Análisis de OneShot (PC)

Si uno echa un vistazo a Steam, especialmente vía Greenlight, se encontrará con que determinados juegos están hechos con un motor muy sencillo de juegos llamado RPG Maker. Este programa empezó a funcionar un poco antes de principios de los 90 en ordenadores japoneses, bajo el nombre Mamirin, pero cuyos creadores, Ascii Games, siguieron llevando de una plataforma a otra (MSX, Super Famicom, Saturn, PlayStation, Game Boy Color, PlayStation 2, Game Boy Advance, móvil y Nintendo DS) hasta acabar quedándose como un fijo dentro del desarrollo para ordenadores personales con Windows.

Aunque hay constancia de juegos comerciales realizados con este motor publicados desde la década de los 90 (como los inicios de la saga Corpse Party), no es hasta 2006 cuando, al calor de una escena independiente aún incipiente, se publica Aveyond, considerado el primer juego comercial en RPG Maker. Actualmente hay un montón de juegos bajo esta etiqueta, pero al hablar de éxitos podemos mentar pocos juegos: To The Moon, Lisa, Always Sometimes Monsters (distribuido por Devolver Digital, y con secuela a la vista), la citada saga Aveyond, y poco más. Pero lo que sí hay es una comunidad enorme alrededor de este sistema. A mediados de 2014 un juego sorprendió (aunque no ganó el concurso de turno) entre los que se presentaron al 2014 Indie Game Maker Contest: Oneshot.

Oneshot, el juego que nos ocupa, es una versión mejorada y comercial del título de 2014. A pesar de que los creadores han borrado la web de entonces, no es demasiado difícil echarle un tiento al juego de 2014 haciendo un poco de búsqueda, pero hay que decir una cosa: el juego original se hizo en 30 días, y este es el juego completo.

Lo cierto es que Oneshot empieza de manera sorprendente, pues no sabes que está pasando, con una especie de "niño gato" (de nombre Niko) que se acaba de despertar en una cama que no es la suya, y una casa cerrada. En cuanto Niko consigue salir de ahí es cuando vemos una de las fortalezas de Oneshot: es un juego que coge el nombre del usuario del ordenador (en nuestro caso hay que decir que ha fallado) y a partir de ahí construye una historia. Niko es nuestro mesías, no nosotros, que tomamos el rol de un dios de un mundo virtual en el que está a punto de desaparecer toda la vida porque la luz de su sol se extingue. Tenemos que ayudar a Niko a conseguir devolver el equilibrio a ese mundo, y a la vez conseguir que llegue sano y salvo a su casa.

Como juego en sí, Oneshot es una especie de aventura gráfica algo especial, aunque de normal se muestre muy básica en su propuesta. Niko tiene un espacio infinito en su inventario, lo que le permite coger todo tipo de objetos, los cuales puede usar con otros objetos o entidades en la pantalla, o combinar dentro del inventario. Niko, además, puede correr e incluso mediante un conveniente menú desplazarse automáticamente a una zona antes visitada, lo que le hace muy conveniente para que la partida no se vuelva un infierno de paseos de un sitio a otro.

Pero, y aquí viene una de sus bazas, Oneshot juega con el ordenador del usuario en determinados momentos por diferentes razones. De hecho, se nos recomienda jugar en ventana, porque jugando en pantalla completa es posible que el juego se cierre accidentalmente, con todo lo que ello conlleva (de hecho , un peligro que tiene el juego es que al usar el sistema operativo de forma poco habitual, es posible que tengamos algún problema con la partida, aunque no le pasa a todo el mundo). Por ejemplo, a lo mejor una pista que estamos buscando no está en el juego, sino en el ordenador, o necesitamos realizar una combinación entre el juego y el ordenador para encontrar algo y poder seguir avanzando.

De hecho, conforme la partida se precipita hacia el final (no es demasiado largo, de alrededor de 4 o 5 horas), este tipo de sorpresas aparecen más a menudo. Es más, el juego empieza relativamente lento, con pocos personajes, poco interesantes y unos escenarios que se repiten demasiado, igual que una banda sonora que parece tener sólo un tema. Por suerte, al cabo del rato la partida se vuelve mucho más interesante, y empezamos a ver otra de las gracias del juego: sus personajes.

Recordando un poco a otros juegos como Creepy Castle, Undertale o el sempiterno Cave Story, durante lo poco que dura la partida nos encontraremos con ciertos personajes a los que es muy fácil cogerles cariño. Una robot cabreada con el mundo, su creadora, unos hermanos muy graciosos, y muchos otros personajes que si hablásemos de un juego de una empresa creadora con cierta visión comercial sabrían aprovecharlos con futuras entregas, secuelas u otro tipo de productos que usen correctamente un trasfondo muy interesante que ha creado el pequeño equipo desarrollador de este juego.

Por desgracia, no todo son alabanzas la jugabilidad de Oneshot. A pesar de todas las ayudas relacionadas con el desplazamiento de los personajes, y de las sorpresas en algunos de sus puzles, los demás son bastante simples e incluso tediosos. El juego está dividido en zonas relativamente pequeñas, pero debido a la falta de luz (y de un mapa) que nos acompaña todo el juego, la sensación de moverse por el escenario es relativamente aburrida e incluso poco intuitiva, con abundancia de espacios que no se ven del todo bien, personajes repetidos y lugares que invitan poco a la sorpresa, dejándose, eso sí, lo mejor para el final. Si el jugador quiere acción desde el principio, es bastante complicado que se sienta enganchado. Si, por el contrario, se encariña pronto con los personajes, es muy probable que consiga superar ese tedio inicial, y se acabe enganchando fácil al llegar al segundo o tercer escenario.

Parte de la culpa de uno y otro fenómeno lo tienen los gráficos. A pesar de que el arte durante el juego es rematadamente humilde (no se ha trabajado demasiado sobre esa base construida en un mes), los personajes tienen mucha personalidad y están bien diseñados, y esto se refleja tanto en los retratos de los diferentes personajes, sobre como todo, en ciertas escenas de estilo cinematográfico que aunque se suelen centrar en Niko, nos aportan mucha más información a nuestro cerebro sobre los diferentes personajes, haciéndolos mucho más cercanos y atractivos.

El sonido, en cambio, no mejora en exceso. Si bien cumple con la exigencia de estar en consonancia con el tono pausado y plomizo del juego, no es nada brillante, acabando por ser una serie de melodías y sonidos propios de cualquier juego de rol genérico que no perdurarán excesivamente en nuestra cabeza, a pesar de ser piezas de pequeño tamaño y notable repetición.

Conclusiones

Oneshot es un juego recomendable para aquellos jugadores que no busquen nada de acción, sino una historia de personajes encantadores y algunas sorpresas, además de querer que les toque un poco el corazón. No hay demasiadas elecciones en el juego, pero estas marcan una diferencia muy grande en el resultado final, y si para entonces el futuro de Niko y del mundo en el que se desarrolla el juego nos han capturado, es muy posible que sea un título cuyo desarrollo se quede en nuestra cabeza durante un tiempo. No brilla en exceso en el resto de campos, pero gustará a su público.

El juego se ha podido analizar gracias a un código proporcionado por Evolve PR, la agencia que representa a este juego.