Análisis de NecroVision (PC)
Un juego de la "vieja escuela"
Hubo una época en el género de acción en primera persona –conocidos popularmente en inglés como FPS, siglas de "first person shooter"- a principios de los 90, donde los juegos se limitaban únicamente a avanzar y disparar contra todo bicho viviente que apareciese en pantalla. Eran los comienzos de este género en 3D tal como lo conocemos hoy en día, y títulos considerados actualmente míticos como Wolfenstein 3D, Doom y un par de años más tarde, el grandísimo Quake, nos ponían delante de cientos de nazis, criaturas o engendros malignos y demás bestiario demoníaco de los que dar buena cuenta con un completo arsenal de armas, algunos más propio de una base militar de última tecnología o ciencia ficción que de otra cosa.
Es evidente que el género fue evolucionando, y tras la explosión de títulos inicial, surgieron cosas como Half-Life o Unreal que contaban ya con un argumento más depurado, una historia o trama sobre la que sustentarse que la simple acción de eliminar todo lo que se nos cruzase en el camino. En ese aspecto, el poder interactuar con otros personajes no jugables con los que podíamos hablar y así obtener datos o pistas acerca del desarrollo de la aventura fue considerado un gran avance. De este modo, esta clase de juegos, mezcla de acción y aventura (incluyendo la exploración y el tener que resolver puzles o rompecabezas) fueron ganando terreno con el paso del tiempo hasta nuestros días, donde el simple arcade de disparos sin ningún otro aliciente prácticamente no tiene cabida en el panorama actual salvo cosas con unos altísimos niveles de producción como Call of Duty 4.
A pesar de todo lo dicho, en el año 2004, un título de la "vieja escuela" se coló entre los más populares en el panorama "shooter" pecero. El juego en cuestión, de los chicos polacos de People Can Fly se llamaba Painkiller y revitalizaba de manera espectacular dichos juegos gracias a su acción frenética y su gran rejugabilidad gracias a la inclusión de zonas secretas y misiones secundarias. Curiosamente, desde entonces, casi no hemos podido disfrutar de ningún otro juego clásico de disparos que mereciera la pena. Pero quizás esto cambie ahora, que nos llega de la mano del estudio polaco The Farm 51 (sí, como habréis supuesto por el mismo origen, cuenta con algún que otro miembro del equipo original de Painkiller) un nuevo título: Necrovision, que mantiene ciertas semejanzas con aquel aunque incorporando algunos elementos y detalles nuevos. ¿Estaremos ante el sucesor natural de Painkiller?
¿En dónde demonios me he metido?
Escenario: primera guerra mundial. Época: finales de 1916. En uno de los sitios donde la guerra está siendo más dura y recrudecida se encuentra nuestro protagonista, Simon Bukner, un joven soldado estadounidense que forma parte del ejército aliado. Tras unas escaramuzas en unas trincheras alemanas, éstos sueltan un mortal gas venenoso cayendo abatidos casi todos los soldados aliados… menos Simon, que logra salir indemne, aunque tras salir de ese infierno tóxico descubrirá un panorama desolador y totalmente sorprendente. Y es que los soldados alemanes habrán desaparecido de la escena, siendo sustituidos por extrañas criaturas salidas del inframundo tales como soldados zombis, un troll gigante o espectros que deambulan por entre los escombros y restos de calles o edificios.
A partir de ahí, se irá desarrollando una sencilla historia mil veces vista ya en este género, la cual nos desvelará una guerra ancestral entre vampiros y demonios que ha empezado a aflorar en la superficie, en el propio mundo de los humanos y en la que nosotros seremos participes inesperados. Habrá otra serie de giros argumentales, incluyendo experimentos de un científico loco alemán Toda esta historia además se irá completando con una serie de cartas que encontraremos por los escenarios que nos pondrán en situación y con las que podremos saber más detalles (gracias a relatos y narraciones de otros personajes) acerca de los sucesos anteriores a la llegada de Simon.
Esa será sin duda una de las primeras diferencias de Necrovision respecto al mencionado Painkiller, ya que partiendo ambos de una mecánica arcade bastante similar, en el juego que nos ocupa se ha querido desarrollar más la historia, darle más peso, de forma que nuestro protagonista irá descubriendo poco a poco, conforme avanzamos en el juego qué es lo que realmente está sucediendo.
Cazafantasmas
Pero quizás la diferencia principal con nuestro título de referencia, Painkiller, radica en que aquí habrá determinadas partes pausadas que impondrán un ritmo más tranquilo, con escenarios diseñados con elementos tales como pequeños montículos, rocas grandes, casetas o cajas en los que a veces podremos cubrirnos e ir eliminando los enemigos uno por uno para conseguir allanar el camino y seguir avanzando, como si estuviéramos en un Call of Duty. Por supuesto, eso no es óbice para que en otras partes haya oleadas intermitentes de criaturas, que nos vendrán, como siempre, de todas partes adonde miremos y en tropel.
