Análisis de Five Nights at Freddy's 4 (PC, PS4, Switch, Xbox One)
Como ya os contamos en el especial que le dedicamos a la saga que Five Nights at Freddy’s era un juego muy enfocado a esa tendencia actual, para muchos incomprensibles, de ver a gente asustándose en YouTube. De hecho, su popularidad le llega a través de este servicio de vídeo, aunque, por supuesto, no vamos a quitarle ningún mérito a Scott Cawthon, que ha conseguido ir manteniéndose fresco entrega tras entrega y asustándonos con una facilidad envidiable.
Ahora recibimos el cuarto capítulo, previsto originalmente para Halloween, pero que se ampliará en tan señalada fecha con nuevos contenidos que todavía desconocemos. Five Nights at Freddy’s 4 sirve de cierre a la historia –que, aunque muchos piensen que no, hay un argumento bastante curioso detrás–, aunque sospechamos que no será lo último que veamos de estos terroríficos animatronics.
Otro acercamiento al terror, otro acercamiento a FNAF
Five Nights at Freddy’s 4 volvemos a los orígenes de la saga, con los mismos protagonistas, mecánicas similares, y una pequeña diferencia: ahora están en tu casa. No hay cámaras de seguridad, no hay dispositivos electrónicos; somos un niño con una linterna que tiene que vigilar que no haya nada acercándose a su habitación por los pasillos, detrás de él, o en el armario en la oscuridad de la noche. ¿Prometedor, eh?
La mecánica, que mantiene su corte point and click, es más sencilla de lo habitual, pero ahora en lugar de confiar en nuestra vista tenemos que hacerlo en nuestro oído. Básicamente, tenemos que acercarnos a cada una de estas zonas y escuchar. Si escuchamos una respiración o algún ruido, toca cerrar la puerta y huir. Si no hay nada, será el momento de iluminar esa zona con la linterna para alejar a posibles atacantes. Pero ojo, si nos equivocamos y resulta que sí que había algo... Pues ya os lo podéis imaginar.
Sobre el papel puede sonar como una ideaza, pero la ejecución nos parece bastante pobre. Para escuchar estos sonidos necesitamos poner el volumen muy, muy fuerte y/o usar auriculares, así que imaginaos a qué potencia no suenan los sustos. Creemos que, aun siendo una solución efectiva para lo que el juego quiere conseguir, no es la más elaborada, y la tensión y el miedo que generan es, más que a los monstruos, a quedarte sordo.
"Venid, venid, acercaos que tengo que contaros una cosa muy bajito, susurrándoos al oído. Más, más cerca... ¡¡¡AAAAAAAAAHH!!!" Esta gracia propia de cualquier niño de cinco años es la propuesta de Five Nights at Freddy’s 4 para asustar. Y claro que lo consigue, pero no nos parece que sea una fórmula demasiado elegante, sobre todo después de que los anteriores capítulos fuesen bastante originales y efectivos en su fórmula.
Ojo, que si os gusta que os den sustos y no os importa el cómo, Five Nights at Freddy’s 4 os va a hacer disfrutar. En esta entrega se ha mejorado bastante la ambientación, y aunque a nivel visual sigue siendo un juego bastante discreto, el conjunto es bastante poco acogedor. Además, todo parece un poco más aleatorio, y se complica el poder averiguar cómo operan nuestros enemigos, aumentando más si cabe la tensión.
Por último, señalar que los capítulos se separan por los minijuegos de corte retro que muchos ya conocerán, que se antojan algo prescindibles, si bien, al menos, nos permiten desconectar por unos segundos de la aventura principal. Esto es muy de agradecer tras varias noches de juego, a pesar de que los minijuegos no son tampoco particularmente ociosos.
¿Cerrando la historia?
Uno de los aspectos que más ha atrapado a los jugadores de Five Nights at Freddy’s es su particular argumento. Five Nights at Freddy’s 4 cierra muchas de las preguntas que estaban en el aire, aunque, al menos a nosotros, nada nos ha parecido particularmente satisfactorio. Algunos de los mayores misterios se aclaran de manera poco más que correcta, mientras que otros siguen envueltos en un aire de duda.
No sabemos si con el contenido adicional que se prepara para el 31 de octubre tendremos más respuestas, pero por el momento no tenemos una sensación de que la historia esté cerrada de verdad. Por supuesto, es probable que se nos hayan escapado cosas, ya que muchas veces el argumento se presenta de manera tan intrincada que necesita de mucha dedicación y terceras partes para descubrir todo y unir piezas.
Un tipo diferente de terror
Five Nights at Freddy’s 4 nos ha decepcionado. Tras tres episodios que buscaban rizar el rizo, el cuarto ha apostado por una mecánica más simple en lo jugable –lo cual está bien– y otro tipo de miedo: el miedo a quedarte sordo. Si antes teníamos que vigilar si algo se movía, ahora tenemos que preocuparnos de si algo hace ruido, y ese algo nos asustará a base de sonidos a toda potencia. Sí, es una técnica tan válida como cualquier otra, pero hacerte agudizar el oído para contraatacar con un buen puñado de decibelios se nos antoja un recurso bastante pobre, y que te hará dar un salto tanto en Five Nights at Freddy’s 4 como en Barbie: Cabalga y juega.
Además, tampoco es que veamos un cierre argumental espectacular, probablemente porque se estén reservando algo para los contenidos que llegarán en Halloween. Quizás si habéis seguido la saga hasta el momento no queréis parar aquí, pero para un posible futuro creemos que hay que ser más exigente y no conformarse con el susto fácil sólo porque funcione.