Análisis de My Little Monster (iPhone)
Los fanáticos de los monstruos gigantes japoneses están de enhorabuena. ¿Quién no ha querido tener su pequeño gran monstruo para lanzarlo contra todo aquél que se considerase enemigo? Muchos de los habituales videojugadores con más edad, se habrán criado entre películas de matiné, dobles programas y kaiju eiga (o películas de monstruos niponas), y conocerán a la perfección a criaturas radioactivas enormes como Godzilla o Gamera. Aunque desgraciadamente ninguno de los dos estará aquí para ayudarnos, lo cierto es que nosotros mismo, en My Little Monster, tendremos la suerte de sacar adelante a uno de estos monstruos con mala baba y darle la oportunidad de crecer y destruir todo aquello que se le ponga por delante.
Una idea original
My Little Monster, desde el primer momento, se nos antoja como una aplicación única en su clase y estilo. Quizás sea su bella combinación audiovisual (a golpe de píxel y estilo artístico retro) o su temática (criar un monstruo siempre es algo atractivo), pero pocas veces habíamos sido tan sorprendidos de primeras como con la app de Pär Frediksson. My Little Monster arranca de una forma encantadora y algo dulce, con un pequeño monstruo que se debate entre seguir una vida tranquila y ordinaria en su retirado bosque o destruir cualquier vestigio de vida o civilización.
Sin medias tintas, nuestro lagarto se propondrá iniciar un viaje alrededor del globo en la búsqueda del máximo poder para cumplir su sueño. El argumento, mediante comentarios in-game y escenas intermedias de animación, nos relatará las peripecias de este aspirante a monstruo gigante de forma divertida y muy curiosa.
My Little Monster parte de una curiosa combinación de RPG y simulador a lo "Tamagochi", pero simplificando algunos de sus elementos para hacerlo más acorde a lo que se puede esperar de una aplicación ideada para móviles y dispositivos portátiles. Así, aunque bien podríamos decir que estamos delante de una app de "mascota virtual", también es cierto que en dicho campo apenas encontraremos elementos idénticos más allá del entrenamiento intensivo del pequeño lagarto. Nada más empezar, y tras el vídeo de introducción, My Little Monster nos pondrá en contacto con su particular interfaz o pantalla principal. En ella, tendremos cuatro elementos bien diferenciados y una vista general del aspecto, estado y salud de nuestra criatura. Al lado izquierdo, se encontrarán las pantallas y opciones de Dojo, Gym y Shop (Dojo, Gimnasio y Tienda), que explicaremos más adelante. My Little Monster, como os hemos comentado al comienzo del análisis, tiene un objetivo principal y básico: entrenar y criar una criatura perfecta para la destrucción completa de la civilización.
Lo principal que haremos en el juego, y casi lo único, será luchar. Día a día, nuestro monstruo deberá acumular experiencia y evitar caer en las fauces del enemigo, así como mejorar en sus técnicas. Principalmente, estos puntos de experiencia, que iremos ganando combate a combate, servirán para mejorar una de las tres características principales (ataque, defensa o velocidad), que podrán aumentar y perfeccionarse en el citado Dojo, para dar como resultado a un monstruo más fuerte. El en Gym (Gimnasio) podremos aumentar el ritmo de las estadísticas, acelerando el proceso natural, también, obviamente, a costa de invertir los puntos ganados en las peleas.
En la tienda, por su parte, podremos comprarle objetos (principalmente sombreros y gorras) de diferente tipo y aspecto, para que nuestro pequeño dinosaurio siempre esté a la última moda.
Aunque la idea es muy atractiva, y hay ciertos aciertos jugables, pronto nos daremos cuenta de que el devenir del juego puede cansar o no resultar del todo recomendable para muchos jugadores. Los combates están resueltos en bases a las estadísticas que hayamos acumulado en nuestros entrenamientos y peleas anteriores, relevándonos el control de los mismos, y limitándose a ofrecer un intercambio de golpes por turnos. Es ahí donde el elemento RPG parece fallar, ya que una pequeña libertad de opciones de movimiento (tácticas o golpes) a nuestra elección, hubiera venido de perlas.
My Little Monster, a nivel técnico, es una pequeña joya. Dejando los alardes técnicos y gráficos de otros títulos de la App Store, la presente aplicación presenta un aspecto claro, casi adorable, y rematadamente retro. Desde la música en 8-bits compuesta para la ocasión, al increíble diseño del monstruo pasando por los variados y llamativos escenarios (que irán desde el bosque del principio a una enorme megalópolis donde lucharemos contra enemigos de nuestro tamaño) My Little Monster se retrata como un juego muy cuidado.
Conclusiones finales
¿Te gustan los monstruos? ¿Alguna vez has querido un "Tamagochi" simple para tu iPhone o iPad? My Little Monster entonces, te encantará. Dejando a un lado lo corto de su planteamiento (podrían existir mejores opciones de personalización y control en las batallas) y su falta de opciones (no estaría mal un modo multijugador), lo cierto es que estamos ante una aplicación bien diseñada, muy barata (0,79€) y divertida. Y es que criar un lagarto gigante con aspiraciones destructoras siempre fue divertido.