Igualmente, no todo se limitará a avanzar linealmente. En determinados momentos habrá que ir buscando las rutas –partes de los escenarios son tremendamente amplios y abiertos- o cumplir algún objetivo del tipo despejar un camino bloqueado a base de emplear cartuchos de dinamita o buscar una llave que abre una gran puerta. Nada del otro mundo, pero sí demuestra cierta pizca añadida de exploración con la idea de no hacer caer el juego en un desarrollo monótono o demasiado lineal.
Por lo demás, básicamente el desarrollo será el mismo visto en cualquier juego de estas características de la vieja escuela. Avanzar por las distintas fases claramente definidas e ir eliminando todos los enemigos que nos salgan al paso incluyendo algún que otro jefe final con su correspondiente barra de vida y normalmente, mucho más duro de pelar. En ese sentido, Necrovision sigue a rajatabla los dictámenes del género arcade.
Al recorrido por el total de 12 fases que componen el juego se le unirán determinados retos en la denominada "Sala de los Desafíos", que se nos plantearán al finalizar cada fase y gracias a los cuales podremos obtener alguna que otra jugosa ventaja al iniciar la nueva partida como más armas disponibles desde el principio.
Ira acumulada
Pero sin duda alguna, la novedad principal de la que hará gala Necrovision será el poder ejecutar una serie de combos cuerpo a cuerpo –algo para nada habitual en juegos de disparos- con los que podremos darle la puntilla final a muchos de los enemigos, sirviendo además de complemento perfecto a nuestras armas de fuego, especialmente cuando se nos echan encima varios enemigos a la vez.
Estos combos podrán ser patadas, embestidas o determinados golpes con algunas de las armas que llevemos en ese momento (culatazos con una escopeta, cuchilladas con una bayoneta, etc.) que iremos encadenando consecutivamente. Habrá bastante variedad y todo dependerá del tipo de combo que hagamos en ese momento, teniendo además denominaciones bastante contundentes como "Pura Fatalidad" o "Muerte Cerebral" por citar dos ejemplos. Pero aquí no acaba la cosa; como resultado directo de la realización de estos combos, podremos acumular ira o enfado poco a poco, lo cual nos permitirá activar cuando queramos una especie de bullet time o ralentización del tiempo que nos dará una notable ventaja sobre los enemigos, haciéndonos además más rápidos e inmunes a los daños recibidos.
Esta descarga de adrenalina podremos activarla nosotros tal como acabamos de comentar (agotándose cuando se acabe la barra de ira que tengamos) o bien se activará automáticamente en determinados momentos en que acumulemos mucha ira de golpe incluyendo los momentos críticos en los que tengamos la barra de salud casi agotada, dándonos una última oportunidad –denominada "último suspiro"- de cargarnos todo bicho viviente que nos rodea… o morir en el intento. Cuantos más combos seguidos enlacemos más y más ira se acumulará, y además llegados a cierto punto, se activarán poderes especiales en forma de rayos en nuestro personaje que hará mella en todos los enemigos que tengamos cercanos a nosotros.
En cuanto a las armas disponibles, tendremos un completo arsenal típico del periodo en guerra mostrado: pistolas, bayonetas, rifles, metralletas, escopeta de cartuchos –algunas podrán ser equipadas doblemente en sendas manos- además de otras arrojadizas tales como granadas, dinamita, linternas de gas e incluso armas blancas como cuchillas o una pala con la que podremos golpear a los enemigos usando la mano izquierda, mientras en la diestra mantenemos una pistola.
Painkiller al cubo
Aunque en muchos aspectos estéticos y de ambientación, Necrovision recuerde claramente al título original de Peope Can Fly, casi nadie sería capaz de deducir que ambos llevan el mismo motor gráfico. Evidentemente, dicho motor ha sido notablemente modificado para soportar DirectX10, así como iluminación dinámica, parallax mapping, manejo de partículas, motion blur o HDR (alto rango dinámico) por citar algunas cosillas que en conjunto hacen que todo luzca a un muy buen nivel. Únicamente el modelado poligonal (tanto de escenarios como personajes) resulta algo más flojo en comparación con el resto de apartados técnicos.
Dicho motor gráfico sirve a la perfección para crear una atmósfera extraña, oscura, surrealista a veces (resultado de la mezcla de escenarios típicos de guerra con elementos fantásticos) en donde soldados alemanes clásicos de la Primera Guerra Mundial conviven con soldados zombis, espectros, artefactos mecánicos, dragones y multitud de criaturas demoníacas que campan a sus anchas por vastos escenarios de marcado carácter tétrico: trincheras destartaladas, bunkers, castillos centroeuropeos o cuevas. Y si bien el diseño artístico de los niveles es altamente destacable, no ocurre así con el de los enemigos, abusando de la repetición y en general, con un diseño simplón.
En el plano de la optimización técnica, apartado ya imprescindible -por desgracia- en todo comentario de título para compatibles PC que se precie, nos encontramos con que Necrovision presenta unos requerimientos altos si se quiere disfrutar de todos los detalles al máximo. La anécdota que nos ocurrió fue que en las pruebas realizadas con un equipo de gama media-alta (Intel Q6700 subido a 3 GHz, 4 GB Ram y Nvidia Geforce 8800GTX) notamos que con todos los detalles a tope el juego no sobrepasaba los 25-30 imágenes por segundo, con bajadas notables hasta 15 o 20. Tras un par de horas de pruebas, descubrimos que desactivando la Oclusión Ambiental (un efecto de iluminación que consigue sombreados muy realistas pero que consume recursos de manera desmesurada), el juego se ponía en 45-50 imágenes por segundos casi todo el tiempo, haciéndose por fin jugable de verdad.
