Análisis de Chivalry Medieval Warfare (PC)

Chivalry Medieval Warfare es uno de esos juegos que han sufrido un proceso de desarrollo tortuoso e incierto que ha estado al borde de la cancelación en más de una ocasión. Sin embargo, los chicos de Torn Banner Studios han conseguido sacarlo adelante y sorprendernos con un juego que se siente fresco y novedoso a la par que divertido. Básicamente nos encontramos ante un juego multijugador competitivo online de acción en primera persona (o tercera, que también podemos activar esta cámara), aunque con la peculiaridad de que en vez de estar ambientado en un conflicto moderno o futurista con armas de fuego (como viene siendo costumbre), aquí tomaremos parte en todo tipo de batallas medievales, donde el combate cuerpo a cuerpo es el protagonista absoluto.

¡A la carga!

Lo primero que hay que destacar es el sencillo pero profundo sistema de combate con el que cuenta el título. Con el click izquierdo del ratón podremos realizar golpes horizontales, girando la rueda del mismo hacia arriba haremos una estocada y si la giramos hacia abajo realizaremos un golpe vertical. Al mismo tiempo, con el click derecho podremos defendernos con el escudo si lo llevamos equipado o hacer una parada con nuestra arma, aunque si hacemos esto último tendremos que actuar justo en el momento en el que vayamos a recibir el golpe y centrando a nuestro enemigo, ya que la guardia no la mantendremos sin un escudo. Como acciones adicionales podremos pegar patadas para romper guardias y hacer pequeñas esquivas.

Al mismo tiempo tenemos que tener en cuenta que nuestras acciones consumen parte de nuestra barra de energía, por lo que lo suyo es medir muy bien lo que hacemos y administrarla con cabeza. También es importante comentar que hay localización de daño, por lo que si apuntamos a la cabeza quitaremos mucha más vida (hasta el punto de poder decapitar a nuestros enemigos directamente de un solo golpe) que si dirigimos nuestros golpes hacia sus pies. En cuanto a la salud, esta se regenerará automáticamente cuando estemos de pie, quietos o andando.

Uno de los puntos que más nos ha gustado del juego y que le da muchísima vidilla a los enfrentamientos y un toque táctico esencial, es la existencia de fuego amigo. Aquí no bastará con correr de cara al enemigo y ponernos a golpear como locos entre tres o cuatro personas para matarlo rápido, ya que si en la trayectoria de nuestros golpes hay algún aliado probablemente acabaremos también con él. Por tanto, si vemos a un compañero teniendo un duelo con un rival, nos interesará intentar rodear al enemigo para atacarle por la espalda desde una posición segura, ya que si vamos de frente podemos entorpecer a nuestro aliado. Los accidentes ocurren, y ya os aseguramos que sufriréis más de una muerte por culpa de algún miembro de vuestro equipo. Esto también se aplica a los proyectiles, por lo que si estáis usando un arco o una ballesta pensároslo dos veces y medid muy bien vuestras posibilidades antes de disparar cuando veáis a un compañero vuestro enfrentarse a varios enemigos.

No tardaremos mucho en hacernos con sus mecánicas, a pesar de que el cambio respecto a lo visto en otros juegos es bastante importante y puede pillar desprevenido a más de uno. Por suerte, se incluye un práctico tutorial y partidas contra bots que nos dejarán practicar todas las acciones de combate tanto básicas como avanzadas y entrenar con las distintas armas y clases.

Hablando de clases, existen cuatro distintas: Arquero, Soldado, Vanguardia y Caballero. Cada una de ellas puede llevar equipada un arma principal, una secundaria y otra especial (estas suelen ser cosas como escudos o hachas arrojadizas). La primera no necesita demasiada presentación. Es una clase de armadura ligera cuyas armas principales son los arcos y ballestas, mientras que de secundarias pueden usar armas cortas como dagas para defenderse de sus atacantes cuerpo a cuerpo. El Soldado es una clase muy versátil, que puede defenderse bien con un escudo y atacar rápidamente con armas de una mano para no dar respiro al rival, pero consume rápidamente su barra de energía y su armadura no es demasiado resistente. La Vanguardia usa lanzas y alabardas, tienen buen alcance y daño, y su velocidad y armadura son moderados. Finalmente, el Caballero viene a suplir el rol de clase pesada. Son tremendamente lentos y resistentes, pero gracias a sus armas de dos manos, como mandobles o hachas, son capaces de acabar con sus enemigos de un solo golpe.

Hay que tener en cuenta que cada clase y arma escogida cambia mucho nuestro estilo de juego y la forma de afrontar las diversas situaciones ante las que nos encontremos. Por ejemplo, si nos hacemos un arquero con ballesta, tenemos que tener en cuenta que nuestros disparos tendrán una potencia demoledora y serán muy precisos, pero tendremos que recargar por cada disparo, lo que nos dejará totalmente vendidos durante unos segundos, por lo que lo suyo es buscar una posición alta y bien alejada desde la cual dar apoyo a nuestros compañeros. Si en cambio preferimos hacernos un Vanguardia, tendremos que tener en cuenta que cuando esprintemos podremos realizar un ataque en salto para ensartar a nuestros enemigos, aunque si lo fallamos nos quedaremos a merced del rival.

Por tanto, habituarnos a las características de nuestra clase y del arma que llevemos será algo fundamental. Además, mientras más usemos un tipo de arma (por ejemplo, mandobles con los caballeros), podremos ir desbloquear hasta dos nuevas armas de ese tipo, aunque no tienen por qué ser necesariamente mejores que las anteriores, simplemente tendrán unas características distintas que pueden resultarnos más o menos cómodas. Eso sí, nos habría gustado tener un arsenal algo más completo y con más opciones para ir desbloqueando, ya que lo que hay actualmente se nos ha quedado un poco corto.

