Análisis de Assassin's Creed: La Hermandad (PC)
El último título de la saga de Assassin’s Creed para PC ha llegado a las tiendas. La hora de solucionar algunos de los enigmas que dejó la segunda parte abiertos ha llegado para los usuarios de ordenador. Un juego con un apartado gráfico excepcional que encantará a los amantes de la historia y, sobre todo, de un país y los hechos que han marcado una época... el Renacimiento en Italia.
Los viajes por las tierras del "belpaese" a caballo u andando no han significado un paso por cualquier sitio sino que nos han ido instruyendo, sin quererlo directamente, en la historia de los diferentes territorios italianos antes de la formación de esta como país.
Un acierto que hemos visto evolucionar a lo largo de los años.
Si hacemos un poco de repaso "histórico", Assassin’s Creed 1 nos llevaba al Jerusalén del año 1119 antes de Cristo, en la época de la tercera cruzada encarnando a un Altair que nos empezó a mostrar un juego con estilo y una historia pegadiza. El enamoramiento de unos dejó paso a las dudas en un juego que empezaba bien pero se volvía repetitivo.
La segunda parte de Assassin’s nos traía una evolución de la historia y cambiaba el plano geográfico. El antiguo Jerusalén dejaba paso a un esplendoroso renacimiento italiano en el que pudimos ver numerosas mejoras tanto en personajes como en historia así como en la repetitividad, que ya no era la de la edición anterior. En este caso conocimos a otro de los antepasados de Desmond, Ezio, que debía crecer en la Florencia de la época, lidiando entre conspiraciones contra su familia y flirteos con alguna moza.
Poco a poco fuimos conociendo una historia que entrelazaba un primer título con este. Ahora, un tiempo después, llega "La Hermandad" un título ya maduro que posiblemente os parecerá el mejor de los tres.
Podemos decir que Assassin’s ha aprendido con el paso del tiempo y que el cumplir años le ha dotado de una experiencia de la que carecía en los primeros compases. Ahora vemos un juego que gráficamente ha mejorado mucho y un personaje principal que ha ganado tanto en presencia como en movimientos, por lo que la experiencia jugable es totalmente diferente.
En este caso el juego ya no se convierte en repetitivo, pues se ha trabajado en misiones de diferente índole que se juegan en una reproducción casi exacta de las ciudades.
Cualquier persona que haya visitado Florencia, Roma o los pequeños pueblos de la Toscana podrá afirmar que la realidad y la ficción esta vez no son tan diferentes.
La mejora en personajes secundarios también ha ido en aumento y la aparición de Da Vinci abrió la veda para que otros famosos de la historia tuvieran presencia en el juego. En este caso volveremos a disfrutar de Maquiavelo, el genial escritor, al que cruzaremos en diversos momentos del juego.
Empezando la Hermandad
Aquellos que no hayan jugado el juego tendrán la opción de empezar con una misión de iniciación donde aprender movimientos y manejo de los diferentes controles. Aunque nuestra encarecida recomendación, si quieren disfrutar de la historia como dios manda es que jueguen la saga desde el primer título. Todo va entrelazado y los primeros compases pueden ser fatales si no sabemos de dónde venimos y, sobre todo, donde vamos.
La vida de Desmond sigue igual que la dejamos anteriormente, huyendo de los nuevos templarios, una empresa que le requiere para ir sobre los pasos de sus antepasados.
En paralelo viviremos el desenlace de lo que Ezio vivió en las entrañas del Vaticano, una parte de la historia de la que no hablaremos por si aún no habéis terminado la segunda parte.
La misión de iniciación termina con la vuelta a caballo a la casa de Monteriggioni, en la Toscana, junto al tío Mario. Una vuelta que servirá de toma de contacto con todas las novedades para afrontar los nuevos peligros que no conseguimos atar anteriormente.
En este sentido, la transición entre Desmond y Ezio es mucho más lenta y a veces el juego nos obliga a pasar largos ratos entre una misión y otra. La exploración de cada rincón de la ciudad hace que nos entretengamos más de la cuenta y si nos gusta explorar vamos a pasar largos ratos entre que no empezamos una misión y la finiquitamos. A veces los encargos de un mercenario constarán en ir a buscar a una persona concreta, lo que requerirá correr hasta el punto y volver con él, o también de proteger o escoltar a una persona, lo que nos obliga a ir andando a su lado esperando que suceda algo. Estos paseos se hacen largos y hacen que la historia se ralentice. Pero en lo global, el hilo conductor está claro y las misiones secundarias siempre nos dan unos minutos más de un título que habíamos esperado mucho.
Espadazos y patadas a golpe de ratón
El sistema de juego no introduce cambios muy diferentes. El dominio del ratón y de las teclas ASDW serán claves para movernos por las diferentes ciudades italianas. Para acribillar a los diferentes grupos de soldados bastará con dominar el arte de la patada "por lo bajini" y el acribillamiento del botón del ratón para masacrar a los guardias con la espada.
Las combinaciones de botones no son difíciles aunque a veces nos encontremos apretando cuatro teclas simultáneamente para realizar un salto enlazado con una mortal punzada con la hoja oculta sobre un guardia.
