Análisis de Scribblenauts (NDS)
Cuando hace unos meses se presentó oficialmente al público Scribblenauts, no podíamos dar crédito a lo que veían nuestros ojos. El sistema de juego es extremadamente simple: el juego nos plantea una serie de retos en forma de puzles o niveles a superar con nuestro personaje protagonista. Cada uno de estos niveles lo podremos superar de diferentes maneras, ya que para ello deberemos de escribir el nombre del objeto que queramos utilizar, y el título lo reconocerá entre una base de datos enorme (con cientos de conceptos en su interior) y lo traducirá en un objeto que aparecerá en pantalla y que podremos utilizar para conseguir nuestro objetivo. Además, éste se comportará de manera muy similar a como debería de comportarse en la realidad.
Los resultados, hasta cierto punto, son predecibles, por lo que podemos experimentar con diferentes soluciones hasta encontrar con la que más nos convenza. Y de hecho, el juego premiará nuestra originalidad a la hora de solucionar los diferentes puzles, por lo que las soluciones más arriesgadas serán siempre las más valoradas.
Sin duda, después del genial Drawn to Life, la compañía de desarrollo 5th Cell acaba de marcarse otro tanto en el catálogo de Nintendo DS con este original y excepcional título. Si bien en el título mencionada se nos instaba a dibujar los diferentes objetos que utilizaríamos en nuestra aventura, incluyendo a nuestro personaje protagonista, en Scribblenauts la cosa ha dado un giro de tuerca sorprendente. Los puzles han sido notablemente diseñados, de tal manera que aceptan decenas (quizás cientos) de soluciones diferentes, dependiendo de nuestra imaginación a la hora de utilizar y combinar objetos. Y la rejugabilidad es casi infinita, ya que no sólo podremos volver a jugar las veces que queramos a cada nivel del juego, sino que podremos crear nuestros propios puzles y compartirlos con otros jugadores a través de nuestra conexión de Internet. En definitiva, una joya jugable indispensable dentro del catálogo de la consola.
Si existe, escríbelo y utilízalo
Al principio, el jugador escéptico mirará de reojo la pantalla de su consola y pensará: "¿realmente es para tanto?". Los gráficos, ciertamente, parecen bastante simplones a simple vista, y la tonadilla que acompaña al inicio del juego tiene un aire un tanto infantiloide... Pero no nos engañemos: ya desde el inicio, el juego nos permite, si queremos, comenzar a experimentar con nuestro personaje y con el editor de objetos y personajes, el cual se encuentra en la esquina superior derecha de la pantalla. Al adentrarnos en él, podremos escribir el nombre del objeto, animal, vehículo, personaje, etc. que queramos utilizar, y éste aparecerá en nuestra pantalla. Si nos equivocamos al deletrear el concepto (formado por una o por varias palabras, según sea el caso), el juego nos ofrecerá diferentes opciones similares a nuestra búsqueda. En caso de haber varias opciones para cada significado, deberemos de elegir la que más nos convenga.
De esta manera, si escribimos la palabra "cuerda", el juego nos ofrecerá la posibilidad de elegir entre la cuerda de un instrumento de cuerda o una cuerda para atar objetos... Y así con prácticamente con cualquier objeto que se nos ocurra. Además, los personajes y animales que creemos se comportarán como se supone que deberían comportarse: esto es, los perros y los gatos se perseguirán, los gatos cazarán y se comerán a los ratones, los cocodrilos atacarán a todo bicho viviente... Y los personajes se comportarán según un registro de emociones que deberemos de observar en los diferentes bocadillos que salgan de su boca. Si vemos que el personaje está enfadado e irascible, o que tiene ganas de pelea, mejor no nos acerquemos. Si por el contrario, está tranquilo, o tiene ánimo de defendernos, puede ser una buena ayuda en determinados niveles.
Al adentrarnos, finalmente, en el juego y crear nuestra partida, tendremos la opción de meternos de lleno en la acción del juego en sí, en una colección de diez zonas (nueve más un extenso tutorial), cada una de las cuales cuenta con veintidós niveles, la mitad de los cuales son puramente puzles en los cuales deberemos de conseguir un objetivo determinado, indicado por una pista bastante explícita al inicio de cada nivel, mientras la otra mitad son niveles de plataformas en los cuales deberemos de recorrer el nivel superando diferentes obstáculos para conseguir el objeto que marcará nuestro éxito: la starite. En los niveles de puzle, la starite sólo aparecerá una vez hayamos cumplido con el objetivo marcado. En los niveles de acción, la starite estará localizada en un lugar determinado de la pantalla, y deberemos de hacernos con ella.
Una vez hayamos completado un nivel, podremos volver a jugarlo, pero esta vez deberemos de completarlo tres veces consecutivas utilizando diferentes objetos, cosa que, ciertamente, demandará todo nuestro ingenio, pues a veces la solución puede surgir a través de las combinaciones más inverosímiles de objetos. Por ejemplo, en uno de los niveles deberemos de destruir una piñata que cuelga del techo. Para ello, podremos utilizar, por ejemplo, un bazooka, o cortar la cuerda que la sujeta y pisarla repetidas veces mientras cabalgamos a lomos de un elefante. Todo queda a cargo de nuestra imaginación, y de nuestras aptitudes a la hora de resolver el mismo problema de muy diversas maneras.
