Análisis de Fallen Lords: Condemnation (PC)
Fallen Lords : Condemnation, el último proyecto del estudio Novarama Technology(grupo afincado en Barcelona), nos sitúa en el mas allá, lugar en el que ángeles, demonios y almas muertas están disputando una guerra a muerte para conseguir la gloria eterna. Nuestra labor, una vez elegido uno de los 3 bandos, será conseguir que nuestro ejército salga victorioso a través de una serie de duras batallas que pondrán a prueba nuestras habilidades en el combate. El juego nos promete una larga duración, multitud de armas, hechizos y monturas, un nivel narrativo de gran nivel y sobretodo amplias dosis de acción a raudales. Comprobemos si es oro todo lo que reluce.
Sea cual sea el bando que elijamos, la esencia jugable será la misma, que consiste en grandes combates donde la estrategia militar y el uso de hechizos o monturas mitológicas será indispensable mientras avanzamos a traves de diferentes unidades (de menor a mayor potencial atacante). En este mundo del mas allá existen distintas regiones conquistadas y con asentamientos fijos de cada bando.
Sin embargo, la parte mas extensa es la Tierra de Nadie, que como su propio nombre indica no tienen un dueño fijo y será donde se gesten las verdaderas misiones importantes en grandes combates contra todo tipo de enemigos, como seres quiméricos o incluso almas errantes.
Por lo tanto ya tenemos el primer escollo del juego que será mucho mas pronunciado en los combates cuerpo a cuerpo. Cambiando de tercio, a lo largo del juego podremos usar diversas armas, como espadas, bastones o arcos. Previamente deberemos pasar un examen en cada disciplina a modo de tutorial, y aquí nos encontramos otro de los puntos oscuros del producto. Pongamos un ejemplo de unos de los exámenes: debemos derrotar a una serie de enemigos con nuestra espada. Empezamos la lucha y imaginemos que ya estamos acostumbrados al control del juego, estamos luchando y por algún motivo salimos derrotados.
Bien, pues el equipo de desarrollo no tuvo una idea mejor que hacer que nuestro personaje resucite en el acto en el mismo lugar (casi parece que se cayó al suelo y se levanta de nuevo), y, por si fuera poco, los enemigos caen desplomados como por arte de magia para empezar de nuevo la ronda del examen. Es una situación bastante esperpéntica. Y esto no sería del todo grave si no fuese por la cantidad de situaciones parecidas que veremos a lo largo del juego. Sin ir mas lejos, y a modo de ejemplo, en el examen de montura de una criatura hay que realizar 3 carreras. Pues bien, en 2 de ellas el rival se quedó atascado en un árbol y pude ganar la carrera trotando, pues iba solo por el circuito. Detalles como éste, que veremos en muchas ocasiones, no hacen mas que empeorar la experiencia jugable y denotan una falta de interés por la depuración del producto que no deja en muy buen lugar a los encargados de dicha labor.
Como podéis comprobar ya nos hemos encontrado con dos problemas de importancia como son una cantidad exagerada de bugs y un control no demasiado acertado. Pero eso no es todo, pues no sólo hay bugs en cantidades industriales en el juego, sinó que hay una falta de imaginación en las misiones digna de mención, y como no podía ser de otro modo, el mejor modo de reflejar dicha carencia es con un ejemplo. Nos encontramos con la misión de rescatar a tres niños-ángeles que se han perdido. Bueno, no es un principio muy original pero puede ser una misión interesante. Nada mas lejos de la realidad.
Miramos el radar y vemos las 3 direcciones que debemos seguir para encontrar a los crios; llegamos al punto de destino y en cada una de las 3 ocasiones se repetirá la misma animación, con el niño escapando de varios enemigos, diciendo la misma frase y con un resultado idéntico. ¿Qué problema ocasiona esto? Pues que da la impresión de estar rescatando a 3 niños clones, con misma voz, misma situación, mismo diseño y misma reacción.
Como podéis comprobar el juego presenta grandes carencias en algunos apartados que resultan imprescindibles para una experiencia jugable satisfactoria. En realidad las misiones no irán mucho mas allá. Obtener una misión, llegar al objetivo "gracias" al radar (al menos si no estuviese seria un reto), y acabar con los enemigos. La linealidad jugable del título y la monotonía que este hecho llega a producir puede ser incluso somnolienta. Si bien es cierto que el juego gana en diversión y espectáculo conforme avanza la aventura, no es excusa para crear algo atrayente para las primeras horas que son las que, al fin y al cabo, marcan una primera impresión del juego y condiciona el resto de la partida.
Pero no sólo son pobres en cuanto a detalles técnico, sino que incluso el diseño de los escenarios esta carente de toda lógica. Nos encontramos con escenarios con apenas elementos, y los pocos que hay no dan la talla. Montes que podremos subir sin apenas esfuerzo aunque tengan una inclinación muy alta, o castillos con torres simplemente imposibles que desafían las leyes de la gravedad (la torre de Pisa al lado de algún torreón del juego parece completamente firme).
Afortunadamente no todo es malo. El doblaje del juego es correcto, llegando incluso a destacar en algunos casos. La implementación de las voces es mala (repetición o situaciones absurdas) pero eso no quita la buena labor que se ha hecho en cuanto a localización de este producto, algo digno de mención. Cabe añadir que también podremos escuchar una banda sonora épica de calidad, que nos acompañará a lo largo del juego y que destacará entre tanta mediocridad. Por otro lado la duración del juego es considerable, con una buena cantidad de misiones en cada campaña, y recordemos que hay 3 campañas disponibles (una por cada bando). Además de lo comentado el juego incorpora un modo multijugador en LAN o internet, disponiendo de modo cooperativo o competitivo. Por si fuera poco también tendremos un editor de escenario incluido en el juego que nos permitirá recrear batallas con el motor del juego.