Análisis de Tempo (iPhone)
Desde la irrupción de un juego como Infinity Blade, la App Store se ha ido inundando de juegos muy espectaculares, sólidos en lo visual y lo artístico, que buscan aprovechar, de forma superficial distintas mecánicas táctiles basadas en la interfaz de los teléfonos y tablets de Apple. No siempre funcionan, y en más de una ocasión, hemos visto como no siempre es suficiente para atraer a un público harto de juegos similares y poco originales. Sí, puedes intentar apoyarte en gráficos y apartados técnicos deslumbrantes, pero tras unas partidas, el simple concepto jugable que puedas presentar se desmorona y acaba siendo poco atractivo volver a jugar. Algo así le pasa a Tempo, un juego espectacular en lo audiovisual -con unos gráficos de infarto, y un doblaje brillante- que se queda muy corto en lo jugable.
El tiempo y precisión
Tempo arranca de forma atronadora, con una introducción audiovisual que demuestra lo lejos que están llegando las aplicaciones en iOS en los últimos tiempos en lo técnico. Tempo nos cuenta una historia sobre amenazas terroristas en el seno de una ciudad europea como Londres, añadiendo la idea de que el principal grupo de especialistas y militares tácticos, ha sido secuestrado por la célula paramilitar que ha sembrado el caos. Todo parece dispuesto para que los novatos y recién llegados al grupo se encarguen de solucionar la tostada, salvar la ciudad y rescatar a sus compañeros -pudiendo así, desbloquear a los veteranos héroes del escuadrón tras unas cuantas partidas-.
Splash Damage, creadores de juegos como Brink y Enemy Territory: Quake Wars, se apoya en los "quick time events" para intentar ofrecernos un juego de acciónmuy cinematográfico, centrado en ráfagas jugables en las que tendremos que demostrar nuestros reflejos y poner a punto nuestra capacidad de reacción. Tempo es uno de esos juegos de reacción rápida -un género que, como hemos dicho más arriba, ha ido recibiendo diferentes encarnaciones en plataformas táctiles como iOS y Android-, en el que tendremos que realizar pulsaciones muy exactas y concretas, para que nuestras acciones tengan éxito y podamos continuar avanzando.
Estas pulsaciones son de diversa índole y naturaleza, con distintas combinaciones, formas y características. Es decir, en Tempo lo mismo estaremos disparando -para lo que debemos apuntar y pulsar en la retícula, justo en el momento oportuno-, como desactivando y activando bombas -mediante una suerte de circuito en el que tenemos que buscar el orden lógico que nos vayan marcando en pantalla-. Por si fuera poco, debemos combatir contra el cronómetro y no errar, pues los intentos fallidos son penalizados, y creernos cuando os decimos que fallaremos constantemente y de manera, a veces, muy absurda y poco clara.
Es tal el ritmo, tan frenético, que las tareas y quick time events nos parecerán repetitivos, abruptos y nada divertidos. Es cierto que el juego se desvive por mostrarnos un sentimiento o una experiencia cinematográfica -hay momentos en los que todo nos parecerá una película de Michael Bay-, pero no termina de cuajar. Todo se reduce al ensayo y el error más anodino y repetitivo -tocar y volver a cortar-, y tras la quinta o sexta sección de disparos consecutiva, acabaremos cansados de tanta vacuidad en lo jugable. La sobreexposición lleva al cansancio. Como héroes de un grupo de acción táctica, la mayoría del tiempo estaremos disparando, lanzando granadas o cubriéndonos del fuego enemigo, tras barriles, paredes y otras barricadas.
Tempo intentará añadir algo más de variedad con situaciones en forma de jefes finales, tanques y, sí, más "quick time events" distintos, que buscan romper la monotonía presente durante las partidas. Así mismo, la app de Splash Damage y Warchest -además de ofrecer una serie de características de personalización, potenciadores y habilidades diferentes según los héroes que encarnamos- invita a los jugadores a que compartan sus puntuaciones y sesiones de juego en formato video, en la búsqueda de un desafío constante a través de redes sociales y Game Center.
Técnicamente, Tempo, es una app prodigiosa. Estamos ante uno de los juegos con mejor aspecto de los últimos tiempos, con texturas en alta definición, modelados muy completos y complejos -que poco o nada tienen que envidiar a los de un juego de consola para la pasada generación-, y una serie de efectos de iluminación muy bien avenidos. No obstante, hablamos de un juego muy encorsetado, lleno de pasillos y estancias pre-definidas, con una jugabilidad guionizada. Es exigente técnicamente, pero no tanto como lo sería un juego de exploración o plataformas en 3D. En cualquier caso, el juego es espectacular en iPhone y iPad. Tempo está traducida y doblada al castellano -muy bien además- y goza de soporte para Game Center.
Conclusiones finales
Tempo es un juego lustroso, pero vacío y demasiado repetitivo, y que no ofrece nada especial para justificar su alto precio -4,99€ en el momento del análisis-. Su jugabilidad se nos hace artificial a cada partida, obligando al jugador a ser ridículamente exacto y concreto, y todo ello a través de una interfaz poco acertada y confusa la mayoría de las veces. Aunque intenta premiar la habilidad, la citada repetición de conceptos y fases jugables -disparos y tiroteos sin descanso-, llega a hastiar tras un par de partidas. Tempo, desgraciadamente, acaba siendo víctima de su propio sentido del espectáculo.