Análisis de Blitzkrieg 2: Fall of the Reich (PC)
La serie de juegos de estrategia en tiempo real Blitzkrieg nacía en 2003 de la mano de Nival Interactive. Este equipo de desarrollo decidió crear un título estratégico en el que la gestión de recursos diera paso a un sistema de juego centrado en su totalidad en las batallas, a lo que añadieron ciertos elementos de simulación y bastantes dosis de tensión en los combates (perder a una gran cantidad de unidades al comienzo de la partida resultaba mortal) que lo convirtieron en uno de los títulos más interesantes del momento. A finales de 2005 regresaban al mercado con la notable continuación de su juego estrella, en la que se mantenían las bases jugables, pero se ampliaban notablemente las opciones de batalla con el incremento de unidades de combate, y la gran variedad de escenarios bélicos creados para la ocasión.
Ahora, de la mano de Proein nos llega un nuevo capítulo de la serie ambientado en las batallas que se libraron en Europa Oriental entre los nazis y la Unión Soviética, con muy pocas novedades jugables, pero con un sistema de juego que a día de hoy continúa siendo de lo más adictivo, lo que sin duda logrará que los aficionados a la saga disfruten con Blitzkrieg: Fall of the Reich.
En este sentido, como en el resto de títulos de la serie, en Fall of the Reich obtendremos una cantidad determinada de puntos de experiencia y medallas por cada misión que superemos, puntos que después podremos repartir entre los distintos comandantes que conformarán la cadena de mando en nuestro ejército, y que a la larga nos favorecerán con una serie de bonificaciones que estarán ligadas al campo o especialidad que cubrirá dicho comandante. De este modo, por ejemplo, tras superar una serie de misiones podremos lograr que nuestra artillería pesada golpee con una mayor contundencia, que nuestros blindados puedan disparar en movimiento (en principio sólo lo pueden hacer cuando detienen su avance), que las granadas de nuestra infantería sean más poderosas, o que la defensa de nuestros carros de combate resulte más eficaz. Por tanto, dependiendo de las elecciones que realicemos (aunque podemos mejorar nuestro ejército de forma automática) nuestro ejército mejorará de una u otra forma, lo que sin duda nos condicionará después en el transcurso de las batallas, ya que siempre deberemos apostar por las tropas que en mejor estado se encuentren.
Además de estas mejora en la figura de los comandantes, que como decimos se traducen en bonificaciones para cada una de las ramificaciones de nuestro ejército (artillería, infantería, blindados…), las unidades de nuestro bando también mejorarán con el paso de la partida, pasando de ser novatas a auténticas veteranas en la guerra, lo que de nuevo mejorará sus estadísticas y las hará más poderosas. Sin embargo, para lograr estas mejoras las tropas y sus comandantes deberán demostrar antes en el campo de batalla buenas actitudes en el combate, por lo que mejorarán con mayor rapidez las tropas que combatan de forma más eficaz en una misión, que no las que pasen sin pena ni gloria por un escenario. Por tanto, estamos ante un juego que presenta un elevado nivel de personalización en nuestro ejército, lo que sin duda nos obliga a trabajar concienzudamente cada escenario de batalla, ya que los errores no solamente se pagarán con una enorme pérdida en nuestras reservas de unidades (de lo que hablaremos a continuación), sino que también afectarán al propio desarrollo de nuestro ejército.
Otro elemento a destacar del mapa estratégico es que en la mayoría de ocasiones tendremos la oportunidad de escoger la misión que afrontaremos, pudiendo dejar al margen las más complicadas para cuando nuestro ejército tenga la experiencia necesaria, o centrarnos únicamente en las principales y afrontar la batalla final con un ejército menos poderoso e impresionante del que podríamos haber obtenido con algo más de tiempo. En este sentido, Nival Interactive ofrece una gran libertad a los usuarios a la hora de disfrutar del modo campaña del juego, aunque como decimos, afrontar todas las misiones a la larga nos beneficiará ya que nuestro ejército podrá ser mucho más poderoso y, por tanto, tendremos menos dificultades a la hora de afrontar el desafío final de cada una de las dos campañas con las que nos encontraremos (una para los alemanes y otra para los soviéticos).
En lo referente a los escenarios de batallas, como en el resto de títulos de la saga, en Fall of the Reich tendremos a nuestra disposición una gran variedad de vehículos (terrestres y aéreos) y unidades de infantería extraídos directamente de la realidad, con los que tendremos que afrontar una gran variedad de desafíos. En este caso, como comentábamos al principio del artículo, no tendremos opción de recuperar a las unidades perdidas en pleno campo de batalla, ya que no habrá ningún tipo de elemento de gestión de recursos y creación de centros de operaciones que nos permita ampliar nuestro batallón. Las unidades que perdamos en la batalla serán irremplazables, lo que lógicamente nos obliga a avanzar por el escenario con sumo cuidado. Sin embargo, como explicábamos antes, sí contaremos con la posibilidad de pedir refuerzos, aunque estos estarán limitados.
