Análisis de The Legend of Kage 2 (NDS)

El retorno de un olvidado

Hace casi un cuarto de siglo apareció un nuevo juego de plataformas, con un ninja de protagonista, en la por entonces exitosa Nintendo Entertainment System (NES). Ahora, tras más de dos décadas Taito y Square Enix resucitan el clásico de 8 bits, adaptándolo a las bondades que ofrece la portátil de doble pantalla. The Legend of Kage 2 posee, no obstante, mucho de lo que ya ofreció en su primera aparición.

Al rescate de una damisela en apuros

No podemos decir, llegados a este punto, que la línea argumental de The Legend of Kage 2 sea precisamente un alarde de originalidad. Mientras escoltamos a la sacerdotisa Kirihime –dueña de un grandísimo poder–, ésta es secuestrada al comienzo de la aventura por un misterioso guerrero, o demonio, y caemos heridos al intentar protegerla en vano. Una desconocida energía nos hace recobrar el sentido más tarde y partimos en busca de la princesa lo más rápidamente posible. A partir de ahí se nos presentarán una serie de retos, de una dificultad cada vez mayor, a la vez que vamos comprendiendo los malévolos planes detrás de la oscura figura que se ha llevado a Kirihime.

No sólo de saltos vive un ninja

The Legend of Kage 2 se desarrolla como un juego de plataformas y acción de scroll vertical –sin olvidar la importancia de la verticalidad, algo muy presente gracias a las habilidades del protagonista–, con un planteamiento y estilo que nos recuerda, y mucho, al clásico de Sega Shinobi.

Los movimientos más básicos consisten en caminar, correr (pulsando dos veces en la dirección deseada), atacar, saltar y agacharse. A medida que progresamos en la aventura podemos conseguir otros nuevos como el de deslizamiento (agachados, pulsando el botón de salto). Pero, sin duda alguna, el movimiento más elemental, junto con el de ataque, será el de salto. Nuestro ninja será capaz de alcanzar lugares elevados gracias a esta habilidad. En algunos niveles podremos acceder a zonas que esconden valiosos objetos si somos capaces de alcanzar las zonas más altas. Otra forma de ascender será escalando las paredes de los numerosos precipicios que pueblan Legend of Kage 2. Además, podemos atacar aun cuando estemos agarrados en una pared vertical, o colgados bajo una horizontal.

Ninguna caída hacia el vacío, por muy elevada que sea nuestra posición, nos causará daño alguno. Esto es de agradecer especialmente en niveles avanzados, ya que de lo contrario pereceríamos mucho más a menudo. Sin embargo, el caernos como el hecho de retroceder por zonas por las que ya hemos pasado traerá una adversidad consigo: algunos de los enemigos que ya hayamos eliminados vuelven a aparecer una y otra vez. En ocasiones, llega a ser molesto tener que borrar del mapa ninjas o animales con los que ya habíamos lidiado, pero será un precio justo a pagar a cambio de recorrer la fase en su totalidad en busca de objetos escondidos.

A mi me daban dos

The Legend of Kage 2 nos permitirá jugar la aventura con dos personajes distintos. Por un lado tenemos al ninja Kage, que da título al juego, y por otro a la guerrera Chihiro. Cada uno de ellos contará con dos armas distintas, Kage portará una katana y podrá lanzar shurikensa los enemigos más distantes. Por el contrario la joven Chihiro usará como arma principal un kurasigama que es una hoz enganchada a una cadena, y se servirá de un gancho para atacar a los enemigos más lejanos. A medida que avancemos, nuestras habilidades de ataque se irán mejorando. Por ejemplo, Kage podrá lanzar más shurikens seguidos y la longitud del gancho de Chihiro irá aumentando progresivamente.

Dos pantallas dan mucho juego

El juego ha sido concebido para aprovechar al máximo el uso de las dos pantallas, hecho totalmente tangible desde la primera partida. En la pantalla inferior es donde se centra la acción, y la superior sirve para mostrarnos animaciones –como las que preceden a las batallas de los enemigos finales de nivel, o las que sirven de introducción de las fases–, y para tener una visión la mar de útil de qué o quiénes tenemos por encima de nosotros. Sin embargo, si nos adherimos a un techo y avanzamos, la acción pasa a la pantalla inferior aun cuando al avistarlo estuviese en la superior. Y esto trae consigo un problema en la jugabilidad: dejamos de tener visión de lo que ocurre debajo. En el nivel en el que más molesto se hace es precisamente en uno de los más complicados, el sexto llamado "Cavernas", donde tendremos que agarrarnos no pocas veces del techo para superar hileras de afilados picos que sobresalen del suelo de las oscuras grutas que pueblan el nivel.

Al no poder ver lo que hay debajo, no sabemos a ciencia cierta a qué altura es seguro dejarnos caer; e incluso a veces seremos alcanzados por el shuriken de algún enemigo al que no podemos ver. Otro momento en el que ocurrirá algo similar será cuando nos enfrentemos a cierto demonio de aspecto animal –no os damos más detalles para no estropearos la sorpresa–. Y es que, sin bien es cierto nos gusta la idea de aprovechar las dos pantallas, se podría haber mejorado y explotado muchísimo mejor, añadiendo por ejemplo, la posibilidad de mirar siempre un poco más hacia arriba o hacia abajo según hiciese falta.

