Análisis de Sacred 2: Fallen Angel (PC)

Hace ya cuatro años Ascaron sorprendía a propios y extraños con el lanzamiento de Sacred en compatibles, un clásico juego de acción y rol, muy del estilo de la serie Diablo, que nos permitía ponernos al mando de hasta seis héroes distintos con los que combatir a decenas y decenas de enemigos en el fantástico mundo de Ancaria. Ahora, los responsables del original nos plantean la oportunidad de vivir una nueva aventura ambientada en este mismo universo de espada y brujería aunque, eso sí, dos mil años antes de los acontecimientos acaecidos en el original. Sin embargo, poco cambia la mecánica de juego que sigue siendo tan adictiva como siempre.

Nuevas caras, mismos desafíos

Sacred 2: Fallen Angel da inicio, como decimos, dos mil años antes que los acontecimientos vividos en el título original. En esta visión del pasado de Ancaria se nos presenta un mundo asolado por bandidos y criaturas malignas, reinos enfrentados entre sí y una fuente de energía, común denominador en la mayoría de estos conflictos, que todo el mundo ansía dominar.

Con seis nuevos protagonistas a elegir, siendo la Seraphín la única que repite, nos embarcaremos en una intensa aventura en la que tendremos que tratar de ayudar al mayor número posible de personas en nuestro viaje mientras tratamos de restaurar el orden en Ancaria; o apoderarnos de la energía T para nuestro propio beneficio causando el caos y la destrucción a nuestro paso. La elección es simple.

Independientemente de esta decisión, la base de nuestra aventura serán las constantes caminatas por entornos de inmensas dimensiones en los que podremos interactuar con un gran número de personajes que nos encomendarán todas las tareas a cumplir, la mayoría relacionadas con la aniquilación de decenas de enemigos. Dependiendo del héroe escogido y de nuestras intenciones –hay que marcar antes de empezar si vamos a afrontar la campaña de la luz o la oscuridad-, nuestra forma de afrontar estos desafíos diferirá, pero como decimos, la sucesión constante de escaramuzas contra infinidad de enemigos será la tónica predominante en Sacred 2, algo que a la larga puede tornarse en algo reiterativo. No en vano, la mayoría de objetivos nos plantearán ir de un punto del escenario a otro abatiendo a los enemigos, para adentrarnos seguidamente en una mazmorra en la que hacer lo propio con los villanos de su interior, hasta dar con un poderoso jefe o localizar los objetos/personas que nos habían encargado encontrar.

La gracia del juego, no obstante, radica en la progresión de nuestro avatar y en la búsqueda del mejor equipamiento para convertirlo en la máquina de matar perfecta. Como decíamos, dependiendo del héroe escogido nuestras habilidades se modificarán notablemente, encontrándonos con personajes como el Guerrero de las Sombras, muy apto para los principiantes por ser un luchador nato con las armas pesadas, el Guarda del Templo, combatiente fantástico no ya solo por su apariencia sino también por la posibilidad de combinar la lucha con armas blancas con el combate a distancia –gracias al cañón que lleva adosado en su brazo, lo que le convierte en un gran personaje de apoyo en el juego en línea-, o la Alta Elfa, que sería el arquetipo clásico de un mago. Tampoco falta el combatiente especializado en la lucha a distancia, la Dríada; la veterana Seraphín, que combinará sus artes de combate con armas blancas con diversas auras que mejorarán sus habilidades; o el macabro Inquisidor, que será muy similar a la citada Seraphín con la salvedad, obviamente, de que éste es un personaje sin escrúpulos que disfrutará causando el caos, algo que hará a las mil maravillas gracias a sus habilidades con los muertos vivientes.

Aparte de esta selección, también tendremos que decidir a qué deidad vamos a adorar, estando algunas de éstas restringidas a determinados personajes –los jugadores buenos no pueden adorar a la oscura diosa del Caos Ker, por ejemplo-, lo que nos conferirá una habilidad especial muy útil para sortear algunos de los peligros más importantes del juego. A partir de aquí, seremos libres a la hora de decidir cómo queremos que evolucione nuestro avatar invirtiendo los puntos de habilidad en los atributos físicos y mentales del mismo, mientras de paso perfeccionamos sus habilidades de combate a través de un interesante sistema de runas mediante el cual, aunque varios héroes tengan la misma habilidad, sus resultados podrán ser muy dispares dependiendo de las elecciones realizadas. Así, por ejemplo, podremos asestar golpes más letales o lanzar espectaculares bolas de energía concentradas, o ser más veloces y lanzar más de éstas bolas de energía a costa de perder potencia de ataque. Las opciones serán muchas, tantas como runas encontremos en nuestro viaje.

