Análisis de Party Wave (iPhone)
¿Hay algo más interesante para un diseñador de juegos que una plataforma nueva? ¿Algo más intrigante que una serie de dispositivos en los que se no se tiene experiencia previa? Cualquier programador, posiblemente, prefiera disfrutar o trabajar en una plataforma donde ya se maneja como pez en el agua, pero es indudable el atractivo que supone exprimir una máquina que no se conoce. Todos conocemos y veneramos el trabajo de Hironobu Sakaguchi, creador y padre de la venerada saga Final Fantasy. Tras su marcha de Squaresoft -ahora Square Enix-, fundó una pequeña empresa, Mistwalker, que buscaba en cierta manera, revivir el espíritu original y cándido de los primeros juegos que creó y diseñó en su momento. Con varios títulos de calidad para Xbox 360 -como Blue Dragon y Lost Odyssey- y con una joya para la consola de Nintendo, -The Last Story- , Mistwalker ha producido buenos juegos, pero quizás, no han terminado respondiendo a las expectativas y deseos de los usuarios y aficionados.
Ahora, cansados de las exigencias, las críticas y las presiones, han decidido darse un respiro, divertirse un poco, y centrarse en el sistema iOS de Apple, auspiciados por la gran respuesta de sus usuarios y por las excelentes cifras de descargas y ventas de su tienda de aplicaciones.
Bajo estas premisas nace Party Wave, el primer juego para iPhone, iPad y iPod touch de Mistwalker.
La fiesta del surf
Party Wave se aleja radicalmente de los entramados argumentales habituales de los juegos de Mistwalker, olvidándonos por un momento de los héroes y sus necesarias y obligadas acciones para salvar el mundo. Aquí, por una vez, nos limitaremos a pasarlo bien sobre las olas, y es que Party Wave, en contra de lo que podíamos esperar, es un juego que prescinde del argumento -no hay historia alguna- y nos invita directamente, y desde el primero minuto, a disfrutar a bordo de nuestras tablas. En Party Wave, tendremos que coger la ola de la mejor forma posible y con la mayor cantidad posible de amigos, aprovechando cada instante que estemos sobre ella, para realizar el mayor número de acrobacias. El diseño jugable de Party Wave está pensado al milímetro. El tutorial encubierto en la aplicación consigue que nos habituemos rápido, muy rápido, a las vicisitudes de la mecánica jugable. Es todo bien sencillo.
Party Wave está divido en niveles, cada uno con un diseño único, con una serie de objetivos y surfistas propios, así como llenos de obstáculos. Para montar una ola, deberemos superar dos partes bien diferenciadas y distintas, algo que se agradece. La primera fase, lógicamente, es llegar sanos y salvos, al punto donde romperá la ola. Para ello, manejaremos a los surfistas, empujándolos con nuestros dedos, y marcándoles la ruta correcta a seguir a través del agua. La dirección correcta es algo "variable", ya que tendremos que esquivar animales marinos, como delfines y medusas, o enormes formaciones de arrecifes. Puede parecer fácil, pero no solo tendremos que estar pendiente de un único surfista, pues en cada nivel aparecerán hasta cuatro distintos, por diferente lados de la pantalla, con lo que tendremos que estar muy pendientes si no queremos caer de la tabla a la primera y así fastidiar o perder por completo la puntuación perfecta. Una vez lleguemos al punto "rompiente" del escenario -marcado por espuma-, pasaremos a la pantalla de "surfeo en grupo" o "party wave" según el argot de este deporte y afición.
En esta pantalla, tendremos que estar pendientes de todos los surfistas que hemos conseguido reunir, empujándolos siempre hacia la cresta de la ola, buscando la mayor puntuación posible en base a los movimientos y piruetas de los mismos, y evitando que se caigan. Según la fase en la que nos encontremos, Party Wave nos dirá si tenemos que mantener a uno, dos, tres o cuatro surfistas -cada uno distinto y con personalidad, rapidez, peso y forma propia- debiendo así, concentrar nuestros esfuerzos con inteligencia. Las olas tendrán una duración variable, e irán creciendo en dificultad. Al principio serán cortas, con apenas dos surfistas, algo que cambiará rápidamente, convirtiéndolas en un reto constante y creciente. Y ojo, pues las mismas criaturas marinas, también nos asediarán en los tubos de estos gigantes muros de agua salada.
