Análisis de Lost Magic (NDS)
Lost Magic propone una combinación de estrategia en tiempo real y aventura con dosis de juego real que puede resultar más que interesante dentro del panorama actual en el género, ya que consigue combinar con bastante acierto los diferentes elementos que integra en su desarrollo, pero esto no es siempre suficiente como para ofrecer un título sobresaliente en su apuesta.
Lo cierto es que hace unos meses parecía poco probable que el título saliese del mercado nipón, pero finalmente Ubisoft lo ha distribuido fuera de las fronteras japonesa, permitiéndonos disfrutar de una aventura protagonizada por el joven Isaac, un chico con un potencial mágico inusitado que deberá descubrir, a lo largo del juego, la historia de su familia y, también, enfrentarse a una terrible amenaza.
Se trata de un juego lineal, que tras el tutorial (sencillo, y no demasiado largo, algo digno de agradecer) nos lleva de batalla en batalla por un camino predeterminado, que acabará restándole frescura al desarrollo del título, pese a lo original de su planteamiento jugable, en el que realizamos los conjuros dibujándolos con el stylus sobre la pantalla. Además, cuanto mejor sea nuestro trazado, mayor será la potencia del conjuro, lo que conlleva una integración entre la habilidad del jugador y la eficacia de la reacción en pantalla pocas veces vista ahora. Habrá, por tanto, que dibujar rápido y bien sobre la pantalla, ya que hacerlo demasiado lento o siendo imprecisos o dubitativos en ello, acarreará un ataque fracasado con casi total seguridad.
Empezaremos con unos pocos conjuros, que se nos enseñarán en el tutorial, pero poco a poco iremos consiguiendo más habilidades, y luego daremos paso a ataques combinados, por lo que habrá que ser capaz de dibujar con acierto conjuros de todo tipo, es decir, tanto ofensivos como defensivos. Puesto que se trata, en esencia, de un juego de estrategia en tiempo real, lo mejor será aprenderse de memoria las combinaciones más efectivas, ya que mientras realizamos un conjuro estaremos en cierta posición de indefensión. Además, cada vez que realizamos un ataque, gastamos puntos mágicos (en este caso, mana); es un medidor que se va regenerando de manera automática, aunque poco a poco, por lo que habrá que dosificar nuestra magia para, insistimos en ello, no quedar completamente vencidos ante los enemigos.
Por suerte, no estaremos solos en la aventura, pues pronto aprenderemos a reclutar monstruos para formar un pequeño ejército. Las criaturas que capturemos se unirán a nuestra tropa y podremos usarlos en la batalla, siendo esencial proporcionarles el equipamiento correcto que les permita ser realmente de ayuda a la vez que evolucionan aumentando sus niveles (vida, fuerza, etc.) y adquieren nuevas habilidades o atributos.
Tanto en el caso de los conjuros como en el de los monstruos que lucharán con nosotros, habrá que tener en cuenta las diferentes relaciones establecidas entre los diversos elementos, ya que habrá grupos de enemigos mucho más susceptibles a ataques de un tipo determinado que a otros, pudiendo residir la clave para lograr una victoria holgada en saber detectar las vulnerabilidades de nuestros enemigos. Por supuesto, nuestros aliados serán también más débiles a ciertos enemigos y a ciertos ataques, por lo que será un parámetro más a tener en cuenta. Como vemos, el juego, en su sencillez, aporta un buen grado de variables que potencian el factor estratégico, además de tener que jugar a un ritmo ajustado al combate, pues si gastamos todo nuestro mana (y, por tanto, no podemos hacer magia) no tendremos opciones de ataque, ni de defensa (más allá de la evasión), ni, tampoco, opción de recuperar energía vital.
Puesto que la pantalla táctil se emplea en el uso de la magia, algo esencial en el desarrollo de toda la historia, pues no hay actuación que no se centre en ella, parece lógico que para movernos por la pantalla usemo también la táctil, y así es. Si pinchamos sobre nosotros, Isaac, seleccionaremos a este personaje, y luego volveremos a pinchar en la pantalla en el lugar al que queremos que se desplace. Es un sistema de control que nos recuerda, por supuesto, a los juegos de estrategia en tiempo real clásicos de PC, y, como en ellos, resulta fiable y eficaz, aunque no del todo preciso en las situaciones más peliagudas. El problema puede radicar en el reducido tamaño de la pantalla de una consola portátil frente a la de un ordenador, que nos obliga a variar el campo de visión con cierta frecuencia, algo que hacemos con la cruceta digital. En los combates más tensos esto puede provocar una pequeña frustración, pero salvo por esos momentos su integración en el juego resulta de lo más efectiva.
