Análisis de Make it indie! (PC)
La definición de juego indie hoy día se considera positiva. Puede que en un principio no, una gran parte del mercado los ha considerado como juegos baratos, hechos en dos tardes y sin la calidad de los denominados triple A. Esa opinión ha cambiado progresivamente y no son pocos los que prefieren un juego independiente a uno de gran presupuesto, muchas explosiones pero demasiado manufacturado, sin alma. Y sí, la mayoría de los proyectos independientes están realizados con cariño, aunque no todos marquen época, están diseñados con esfuerzo.
Pero siempre hay excepciones. Make it Indie! es uno de esos incómodos timos cuyo mayor logro está en engrosar el catálogo de Steam y –para el autor- cumplir el sueño que el propio juego busca: desarrollar un lanzamiento indie. ¿Ironía? A que sí. Su creador sea el único que sale ganando con este producto.
Make it Indie! se resume rápido: es una novela visual narrada mediante vídeos donde somos alguien que siempre ha querido realizar su propio videojuego. Quizás ese sea tu caso. Claro que supone esforzarse, la tentación de procrastinar y hacer el vago está ahí. Se nos da un plazo para llevar a cabo nuestra idea y así tener éxito para ser el próximo Phil Fish/Jonathan Blow o por el contrario, crear un rotundo fracaso que nos ponga los pies en la tierra.
Digamos que como idea de partida es buena, muy buena. Aunque no es el primer juego sobre desarrollar juegos, pues Game Dev Tycoon ya lo hizo con la gestión de un equipo, lo importante está en saber llevar a la práctica este planteamiento. Y aquí es donde vemos que su creador no se lo ha tomado nada en serio, Make it Indie! se encuentra en las antípodas de ser divertido, entretenido o incluso de ser un juego como tal.
Por una parte está el concepto de novela visual. Viene en inglés pero el único texto que encontraremos son unas pocas palabras, no hay las toneladas de diálogos de Hatoful Boyfriend. La decisión está en qué invertir el día. A saber: crear el juego, jugar a las cartas con amigos, mirar al gato, ir a una exposición de muñecas, dibujar algo, leer cómics, dar un paseo, escuchar música o ver la lluvia. Todos –excepto el de crear el juego- ejecutan un clip de vídeo sobre esa actividad, ¿Pasas el día escuchando música? Recibes a cambio unos planos experimentales de un tocadiscos. ¿Lees un cómic? Observa el vídeo del actor ojeando unas páginas en ruso. Nada más. La misma jugabilidad que seleccionar vídeos en Youtube.
No existe gestión de tiempo real. Make it Indie! podría tener una pizca de gracia si dedicar tiempo al ocio tuviese algún tipo de beneficio en cuanto a ideas para crear el proyecto que se supone que queremos hacer. Es decir, hay RPGs como la serie Persona que podría servir como ejemplo de lo que es un simulador de actividades libres. ¿Hay algún incentivo por ver un vídeo de un gato holgazaneando? Ninguno, simplemente pierdes tiempo para hacer el supuesto juego y eso te llevará irremediablemente al final malo.
Supongamos que nuestra intención es obtener el final bueno y programar el juego. Lo que tenemos es posiblemente el peor puzle que hemos visto jamás. La pantalla nos muestra cuatro sectores de un círculo y nuestro trabajo –cualquier parecido con la realidad pura coincidencia- es pinchar en la porción que se repite en todas las muestras. No hay ninguna respuesta tipo botón al pulsar en el gráfico, provocando que no sepas siquiera si has pinchado o no. Hazlo mientras de fondo se muestra un vídeo absurdo extraído de Creative Commons –cielos, paramecios y gusanos microscópicos, ¿qué más da?- con lo que obtienes una puntuación que no sabes hasta el final de la semana, cuando se valora si alcanzas la cantidad necesaria. Si así es, aparece la escena del éxito, de lo contrario, inténtalo de nuevo.
Con muchas ganas, se puede pensar que estamos ante una parodia de la situación de los creadores de juegos indie. Eso es difícil de justificar la verdad. Make it Indie! no llega ni a prototipo amateur de mal gusto realizado en Flash o HTML. Y no es ninguna exageración, la calidad de los vídeos es similar a Youtube –o menor, pues ni siquiera corre en full HD- con una tipografía muy burda que hace buena a la Comic Sans. La música es desagradable, tan pronto encontramos canciones en ruso, seguramente de algún grupo colega del autor, como música electrónica machacona 8-bits y otros más tranquilos. Ya no es que sean malos temas –casi todos lo son a rabiar- es que llega a molestar al oído pasar de un vídeo a otro por el contraste de volúmenes y orígenes.
Habría que resaltar los intentos fallidos de humor que dan un poco de vergüenza ajena. El mensaje inicial sobre el uso de tabaco –aparece en el vídeo jugando a las cartas- o los "consejos inútiles" –descripción que perfectamente encaja con su utilidad- donde leemos "afronta la verdad, nadie comprará tu juego" se entremezclan con las visiones de los sueños del protagonista, escenas psicodélicas sin sentido alguno dignas del imitador más pobre de David Lynch.
La buena noticia de este despropósito está en que no dura mucho. Una partida desde el inicio hasta la conclusión lleva menos de diez minutos y obtendremos casi todos los logros –quedaría el de obtener el otro final- además de un puñado de bártulos virtuales de Steam. La rejugabilidad es nula, y casi lo tenemos como algo positivo dada la diversión que guarda. Si decides saltar los vídeos, puesto que no afectan para nada en el avance, llegarías a una de las conclusiones en pocos segundos.
No ha sido nuestro caso, pero en los comentarios de usuarios hay abundantes menciones a cuelgues por tareas tan inocentes como seleccionar "trabajar en el juego" el primer día, demostrando que pese al mínimo código que tiene detrás ni siquiera es estable en ciertos equipos. También resulta extraño el abultado peso del archivo, 1Gb, lo cual hace sospechar que los vídeos con alta compresión han sido guardados en algún formato sin ella. No existe ni remotamente tal cantidad de metraje para justificar es disparatado peso.
Conclusiones
En algún momento tenía que suceder que algún desarrollador se animaría al "coge el dinero y corre sin mirar atrás". En nuestro caso no habíamos visto un intento tan descarado de publicar algo en Steam sólo para ganar dinero como Make it Indie!, un juego carísimo para su precio -0,99 euros- y que su creador justifica con un "no te lo tomes en serio".
Make it Indie! consigue hacernos reflexionar. ¿Qué hemos hecho mal para que Dragon’s Dogma acabe convertido en free to play y este título cobre dinero?