Desde tortugas a medusas -con las que habrá que tener sumo cuidado, pues si las tocamos nos quedaremos paralizados durante unos segundos, y después deberemos prestar atención a la endiablada velocidad que atesorarán nuestros personajes-, pasando por gaviotas o pulpos, la fauna que nos encontremos y sus amigos, nos complicarán las acrobacias en demasía. Si hemos hecho bien los deberes, y no nos hemos despistado demasiado en la aventura de surfear una ola de semejante tamaño, pasaremos de nivel, consiguiendo una puntuación variable en función de nuestra pericia y habilidad. A mayor puntuación, mejor grado y mayor posibilidad de desbloquear las fase siguientes y las secretas, que nos brindarán objetivos y oportunidades únicas de pasarlo bien sobre las olas. A su vez, cada nivel guarda varios secretos -como la aparición de alienígenas- y estrellas de velocidad -que surcarán la pantalla-, que convertirán a nuestros surfistas en verdaderas máquinas veloces, capaces de todo.
En contra de lo que pudiera parecer, el control funciona. Quizás es bastante sencillo, pero la inclusión de dos pantallas jugablemente separadas, con su propia mecánica, hace mucho a que el juego no sea repetitivo, algo que pasa demasiado a menudo en muchas de las aplicaciones para iOS. Quizás hemos notado una diferencia enorme -y cuando decimos enorme, no exageramos- entre el control adaptado a la pantalla del iPhone y el iPod touch y el visto en el iPad. El juego no es incómodo de jugar en las pantallas del teléfono o el reproductor musical de Apple, pero la experiencia es más agradable, divertida y precisa en el tablet. El iPad se revela como la plataforma ideal para disfrutar de Party Wave, tanto a nivel visual, como a nivel jugable. En ella no "pisaremos" sin querer opciones de pausa o reinicio, y nos ahorraremos más de un disgusto causado por los nervios -que suelen ser malos consejeros en un juego donde la habilidad y los reflejos son tan importantes-.
Visualmente, Party Wave es un juego de marcado corte occidental. Aunque Mistwalker es una empresa de videojuegos nipona, parece como si Sakaguchi haya querido rendir tributo a un mercado digital donde lo occidental funciona y obtiene éxito -como la App Store-. De hecho, a nivel artístico, no hay nada que nos llame especialmente la atención. Pero eso será al comienzo. Al poco tiempo, le cogeremos cariño a los surfistas protagonistas, que aunque no son ningún alarde en cuanto a diseño, funcionan para los propósitos del juego, y tienen unas animaciones bastante decentes. Los escenarios y las olas, pese a no estar desarrolladas en tres dimensiones -todo el juego está creado en 2D-, atesora efectos muy interesantes, sobre todo los centrados en las pantallas de "surfeo" puro y duro. El sonido, por otra parte, lleno de melodías alegres y efectos sonoros de lo más variado, es muy destacable y funcional.
Conclusiones finales
Party Wave es un juego muy, muy divertido. Y refrescante. Mistwalker y Sakaguchi han dado a luz una aplicación para iOS interesante y curiosa, pero que, de provenir de otro estudio con menos renombre, quizás no tendría tanta repercusión. El control está bien pensado, y las mecánicas jugables, son geniales. Quizás se eche en falta una mayor profundidad en los modos de juego -no estaría mal un modo multijugador donde los jugadores se retasen vía Game Center o conexión local- y en la personalización -nos extraña que, conociendo a Mistwalker, no hayan incluido un sistema de diseño propio para la vestimenta de los jugadores o surfistas-, pero lo "poco" que hay, nos parece ideal para un primer intento en las plataformas de Apple.