Análisis de Spectrobes (NDS)

Arqueología interplanetaria y Pokémon descafeinado en el nuevo juego de rol de Disney Interactive.
·
Actualizado: 21:31 17/8/2020
GRÁFICOS
7.5
SONIDO
7.5
NOTA
6.5
DIVERSIÓN
6
JUGABILIDAD
6
Análisis de versión NDS.

Desde que tuvimos las primeras imágenes de la nueva producción de Disney Interactive (antes Buena Vista Games), la expectación se palpaba en el aire: Spectrobes prometía ser un juego original, donde la consola aprovechaba al máximo su capacidad técnica junto con la pantalla táctil y el micrófono, y en el que se nos daba la oportunidad de disfrutar en la búsqueda de cientos de pequeños bichejos (gloria a los seguidores de Pokémon y derivados) en una aventura basada en la imaginería del manga japonés. Pues bien, por fin ha llegado a nuestros hogares, y la realidad es muy diferente a lo que nos habíamos imaginado.

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Oro parece…
La verdad es que quedamos gratamente sorprendidos al ver la cantidad de medios que desplegó Disney Interactive para prepararnos para la llegada de Spectrobes: una página web bastante bien montada, cinco episodios de animación circulando por la red de dos minutos cada uno para ir haciendo boca, unos anuncios y vídeos sobre el juego bastante impactantes… Y al llegar el juego a nuestro poder, la ilusión era patente.

Lo cogimos y lo jugamos con ganas, es cierto, y al principio nos sorprendió… pero la sorpresa pronto dio paso a un sentimiento muy diferente: hastío.

La historia (o cómo sacar jugo de donde no lo hay)
La historia que nos plantea Spectrobes es poco original, la verdad. Nos metemos en la piel de un oficial de la Patrulla Planetaria del Sistema Nanairo llamado Rallen que, joven e impetuoso, parece buscar siempre problemas. Su compañera, la piloto Jeena, es el cerebro del grupo, es decir, la que intenta evitar que el alocado oficial siga metiéndose en problemas. En un vuelo de reconocimiento reciben una señal de emergencia desde uno de los planetas, y deciden (previa consulta con el comandante al cargo) ir a investigar de qué se trata. Allí descubren una cápsula de salvamento estrellada, con un hombre hibernando en su interior… Este es Aldous, un anciano que al ser despertado les revela la escabrosa verdad: los Krawl, criaturas de la oscuridad, han devorado su planeta y ahora vienen a engullir el sistema Nanairo. Para evitarlo, la única solución es despertar a los Spectrobes, las criaturas de la luz, seres legendarios que se encuentran fosilizados bajo el suelo de los diferentes planetas del sistema. Y (¡oh, casualidad!) Rallen es el único que parece poder hacer uso del poder de éstos, siendo el afortunado poseedor del don de poder despertar, entrenar y utilizar a los Spectrobes en la lucha contra los Krawl. Así, empieza nuestra aventura (que, la verdad, no mejorará demasiado según avancemos en el juego), solos ante el peligro con la única ayuda de estos nuevos amiguetes, una vez despiertos de su sueño milenario.

Los Spectrobes: nacimiento, crecimiento y reproducción
Nuestro principal cometido en el juego, aparte de liberar al mundo de la amenaza Krawl, es encontrar los diferentes fósiles de Spectrobes, despertarlos y alimentarlos para poder utilizarlos en nuestro favor.

Los Spectrobes son seres que, una vez despiertos, cuentan con tres estados: niño, adulto y crecido. Podemos evolucionar desde el estado de niño hasta el estado adulto, y de adulto a crecido (vamos, más o menos como los Pokémon, los Digimon y todos esos seres creados para satisfacer las ansias de coleccionismo de un alto porcentaje de la población).

Para evolucionarlos, habremos de meterlos en la incubadora del laboratorio de nuestra nave y darles de comer minerocks (minerales escondidos bajo la superficie de los planetas, como los fósiles) y así subir sus niveles de poder, ataque y defensa. Una vez hemos conseguido que nuestro Spectrobe llegue al estado adulto, podremos utilizarlo para la lucha o añadirlos a nuestro equipo (podemos llevar hasta seis Spectrobes: dos lucharán de nuestro lado y cuatro podrán ayudar a los luchadores con mejoras en sus habilidades). Si seguimos alimentando a nuestro Spectrobe, o lo enfrentamos a los Krawl luchando con él de nuestro lado, el Spectrobe pasará al estado de crecido, estadio más poderoso en el que podremos aumentar hasta 128 niveles.

Cabe resaltar que los Spectrobes niños nos ayudarán a buscar los diferentes minerocks, fósiles y enseres enterrados por doquier. Aparte de los ya citados, contaremos con diferentes Cubos de Datos que habremos de desenterrar y entregar a nuestro aliado Aldous para saber diferentes cosas de los seres junto a los que luchamos (cosa bastante inútil, por cierto, ya que la mayoría de las cosas las podemos leer en el extenso manual que nos proporciona el juego) y para acceder a diferentes modificaciones del laboratorio de nuestra nave, al sistema de juego inalámbrico o al sistema de descargas vía wi-fi.

