Análisis de Retro City Rampage (PC, Xbox 360, Wii, PS3, PSVITA)
Tras varios años de duro trabajo, Brian Provinciano por fin ha terminado su esperado Retro City Rampage, uno de esos juegos únicos en su especie donde lo retro y lo moderno se dan de la mano para homenajear la década de los 80s y los primeros años de los 90s, una época muy recordada y añorada por los jugadores más veteranos. Preparaos para viajar al pasado en una aventura que a pesar de mantener un estilo gráfico de 8 bits, triunfa en lo que muchos juegos de hoy en día fracasan estrepitosamente: en divertir como el que más.
Theftropolis, una ciudad de mundo abierto en 8 bits
Describir la jugabilidad de Retro City Rampage es algo que se nos antoja altamente complicado, pero en esencia se trata de un juego de mundo abierto con una ciudad al estilo GTA, aunque con la peculiaridad de que su aspecto gráfico busca recrear el de un título desarrollado para NES.
Por tanto, podremos explorar Theftropolis con total libertad, robar cualquier vehículo que veamos, atropellar peatones, ser perseguidos por la policía, entrar en diversas tiendas y locales ya sea para comprar algo, hacernos un tatuaje, cambiar nuestro peinado, etcétera. Por poder podremos hasta cambiar la emisora de las radios de los vehículos que "tomemos prestados".
Hasta aquí, y más allá de su peculiar apartado visual, podríamos pensar que todo normal, pero nada más lejos de la realidad, algo que queda patente durante sus primeros cinco minutos. Para empezar, tenemos un ritmo de juego totalmente frenético y que no da un momento de respiro. Siempre están pasando cosas y cada nueva misión que aceptamos es todavía más absurda y surrealista que la anterior, algo que se consigue gracias al sentido del humor que inunda hasta el último píxel (literalmente, que aquí las distancias se miden en píxeles) de la aventura y a las múltiples referencias, homenajes y parodias que se realizan tanto a los juegos y a los elementos de la cultura pop de antes como a algunas situaciones de hoy en día.
Si tuviéramos que enumerar todas las que hemos detectado probablemente llenaríamos dos o tres páginas extras, pero para que os hagáis una idea, en los primeros diez minutos de juego encontraremos homenajes a Mortal Kombat (Toasty!), Duck Hunt, Doctor Who, Regreso al Futuro, Frogger, Metal Gear Solid, Sonic, Super Mario Bros., Duke Nukem, las Tortugas Ninja, Pato Aventuras y más. Y ya os aseguramos que el ritmo no baja en ningún momento y todos están tan genialmente implementados que sabrán tenernos siempre con una nostálgica sonrisa en la cara.
Además, por lo general no son guiños aislados y veremos una gran cantidad de parodias totalmente mezcladas, ¿os imagináis juntar a Duke Nukem (perdón, Duke Norris) con la antigua serie de TV Salvados por la Campana y con el encargado de mantenimiento Willie de los Simpsons? Pues aquí cosas como estas serán las más normales que llegaremos a ver. El único problema de todo esto es que el público más joven puede tener ciertos problemas para detectar muchas de las referencias y bromas que se hacen, lo que hará que se pierdan gran parte de su encanto.
Pero por muchas bromas y guiños que tenga un juego, si la jugabilidad no acompaña todo esto no serviría de nada. Por suerte este no es el caso y desde el primer hasta el último minuto de juego no nos sobrará tiempo para aburrirnos. Al igual que los juegos de la época que pretende homenajear, Retro City Rampage busca la diversión simple, rápida y directa. No tiene un complicado argumento que contarnos ni otro tipo de florituras que puedan distraernos de lo que es el juego en sí.
La variedad de misiones es uno de sus puntos fuertes y es que casi todas ellas nos ponen en situaciones totalmente únicas que no se vuelven a repetir posteriormente. Tan pronto estaremos atropellando peatones para cargar las baterías de nuestro DeLorean para ayudar a nuestro yo del futuro a volver al final del juego, que investigando un apartamento como si de una aventura gráfica se tratara o repartiendo revistas subidas de tono por el vecindario como si jugáramos al clásico Paperboy.
La premisa principal de casi todas ellas es la de parodiar algún momento tópico de esos que nos hemos encontrado cientos de veces en un videojuego, aunque también hay espacio para homenajear algún que otro juego en concreto, ya sean clásicos como Outrun (donde la cámara se situará tras nosotros y avanzaremos por una carretera hasta el fondo de la pantalla esquivando todo tipo de obstáculos) u otros más modernos como Splosion Man. Por ejemplo, a muchos os sonarán las típicas misiones que generalmente nos encontramos en un juego de mundo abierto en las que tenemos que seguir a alguien sin que nos vea mientras prestamos atención a una barra de proximidad, algo que no va a faltar en Retro City Rampage, aunque con la peculiaridad de que seguiremos al coche en cuestión a pie de lo lento que va mientras buscamos café para no dormirnos de aburrimiento.
