Análisis de Rayman Raving Rabbids 2 (NDS)
Hará poco menos de un año, Ubisoft sacó al mercado una aventura de Rayman alejada de las propuestas que tanto éxito habían dado a la serie hasta el momento: esta vez no se trataba de un título de acción y plataformas, como hasta ahora había dictado el canon de la saga, sino que nos encontrábamos con una propuesta basada más en la consecución de un gran abanico de minijuegos, unidos por un denominador común: los protagonistas de todos ellos, junto a Rayman, eran unos alocados y simpáticos conejos del espacio que pretendían dominar el mundo. Ciertamente, consiguieron su dominio, ¡y de qué manera!. La campaña de publicidad de este juego ha sido de las más sonadas de los últimos años, y, además, fue uno de los títulos estrella en el momento del lanzamiento de una de las plataformas caseras más esperadas del año pasado: la Nintendo Wii. Estamos hablando, cómo no, de Rayman Raving Rabbids.
Sorprendentemente, la propuesta que de este título hizo Ubisoft para la portátil de Nintendo difería totalmente de las del resto de plataformas, alejándose de los minijuegos para crear un título de acción y plataformas con todas las de la ley, según las pautas de los juegos de Rayman de siempre.
Bueno, no del todo, ya que el juego implementaba de una manera muy original y divertida la pantalla táctil de la consola, dando como resultado final un juego variado y que, realmente, daba la talla en todos los aspectos.
Pero, unos meses después, los malvados conejos han vuelto, y, esta vez, con renovadas ganas de invadir el universo. Se han extendido por diferentes zonas de la Tierra (Estados Unidos, América del Sur, Europa, Asia, Japón y Australia) para analizar, estudiar y, finalmente, imitar el comportamiento humano. Rayman, sobre aviso desde la última aventura con los conejitos de marras, ha decidido seguirles allá donde vayan para informar al mundo sobre sus acciones. Así, para poder moverse entre ellos con total libertad y pasar totalmente desapercibido, se disfrazará de conejo y espiará todos sus movimientos, tomando parte en todo lo que aquéllos tramen.
Ubisoft, esta vez sí, ha decidido volver a apostar por los minijuegos, una propuesta que ya funcionó a la perfección en el primer Rayman Raving Rabbids en la mayoría de plataformas, pero ahora también en nuestra portátil, en un título que, sin duda, sacará mucho provecho de las características de la consola de Nintendo, en concreto de su pantalla táctil y del micrófono de la misma.
Diversión conejil a raudales.
La fórmula de los recopilatorios de minijuegos es una apuesta segura: teniendo uno o varios personajes que hagan las veces de avales del título, cualquier compañía puede producir un título sugerente al público con relativa facilidad. El modelo que dieron juegos como los famosos Wario Ware Touched o Project Rub, entre otros, ambos para la Nintendo DS, ha dado como fruto una avalancha de títulos basados en recopilar diferentes minijuegos que, de manera más o menos acertada, utilizaban la pantalla táctil, sobretodo, y el micrófono, en menor medida. Así, es normal que veamos la "nueva" propuesta de Ubisoft con cierta suspicacia.
No nos engañemos: el juego que se nos ofrece no es el título del año, ni ofrece absolutamente nada que no haya sido visto en el amplio catálogo de títulos basados en el mismo precepto para nuestra portátil. Aún así, Rayman Raving Rabbids 2 para la Nintendo DS es un título que se establece muy dignamente dentro de su género, y parece ser la respuesta al primer Raving Rabbids de la portátil, siendo un título que cubrirá el expediente para todos aquellos jugadores que se quedaron con las ganas de jugar en la Nintendo DS a minijuegos protagonizados por los adorables conejillos de la primera parte, como los que vieron la luz en el resto de plataformas, en especial la joya de la corona: la versión del mismo para Nintendo Wii.
Lo que más llama la atención del juego desde el primer momento es que no veremos a Rayman por ninguna parte. Bueno, sí, en alguna secuencia al acabar cada minijuego, pero de manera muy discreta. En cambio, desde el inicio interactuaremos con un conejo, el cual deberemos de tocar al encender nuestra consola para dar comienzo al juego en sí. Este conejo, como ya hemos indicado previamente, no es nadie más que Rayman disfrazado (sic), el cual podremos vestir y desvestir con diferentes atavíos y accesorios que se nos ofrecerán al completar los diferentes minijuegos del título con la máxima puntuación posible. Así, tendremos una opción dentro del juego en la que podremos interactuar con el simpático personaje, pintándolo a nuestro gusto, dibujándole un escenario según nos apetezca o intercambiando sus ropas, según vayamos ampliando el catálogo de accesorios con el que contaremos para vestirlo.
