Análisis de Phoenix Wright: Ace Attorney Trials and Tribulations (NDS)
Quien más, quien menos, todo afortunado poseedor de una Nintendo DS y aficionado al género de las aventuras gráficas debería conocer las aventuras y desventuras del abogado más famoso de la historia de los videojuegos. Emulando a los clásicos de la profesión (por ejemplo, Perry Mason), junto a Phoenix Wright nos embarcamos ya en dos entregas previas que, sin duda, fueron todo un descubrimiento para los usuarios de la consola portátil (hablando de occidente, claro… en Japón, ya podían disfrutar de sus aventuras desde hace tiempo gracias a las entregas originales para Game Boy Advance).
Las dos primeras entregas de la serie -Ace Attorney y Justice For All- presentaron a la comunidad de jugadores un plantel de personajes que, tanto por su simpatía como por su carisma, sin duda encandilaban al más pintado. Y, por supuesto, debemos destacar la genialidad de los desarrollos argumentales de las mismas: sin duda, de los mejores guiones vistos nunca en este género de videojuegos.
Metiéndonos en la piel del joven abogado Phoenix Wright, podíamos embarcarnos en la búsqueda de pistas y pruebas por las diferentes escenas del crimen, para luego enfrentarnos a las diferentes sesiones del juicio en el que, por cierto, debíamos desvivirnos por salvar la integridad de nuestro cliente.
Y, sin duda, no nos lo iban a poner fácil. Los fiscales se nos lanzarían a la yugular sin contemplaciones, aprovechando cualquier resquicio dejado por algún fallo en nuestro planteamiento de la defensa, o provocado por alguna mentira –o media verdad- en la confesión de alguno de los testigos del caso.
Pues bien, después de los lanzamientos consecutivos de los dos primeros capítulos de la serie, los jugadores europeos nos vimos abandonados en la incertidumbre cuando, sorprendidos, descubrimos que la tercera entrega de la serie (entrega que, por cierto, acababa la trilogía original de nuestro abogado favorito) atrasaba indefinidamente su lanzamiento por estas tierras. Y más sorprendidos quedamos cuando, contra todo pronóstico, la cuarta entrega de la saga (esta vez, específica para Nintendo DS, y protagonizada por un joven e inexperto nuevo abogado: Apollo Justice) veía la luz hace pocos meses, saliendo al mercado europeo antes de la entrega que se suponía anterior...
Pero, por fin, Phoenix Wright: Trials and Tribulations ha llegado sano y salvo hasta nosotros. Sin llegar a entender demasiado bien la política de Capcom al respecto, la verdad es que el hecho de que esta entrega se haya retrasado tanto ha producido unas ansias y unas expectativas que, seguro, hará que los jugadores seguidores de la serie cojan el juego aún con más ganas. Y no sin razón, ya que, sin duda, nos encontramos frente a la que, probablemente, se trate de la mejor aventura de nuestro joven abogado defensor hasta la fecha.
En defensa de la ley.
Para la ocasión, los personajes clásicos de la serie retoman su actividad en cinco casos (uno más que en Justice For All, y los mismos que en la primera entrega, aunque recordemos que en ésta se añadía un caso más específico para la Nintendo DS, frente a los cuatro casos de la versión original del juego) que cuentan con una complejidad como hasta ahora no habíamos visto en la saga. Sin duda, el hecho de que podamos manejar a diferentes personajes durante el juego, debido a los continuos avances y retrocesos en el tiempo que veremos en la historia, marca la complejidad del desarrollo argumental, debido a la maraña de situaciones que se relacionarán entre sí desde el inicio del juego hasta la resolución del último caso.
Y es que, en esta ocasión más que en ninguna de las otras entregas, el juego nos presenta una serie de cinco casos muy complejos, todos ellos relacionados entre sí, que nos desvelarán muchos pormenores de los personajes protagonistas de la serie, llegando incluso a influir en nuestra percepción de las anteriores entregas de la saga. Esto se ve especialmente en el último capítulo del juego, un espectacular caso en el que saldrán a la luz muchas verdades acerca de la historia general de la franquicia Phoenix Wright.
Al inicio del juego, comenzaremos metiéndonos en la piel de la mentora de Phoenix, Mia Fey, quien se enfrentará sobresalientemente a un caso, ciertamente, curioso. Tengamos en cuenta que en algunos de los casos del título que nos ocupa se nos remitirá sucesivamente a sucesos acaecidos en el pasado, como aquellos casos en los que manejemos a al joven Mia. Y todo aquello que descubramos en el pasado, podremos luego utilizarlo para resolver los casos en el futuro, en compañía de Phoenix y de algún que otro personaje sorpresa (no os vamos a arruinar el argumento del juego: os dejaremos mejor que lo descubráis por vosotros mismos).
En fin, sin duda a nivel argumental esta tercera entrega de la saga es la más elaborada, y no defraudará en absoluto a los seguidores de la serie. Además, veremos cómo aparecen en ella algunos personajes protagonistas de algunos de los casos de las entregas anteriores, creando una sensación cíclica de la serie -que, por cierto, al final se cierra en sí misma de una manera magnífica. Y, eso sí, siempre con el sentido del humor característico de la serie, aparte de los golpes de efecto y los giros inesperados en el guión que tanto gustan a los seguidores del genial abogado.