Contaremos con un límite máximo de cinco habilidades por combatiente –que activaremos con el botón derecho del ratón previa selección- que podremos aprender de la lista de 15 con las que cuenta cada luchador. Y como decíamos, seremos completamente libres de desarrollarlas a nuestro antojo especializando a nuestro avatar en cualquiera de los muchos estilos de combate que ofrece el juego, algo que sin duda sorprenderá a los jugadores con los que nos encontremos a través de Internet ya que nunca sabrán cómo vamos a sorprenderlos. No en vano, una Seraphín podrá atacar a sus rivales de muchas formas distintas dependiendo de los caminos que hayamos escogido a la hora de desarrollar sus habilidades.

Pero como decíamos, sea cual sea nuestro avatar, al final todo consistirá en ir de un lado a otro hablando con decenas de personajes con trágicas historias por contar y misiones por ofrecer, todas ellas recompensadas con grandes sumas de dinero, experiencia, y en ocasiones incluso equipo para nuestro combatiente. En este sentido, Ascaron no ha olvidado una de las máximas en este tipo de juegos, que es la inclusión de un variado repertorio de armas, corazas, escudos, amuletos y demás objetos que encontraremos a lo largo de nuestra aventura, y que sin duda motivarán a los aficionados al género que no dudarán en explorar a conciencia los entornos para encontrar el mejor equipo posible con el que además, diferenciarse del resto de usuarios en las partidas multijugador.

Dicho esto, hay que remarcar que Sacred 2 ofrece una muy buena experiencia de juego en solitario ya que recorreremos un mundo de inmensas proporciones con variadas localizaciones y muchísimas mazmorras por explorar. Sin embargo, es la posibilidad de disfrutar de esta misma aventura junto a 15 jugadores más lo que hace que el título gane muchos enteros, sobre todo por el juego que da el combinar las habilidades de los distintos protagonistas de la acción. No obstante, el hecho de disfrutar de la aventura junto a otros usuarios no va a convertir el modo campaña en un simple paseo por Ancaria ya que, lógicamente, la dificultad del juego se incrementará de forma considerable. El problema, sin embargo, es que a la larga el juego –sobre todo en solitario- puede tornarse algo repetitivo y tedioso, algo en lo que las enormes dimensiones de algunos escenarios tienen mucho que ver ya que resultarán pesados de recorrer incluso con el sistema de teletransportes o las monturas, que es uno de los aspectos más llamativos de la serie Sacred, y que en este caso regresa con una criatura exclusiva para cada clase de combatiente, dotándole de interesantes habilidades especiales –siempre que mejoremos esta faceta, claro está-.

La historia de Sacred 2 tampoco resulta especialmente memorable, siendo una mera excusa para plantear diversos desafíos al avatar que hayamos encarnado, que como no podía ser de otra forma, tendrán sus propias motivaciones para embarcarse en el arduo viaje que le espera. Dependiendo del héroe y la campaña seleccionada, el enfoque de las misiones y el trato con otros personajes variará, dando como resultado un título al que podemos dedicar perfectamente cien horas de juego para explorar con detalle las habilidades de cada uno de los protagonistas de la acción mientras salvamos o condenamos a Ancaria –superar la historia principal con cada personaje puede llevarnos unas 20 o 30 horas de juego-.

Otro aspecto realmente interesante es la vertiente competitiva a través de Internet que permitirá a los usuarios medir sus fuerzas contra otros jugadores. Como decíamos anteriormente, gracias al notable grado de libertad que se nos ofrece a la hora de moldear las habilidades de nuestro avatar, los combates pueden llegar a ser de lo más apasionantes, no detectándose por suerte problemas de latencia en las conexiones.

Una nueva Ancaria más vistosa que nunca

A nivel técnico, Sacred 2: Fallen Angel se trata de un título notable. Por un lado, destaca el colorido de los entornos que recorreremos, así como sus inmensas dimensiones, algo muy loable si tenemos en cuenta que no habrá cargas intermedias entre zonas –salvo que nos adentremos en mazmorras y demás-. Al respecto, el nivel de detalle alcanzado en los entornos resulta más que bueno, si bien es cierto los enemigos y personajes con los que interactuaremos no mostrarán un acabado sorprendente. Aún así, detalles como el cuidado motor físico empleado para la ocasión, que llegará incluso a mostrarnos cómo los enemigos caen rodando por una pendiente o los movemos al pasar por encima de sus cadáveres, y la cantidad de enemigos que podrán llegar a aparecer en zonas concretas del escenario hacen que disfrutar de esta aventura sea de lo más gratificante a nivel visual. Eso sí, todos estos detalles tienen un precio, que es la necesidad de disponer de un equipo de gama alta para vivir con el máximo detalle posible nuestra aventura, aunque también es cierto que usuarios con equipos de gama media podrán disfrutar de la misma igualmente con un nivel de detalles de lo más aceptable.

