Análisis de AlphaBounce DSiW (NDS)
En el año 2007, la empresa de desarrollo Motion Twin, especializada en juegos para internet, con más de quince páginas web de juegos exclusivas y diez millones de jugadores inscritos en todas ellas, lanzó al mercado una versión revisada de los legendarios BreakOut! o Arkanoid. Los rompe-ladrillos de toda la vida, vaya. El juego en línea en cuestión se llama AlphaBounce, y aún cuenta con una importante comunidad de seguidores. Tres años después, junto con el estudio de desarrollo Mad Monkey Studios, se decide desarrollar una versión para la portátil de doble pantalla de Nintendo. Eso sí, desgraciadamente se eliminan de la propuesta todas las posibilidades en línea del juego original, aunque la jugabilidad mejora considerablemente, así como el número de opciones de juego.
Ahora, tenemos la posibilidad de disfrutar de una extraordinaria adaptación del juego original gracias al sistema de descargas digitales de Nintendo. AlphaBounce combina de manera magistral el concepto clásico de romper ladrillos con una extensa (casi demasiado extensa, diríamos) aventura con tintes de rol, que nos permitirá mejorar nuestro equipamiento y las habilidades y armas del mismo a través de los veintiséis planetas que conforman el universo del juego.
Soy mineroooo...
La historia del juego nos mete en la piel de un recluso de la corporación ESCorp. En la ficha de cada uno de los personajes veremos los actos criminales por los que se les ha condenado a trabajar para la susodicha multinacional, así como nos contarán algunos antecedentes sobre su historial anterior.
El juego viene definido por tres niveles dificultad, cada uno representado por un personaje diferente: una joven mujer, un hombre y un mutante, en orden creciente de dificultad. Y, por supuesto, cuanto mayor es el criminal, mayor es la pena, por lo que podemos suponer que los actos criminales del hombre y, sobre todo, del mutante, no son precisamente delitos menores...
Nuestra misión principal será la de ir explotando los recursos minerales de cada planeta del enorme universo que abarca el juego, con la ayuda de nuestra nave o envoltorio espacial y una serie de armas de diferentes tipos. Claro está, nuestra arma principal es la bola de energía, que no puede faltar en un juego de este tipo. De hecho, la nave que controlaremos hará las funciones de tabla sobre la que rebotar el susodicho esférico. Aunque, por otro lado, contaremos con muchos complementos y armas que nos ayudarán en nuestra empresa.
Cada uno de los planetas vendrá representado, al inicio, por una extensa cuadrícula por la que podremos movernos casilla a casilla. En el momento que nos situemos en una casilla, podremos comenzar a jugar: aparecerá delante nuestro uno de los niveles del juego, con un número determinado de bloques a destruir y una única bola en nuestro haber. Si perdemos esta bola, volveremos a la cuadrícula de inicio, aunque contaremos con posibilidades ilimitadas para reintentar cada nivel. Si superamos el nivel, podremos avanzar otro cuadro más en la cuadrícula. Por otro lado, podremos desplazarnos instantáneamente a cualquiera de los lugares que ya hayamos visitado y desbloqueado.
La gracia de todo esto es que en cada uno de los planetas del juego encontraremos un importante número de mejoras y accesorios para nuestra nave o envoltorio, así como un envoltorio exclusivo que deberemos de desbloquear para poder pasar al planeta siguiente. En caso de que vayamos a parar a una de las casillas que contengan algunos de los objetos mencionados y superamos el nivel que ésta encierra, nos haremos con el susodicho ítem y podremos añadirlo (o no) a la lista de accesorios implementados en nuestra nave.
De hecho, nuestro inventario irá creciendo con el tiempo, y acabará por hacerse enorme, aunque no podremos equipar más que un número limitado de objetos cada vez. De hecho, a medida que vayamos desbloqueando diferentes envoltorios, iremos liberando espacios en nuestra nave para poder añadirle accesorios como misiles, rayos de energía, mayor longitud, etcétera, que nos pueden facilitar un tanto la de por sí difícil tarea de explotar los recursos mineros de cada zona. Estas opciones de mejora y el intercambio de accesorios, armas e ítems representan el primer factor de adicción del juego, ya que a medida que el juego avance y nos enfrentemos a niveles de creciente dificultad, será muy necesario que elijamos con inteligencia los accesorios (e, incluso, las naves) con las que debamos enfrentarnos a las diferentes zonas.