La navegación por menús también se resuelve igual que siempre, accesos rápidos y una navegación que luce genial, haciéndonos creer que realmente estamos dentro del mismo Animus.
Los entornos están cuidados y los diferentes efectos de menú increíbles, ahí se ha hecho un buen trabajo.
Ambientándonos en el Renacimiento
Lo que siempre ha destacado en este juego es la facilidad con que el equipo de desarrollo consigue meternos en el papel. La ambientación general ha sido un punto que ha ido en aumento durante toda la historia del juego. Si en el principio nos emocionábamos con la reproducción de los mercados y las diferentes ciudades de oriente, ahora lo hacemos con un destino mucho más cercano, la bella Italia en una época de máximo esplendor, el Renacimiento.
La reproducción de cada ciudad se ha seguido especialmente y la ciudad de Roma es casi calcada a la original. Ver el gran Castel Sant’Angelo o la iglesia de Trinità dei Monti y poderlos escalar hacen que la historia se meta de lleno en nosotros. Sitios que muchos hemos visitado como el Anfiteatro ahora se convierten en escenarios completamente explorables que dan un toque muy realista al juego y a la misma historia.
La banda sonora juega un papel aparte. Los amantes de la música reconocerán en ella los sonidos que representan a la música de la época. Los violonchelos realizan suaves melodías que acompañan a Ezio a lo largo de su viaje por diferentes tierras. Asimismo, cuando la situación se torna peliaguda, la música nos lo indicará indudablemente. Enseguida sabremos cómo y cuándo actuar.
Más allá de la música, los efectos de voz de los distintos paisanos ofrecen un aspecto mucho más dinámico al juego. Andar por las diferentes calles y oír un bando papal o una noticia sobre la peste porcina no será raro, y lo iremos escuchando multitud de veces durante toda la partida.
Otro punto que nos ayuda a ambientarnos rápidamente son las diferentes referencias al pasado de los diferentes personajes. Familiares y viejos amigos nos recordarán hechos que harán temblar los cimientos de Ezio y lo obligarán a volver a diferentes enclaves para encontrarse con partes de su pasado. Todo esto conectando siempre con Desmond, que tendrá encuentros fantasmales con su antepasado e irá perfeccionando sus técnicas de assassin mientras escapa de aquellos que le persiguen. Con la ayuda de Lucy y su equipo, que le intentarán mantener estable, el protagonista del presente tendrá que batallar para no perder de vista ninguna de las pistas que este le dejó en un pasado muy lejano.
Para terminar con la ambientación, cabe destacar el sistema de base de datos, que nos ofrecerá información muy detallada sobre los lugares que visitemos por primera vez. Una vez realizado un primer paseo por sus instalaciones esta permanecerá en la base de datos para futuras visitas. Los más curiosos podrán disfrutar de muchos datos tanto de emplazamientos como de instituciones o personas que marcaron un antes y un después en el renacimiento italiano.
El trabajo gráfico que se esperaba
Más allá del trabajo de documentación y reproducción de cada ciudad o pueblo se encuentra el rendimiento gráfico y la reproducción de texturas. Cada personaje, con Ezio y Desmond como figuras principales, goza de un nivel de detalle muy amplio.
Los diferentes enclaves también brindan un rendimiento increíble que harán que disfrutemos mucho de un juego con mucha tela por cortar.
Lo ideal para esta versión de ordenador es jugarlo con un equipo cuyo rendimiento permita la ejecución del título con las máximas prestaciones. Aquellos que no tengan una máquina tan potente podrán disfrutar de resoluciones menores con un grado de configurabilidad muy alto, lo que permitirá lanzar el juego en máquinas de potencia media. Pese a la pérdida clara de calidad, el juego sigue siendo un gran título que esconde grandes cosas.
Otro punto del rendimiento gráfico son las diferentes cinemáticas. Como si de una película se tratase, Assassin’s Creed ofrece escenas de introducción a misiones y hechos importantes en una calidad estupenda. La corrección en los labiales a la hora de los diálogos y las diferentes acciones realizadas en el video son un gran punto a tener también en cuenta en este sentido.
Un buen trabajo para un título que lo merecía
En la introducción comentábamos la importancia de saber renovarse y ver errores del pasado. Assassin’s no solo los ha sabido ver sino que también ha actuado para evitarlos en este último título. De la repetición de misiones del primer juego no queda ni rastro y la mejora técnica a nivel gráfico también es espectacular.
Los diferentes movimientos han aumentado y el nivel de los secundarios es otra cosa diferente. Los inventarios y posibilidades a la hora de comprar y mejorar armaduras y armas también aumentan permitiendo al jugador una buena interacción y personalización.
Los tenderos que aparecían en el otro juego ponen a nuestra disposición muchas más mercancías. Cada cambio ha sido para mejorar un juego que ya apuntó maneras en su salida al mercado.
La llegada de La Hermandad supone un buen punto y seguido para la saga, que nos volverá a aliar con la condesa de Forli, Caterina Sforza, y continuará una lucha sin cuartel contra la familia Borgia.
Una nueva búsqueda se abre ante nosotros y deberemos ser los más rápidos para saber de qué se trata. Un nuevo misterio vuelve para hablarnos de una civilización perdida y un enclave mágico del que nadie había oído hablar nunca.
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