Para seleccionar a las tropas de monstruos aliados, tendremos que realizar un círculo (razonablemente perfecto; es decir, no podemos hacer formas "raras" para abarcar más personajes), y eso, a la hora de buscar un control preciso sobre un único miembro de nuestro grupo no acabará de funcionar. A este problema hay que añadir las limitaciones intelectuales de los aliados, que si bien responden sin problemas a las órdenes, tendrán problemas en caso de encontrarse, por ejemplo, objetos en el camino, ya que serán incapaces de esquivarlos por sí mismos… y nos tocará volver a seleccionarlos, y darles una nueva ruta. Del mismo modo, si son atacados durante ese momento, no se defenderán, ya que estarán cumpliendo nuestra orden de moverse; habrá, por tanto, que tutelarlos en todo momento, para asegurarnos de que son realmente eficaces en batalla.
Con todo, si superamos estas deficiencias en su planteamiento, nos encontraremos con una aventura para un jugador que sin ser demasiado extensa ni variada (pues, como hemos dicho, es completamente lineal e incluso cuando podemos tomar determinadas decisiones, éstas nos llevarán siempre al mismo lugar), sí resultará lo suficientemente larga y adictiva, sobre todo por su interesante sistema de magias. Los entornos en los que tienen lugar los combates están muy bien diseñados, con diferentes elementos que actuarán a modo de modificadores, otorgando factores peculiares a los combates, manteniendo un desarrollo fresco pese a las carencias que presenta.
Lost Magic nos ofrece, además, la opción de usar la conexión online de Nintendo DS, la Nintendo Wi-Fi Connection, potenciando enormemente la rejugabilidad del título al poder enfrentarnos contra rivales de cualquier parte del globo. Podremos hacerlo tanto con un grupo de combatientes predeterminado, o bien hacerlo con nuestro propio equipo de la aventura para un jugador, de tal modo que se puede optar por combates en igualdad de condiciones en cuanto a recursos, o bien por combates en los que la correcta preparación o selección de nuestro grupo de batalla será, sin lugar a dudas, de importancia capital. Por si esto fuera poco, los puntos de experiencia que obtengamos con nuestra tropa en los combates online se sumará a la conseguida durante la aventura; un incentivo muy interesante, sin duda alguna, para poner a prueba nuestra labor durante el modo para un jugador.
Gráficamente estamos ante un juego sencillo, muy básico y casi esquemático en su puesta en pantalla. Los diseños resultan un tanto monótonos, y ni tan siquiera la aparición de los personajes durante las conversaciones aporta un gran diseño, pese a haber contado con la colaboración de Yoshiro Saito (artista del estudio Ghibli). Resulta soso y poco inspirado, en línea con la composición musical, que es poco acertada y algo repetitiva. Los desarrolladores se han centrado muy especialmente en los planteamientos jugables de Lost Magic y han descuidado el aspecto técnico del juego, algo que se hubiese podido obviar si, al menos, contase con algo más de inspiración dentro de la sencillez de la que hace gala.
Los controles tienen algunos problemas y carencias, pero en líneas generales resulta satisfactorio durante casi todo el juego. Por desgracia, su curva de dificultad es algo elevada, y si se junta algún momento complicado con una de esas situaciones en la que los controles muestran sus pocas pero presentes limitaciones, la experiencia de juego se puede ver enturbiada.
Quizás por eso se trata de un juego destinado muy especialmente a los amantes de los juegos de estrategia que busquen algo diferente, pues por sus características no se trata de un título que vaya a satisfacer a la mayoría del público que no esté de interesado en el género. Eso sí, los apasionados por éste, disfrutarán de una buena cantidad de retos y de la posibilidad de luchar online contra otros jugadores, y eso siempre es tentador.