Metidos en faena

La mayoría de amenazas repartidas por la extensión de los niveles, que por lo general son bastante cortos, son fácilmente eliminadas con un solo golpe. Esporádicamente aparecen algunos más fuertes que requerirán de toda nuestra paciencia y habilidad para ser derrotados, ya que es necesario más de un golpe para acabar con ellos. La inteligencia artificial es prácticamente nula, suponiendo únicamente un reto cuando se acumulan varios enemigos en pantalla simultáneamente atacándonos desde distintas alturas. Aun así, muchas veces será tan sencillo como poner pies en polvorosa pues habitualmente no se requiere que eliminemos a todos los ninjas para poder avanzar hacia la siguiente pantalla.

Es precisamente cuando cambiamos de pantalla el momento en el que se grabará la partida automáticamente, incluyendo los enfrentamientos con los enemigos finales. Contamos con vidas infinitas, así que podremos repetir los niveles o enfrentarnos con los demonios de final de fase –estos sí que supondrán un reto bastante complejo, especialmente en los últimos niveles– tantas veces como sea necesario hasta conseguir derrotarlos.

Repartidos por los niveles hay objetos que nos serán de gran provecho, como por ejemplo el que nos regenerará nuestro medidor de salud, o el que agrandará el tamaño del mismo. Por regla general solemos encontrar los de esta clase poco antes de acabar un nivel, para poder hacer frente a los enemigos finales. Habrá también otra clase de objetos escondidos que nos permitirán, una vez completemos la fase correspondiente, crear desde el menú principal los llamados Ninjutsu. Según cómo combinemos dichos elementos, representados por unas pequeñas bolas de colores, seremos capaces de mejorar algunas habilidades de nuestro héroe o heroína, como la resistencia.

A medida que finalicemos niveles, se nos irá premiando con una serie de mejoras: llámese habilidades o movimientos nuevos, así como perfeccionamiento de otras más básicas como el salto, que irá subiendo de nivel y con él, la altura máxima que podremos alcanzar; o el ataque que cada vez permitirá encadenar un mayor número de golpes para realizar combos. Asimismo iremos desbloqueando dibujos y bocetos que se irán agregando automáticamente a una galería accesible desde el menú principal.

Antes de entrar en el apartado técnico del juego, queremos resaltar algunos detalles que no nos han entusiasmado. Para empezar, si bien es cierto podemos escoger entre dos personajes distintos, dicha elección no significa ninguna diferencia significativa en el desarrollo de la aventura; únicamente las que marcan el armamento de cada uno. También nos habría gustado gozar de un título que brindase un mayor número de niveles y de horas de juego, pudiendo terminar los pocos que lo conforman en unas 4 ó 6 horas aproximadamente, dependiendo por supuesto, de la pericia del jugador. La rejugabilidad que ofrece se basa, casi exclusivamente, en los dos nuevos modos de dificultad y un nuevo modo de juego que aparecerá una vez que terminemos la aventura completa por primera vez. Y, en todo caso, en aquellos que quieran desbloquear las imágenes de la galería o conseguir todas las mejoras; pero no cuenta con ningún modo multijugador. Una verdadera lástima porque pensamos que no habría desentonado un modo cooperativo con el concepto que ofrece.

Apartado técnico

Gráficamente ha sido duramente criticado por la prensa especializada por recurrir a las dos dimensiones, pero insistimos como ya hicimos en el avance que os ofrecimos recientemente, que a nosotros no nos parece, ni de lejos, un error. The Legend of Kage 2 está compuesto de variados escenarios plagados de distintos elementos como árboles a los que podemos escalar hasta sus copas, montañas y riscos, cavernas, etc. Lo que sí hemos podido constatar ya con el juego final en nuestras manos es que no despunta técnicamente como el trabajo bidimensional mejor realizado de Nintendo DS. A pesar de ello, creemos que es lo suficientemente atractivo como para que nadie le ponga excesivas pegas al respecto. Todos los personajes y el scroll –en ambas pantallas simultáneamente– se mueven con perfecta suavidad y se ha hecho un buen trabajo con la paleta de colores de la portátil de Nintendo.

La música con un marcado estilo oriental, como la que escuchamos en el menú principal, es harmónica y calza muy bien en el conjunto propuesto para la ocasión. Las melodías son variadas y acompañan cada momento de la acción de un modo natural y sin caer en una excesiva monotonía. Los sonidos siguen exactamente el mismo esquema. Cumplen su misión perfectamente sin que destaque ninguno por ser inapropiado. Eso sí, durante el juego no escucharemos voz digitalizada alguna; y ese peso recae únicamente en los textos –totalmente traducidos al castellano, como viene siendo habitual–.

Conclusiones

Afortunadamente The Legend of Kage 2 llega con pocas pretensiones –lo contrario solo le haría un muy flaco favor–, y si bien es cierto cuenta con algunas carencias que ya os hemos comentado, no deja de ser un título de acción rápida que estamos seguros hará las delicias de los aficionados más acérrimos a esta clase de títulos –sobre todo cuando vienen aderezados con una cuidada estética de animación japonesa–. Tanto la animación como la puesta en escena son correctas y aunque no ofrece un elevado número de horas de juego, no deja de ser divertido.