Los Spectrobes se agrupan en tres categorías: Corona, Aurora y Flash, cada una más fuerte que la posterior y más débil que la anterior en este mismo orden: es decir, Corona es más fuerte que Aurora, Aurora más fuerte que Flash y Flash más fuerte que Corona. Así, dependiendo del terreno en que nos movamos, serán mejores unos Spectrobes u otros.

También los Spectrobes niños tienen especializaciones a la hora de buscar fósiles o minerocks. Habrá algunos que serán mejores para buscar fósiles de Spectrobes Corona, o minerocks raros de encontrar… Asimismo, dependiendo del Spectrobe el rango de búsqueda (un circulo que se abre entorno al Spectrobe niño que nos sigue en la pantalla de juego cuando apretamos el stylus sobre él, y que nos permite ver si hay algo bajo el suelo o no) es mayor o menor.

Además de lo explicado, contamos con diferentes accesorios y colores para nuestros Spectrobes, con lo que la cantidad de variedades de Spectrobe que podemos llegar a conseguir durante el juego es inmensa.

Jugabilidad y aburrimiento
Y aquí nos encontramos con el elemento más original y, a la vez, el gran fallo de este juego: el sistema de desenterrar y despertar a los Spectrobes, que en un principio resulta atrayente, original y divertido se convierte en algo insulso monótono y aburrido cuando lo hemos repetido decenas y decenas de veces.

Cuando encontremos en el terreno un fósil o un minerock, el espacio encerrado en el círculo de búsqueda de nuestro Spectrobe parpadeará (azul, si se trata de un minerock, y amarillo si lo que encontramos es un fósil) y podremos acceder a la pantalla de excavación mediante un toque de stylus. Habremos de abrirnos paso por las capas del suelo y extraer usando el stylus los fósiles de las piedras que los rodean. Para ello contamos con taladros de diferentes tamaños, un soplador para eliminar la suciedad (podemos quitarla también soplando sobre el micrófono de nuestra consola) y otras herramientas que podemos conseguir durante el juego. En la pantalla superior veremos el índice de daños que ha sufrido el minerock o el fósil, y si aquél asciende a un determinado nivel, todo el trabajo habrá sido en balde. Cada vez que desenterremos algún minerock o fósil ganaremos puntos de experiencia que incrementarán nuestro nivel de excavación, con lo que contaremos con más margen de daños que nos facilitará cada vez más la extracción.

Una vez con el fósil en nuestras manos, para despertarlo deberemos dirigirnos al laboratorio de nuestra nave. Allí seleccionaremos el comando despertar y deberemos mantener durante el tiempo que se nos marque un determinado volumen de voz para que el Spectrobe despierte. Así, deberemos repetir el mismo proceso con cada uno de los fósiles que nos encontremos. Una vez despertados, podemos utilizarlos para la búsqueda o encerrarlos en la incubadora y alimentarlos para que crezcan (poca interacción más podremos tener con ellos durante su estancia en la incubadora). Cabe resaltar que algunos de los fósiles cuentan con accesorios que nos permitirán cambiar el aspecto de los Spectrobes adultos o crecidos.

Este proceso, como ya hemos dicho, al principio es la gran novedad que aporta el juego, y como tal, el principal motivo de engancharse al mismo. Pero al no haber otra opción que desenterrar fósiles y minerales si queremos conseguir otros Spectrobes diferentes a los tres que nos ofrece el juego por defecto (dos adultos y un niño) y para poder alimentarlos a medida que crecen, al cabo de unas cuantas veces de haber repetido el proceso y de haber buscado exhaustivamente por toda la superficie de un par de planetas (incluyendo las idas y vueltas a la nave), la verdad, el sistema de marras acaba por hartar.

¡Spectrobes al combate!
En lo que respecta a los combates, enseguida nos damos cuenta que no son el punto fuerte del juego. Dispersos por los diferentes mapas nos encontraremos vórtices negros que nos sumergirán en escenas de combate contra las diferentes especies de Krawl.

En dichas escenas, nos encontraremos en un espacio limitado de forma circular enfrentándonos contra tres enemigos, contando con un Spectrobe a nuestra derecha y otro a nuestra izquierda. Controlaremos a éstos con los botones L y R, según el Spectrobe que deseemos que ataque. Cada Spectrobe cuenta con dos tipos de ataque (uno simple y otro que realizamos al cargar la fuerza de nuestros aliados pulsando el botón A) más un ataque combo realizado entre los dos, que es ineludible y que dañará a todos los enemigos por igual. Dado que las armas con las que cuenta Rallen son poco eficaces frente a los Krawl (me pregunto entonces para qué están…), las opciones son pocas.