Por otra parte, una vez entremos de lleno en la acción del juego (lo que se correspondería al trabajo de romper ladrillos, propiamente dicho), contaremos con un montón de elementos que modificarán sustancialmente la monótona tarea. De hecho, gracias a ellos y gracias a la cantidad de accesorios con los que contaremos, la acción del juego nos engancharé desde el principio, y nos hará querer completar la colección de veintiséis envoltorios con todos los accesorios disponibles, en vez de aburrirnos a las pocas horas. A medida que vamos rompiendo ladrillos, iremos obteniendo elementos que realizarán diferentes funciones en el juego. Por ejemplo, multiplicarán por dos el número de bolas; o crearán un enorme agujero negro que absorberá casi todos los ladrillos; o, incluso, abrirán la pantalla hacia los lados, haciendo desaparecer muchos de los bloques.
Pero, por otro lado, encontraremos algunos elementos que, en caso de recogerlos por accidente, empeorarán nuestra situación y nos dificultarán el trabajo. Por ejemplo, todo un clásico: uno de ellos disminuirá el tamaño de nuestra nave, haciendo más difícil la tarea de rebotar la bola. Pero también encontraremos ítems que aumentarán el número de bloques en pantalla, o moverán nuestra nave arriba y abajo sin que podamos hacer nada para controlarla... O harán que las bolas se comporten de forma totalmente aleatoria. Y todo ellos puede producirse a la vez, por lo que el caos que puede llegar a reinar en un sólo nivel puede llegar hasta niveles insospechados. Además, en niveles avanzados encontraremos enemigos que nos atacarán sin piedad, lo que acrecentará la dificultad de manejo de la nave y, por tanto, el control de la bola.
Es una lástima que el juego no cuente con ningún tipo de multijugador. En ese sentido, pierde muchos enteros, ya que la jugabilidad se resiente por no poder disfrutar de una aventura magnífica como ésta en compañía de otros usuarios de la consola. Pero la aventura principal puede durarnos varias decenas de horas, sobre todo si nos dedicamos a completar cada uno de los tres niveles de dificultad del juego. De hecho, puede resultar excesivamente largo, por lo que al final nos decantemos por abandonar la difícil tarea de terminar la aventura por completo debido al número de horas que deberemos invertir para conseguirlo. Eso sí, también podemos disfrutarlo en pequeñas dosis, ya que el propio concepto de juego permite que lo tomemos como un divertimento casual y sin más pretensiones que divertirnos durante un rato.
El apartado técnico del juego luce bien, aunque a nivel gráfico no es ninguna maravilla. Eso sí, los efectos gráficos son notables, sobre todo cuando vemos a la pantalla distorsionarse por efectos varios, como un enorme quasar que destruirá el nivel casi por completo. Aún así, los modelos y escenarios del juego son de sencillez extrema, y podían haber sido tratados con mayor detalle. Eso sí, el juego ha sido perfectamente implementado en la doble pantalla de nuestra consola, tanto a nivel gráfico como a nivel jugable, y discurre con fluidez y sin ningún tipo de ralentización, incluso cuando varios efectos gráficos ocurren simultáneamente en pantalla.
El apartado de sonido, por otro lado, resulta notable de por sí, gracias a una excelente y variada banda sonora de corte electrónico que irá modificándose a medida que avancemos por la aventura. Los efectos de sonido son correctos y no aburren, aunque la reiteración de los mismos es obligada, dado que el título basa todo su concepto jugable en rebotar una bola contra nuestra nave y las paredes de la pantalla, destruyendo bloques y poco más.
Conclusión
AlphaBounce es una excelente actualización del concepto jugable del clásico rompe-ladrillos, y la aventura que enmarca toda la estructura del título sirve como gancho para que el jugador se sumerja aún más en el sistema de juego. Una jugabilidad fantástica, un montón de opciones de juego y una duración envidiable son los principales puntos a favor de un juego que se cuenta entre los mejores de su género dentro del catálogo digital de Nintendo.