Análisis Cris Tales, el precioso RPG que llega desde Colombia (PC, PS4, Xbox One, Switch, Xbox Series X/S, PS5)

Uno de los RPG independientes que más expectativa ha creado en los últimos años es Cris Tales de los equipos colombianos Dreams Uncorporated y Syck. Sí, parte del mérito está en su apartado gráfico de aspecto limpio que nos recuerda a ciertas películas de animación, ilustraciones de cuentos infantiles e incluso a una vidriera –algo que sin duda tiene sentido con el juego de palabras de su título- pero también es mucho más que un aspecto con personalidad: busca recuperar el gameplay de los JRPG por turnos. En una época en la que escasas excepciones como Persona y Dragon Quest se mantienen fieles a la jugabilidad del rol nipón de los 90, sin duda es una gran noticia que el panorama indie busque dar una vuelta de tuerca a un sistema de batalla donde parecía que todo estaba dicho.

Regreso al futuro… y al pasado

Cris Tales está protagonizado por Crisbell, una joven que pronto se cruzará con una extraña rana. Tras perseguir a este animal, que resulta ser algo más que un simple batracio, despertará sus poderes de cronomaga, con la habilidad de ver el pasado y el futuro. Esto lo cambia todo en su vida, no sólo para la aventura que se abre ante ella con el viaje por diferentes catedrales para aumentar su poder y la típica amenaza que pone en peligro al mundo –en este caso la Emperatriz del Tiempo-, que es cierto que trae algunos tópicos del género y se disfruta más por el carisma de sus personajes o cada charla intrascendente con los habitantes de su mundo que por su argumento general, sino por todas las implicaciones que tiene en la jugabilidad, tanto la exploración como en los combates. Esta mecánica hace que Cris Tales sea algo más que el enésimo juego de rol inspirado en Final Fantasy porque aporta ideas para los puzles y estrategias en los combates.

¿Cómo podemos jugar con el tiempo? Normalmente durante la exploración en ciudades la pantalla se divide en tres porciones: el centro es el presente, la parte izquierda el pasado y la derecha el futuro. Son tres versiones del mundo superpuestas así que al caminar por las calles podremos ver a los personajes más mayores, más jóvenes, pequeños cambios en la decoración… e incluso algún tipo de catástrofe que se cierne sobre la población. La clave es que el futuro no permanece inamovible, aún está por escribir, de manera que esto servirá para participar en algunos puzles o misiones que modifiquen a mejor ese futuro que estamos viendo en uno de los "cristales" de la pantalla, ya sea para evitar el aciago destino de una familia como el terrible desastre que le espera a un barrio pobre de la ciudad. No es que toda su historia sea flexible, pero sí te muestra de manera muy directa las consecuencias de los eventos y decisiones.

Esta idea se profundiza también con la opción de enviar a nuestra rana Matías a uno de los saltos temporales para investigar algún rincón en el pasado o futuro. Quizás antes había un cofre en el escenario que ahora no existe, o incluso podrías escuchar qué nos cuenta un personaje cuando era joven; y si plantamos una semilla, en el futuro se podrá recoger su fruto. No es el primer RPG que trata este tema de dimensiones temporales, ni muchísimo menos, pero Cris Tales lo presenta de una manera novedosa y muy visual, que anima a participar de este mundo porque en cierta manera el pasado y futuro de sus habitantes ya te está contando una historia con su apariencia, desgracias o eventos dramáticos en sus vidas. También en las mazmorras se podrá interactuar con objetos para devolverlos a distintas épocas y así desbloquear nuestro progreso.

Un combate clásico pero fresco

Muchos jugadores tienen reticencias a los JRPG por turnos, pero a veces el motivo simplemente es que están quemados de la fórmula más clásica o no han probado propuestas más modernas que tratan de hacer las partidas más ágiles. En el caso de Cris Tales la mecánica del tiempo añade una capa que abre posibilidades a nuevas tácticas, y aunque los combates más sencillos probablemente los querrás superar con el comando de ataque, con los enemigos más duros hay que aprovechar la opción de mandar a los oponentes al futuro o al pasado.

En esencia el sistema de combate es lo que podemos esperar: equipamientos con distintos valores en defensa y ataque, mejora de armas con opción de efectos extra, subida de niveles, aprendizaje de habilidades, ataques combinados y magias elementales o estados alterados; puedes lanzar magia de agua y después la eléctrica para causar más daño, o envenenar a una criatura para que pierda salud progresivamente en cada turno –en la parte superior se indica el orden-. Pero si quieres jugar bien, saca partido a la habilidad temporal de Crisbell.