La conclusión pues es bastante sencilla: para equipos de gama baja o media es absolutamente necesario desactivar dicho efecto, con lo cual tendremos una tasa de imágenes por segundo bastante decente –pese a tener alguna ralentización esporádica cuando haya muchos enemigos en pantalla-, quedando la oclusión ambiental únicamente para equipos con tarjetas de gama alta actuales, y particularmente, tarjetas duales del tipo Radeon HD 4870X2 o Geforce GTX 295. Y es que posteriormente, pensando en ello caímos en la cuenta de que Nvidia ya sacó a principios de año unos nuevos controladores beta, 185.20, donde ya introducía esa opción para aplicarla "forzada" en algunos juegos, pero con una drástica penalización en el rendimiento de hasta el 40%.
Simon habla… y los zombis también
El tema del apartado sonoro pasa por ser lo más flojo de todo el juego. La música aparecerá en momentos muy puntuales, cuando haya más tensión o en los jefes finales y francamente, lo mejor que podemos decir es que pasa totalmente desapercibida. Los efectos de sonido simplemente cumplen, y sin ser malos, tampoco destacan por su calidad.
Sin embargo, lo que más nos llamará la atención son las voces, dobladas al castellano, tanto de nuestro personaje Simon Bukner como de los enemigos. Simon realizará a menudo comentarios jocosos, o se sorprenderá de algunas cosas que ocurren en pantalla… pero los que se llevan la palma son las voces de los enemigos, con mención especial para los soldados zombis que se acercan y te dicen cosas como "a la mieeeerda" (tal cual), o nos insultan y nos invitan a venir a donde ellos se encuentran. Esas frases tan, digamos, particulares, unido a las voces distorsionadas que les han puesto, consiguen un efecto cómico más que otra cosa. Cuanto menos curioso.
El purgatorio de las cargas
Si hasta ahora hemos descrito un juego, en líneas generales, notable (teniendo en cuenta el género del que estamos hablando), por desgracia, cuando nos centramos en el tema jugable la cosa no acaba de cuajar del todo debido a una serie de fallos y desequilibrios que lastran parte del desarrollo. Para empezar, el tema de los combos y cuerpo a cuerpo que se enlazan con la dinámica de disparos típica del género, pese a ser una gran idea, no se ha llevado a la práctica demasiado bien. Hay demasiadas teclas, resultando complicado y confuso en momentos críticos realizar algunas acciones.
El conjunto pues, de cambio de arma –muy necesaria en algunos momentos-, combos y adrenalina tiene una curva de aprendizaje alta, requiriendo bastante práctica y paciencia. Y si bien el juego globalmente no es muy difícil, si puede tener partes más complicadas como jefes finales, en donde podemos quedarnos atascados hasta encontrar la forma de vencerle. Nada nuevo bajo el Sol. El problema aquí radica que cada vez que muramos, se cargará todo el nivel completo, tardando entre 30-50 segundos en comenzar de nuevo. Si nos matan varias veces seguidas, esas cargan llegan a ser muy desesperantes.
La inteligencia artificial de los enemigos es otro de los puntos flojos de Necrovision, con soldados bastante torpes, que si bien tienden a cubrirse, en cuanto haces algo inesperado se te quedan mirando sin hacer nada. En lo que respecta a las criaturas del inframundo, sus ataques serán meramente mecánicos, lanzándose a por nosotros en cuanto nos divisen. Tampoco podemos dejar de mencionar algunos "bugs" que nos hemos encontrado como quedarnos atrapados en un hueco o bordes de escenarios sin terminar mostrando polígonos planos.
En el otro extremo, encontraremos en Necrovision un desarrollo rápido, con momentos muy divertidos y fases bastante largas, normalmente de más de una hora de tiempo de juego. Los desafíos antes mencionados, encontrar todas estancias secretas/artefactos mágicos y el multijugador (con los típicos todos contra todos, equipos o capturar la bandera) lo hacen rejugable. Lástima de no contar con un modo cooperativo que hubiera sido un complemento perfecto y que sin duda hubiera elevado bastante la diversión por el tipo de juego que es.
Conclusiones
Necrovision es a grandes rasgos un buen juego, con momentos divertidos y detalles originales, algo de agradecer en los tiempos que corren… pero que no llega a culminar en un gran juego por los factores citados antes. Ello unido a la poca publicidad que se le ha dado frente a grandes producciones recientes como Far Cry 2 o FEAR 2 le hará pasar bastante desapercibido en el mercado. A pesar de ello, por su claro enfoque arcade, sencillo, directo y sin complicaciones, estamos seguros que no dejará de ser una propuesta interesante para muchos de los seguidores de este clásico género. Y es que… matar malvados soldados alemanes mientras un gigantesco dragón sobrevuela el escenario siempre es divertido.