Análisis de Beat Cop (PC, Android, Switch, Xbox One, PS4)

Hace algo menos de un año os hablamos de Beat Cop, un curioso juego de temática policial diferente a lo que estamos habituados a ver en los videojuegos, que casi siempre se enfocan a la acción o como mucho, la investigación detectivesca. En Beat Cop los tiros –nunca mejor dicho- no van por ahí, ya que nos propone interpretar a un policía de barrio en su rutina ordinaria. Precisamente el aspecto más peculiar es que consiste en hacer divertida –al menos, a ratos- esta labor aparentemente tan aburrida.

Interpretamos a un detective al que se le ofrece una última oportunidad tras ser acusado de un asesinato del que es inocente. Esto supone aceptar un trabajo muy poco agradecido porque hay que lidiar con tres frentes: el trabajo que desempeñamos, con un jefe que impone una serie de tareas muy exigente, la opinión de los ciudadanos y la mafia. Y no siempre se trata de un día tranquilo, en esta calle de Brooklyn pasa de todo, desde pequeños rateros atracando tiendas a un enfrentamiento contra una cucaracha gigante que mantiene un local cerrado. ¿Podrás resolver el misterio de tu caso mientras sobrevives a las duras calles?

Beat Cop utiliza un desarrollo propio de las aventuras point’n click con un sistema de gestión del tiempo. No se trata de buscar pistas con calma, pensar y recoger ítems, sino de realizar los encargos propios de nuestro nuevo puesto. Al inicio de cada día, nuestros jefes nos darán una serie de tareas a cumplir que suelen estar relacionadas con un mínimo de multas a poner dentro de nuestro horario. De esta manera, gran parte de nuestro trabajo lo dedicamos a vigilar los coches aparcados frente a una calle.

Hay una serie de problemas con estos vehículos que requieren nuestra atención. Algunos paran en zonas prohibidas, caduca su ticket, uno de sus faros está roto o los neumáticos muy desgastados. A veces incluso buscamos un coche sospechoso con una matrícula muy concreta. Así que no queda más remedio que mirar los coches que van aparcando y en caso de encontrar una infracción, poner la multa y llamar a la grúa. Esta parte no tiene más complejidad, pero nuestro trabajo dista mucho de ser sencillo a medida que pasan las horas.

Beat Cop funciona con un tiempo límite, un poco reducido nos atreveríamos a decir, en el que debemos cumplir con nuestros deberes y muchos otros que surgen sobre la marcha. El juego está pensado para que difícilmente puedas hacer todo lo disponible en ese periodo, algo que te obligará a tomar decisiones. Una llamada te informa de algún altercado, realizar una llamada –debes buscar la cabina de teléfonos más cercana- y otras muchos objetivos que cambian según la situación. Y en no pocas ocasiones, tú mismo verás a un criminal huyendo por las calles al que debes detener.

Estos son sólo algunos de los muchos ejemplos de tareas que te mantendrán ocupado constantemente. Necesitas cumplir con tu encargo de policía, pero también surgirán peticiones de los ciudadanos para ir a una de las tiendas en la otra esquina de la calle. Hay que controlar el tiempo sin obsesionarse hasta el límite, porque está permitido fallar. Sí, esto repercute en tu salario, pero casi siempre es imposible satisfacer a todo el mundo.

Un aspecto curioso son las decisiones morales que asaltan a nuestro policía. No serán pocas las ocasiones que justo en el momento de poner la multa el dueño del coche nos intenta sobornar para que olvidemos el asunto. Aquí puedes optar a ser poli bueno o malo, un dinero extra nunca viene mal para pagar las deudas –y casi siempre es lo mejor una vez has cumplido con tu cuota laboral-, pero también dejarás de cumplir con tu deber. ¿Participas en una timba? ¿Vas contra la mafia? ¿Qué haces con el traficante de droga de la esquina? No es que estas historias tenga un enorme peso en el juego, pero con diferentes finales y la flexibilidad para afrontar ciertas situaciones, se puede decir que es más rejugable de lo esperado –de hecho, hay opción para repetir días si así lo deseamos-.

Desde la última beta el estudio ha realizado algunos cambios en la buena dirección. El agotamiento por correr es más permisivo, y no será tan fácil perder la respiración por correr detrás de un ladrón. No obstante permanece el sistema de resistencia, que se irá agotando con el paso de las horas y las acciones; un perrito caliente –previo pago- nos repondrá las fuerzas. También se ha rehecho la pantalla de la oficina por otra mucho más coherente con el estilo pixel art del resto del juego. Las calles dan sensación de estar mucho más animadas, especialmente por el incremento de palomas revoloteando por las casas.

Tal y como nos parecía en nuestras impresiones, Beat Cop no profundiza demasiado en ninguno de los aspectos que toca. No es una aventura gráfica en el sentido clásico y la mecánica se hace muy repetitiva en una sesión de partida larga. Los desarrolladores se han esforzado con unos diálogos plagados de humor –a veces con gracia, otras no tanto- y variedad de situaciones. Un día nos toca estar pendientes de un personaje con tendencia a entrar en licorerías o el sex shop, aparecen ladrones aleatorios, hay que avisar de un asesinato, buscar un vehículo o personaje sospechoso, multar a todo vehículo que aparque o comenzar un tiroteo contra atracadores. Y siempre de fondo está el tema de progresar en nuestra investigación.

Sin embargo, no es menos cierto que la mayor parte del tiempo, y por el estricto sistema de objetivos que nos imponen, en cada día hay que estar pendiente de los vehículos y una serie de eventos monótonos. Revisar desperfectos o fallos en los coches es tan poco entretenido como suena. Una vez la temática pierde su gracia –porque sí es cierto que el planteamiento es original para un videojuego-, caemos en la rutina de revisar tickets y entrar en locales, estresados por equilibrar los constantes problemas de la gente con las peticiones de tus superiores. Un ritmo muy asfixiante que no ayuda a disfrutar del ambiente y este peculiar –aunque no muy amplio- barrio de clase media-baja.

Beat Cop apuesta por un aspecto pixel art sin una personalidad propia, aunque sí transmite mucha actividad. No esperábamos menos: tráfico, peatones, las bandas de palomas y detalles como el vecino ruidoso que sale a la ventana a poner música muy alta. Esto va acompañado de unos efectos de sonido que recrean esta ciudad con gran acierto. Una lástima la escasez de música, porque cuando suena –el tema principal es muy ochentero- es buena, pero durante el juego apenas tiene presencia.

Señalar que los textos están en inglés y es necesario comprender qué nos dicen los personajes. En la mayoría de ocasiones nos piden que visitemos una droguería o tienda de electrónica, sin más indicación visual, así que es necesario entender la misión actual –el lenguaje utilizado no es complejo en cualquier caso-.

Conclusiones

Aunque no logra explotar todo su potencial, Beat Cop es una propuesta original que merece nuestra atención. Su mayor defecto: la gestión del tiempo termina por lastrar sus virtudes. Demasiadas tareas simultáneas y la principal -la revisión de vehículos-, se convierte en un trabajo muy mecánico que nos impide disfrutar de las pequeñas historias del barrio. Nadie dijo que la vida de un policía fuese como en las películas.

Hemos jugado a una versión en desarrollo proporcionada por Pixel Crow.