Análisis de Broken Sword: Shadow of the Templars Director's Cut (PC)

El año que corre será recordado por muchos de los amantes de las aventuras gráficas por ser prolífico en este aspecto. Desde Vandal hemos tenido la opción de presentaros algunos títulos que desean emular el éxito de aquellos Monkey Island o Indiana Jones que tantas horas de diversión y, porque no, de presión mental produjeron en aquellos lejanos noventa.

Esta tipología de juego trajo una nueva concepción, un nuevo tipo de juego donde el punteo del ratón y los infinitos inventarios empezaron a poblar los títulos de nueva factura.

Además de la jugabilidad, otro de los términos que empezaron a cobrar mucha vida fueron las historias y el trasfondo de cada pantalla. Lo que antes era una historia que se presuponía o se explicaba en un libreto ahora la conocíamos de primera mano y esta se convertía en el aliciente número uno.

Secuestros, maldiciones, tesoros en paraísos terrenales, códices escondidos… cualquier ítem era bueno para iniciar una buena historia que no haría ascos a cualquier guión de película.

Poco a poco personajes como Manny Calavera, Guybrush Treepwood o el mismo George Stobbart pasarían al imaginario de los jugadores cual actor hollywoodiense.

En este caso la industria española también tiene algo que decir. Títulos míticos como Hollywood Monsters, The Abbey o Runaway, que después de muchos problemas legales pudo volver a nuestras estanterías el pasado año.

El tema que nos ocupa hoy es la vuelta de un grande, la de Broken Sword: El secreto de los templarios Director’s Cut. Esta edición acaba con una deuda que Revolution tenía con los fans del juego desde hace tiempo. Los constantes cambios dejaron algunos comentarios contrarios que abogaban más por volver a un entorno como en los primeros juegos donde imperaba el point and click dejando atrás el movimiento con las flechas mas tridimensional.

En esta ocasión se consigue volver a la esencia de lo que fueron los dos primeros Broken volviendo a encarnar a los queridos personajes de la periodista Nicole Collard y el siempre irónico, y a la vez ingenuo, George Stobbart.

Las calles de París se preparan para un nuevo misterio entre asesinatos y logias secretas.

La historia, el punto fuerte de Broken Sword

Antes hablábamos de los puntos fuertes de las aventuras gráficas. El guión siempre es importante en un juego cualquiera pero mucho más en una aventura gráfica. En tanto que aventura, la historia es el punto que arranca el interés por el juego.

En esta ocasión recuperamos el filón del primer juego donde muchos escucharon hablar de los templarios por primera vez. En los primeros compases encarnaremos a nuestra periodista preferida que nos llevará a casa de un tal Carchon, un multimillonario que la llama para ofrecerle cierta información. Pero ocurre lo peor y Nicole tiene que lidiar con un cadáver, la escena del crimen y la viuda del susodicho, que accede a cedernos algunos objetos y el acceso al despacho privado.



Para ver a George otra vez y tomar el control sobre el tendremos que esperar al ya conocido Café de la Chandelle Verte. Será el primer momento en que volvamos a un sitio que habíamos visto antes conociendo detalles que antes no teníamos. La historia por la cual se produce la explosión es una de ellas. A partir de aquí nombres que conocemos y dejavues varios en el sastre, hablando con el inspector Rosso o persiguiendo payasos y mimos.

La relación entre los dos personajes ya es conocida y se entabla a través de la investigación de este misterio. Lo bueno es que minutos antes hemos podido saber nuevas cosas sobre esta y, sobre todo, el origen.



Se repite el encuentro fortuito en el café de la Chandelle, la visita al hotel Ubu, el flirteo con la dama "inglesa" donde volveremos a vivir la parte más detectivesca de Stobbart.

Lo bueno del juego y el motivo por el que lo llaman "Director’s Cut" es porque escenas que se eliminaron pueden ser jugadas ahora. Cual edición especial de una película podremos vivir escenas que enganchan escenas que antes estaban interconectadas entre ellas con una simple pantalla de título o incluso no existían.

Gran parte del juego inicial se mantiene aunque tendremos muchas novedades que veremos más adelante. Como pequeña muestra podemos hablar de una cripta secreta a orillas del río Sena, en París, donde Nicole empezará a atar cabos sobre la historia que nos disponemos a jugar.

A partir de este punto el jugador sentirá como la historia lo absorbe de forma inevitable. Broken Sword vuelve a conseguir lo que ya hizo con las anteriores ediciones, atrapar la jugador en una historia de novela aliñada con algunas novedades que intentarán hacer romper el coco a los jugadores.

Jugabilidad igual pero con alicientes

El avance por el antiguo Broken sword lo realizábamos, en el primer Secreto de los Templarios, a través del point and click y los diferentes problemas que se nos iban planteando, incluso en la cuarta parte se llegó a jugar con las posiciones de algunos bloques de piedra o similares para que el personaje pudiese llegar a ciertos objetivos.