Eso sí, en ocasiones deberemos de tener en cuenta que determinados personajes u objetos del nivel no pueden ser destruidos o dañados mientras nos hacemos cargo de la situación, por lo que deberemos de ir con un poco más de cuidado. No es buena idea poner a un cocodrilo en pantalla para salvar a una pobre ovejita de las fauces de un temible lobo, ya que es probable que después de devorar éste último el reptil pase a tomar cuenta de la primera. A medida que avanzamos en los niveles del juego, iremos descubriendo la dimensión auténtica del mismo, su dificultad y la profundidad jugable que alberga.
A medida que vayamos completando los diferentes niveles, podremos ir desbloqueando diferentes trofeos, según los objetos que hayamos utilizado y cómo hayamos completado cada puzle. También deberemos de tener en cuenta que el juego nos propone un máximo número de objetos para crear en cada nivel, máximo que podemos superar, aunque no obtendremos la bonificación correspondiente. En la parte inferior de la pantalla de arriba de nuestra consola (en la que se nos mostrarán las estadísticas y condiciones de cada nivel), tendremos también una barra de energía que deberemos de intentar no completar, ya que cuando ésta se complete, no podremos crear más objetos. No obstante, podremos eliminar un objeto en cualquier momento, arrastrándolo con el lápiz táctil hasta el icono de la papelera, que sustituirá al de edición cuando seleccionemos y arrastremos un objeto.
Según nuestros resultados en un nivel, obtendremos una cantidad de ólares (sí, sí, ólares, tal y como lo escribimos...), moneda de cambio en el juego que nos servirán para desbloquear nuevas zonas con aún más niveles de juego, así como las diferentes músicas del juego (las cuales son muchas, muy variadas y, a pesar de la primera impresión que podamos tener de ellas, de una factura escelente) y una serie de avatares con los que podremos sustituir al personaje principal de la aventura. Todo para potenciar la rejugabilidad de un título que, a todas luces, parece casi infinito.
Editor de niveles
Pero eso no es todo: en el modo de edición de niveles el juego no se queda corto. No sólo podremos crear y modificar las diferentes plantillas de niveles que ya hayamos desbloqueado para crear nuestros propios puzles, sino que podremos incluir a diferentes personajes y animales que reaccionen de una manera determinada frente a determinados objetos o individuos. Por ejemplo, podemos crear una vaca que tengo miedo a nuestro protagonista y salga corriendo hacia otro lado en cuanto le vea. Pero las características fundamentales de un personaje o animal no las podremos variar completamente a nuestro antojo: por ejemplo, si volvemos a crear un cocodrilo no podremos hacer que proteja a nuestro personaje, ya que, una vez le defienda de todo aquello que pueda ser una amenaza para él, se volverá hacia nosotros y nos devorará.
Una vez hayamos editado un nivel, podremos jugarlo y guardarlo en la lista de niveles adicionales o conectarnos a internet y compartirlo con nuestros amigos o con otros jugadores en línea. Por otro lado, también podemos acceder a los niveles editados que el resto de jugadores haya colgado en la red, con lo que siempre tendremos nuevos puzles a los que enfrentarnos, aparte de los que el juego nos propone (que no son pocos).
Apartado técnico
Si bien el apartado gráfico del juego no es excelso, sí desprende simpatía por todos lados, y representa de forma caricaturizada aunque muy creíble cada uno de los personajes, animales y objetos del juego. Os animamos a probar la cantidad de conceptos que alberga la base de datos del juego. Nos hemos llevado auténticas sorpresas, como la posibilidad de crear píldoras antiácido que podemos dar a tomar a los personajes, o un reactor nuclear del cual salen mutantes una vez hayamos interactuado con él (mutantes que, por cierto, nos atacarán con una furia indomable). Por otra parte, las físicas del juego han sido notablemente realizadas, dando un resultado bastante realista en su conjunto, aunque en algunos momentos las colisiones entre objetos y escenario no son todo lo precisas que deberían, permitiéndonos alguna trampa que otra o dándonos algún susto cuando creíamos tener solucionado el nivel.
Las músicas del juego y los efectos de sonido son excelentes. Si bien al principio podría pensarse que las primeras son demasiado infantiles para el gusto de algunos jugadores, a medida que avancemos en el juego descubriremos la gran cantidad de ellas de las que disfrutaremos, y la gran cantidad de estilos musicales que podemos encontrar en cada uno de los niveles del juego.
La jugabilidad es sencilla y directa, ya que el juego se controla completamente a través del lápiz táctil, escribiendo los objetos en la pantalla táctil y arrastrándolos de un lado a otro de la misma cuando los hayamos creado para utilizarnos como deseemos. Nuestro personaje responderá también a las pulsaciones del stylus en la pantalla, moviéndose en la dirección que hayamos apuntado, cosa que puede crear algún conflicto que otro a la hora de utilizar algunos objetos de pequeño tamaño, ya que la precisión del lápiz táctil, en ocasiones, no es todo lo precisa que cabría esperar. Pero, por lo general, el juego responde perfectamente a nuestras indicaciones, haciendo de la experiencia jugable toda una delicia.
Conclusiones
Scribblenauts es una pequeña joya dentro del catálogo de Nintendo DS, una aventura interactiva en forma de centenares de puzles consecutivos que hará las delicias de niños y mayores, sin excepción. Seguramente, gustará a muchos tipos de jugadores, dado que no es un juego claramente adscrito a un género concreto, sino que bebe de muchas fuentes, aunque fundamentalmente se basa en la utilización del ingenio y la imaginación del jugador a la hora de resolver diferentes tipos de situaciones y a la hora de conseguir una gran variedad de objetivos. Sin duda, uno de los títulos imprescindibles de la consola, original como pocos y extraordinariamente divertido.