Para añadir más variedad todavía, contaremos con una gran cantidad de vehículos, armas y "power-ups" (botas de super velocidad, un traje de tanuki...). Cada vehículo tiene sus características propias, por lo que podremos encontrar algunos con armas equipadas, otros muy rápidos, otros muy lentos y resistentes, y si preferimos no contaminar siempre tendremos opciones como el skate o una bicicleta. Por su parte, las armas van desde bates de baseball y guitarras hasta pistolas, lanzacohetes y destructores de iones.
En cuanto a los controles, recomendamos jugar encarecidamente con mando, ya que pueden hacerse algo cuesta arriba si optamos por usar teclado, ya que el tener un segundo stick para disparar y movernos a la vez es mucho más cómodo. En lo que respecta al control de los vehículos, al principio puede resultar un poco duro habituarse a ellos, aunque poco a poco iremos haciéndonos con ellos y conseguiremos bastante soltura al volante. Eso sí, nos hubiera gustado que se hubieran trabajado algo más para hacerlos más intuitivos.
La duración de lo que es la historia principal oscila entre las cinco y las siete horas, eso siempre y cuando no nos detengamos a realizar ninguna clase de objetivo secundario y vayamos directamente a ella. También hay que contar con que el juego cuenta con una buena cantidad de retos adicionales, secretos (sin ir más lejos, encontrar paredes invisibles por la ciudad es un tipo de secreto) y misiones secundarias para cumplir, por lo que sacarle todo el jugo a Theftropolis nos dará para unas cuantas horas.
Además, existe un modo desafío donde podremos participar en una serie de desafíos puntuados y otro modo libre donde hacer el cabra por la ciudad a nuestro antojo. En cuanto a la dificultad comentar que esta va aumentando considerablemente a medida que avanzamos, llegado a encontrarnos con situaciones en la recta final que nos pondrán en más de un aprieto. Por suerte tenemos vidas infinitas, aunque cada vez que muramos el juego nos felicitará por morir y obtendremos una vida negativa.
Lo que sí que no nos ha gustado nada ha sido la traducción al español con la que cuenta el juego, digna del traductor de Google. Está repleta de faltas de ortografía y de palabras tan mal escritas que ni se entienden, así como de errores gramaticales básicos que nos obligarán a traducir de la propia traducción para intentar comprender lo que quieren decirnos, por lo que si no tenéis muchos problemas con el inglés os recomendamos jugarlo en la lengua de Shakespeare, que además pillaréis mucho mejor las bromas y los juegos de palabras que se hacen.
El arte del píxel
Como ya hemos comentado y habréis podido comprobar, Retro City Rampage hace honor a su nombre y cuenta con un aspecto gráfico totalmente retro que nos devuelve directamente a la época de los juegos de 8 bits. Aunque sin duda lo que más nos ha gustado es el fantástico diseño con el que cuenta la ciudad, donde nos encontraremos referencias y guiños de todo tipo, como una zona con unas paredes sospechosamente similares a las de Green Hill de Sonic, otra llena de tuberías y montañas con caras al más puro estilo Mario o una playa con una cueva que parece sacada directamente de The Legend of Zelda. Además, todos los elementos y personajes cuentan con un diseño muy reconocible y característico.
Para hacer este viaje al pasado todavía más completo, el juego cuenta con una gran cantidad de filtros y marcos para que podamos verlo según nuestros gustos. Entre estas opciones encontraremos la posibilidad de emular a una Game Boy, la de mostrarnos el título como si estuviéramos jugando en una antigua televisión de tubo o como si fuera un juego de MS-DOS, entre otros muchos.
Por otra parte, el sonido sigue la misma tónica y nos ofrece una banda sonora con unas geniales melodías en midi realmente pegadizas, aunque los efectos de sonido también merecen una mención especial. Cosas como la odiosa risa del perro de Duck Hunt o las risas enlatadas para los momentos cómicos (o que pretenden serlo) no faltarán.
Conclusiones
Retro City Rampage es todo lo que esperábamos de él: un sentido homenaje al mundo de los videojuegos en general y a las décadas de los 80s y los 90s en concreto. Una aventura tan disparatada y alocada como divertida que no ofrece un solo minuto de aburrimiento, recordándonos que no hace falta tener un apartado gráfico rompedor y de última generación para hacérnoslo pasar en grande. Bien es cierto que podría haber sido más largo (el juego no anda nada mal de contenidos, aunque nos hemos quedado con ganas de mucho más), que el control en teclado se podría haber pulido más, que la conducción de los vehículos podría ser más intuitiva y que la traducción al español podría ser infinitas veces mejor, pero si de verdad te gusta este mundillo y añoras la época que se homenajea, es una compra totalmente recomendable y que no podéis dejar pasar.