En cuanto a los modos de juego, nos encontramos con diversas variantes más o menos clásicas que podremos escoger según las que nos permita el mapa de turno: Todos contra todos, Todos contra todos por equipo, Rey de la Colina, Último equipo en pie y Objetivos de equipo. Sin duda, el que más nos ha gustado ha sido este último. En él un equipo tendrá que defender y el otro atacar. Los atacantes tendrán que cumplir diversos objetivos mientras que los defensores deben impedirlo. Estos objetivos varían según el mapa en el que nos encontremos, pero entre ellos tendremos que hacer cosas como encender unas hogueras, quemar aldeas, matar pueblerinos, llevar una máquina de asedio a las puertas de un castillo para derribar sus puertas, matar al rey del equipo rival (uno de los jugadores del equipo contrario adoptará este rol), etcétera. Si los vamos cumpliendo, accederemos a una zona nueva del mapa donde tendremos que cumplir un nuevo objetivo, así hasta llegar al final.

A todo esto hay que sumarle la presencia de todo tipo de máquinas de guerra que podrán usar ambos equipos, como catapultas, balistas e incluso podremos tirar calderos de aceite hirviendo sobre los incautos que osen acercarse a nuestras murallas. Ojo que el fuego amigo también se aplica a estas armas y encontrarnos a alguien de nuestro equipo que no sabe manejar una catapulta puede ser más peligroso para nosotros mismos que para los rivales.

El resultado a nivel general suele traducirse en partidas muy divertidas y tácticas, algo que también es posible no solo por su genial sistema de combate, sino por el propio diseño de los mapas, llenos de recovecos, pendientes, irregularidades y caminos que nos obligarán a trabajar en equipo para alzarnos con la victoria. Encontraremos desde mapas que permiten batallas campales a campo abierto en una pradera, pasando por otros más cerrados como el Bosque Oscuro (ojo aquí con los árboles que pueden entorpecer nuestros golpes) hasta llegar a duelos a muerte en una arena llena de trampas como fosos, pinchos y fuego. Por lo general tienen un buen tamaño (se adapta según el modo de juego) y son muy variados, aunque no vamos a negar que echamos en falta alguno más. El juego tiene soporte para partidas de hasta 32 jugadores, lo cual no ha impedido que ya nos hayamos encontrado con servidores para batallas de 64 jugadores donde los combates alcanzan una nueva escala.

Entre otros detalles negativos nos habría gustado contar con mayores opciones de comunidad, ya que lo único parecido que tenemos es la opción de ver e invitar a nuestros amigos. Un soporte para clanes, marcadores online y una página donde poder ver todas nuestras estadísticas globales y las del resto de jugadores le habría venido realmente bien al título.

Gráficamente usa el ya sobreexplotado Unreal Engine 3. A nivel general luce de forma muy vistosa, con unos escenarios muy bien recreados, que cuentan con buenas texturas, con muchos detalles y que hacen un buen uso de la iluminación para ambientar nuestras partidas a la perfección. Además, se trata de un título bastante crudo, y los salpicones de sangre, desmembramientos y decapitaciones están a la orden del día (incluso podremos romper los cascos de nuestros rivales).

Entre sus problemas, nos encontramos con el ya habitual retardo en la carga de texturas de este motor gráfico, con un modelado de los personajes que sin ser malo tampoco es para tirar cohetes, así como con unas animaciones algo pobres y ortopédicas. Y todo esto sin contar la gran cantidad de bugs que pueblan el título. Generalmente son de carácter visual, como ver a un soldado con una flecha clavada en la garganta durante toda la partida o que la cámara se vuelva loca cuando nos maten, aunque también los hay algo más molestos, como que nuestro personaje se quede atascado al acercarnos a una roca o que se produzcan caídas de servidores. Por lo demás, el título va bastante suave, tiene una buena cantidad de opciones de configuración gráfica, no requiere demasiado PC y prácticamente no hay casi lag. Además, el sistema de búsqueda de partidas funciona bastante bien y nos permite hacer una lista con nuestros servidores favoritos.

El sonido ya es otro cantar. La banda sonora apenas la escucharemos más que en los últimos minutos de una partida. Estos temas suelen ser de tono épico y ambientan muy bien, aunque el problema está sin lugar a dudas en su terrible doblaje. No pararemos de oír gritos totalmente forzados, repetitivos y demasiado largos, que más que meternos en el fragor de la batalla conseguirán darnos auténticos dolores de cabeza, por lo que muchos preferiremos desactivar las voces. Como era de esperar, el juego cuenta con voces en inglés, aunque los textos están en español. O al menos en algo parecido, ya que las tildes no las detecta bien y veremos unos caracteres extraños, la mitad de las frases no están traducidas, algunas palabras parecen sacadas directamente del traductor de Google y en otra ocasión los textos no están bien encuadrados y se superponen entre ellos. Por suerte no es un título en el que el idioma importe demasiado.

Conclusiones

Tal y como hemos dicho al comienzo del texto, Chivalry Medieval Warfare es un título tremendamente divertido y que nos lo hará pasar en grande reviviendo todo tipo de refriegas medievales gracias a un sistema de combate cuerpo a cuerpo que combina sencillez y profundidad a partes iguales por solo 17,99 euros, un precio de salida muy acorde con lo que ofrece. Si bien es cierto que no es un título perfecto, ya que tiene sus fallos y carencias. Por suerte, muchos de ellos pueden ser solucionados mediante actualizaciones y parches, por lo que tendremos que esperar a ver si el equipo de Torn Banner Studios le da el suficiente soporte durante los próximos meses para terminar de pulir su nueva obra.