Por lo demás, todo sigue igual.
Como era de esperar (y todos los acérrimos seguidores de la saga sabían), el título que nos ocupa ofrece pocas novedades (o ninguna) frente a las entregas anteriores de la serie. Fundamentalmente, vuelve a tratarse de una aventura conversacional, en la que deberemos de recoger pistas y pruebas en las diferentes escenas relacionadas con el crimen, a la vez que conversamos e interrogamos a diferentes testigos y personajes relacionados con el caso. Una vez hayamos conseguido y recopilado toda la información necesaria, entraremos en las escenas de juicio, en las que deberemos enfrentarnos el juez y al fiscal del caso en una lucha sin piedad por extraer la verdad de los testigos.
Como siempre, deberemos de escuchar primero lo que nos dicen los testigos del caso para luego examinarlo detenidamente, buscando las posibles mentiras o fallos dentro de sus argumentaciones. En el momento que encontremos algo que no acabe de encajar dentro de lo que conocemos sobre el caso, deberemos de presentar las pruebas necesarias para rebatirlo. Y si nos equivocamos, deberemos de apechugar con la penalización correspondiente. Tendremos una barra de energía para ello que, en caso de desaparecer del todo, nos llevará directamente al final del juego, acabando con un veredicto de culpabilidad para nuestro cliente.
Podremos de nuevo lanzar nuestras protestas al micrófono de nuestra consola, deteniendo así el caso y permitiéndonos presentar algún argumento o alguna prueba que rebata las argumentaciones del fiscal o de los testigos. Aún así, en todo momento deberemos de tener en cuenta la precisión del momento en el que presentamos dichas pruebas, ya que, en caso de tener la prueba correcta pero presentarla en el momento equivocado, se nos penalizará igualmente.
Por otra parte, contaremos también con la piedra mágica que se nos presentara ya en el segundo capítulo de la serie, una piedra que nos permitirá ver cuándo los personajes a los que estamos interrogando durante la búsqueda de pruebas están mintiendo o nos están ocultando alguna información valiosa. En estos casos, veremos alrededor de la imagen de dicho personaje una serie de cadenas que deberemos de romper de la misma manera que actuamos en los juicios: presentando argumentos y pruebas que rebatan lo que dicho personaje nos ha contado, para ponerle en evidencia y, así, conseguir que nos explique toda la verdad que conoce.
Apartado técnico.
El apartado técnico del juego es muy similar al de las entregas pretéritas de la saga. Si bien es cierto que toda ella ha sido bastante cuidad en su adaptación para la portátil de doble pantalla, no deja de parecerse demasiado a la entrega original para Game Boy Advance. Aún así, sin duda un cambio radical a estas alturas hubiera desfavorecido mucho al título, y se agradece ver cierta coherencia estilística dentro de las primeras entregas.
Como siempre, nos moveremos por escenarios estáticos en lo que deberemos de conversar con los personajes del caso (representados por ilustraciones en un estilo muy de la animación japonesa, como no podía ser de otra manera...) mientras buscamos todas las pruebas disponibles, siempre actuando en primera persona durante nuestras pesquisas. Eso sí, veremos a nuestro joven abogado de cuerpo presente subido al estrado durante los juicios, como ya viene siendo costumbre en la serie.
La música del juego, sin duda, es de las mejores de la saga. Escucharemos las melodías más características de la misma, tanto las pertenecientes a los personajes más conocidos como las que escuchamos en determinados escenas, por ejemplo las que se suceden durante los juicios al declarar la culpabilidad de alguien, o al caer en una escena de gran tensión ambiental. Los efectos del juego siguen siendo los mismos que en el resto de entregas, contando con algunas voces digitalizadas para las expresiones del juicio, como el sempiterno "¡Protesto!" tanto por parte de nuestro abogado defensor favorito como por parte de los diferentes fiscales del juego.
La jugabilidad, por otro lado, se mantiene intacta respecto a entregas anteriores. Podremos manejar el juego tanto a través del lápiz táctil como a través de un control más tradicional, mediante la cruceta y los botones de nuestra consola. Ambos modos de juego son válidos, aunque mediante el stylus nos moveremos significativamente mejor por los menús del juego, así como por nuestro inventario de personajes y de pistas.
Conclusiones.
Podemos estar de enhorabuena: por fin ha llegado a nuestras portátiles la entrega que cierra la serie principal de Phoenix Wright, uno de los títulos seguramente más esperados por los aficionados al género. Sin duda, un título cuya valía radica, sobretodo, en la complejidad de su argumento (la cual llega a límites insospechados, incluso para la serie que nos ocupa) y que, pese a no contar con ninguna novedad en ningún otro aspecto, encantará a los aficionados a las andanzas del joven abogado. Un final magistral para una de las series de aventuras más controvertidas de Capcom, sin duda, y que recibiremos con los brazos abiertos, pese al enorme retraso con el que llega hasta nosotros.