Cada vez que iniciemos un nuevo escenario de combate en la sencilla interfaz que los desarrolladores han implementado nos encontraremos con un icono de un teléfono acompañado de un número. Esta cifra será la que nos marque el número de refuerzos que podremos solicitar, encontrándonos en el menú con una gran variedad de unidades de combate, aunque éstas variarán dependiendo de nuestros actos en el mapa estratégico (si hemos afrontado muchas misiones tendremos unidades más fuertes y variadas, que no si hemos optado por ir directos a las fases principales). Con esto, en cualquier momento de la partida podremos acceder a dicho menú y solicitar el tipo de unidad que más nos convenga, teniendo en cuenta lógicamente el tipo de misión en el que nos encontremos: en ocasiones bastará con solicitar bombardeos para limpiar unas zonas, pero en otros casos, por las defensas antiaéreas, resultarán más efectivos los carros de combate y la artillería pesada, o las tropas de infantería si estamos ante un escenario plagado de trincheras a las cuales, por supuesto, podremos entrar para dotar a nuestra infantería de una mejor defensa.
Sin embargo, como decíamos, el número de refuerzos será muy limitado, por lo que no podemos depender de esta opción a la hora de superar las misiones (sobre todo en los niveles de dificultad más elevada), ya que las malas jugadas nos costarán la victoria en la mayoría de escenarios. Como buen juego de estrategia que es, Fall of the Reich nos presenta una gran variedad de unidades completamente diferenciadas entre sí, con características opuestas que nos obligan a conocer todos sus detalles para enfrentarlas al tipo de unidades que más le convengan, y alejarlas de las zonas en las que más peligro corren. De este modo, por ejemplo, debemos tener claro que la infantería poco podrá hacer contra los carros de combate, a no ser que las tropas se encuentren en una trinchera y no dejen de lanzar granadas. Del mismo modo, habrá carros de combate que no podrán hacer nada contra los blindados pesados, para lo cual tendremos que usar los cañones u otras armas más potentes para dañarlos, y encima hacerlo desde los laterales o la parte trasera del vehículo, que son las zonas en las que menos blindaje posee. En este sentido, esta nueva obra de Nival Interactive vuelve a destacar por el realismo en lo que a las unidades de combate se refiere.
Como en los capítulos anteriores, cada una de nuestras unidades tendrá un número limitado de munición que solamente podrá ser restablecida por los ingenieros que podremos solicitar. Además, los tanques, por ejemplo, podrán quedar inutilizados si pisan una mina, o sufrirán más daños si reciben golpes desde los laterales que desde su parte delantera, como explicábamos antes. Del mismo modo, nuestras tropas de infantería podrán ocupar las instalaciones enemigas, u ocupar las armas de artillería dejadas por los enemigos al morir, como es el caso de los cañones anticarro, que además podrán trasladar lentamente de un lugar del escenario a otro, o pedir ayuda a las unidades móviles para que arrastren el cañón a un lugar determinado a mayor velocidad.
Con todo esto, tendremos que aprovechar al máximo a nuestras unidades de combate para superar los distintos objetivos que se nos irán encomendando en cada misión, usando las distintas habilidades especiales que podrán adquirir con las citadas mejoras de nivel, y empleando sabiamente las opciones que nos ofrece la petición de refuerzos, ya que ésta será una de las claves de nuestras victorias o derrotas en el campo de batalla. Sin embargo, hasta aquí todo resulta idéntico a lo visto en Blitzkrieg 2, ya que como explicábamos al inicio de este artículo, Fall of the Reich posee escasas novedades con respecto a la entrega anterior.
También se incluyen en el juego nuevos tipos de blindados que se utilizaron a finales de la Segunda Guerra Mundial, así como habrá nuevas condecoraciones, basadas en las batallas que libraremos en este juego, que podremos conseguir superando con éxito las distintas misiones que se nos irán planteando. Además, los desarrolladores también han trabajado para modificar distintos parámetros y estadísticas en las unidades aumentando la dificultad, lo que convierte a Fall of the Reich en un título casi destinado únicamente a los fieles seguidores de la serie; aunque resulta contradictorio si tenemos en cuenta que éstos posiblemente decidan no adquirir el juego debido a la falta de novedades.
Del mismo modo, el apartado sonoro mantiene la calidad de las entregas anteriores, con un gran realismo a la hora de plasmar los sonidos de la guerra, y con unas melodías militares que animarán cada una de las misiones en las que nos embarquemos, aunque a la larga se tornarán excesivamente repetitivas. También, la inteligencia artificial del juego nos pondrá a prueba ya que los enemigos siempre nos atacarán aprovechando sus virtudes, aunque en este caso se nota cierto grado de pasividad por parte de los rivales, que casi siempre se quedarán en sus posiciones esperando a que nosotros vayamos para castigarnos con una mayor contundencia, hecho derivado del propio sistema de juego (los rivales también cuentan con unidades limitadas, así que no las arriesgan en ataques suicidas).
Nota: no es necesario disponer de Blitzkrieg 2 para disfrutar de Fall of the Reich.