Análisis de The Urbz: Sims In The City (NDS)
No hay duda de que Los Sims han sido uno de los fenómenos del videojuego más importantes de los últimos años, particularmente por el acercamiento del videojuego a un mercado de menudo tamaño hasta ese momento: el femenino. Bien es conocida una regla no escrita de las grandes empresas de videojuegos, que es que cuando un juego tiene éxito hay que hacer secuelas inmediatamente y, eventualmente, productos derivados. Los Urbz: Sims en la Ciudad es del tipo de los segundos, y se trata de trasladar la idea original a un entorno urbano, donde detalles como la modificación de la casa o el ascenso laboral quedan en un papel secundario ante la necesidad de ascender a nivel social.
Las versiones para consolas grandes, ajenas a Maxis y a Will Wright, creador de Los Sims, salieron hace ya unos meses, en la temporada navideña, adquiriendo un mediano éxito de ventas y no muy alto de crítica.
Además de la correspondiente entrega para Game Boy Advance, EA lanzó también –en los Estados Unidos- Los Urbz como título de lanzamiento de la flamante Nintendo DS, quizás intentando probar cómo puede encajar la jugabilidad Los Sims en una consola con pantalla táctil y con un mercado todavía por conocer pero aún así prometedor.
El caso es que la pantalla táctil, quizás lo menos llamativo de DS a simple vista pero finalmente lo que más posibilidades jugables da, no se ha utilizado exhaustivamente en Los Urbz DS. Más que adaptar el manejo de nuestro Urbz a la pantalla táctil, aprovechando las posibilidades que ésta da para adaptar un "control PC" –como harán Age of Empires o Europa Universalis-, esta encarnación de los Urbz parece más bien la versión de Game Boy Advance utilizando, eso sí, la pantalla táctil como navegador auxiliar por los menús y las diferentes opciones de juego que tendremos. En resumen, que lo que habitualmente se hacía a base de menús, se hará ahora en tiempo real, en la pantalla de abajo, lo cual hace al juego más dinámico y menos cansino pero también evidencia cierta desidia a la hora de aventurarse a utilizar las posibilidades de la susodicha pantalla táctil – como otros juegos del lanzamiento hacen con mayor atrevimiento.
De este modo nos encontramos con lo mismo que en la versión Game Boy Advance, o prácticamente lo mismo para ser completamente justos, solo que con minijuegos táctiles, la posibilidad de cuidar mascotas y una nueva área (La isla Splicer) que explorar. Es decir, tendremos que mantener a nuestro Sim razonablemente feliz (es decir, desayunado, dormido y aseado, como suele decirse) y de este modo ir superando los diferentes retos con los que nos encontraremos, que incluyen relacionarse simpáticamente con otros Sims para entablar buenas relaciones y solventar varios minijuegos-trabajo, que son los que nos darán dinero.
Como en la versión Game Boy Advance, en la pantalla de juego – en este caso, la superior- veremos en una especie de listado de barras de energía lo contento que está nuestro Urb en cada una de sus facetas: dormir, comer, higiene, necesidades, diversión, comodidad con el espacio... Para rellenar esas barras generalmente tendremos que hacer la acción evidente: ir a la cama, tomarnos un tentempié que podremos adquirir en cualquiera de las numerosas máquinas, ir al baño o mirar un poco la tele. Nada que requiera mucha habilidad, salvo un poco de memoria para saber dónde está cada cosa y, sobre todo, algo de paciencia; pues serán numerosas las ocasiones en las que estemos hablando con otro personaje del juego, o a punto de llegar a donde se cumple un objetivo, y tener que atender una de las necesidades de nuestro Urb, pues cuando las barras están bajas son prácticamente ineludibles.
Los objetivos nos los propondrán miembros de los diferentes grupos sociales –nosotros sabemos el nuestro tras una especie de test rápido de personalidad al comienzo del juego-, pero para que nos los propongan –es decir, que se desbloqueen- habrá que llegar a un cierto nivel de relación con ellos, hablando sobre los temas que les gustan o bien pasando directamente a las bromas, la adulación o el ligoteo. Las conversaciones, así como la visión del mapa, el manejo de items y otras acciones "de menú", se gestionan a través de la pantalla táctil, pulsando con el stylus (o con el dedo) sobre los respectivos iconos, lo cual lo hace mucho más cómodo que la versión GBA.
En nuestro periplo por alcanzar el cenit social deberemos hacer varios trabajos, los cuales se presentan en forma de sencillos minijuegos de habilidad, mezclando acción y plataformas, pero intentando darle una cierta coherencia a cada trabajo. Más adelante será cuando desbloqueemos los divertidos minijuegos táctiles, y otros extras de la versión Nintendo DS como el cuidado de mascotas.
Pero a grandes rasgos, pese a estos curiosos pero ligeros añadidos, se trata del mismo juego que vimos en Game Boy Advance en el mes de noviembre, conservando prácticamente todos los elementos iguales, incluidos los gráficos. Estos no eran malos para tratarse de GBA, pero en Nintendo DS tan solo experimentan una leve mejora y eso es una lástima porque se desaprovecha completamente la potencia de la nueva máquina, capaz de mover no solo entornos tridimensionales más complejos, sino también, en este caso –dos dimensiones, perspectiva isométrica-, objetos 2D con mucho mayor nivel de detalle y variedad. Se mantiene el buen sabor artístico del juego, pero resulta escandalosamente desfasado en lo tecnológico, o más que desfasado, dejado. El sonido conserva las melodías de la versión GBA, que suenan igual de bien en Nintendo DS, y los efectos de sonido "simoleanos" de la versión original, sin voces, sino con expresiones donde se intuye el estado de humor.
Aún así, los que no se hayan hecho con la versión de GBA ni hayan probado la versión de "consolas grandes" (muy diferente y con mucho mayor énfasis en todo lo social, la imagen, el estilo, etc...) podrán pasar un buen rato con este Los Urbz. Porque aunque algunas partes de su jugabilidad son tediosas (tenemos que cuidar de nuestro Urbz excesivamente, lo cual es bueno por otra parte porque si no el juego sería corto, pero quizás exagerado en algunos momentos), resulta un juego muy bien adaptado a portátil, donde podremos echar pequeñas partidas de diez minutos, cumplir un par de objetivos, guardar, y continuar nuestra escalada social más adelante. Los minijuegos, las conversaciones y todos los elementos jugables están muy bien pensados para el juego portátil ligero, sin grandes complejidades que lo compliquen. La curva de dificultad, eso sí, es muy baja, no teniendo que hacer demasiados esfuerzos para entablar buenas relaciones con todos los personajes, sean del grupo social que sean, porque todos están bastante estereotipados y es evidente qué tema de conversación le gustará a cada uno.
Es en definitiva un juego decente para consola portátil, considerablemente agilizado por la inclusión de los menús táctiles, pero a fin de cuenta una conversión con extras de Game Boy Advance, que es un despilfarro para los que ya cuenten con la otra versión, y que para los noveles en esto de los Sims (o Urbz) portátiles solo está recomendado si les gusta ese tipo de juego pausado, trabajoso a veces, pero con numerosas posibilidades de pasar el rato haciendo nuevos amigos, decorando la casa o cuidando mascotas.