Por otro lado, también la interfaz de usuario resulta buena, aunque hay aspectos que podrían haberse mejorado mucho más. Sería el caso del inventario, que no resulta a nuestro parecer lo suficientemente claro y ordenado. Y lo mismo ocurrirá con los objetos que dejarán caer los enemigos abatidos o los cofres, ya que a la hora de recoger todos estos ítems nos encontraremos con problemas de detección –habrá objetos que no podremos coger pinchando sobre ellos- que solucionaremos con el botón de recoger automáticamente todo lo que se encuentre a nuestro alrededor. Pero es que en este caso, no sabremos lo que habremos cogido hasta haber realizado dicha acción lo que hará que inmediatamente llenemos nuestro inventario, teniendo que acudir a un comerciante para vender todas las sobras o directamente pasar a dejar en el suelo lo que no nos sirva. En cambio, por ejemplo, otros aspectos como el diario en el que se recopilarán todos nuestros objetivos sí nos permitirán movernos por Ancaria con fluidez al marcar de forma clara la ubicación de nuestros objetivos.

La inteligencia artificial de nuestros contrarios tampoco resulta digna de mención ya que éstos se dedicarán únicamente a atacarnos nada más vernos, realizando eso sí alguna que otra acción más que cuestionable, como retroceder unos pasos como si nuestra fuerza las hubiera atemorizado, lo que está genial, para instantes después volver a enfrentarse a nosotros, lo que lógicamente ya no está tan bien. De todos modos, cuando nos enfrentamos a decenas de enemigos a la vez, en lo que menos pensamos es en si actúan o no con cabeza, aunque habría estado genial que en Ascaron hubieran trabajado mucho más este aspecto.

Y lo mismo ocurre a nivel sonoro. En primer lugar, el juego ha sido traducido y doblado a nuestro idioma, aunque este último aspecto, a medias. Esto significa que las misiones principales y las voces de los protagonistas han sido dobladas al castellano, pero no así los comentarios de los enemigos, ciudadanos y demás personajes secundarios que poblarán el mundo de Ancaria. Algo de lo más cuestionable. Pero además, también será común encontrarse con personajes que no dejarán de repetir una y otra vez las mismas frases, resultando cargante sobre todo porque en muchos casos, este tipo de situaciones las viviremos con los soldados que nos acompañarán en alguna que otra misión. No os podéis imaginar la tortura que supone escuchar una y otra vez el mismo grito de guerra, multiplicado además por tres al ir escoltados por varios soldados.

Al menos, eso sí, las melodías que nos acompañarán a lo largo de la aventura son por norma bastante buenas, con piezas orquestadas que se combinarán con otras más cañeras gracias a la participación de grupos como los alemanes Blind Guardian (un conjunto de "metal"), que estarán representados incluso por algún que otro personaje en el juego, amén de no ser nada extraño ver como algunos aldeanos tararean sus canciones. El problema en este aspecto es que la música no parece casar muy bien con las situaciones que viviremos en la partida en algunas ocasiones. Nos referimos por ejemplo a temas demasiado épicos para situaciones nada peligrosas, o momentos en los que no habrá ningún acompañamiento musical dando como resultado una aventura muy desangelada, etc. De todos modos, el trabajo musical, como decíamos, resulta bastante bueno por la variedad de piezas en las que se han trabajado.

Conclusiones

En definitiva, Sacred 2: Fallen Angel se trata de un muy buen juego de acción y rol que sin duda satisfará a los fieles seguidores del género. Su vertiente multijugador, como decíamos, se trata sin duda de uno de sus aspectos más positivos, máxime cuando además se han incluido opciones tan drásticas como la pérdida de nuestro personaje en caso de caer frente a otro adversario. El problema del título de Ascaron es que puede ser demasiado tedioso en determinados momentos de la partida, siendo además un título excesivamente conservador que no aporta verdaderamente nada con respecto a lo visto con anterioridad en el género.

Esto no significa, sin embargo, que estemos ante un mal título ya que como decíamos, las horas de juego que ofrece son más que abundantes si tenemos en cuenta las diferentes formas de afrontar la aventura con los seis protagonistas que presenta el juego. Además, el precio al que se ha puesto a la venta (19,95 euros) es un aliciente más para que ningún aficionado al género deje escapar Sacred 2.