Al igual que durante la exploración, el campo de batalla se puede dividir en tres secciones, con el grupo protagonista en el centro –el presente-. La parte izquierda retrocede al pasado y los enemigos de la derecha al futuro, con un efecto bastante claro: unos lobos se convertirán en cachorrillos, mientras que en el futuro los enemigos aparecen más ancianos –y claro, esto afecta a su peligrosidad o habilidades-. Además, hay efectos que se arrastran en el tiempo, y si envenenas al enemigo para luego llevarlo al futuro se traslada todo ese daño, lo que podría suponer una muerte instantánea. Hay varias combinaciones de este tipo con plantas o el agua, que oxida el metal, así que puedes experimentar estados perjudiciales típicos del rol con la curiosa mecánica del tiempo.

Los combates también funcionan un poco al estilo de Super Mario RPG o South Park: La Vara de la Verdad, con la posibilidad de aumentar el daño de los ataques si pulsamos un botón en el momento exacto y de reducir el impacto de un golpe enemigo, algo que te mantiene más atento durante toda la partida. En definitiva, una base muy conocida del rol por turnos que con un pequeño giro, la habilidad temporal, convierte los enfrentamientos –especialmente con jefes- en unos puzles donde puedes acortar el tiempo de batalla si juegas bien tus cartas... Pero se eternizan si no optimizas tu estrategia.

¿Qué aspecto mejorable encontramos en Cris Tales? Para nuestro gusto el alto número de combates aleatorios en algunas mazmorras. Es interesante inspirarse en el rol clásico pero no tanto en aquellos aspectos mejorables o que nacieron como parte de limitaciones técnicas, y creemos que la probabilidad de batalla es demasiado frecuentes durante la exploración. Existe la opción de huir de una batalla pero evitar demasiados enfrentamientos no es la mejor estrategia a largo plazo si quieres evolucionar al grupo. Por otra parte las luchas, sobre todo con más de dos enemigos, tienden a durar más de lo habitual; suma a esto unas pausas de carga -por pequeñas que sean- y sentirás que veces se rompe el ritmo de la exploración.

Otra cuestión que parece desequilibrada son los altibajos de dificultad, pues en las primeras horas puede ser un poco alta -pocas habilidades por personaje, escasa salud...- pero, tras avanzar en la historia contaremos con una gran cantidad de puntos de magia que prácticamente permiten derrochar ataques fuertes durante toda la mazmorra; el gasto mágico deja de ser una preocupación. También se podría haber hecho más transparente el momento exacto para la pulsación de ataques y defensas, que no siempre está claro.

Una delicia para los ojos y el oído

Sin duda Cris Tales sabe jugar muy bien con sus limitaciones técnicas para crear un mundo llamativo, con sello propio. Combina bien las 3D de sus escenarios con personajes de aspecto 2D, estupendamente animado y por supuesto con ese toque original de las tres visiones de un mismo lugar, con cambios más o menos drásticos en la decoración y personajes. Si bien no todos los escenarios mantienen el mismo nivel y por lo general las mazmorras –véase la que transcurre en un alcantarillado- no lucen tan bien como las ciudades, son aspectos fácilmente perdonables en una producción independiente; las localizaciones principales, aquellas donde más tiempo vamos a pasar, están más cuidadas. No obstante, pese a la simpleza de sus escenarios de vez en cuando serán visibles pequeñas ralentizaciones.

La banda sonora se adapta bien a todo tipo de situaciones y muchas de sus melodías podrían pasar por música de un RPG de 32 bits: sonidos tranquilos durante la exploración y para ambientar cada ciudad, música más cañera para los combates y escenas dramáticas; quizás falte un tema memorable que se identifique más Cris Tales, que se recuerde una vez cierras el juego, pero aprueba con nota. Llega con voces en inglés con textos en español para que el idioma no sea una excusa.

Conclusiones

Cris Tales cumple con muchos de los objetivos que se propone: es un homenaje al rol clásico con casi 30 horas de aventura y el apartado audiovisual supera ampliamente a otros intentos por recuperar uno de los géneros más queridos durante los 90 y principios de los 2000. En cierta manera esas referencias también impiden que destape todo el potencial de sus elementos únicos, pues hay decisiones de diseño superadas –la avalancha de combates aleatorios es el caso más visible- que demuestran que la nostalgia en ocasiones está sobrevalorada. Pero estas pegas no deberían echan para atrás a los fans de los JRPG porque Cris Tales brilla más cuando saca a relucir su personalidad.

Hemos realizado este análisis de la versión de PS5 con un código que nos ha proporcionado Dead Good Media.