Tendremos dos modos principales de juego, en caso de querer realizar la partida en solitario. El Modo Aventura, en el que deberemos ir superando todos los minijuegos de cada zona para ir acumulando puntos hasta rellenar el carrete de fotos que veremos en la pantalla superior, hecho que hará que demos por terminada la zona y que se desbloquee una de las zonas siguientes del juego. Para completar este modo al cien por cien deberemos conseguir todas las zanahorias de todos los minijuegos de cada zona, esto es, deberemos de completar todos los minijuegos con la máxima puntuación, obteniendo, a su vez, todos los accesorios para nuestro personaje habidos y por haber.
Por otra parte, tendremos la posibilidad de jugar a los treintaiséis minijuegos que componen el título en el Modo Puntos, en el que se nos retará a conseguir nuestro propio récord. Al ir superando las diferentes puntuaciones que nos pone el juego como marcas a batir, iremos consiguiendo nuevas funciones y accesorios para nuestro conejo. Por último, el juego cuenta con un Modo Multijugador en el que podremos competir en partidas de hasta cuatro jugadores en once de los minijuegos que componen el título. La proporción de minijuegos que nos da el título para disfrutarlos en multijugador acaba por resultar francamente pequeña, ya que es menos de la tercera parte del total, pero aún así es una propuesta muy divertida y que da un aliciente más al título.
¿Y cuáles son los minijuegos que veremos en Rayman Raving Rabbids 2? Pues habrá un poco de todo, pero, como ya hemos dicho, nada que no hayamos visto antes. Veremos carreras de conejos que deberemos superar pulsando a izquierda y derecha lo más rápido posible; veremos minijuegos de cortar fruta con el stylus; otros en los que deberemos unir diferentes objetos en movimiento deslizando el stylus sobre ellos, para después moverlos hasta alguna zona determinada de la pantalla; otros en los que deberemos de soplar al micrófono, e incluso hablar de manera continuada cerca de aquél para, a continuación, tener que pulsar en la pantalla táctil como posesos... Realmente, no son en absoluto originales, y algunos de ellos hasta se repiten a lo largo de las diferentes zonas, como el minijuego final de cada una de ellas, en el que deberemos de tocar en unos pulsadores al ritmo de la música, según nos indiquen unos orbes que caen desde la parte superior de la pantalla. Eso sí, podremos disfrutar de la "agradable" compañía de los divertidos conejitos a lo largo de cada minijuego, en animaciones impregnadas de un humor absurdo que harán las delicias de niños y mayores...
Apartado técnico.
Los gráficos del juego son muy notables. Aparte de las divertidas caricaturas en dos dimensiones que veremos a lo largo de todos los menús y mapas del juego, éste está continuamente amenizado por la aparición de divertidas animaciones en tres dimensiones, protagonizadas, cómo no, por nuestro personaje protagonista (con las vestimentas que hayamos elegido para la ocasión) y el resto de conejos de cada minijuego. En algunas ocasiones echaremos en falta algún que otro polígono en las imágenes del juego, ya que a veces el movimiento resulta torpe y los conejos acaban por parecer de todo menos conejos, pero, en general, el conjunto da la talla.
La música es un apartado que, como en todas las aventuras de Rayman, ha sido cuidado al detalle. Desde las músicas de los menús y mapas, hasta las músicas de los minijuegos, toda la banda sonora es de una calidad fuera de dudas, tanto por su selección como por la calidad del sonido durante el juego. La variedad de estilos que adorna la banda sonora del juego se debe, en parte, a las diferentes localizaciones del mundo en las que se supone que suceden los hechos. A pesar de todo, veremos de todo en todas partes, incluyendo tanto temas famosos de la música clásica, como otros muchos temas del pop y del rock (por ejemplo, un excelente
La jugabilidad, por último, es excelente, aunque en ocasiones el micrófono no responde del todo correctamente. En algunos minijuegos, por mucho que soplemos en todos los ángulos posibles, nuestra consola no detectará nuestros soplidos, y deberemos de repetir los minijuegos en cuestión varias veces hasta dar con la solución al problema. Por lo demás, el control de la mayoría de minijuegos a base de stylus es una experiencia por todos de sobra conocida, y todos sabemos que funciona a la perfección, sobretodo cuando, como es el caso, la respuesta de la pantalla táctil es del todo correcta y precisa.
Conclusión.
Los conejos de Ubisoft vuelven a la carga en la Nintendo DS. Repetimos: no es un juego original, para nada. Los minijuegos los hemos visto miles de veces en el catálogo de nuestra portátil, pero eso no quita que éstos sigan funcionando y divirtiendo. Además, el hecho de disfrutar de la presencia de unos personajes tan divertidos como los Raving Rabbids hace que la experiencia valga la pena. Y, a buen seguro, estos adorables conejos harán sonreír socarronamente a más de uno.
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