no destaca en ninguno de los aspectos. De hecho, estamos seguros de que podéis encontrar mejores juegos de cartas, eróticos y/o pornográficos en la red por mucho menos de los 12,99 euros que cuesta éste. Eso sí, si lo que queréis es pasaros unas horas frente al ordenador jugando a las cartas para ver una ilustración de una chica desnuda, entonces adelante.