Análisis de Sonic Jump Fever (iPhone, Android)
Los años, las plataformas y las sagas de videojuegos nacen, pasan y desaparecen, pero Sonic, el antaño niño mimado de SEGA, permanece. Su popularidad actual quizás no puede rivalizar con la presencia que tuvo el protagonista de tantas plataformas en el pasado, pero sigue arrancando pasiones entre los aficionados y los usuarios más fanáticos, y su presencia en multitud de juegos para consolas como Nintendo 3DS o Wii U, lo han vuelto a poner en el candelero. Pero SEGA, conocedora del potencial de Sonic, sigue intentándolo en iOS y Android, y aunque se le reconocen maneras e intentos de adaptar la frenética jugabilidad del personaje en las plataformas de Apple o Google, más allá de las remasterizaciones de sus clásicos de MegaDrive, no hemos visto nada especialmente destacable.
Salto… ¿al vacío?
Los más seguidores acérrimos de Sonic, sabrán que Sonic Jump es casi una pequeña saga, con una entrega primigenia para plataformas móviles en 2007, un juego original lanzado en 2012 -que tuvo cierto éxito- y la presente secuela, que sigue básicamente las mismas credenciales de su antecesora. El objetivo de Sonic Jump es bastante claro: con habilidad, debemos ir saltando de forma ascendente y vertical de plataforma en plataforma con diferentes personajes del mundo de Sonic, mientras evitamos caer al vacío, perder nuestras vidas y esquivar distintos obstáculos como enemigos.
Por el camino, claro está, radica el obtener la máxima puntuación posible en base a anillos y saltos imposibles. La naturaleza portátil de Sonic Jump Fever es innegable. Con nuestro teléfono o tablet, y gracias a los giroscopios y acelerómetros, deberemos ir dirigiendo a personajes como Sonic -que no estará disponible desde el principio, pero al que accederemos tras recoger varios objetos en los primeros niveles-, Tails, Knuckles, Amy Rose o Blaze the Cat.
Como os decíamos, es un juego que premia nuestra habilidad y nuestros reflejos, obligándonos constantemente a permanecer atentos y pegados a la pantalla, sin cometer error alguno. En cierta manera, y aunque los primeros niveles no son excesivamente difíciles, tendremos la sensación de que estamos ante una suerte versión del famoso Doodle Jump vitaminada y pasada por el filtro de SEGA. Para incrementar nuestra apremiante subida, debemos recordar que tenemos un tiempo límite para superar cada fase Sonic Jump Fever así, prácticamente cumple todas las mecánicas jugables de títulos anteriores, y añade pocas novedades, algunas de ellas, desgraciadamente, muy molestas.
En el apartado de las agradables, divertidas y coherentes con la jugabilidad, destaca el modo Fever. El modo Fever es un estado de locura que alcanzaremos cuando unamos y recopilemos suficientes anillos, y nos permitirá subir de forma frenética y casi indestructible por todos los escenarios, eliminando Badniks -los enemigos robóticos del profesor Robotnik-, cogiendo cantidades extra de anillos y ahorrándonos por unos segundos la impredecible mecánica de saltos entre plataforma y plataforma. Al modo Fever, se le une el llamado sistema Combo, un sistema de recompensas al gusto del jugador que nos dejará elegir power-ups y combinarlos como así lo creamos y necesitemos, para hacer invencible, más ágil o más efectivo a nuestro personaje en las partidas o incluso, aumentar el tiempo límite por cada fase.
A grandes rasgos, cabe destacar que Sonic Jump Fever se hace un poco incómodo de jugar, y no por las fases de juego en sí. Estaremos continuamente rodeados de anuncios, barras de energía, requisitos y molestos pop-ups en una recargada interfaz que molesta más que ayuda. Sonic Jump Fever es un juego de descarga gratuita, y por lo tanto, acreedor del cada día más utilizado sistema de monetización free-to-play. Desde la presente sección no somos ni partidarios ni enemigos acérrimos del tipo de planteamiento económico, pero sí nos enturbia un poco la experiencia si se asedia constantemente al jugador con anuncios de otras apps, barras de energía y otros muros, -como pagos sociales a través de Facebook-, que la mayoría de las veces, pueden derruirse previo desembolso.
Es un sistema lícito, claro está, pero que empaña las pocas partidas que pueda tener ese jugador esporádico a lo largo del día. No olvidemos que Sonic Jump Fever es un juego muy limitado, sin apenas alicientes en el día a día que no sean obtener la más alta puntuación o recoger todos los tokens para desbloquear a algún que otro personaje. La jugabilidad es un desafío, pero se nota descuidada a los pocos minutos, mostrándonos que en el fondo, y en realidad, es todo un escaparate superfluo para que desembolsemos unos cuantos euros para ir más rápido que nuestros contactos o competidores en las tablas de clasificación, y eso dice demasiado del objetivo real del juego.
Sonic Jump Fever tampoco es nada del otro mundo, pero sus animaciones y efectos gráficos -algunos tan estridentes que nos harán reducir el brillo de nuestra pantalla unos cuantos puntos-, están por encima de la media, y en el fondo, son muy coherentes y amigables con la propia mitología del erizo de SEGA y su universo. La app se comporta de manera fluida y ligera, sin ralentizaciones, problemas de rendimiento ni pixelaciones, algo de lo que sí sufría su predecesor. El sonido también tiene su aquél, con unas melodías reconocibles -pero en un tono más frenético que el habitual, claro está-. La app está traducida al castellano, y en el caso de iOS, es compatible con Game Center.
Conclusiones finales
Sonic Jump Fever es una oportunidad desperdiciada. Es una secuela directa, que amplía con un par de ingredientes y power-ups la entrega original lanzada en 2012, y que mejora, técnicamente, algunos elementos gráficos -así como añade más personajes y mascotas de SEGA-. Pero nada termina de funcionar. Su jugabilidad es vacía, y parece más un pretexto para que paguemos por diferentes poderes especiales, que un verdadero reto. Por si fuera poco, desconocemos las razones para que la interfaz sea tan confusa y esté tan llena de trabas para el jugador esporádico, como lo son los interminables anuncios de otras aplicaciones. Desgraciadamente, Sonic Jump Fever no hace honor al personaje -que está bastante tocado tras ciertos descalabros y títulos mediocres en consolas-, y demuestra que la tendencia de monetización de algunas aplicaciones es francamente cuestionable. Recomendada únicamente, para los más fanáticos e intransigentes seguidores del malogrado erizo de SEGA que quieran probar su último juego en iOS o Android.