La inteligencia de los enemigos y de los Spectrobes que nos acompañan es poca, con lo que al final la mejor opción será huir de los desafortunados ataques de nuestros rivales (ya que si nos quedamos quietos es probable que acorralen a nuestros Spectrobes con facilidad y den buena cuenta de ellos) cargando la energía necesaria para realizar un ataque combo tras otro hasta eliminar a la totalidad de los enemigos. Esto, ciertamente, acaba por no ser nada divertido y en muchas ocasiones intentaremos evitar en el mapa los dichosos vórtices para así poder avanzar un poco más rápido en nuestra aventura.

Cartas troqueladas y modo inalámbrico
Junto a nuestro juego de Spectrobes se nos dan cuatro cartas perforadas en siete puntos que en determinado momento del juego nos permitirán desbloquear algunas especies de Spectrobes, minerocks y Cubos de Datos a los que de otra manera no podríamos acceder. Este hecho se complementa con el modo inalámbrico y el uso que se hace de la conexión wi-fi en el juego: casi exclusivamente se dedican éstas para el intercambio de Spectrobes, minerocks y otros ítems con otros jugadores, ya se encuentren éstos entre nuestros más allegados o estén en la otra punta del mundo.

También podremos enfrentar nuestros Spectrobes a los de hasta 16 jugadores a la vez, creando una especie de torneo del que podemos ser partícipe o simplemente decidir quienes de entre los que estén presentes se enfrentarán entre sí.

Apartado técnico
En lo que respecta al apartado técnico, el juego destaca por los gráficos de los personajes, y sobretodo, por el de las diferentes modalidades de Spectrobes en el laboratorio y en el combate. Son gráficos coloridos y bastante detallados, en general, aunque quizás un poco pequeños cuando nuestro personaje vaga por los diferentes mapas. Las escenas de introducción, los viajes de un planeta a otro y las acciones que tienen que ver con el laboratorio y con su interfaz táctil están muy bien realizados. Quizás lo más flojo de los gráficos esté en los inmensos y vacíos mapeados, que aunque coloridos y bastante bien definidos, llegan a sobrecoger por lo grandes y desolados que son, sensación que aumenta al verlos a través de las dos pantallas. Aún así, el desarrollo del juego es bastante lineal, con lo que a pesar del extenso mapeado es difícil perderse.

La música del juego es francamente notable. Tanto en las escenas de introducción como durante el juego y los combates, la música es pegadiza y acompaña perfectamente la acción. Eso sí, los efectos de sonido son pocos, pobres, y en ocasiones hasta molestos, como el ruido que escuchamos cada vez que nos metemos en la incubadora a echar mano de nuestros Spectrobes.

En general, Spectrobes se presenta como un juego de rol bastante convencional, si no fuera por las características técnicas que le diferencian. Tendremos que hablar con los diferentes personajes que encontraremos en los mapas (desgraciadamente, son pocos y sólo se encuentran en lugares muy determinados); la mayoría de ellos sólo nos dirán una frase de poca utilidad en el juego, otros nos darán ítems o información necesaria para el desarrollo del mismo, algunos nos venderán objetos… Vamos, lo de siempre. Por otra parte, los puzzles a los que nos enfrentaremos serán pocos y extremadamente fáciles, llegando como mucho a tener que trasladar un objeto de un sitio a otro o a tener que buscar un objeto de valor para intercambiarlo por otro objeto más necesario en ese momento.

Conclusión
Disney Interactive prometía mucho con esta nueva franquicia creada a partir de algo tan conocido como el coleccionismo de monstruitos que crecen, se desarrollan y se relacionan entre sí, acompañados de una estética manga que vemos innecesaria tratándose de un producto Disney (los creadores de grandes personajes como Mickey Mouse y compañía) y una historia que no destaca por su originalidad, precisamente. El sistema de juego, que sorprende en principio y que podría ser la piedra angular de toda la producción de Spectrobes, aburre por monótono a las pocas horas, y tanto el sistema de cartas como el juego vía wi-fi o mediante conexión inalámbrica no ayudan al conjunto al quedar como elementos casi anecdóticos en la totalidad del juego en sí. En fin, un quiero y no puedo que nos lleva a pensar que Disney, desde luego, ya no es lo que era.

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Género/s: Action-RPG
PEGI +7
Plataformas:
NDS

Ficha técnica de la versión NDS

ANÁLISIS
6.5
  • Fecha de lanzamiento: 15/3/2007
  • Desarrollo: Jupiter
  • Producción: Buena Vista Games
  • Distribución: Nintendo
  • Precio: 39.95 €
  • Jugadores: 1
  • Formato: Tarjeta de juego
  • Textos: Español
  • Voces: -
COMUNIDAD
7.02

Spectrobes para Nintendo DS

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