En esta edición veremos puzles de diferente índole. Podríamos decir que se trata de los puzles antiguos donde deslizamos piezas para poder abrir puertas o desciframos mensajes secretos a través de la sustitución de letras por símbolos. Puzles sencillos a primera vista pero, a veces, de dificultosa ejecución. Esta serie de "pruebas" da otro sentido al juego y, como decíamos, son un aliciente a la hora de jugar. El jugador deja de moverse por el mapa para sumergirse en otro tipo de juego por un espacio corto de tiempo.

En este sentido el juego no ha cambiado mucho más que la edición que jugamos en 1996. Movimientos fáciles a través del ratón y acciones fáciles a través del movimiento con el ratón. Clic izquierdo para ejecutar esta sobre el objeto o elemento y clic derecho para observar lo que queremos y recibir la descripción – y a veces pista – pertinente sobre este.



La barra de inventario, en la zona inferior de la pantalla se compone de dos elementos gráficos básicos, la cartera, donde tendremos el inventario propiamente dicho y también un bloc de notas donde se anotarán nuestros movimientos. En el caso de Nicole el icono será un ejemplar de La Liberté, el periódico donde trabaja mientras que Stobbart tendrá un bloc de notas. El inventario está realizado al uso con pequeños objetos representados en icono que podremos combinar entre ellos y usar sobre los diferentes elementos de la pantalla arrastrándolos hasta ellos.

Uno de los puntos que lastra un poco al juego es la constante ayuda en forma de ítem en movimiento encima de los objetos con los que podemos interactuar. De esta forma la historia es mucho más rápida pero hace que pierda el punto de interés que tiene el ir encontrando todas las pistas sin ninguna ayuda. Se podría mantener pero oculto para aquellos que no están muy inmersos en este tipo de juegos. Los más puretas lo agradecerían aunque serán capaces de avanzar rápidamente a través de este juego ya que dejó una marca imborrable en la mente de muchos.

Los gráficos de siempre

Puede que este sea uno de los puntos que gustará menos al jugador. Al ser un director’s cut ya nos esperábamos pocos cambios en cuanto a gráfico. De todas formas el jugador se sorprenderá mucho al ver que las nuevas pantallas panorámicas hacen que veamos un juego producido en cuatro tercios y no en los 16:9 a los que estamos acostumbrados ahora.

El hecho de que se fuerce el juego a pantalla completa hará que los personajes no luzcan tanto como antaño pero en cambio se conserven bien los fondos, elegantes y bien trabajados aunque estáticos.



Uno de los elementos que cambian en el aspecto conversacional es que se añaden unos cuadros con las caras en grande cuando hablamos con alguien. Al arrancar un diálogo, los personajes aparecen en formato cómic y en tamaño retrato ocupando la parte superior de la pantalla. Es una opción que si bien no aporta mucho es curiosa y nos hace recordar a los personajes de aquellos primeros juegos.

Si se hubiesen aprovechado los tiempo que corren para modificar un poco el juego y adaptarlo a las nuevas tecnologías manteniendo las dos dimensiones – como ha ocurrido con algunos títulos este año – podríamos estar hablando de una reedición genial para un juego que bien lo merece y que podría tener muchas posibilidades como película de aventuras en el cine.

Los efectos sonoros tampoco han cambiado. Las voces de George y Nicole son las mismas así como el doblaje del resto de personajes. El juego se puede jugar en multitud de idiomas aunque si se elige la opción de conservar el francés – la lengua original de Nicole – se consigue un efecto mucho más creíble. La pronunciación no es tan forzada como en la traducción al español que siempre elegimos por comodidad.

La ambientación en París y el resto de pantallas no cambia. Se trata de sonidos enlatados que se van sucediendo pero que dan un toque retro al juego. Las músicas van, como siempre, acompañando a los diferentes movimientos y descubrimientos que vamos realizando con George y Nicole. No se han mejorado ya que el objetivo era mostrar algunas escenas más de un juego que gustó mucho en su momento.

¿Merece la pena su adquisición?

Esta reflexión final no podía faltar. La respuesta a la pregunta variará según el tipo de jugador. Puede que un jugador novel que no conozca la historia la encuentre entrecortada o incluso quede decepcionado por el nivel de gráficos y ambientación.

El aficionado a Broken Sword lo comprará sin dudarlo. Es un juego del que muchos quedaron enamorados y esta relación sigue pese al paso de los años. La historia se rellena con algunos puntos muy buenos cuyas pantallas nos hubiera gustado jugar en aquel momento.

La inclusión de algunos puzles y jeroglíficos añade un poco mas de duración y diversión al juego. Lo mejora en la parte jugable con elementos que antes no existían en absoluto.

Si contextualizamos el título a la época de la que viene diríamos que es una compra recomendable pues se trata de una de las aventuras gráficas que marcó a gran parte de los amantes de este tipo de aventuras.

El nombre de George Stobartt y los templarios junto a la guapa Nicole Collard sigue en el candelero pasado mucho tiempo desde su salida al mercado.

El misterio que tocará descifrar es si volveremos a contar con las aventuras de estos dos avispados personajes en nuestras casas. Charles Cecil, su creador, tiene la última palabra.