Análisis de Laser Dance Robberies (iPhone)
Para conseguir sorprender, un juego de iPhone no tiene que tener unos gráficos espectalures ni tampoco inventar un uso novedoso de las funciones del dispositivo; basta simplemente con una buena idea que consiga mantenerte jugando durante horas: el mejor ejemplo de ello es Angry Birds.
Laser Dance Robberies presenta una propuesta sencilla y bien ejecutada. Sin embargo, como veremos, peca de ser demasiado simple. La historia es una excusa que esconde un sistema jugable interesante.
Controlamos a Oscar Shadow, un romántico y elegante ladrón de guante blanco que se propone robar todos los objetos valiosos que pueda. Para ello hará incursiones nocturnas en las salas de un museo de París.
En Laser Dance Robberies vemos la acción desde una perspectiva cenital y la pantalla, que muestra los pasillos del museo, se desplazarse automáticamente, haciendo avanzar el nivel. Podemos mover a Oscar tocando el lugar al que queremos que se desplace sobre la pantalla (lo hará rápidamente, como de un salto) o manteniendo el dedo en contacto con la pantalla, de tal forma que el personaje seguirá nuestros movimientos.
El objetivo es coleccionar los objetos de valor que vayan apareciendo en la sala y esquivar los lásers de seguridad del museo, que pueden ser móviles o estáticos. Estos lásers solo pueden esquivarse tocando sobre la pantalla (no manteniendo el dedo sobre ella) ya que Oscar los saltará sin peligro. En ningún caso podemos acabar en el borde de la pantalla o tocar un láser, ya que haremos sonar la alarma, perderemos la partida y tendremos que volver a empezar desde el principio.
Al tratarse de un juego cuyo mayor reto es superar la máxima puntuación, lo cierto es que no ofrece mucha variedad; tan solo se trata de intentar llegar un poco más lejos en cada partida. Sin embargo se aleja de otros conceptos similares, funcionales pero simples (como por ejemplo Canabalt) ya que Laser Dance Robberies no resulta tan sencillo como para obsesionarse con la puntuación ni tan profundo como para entretenerse con otras características secundarias. La puntuación final es una suma de los metros recorridos más el valor de los objetos recogidos.
Uno de los principales problemas del juego es que es difícil e injusto. Te obliga a tocar constantemente la pantalla y en distintos puntos, lo cual resulta molesto al restar visibilidad en un juego en el que tienes que prestar constante atención a los elementos de peligro que se generan aleatoriamente en el nivel. Más incómodo aún resulta el hecho de que el borde del nivel signifique perder la partida. Cualquier despiste o error de cálculo hacen que tengas que volver a empezar de cero. Hubiese estado bien que el personaje se quedase corriendo en el borde, avanzando a la vez que el nivel, y que la partida solo se terminase al disparar una alarma.
Al perder, no hay ni continuaciones ni puntos de guardado ni posibilidad de empezar desde la última fase. Vuelves al menú de inicio y tienes que empezar una partida desde el principio, lo que te obliga a pasar por los mismos niveles una y otra vez. Lo más probable es que juegues unas cuantas partidas antes de abandonarlo para siempre.
Sin embargo Laser Dance Robberies se controla excepcionalmente; sus problemas son más un error de concepto y estructura que de sistema jugable. El apartado gráfico es corriente y es cierto que no hay nada que destaque especialmente, pero en realidad todo está pensado para que el juego resulte fácil de entender. Lo mejor de todo es la música, que incluye versiones modernizadas de temas como la 5ª Sinfonía en C menor de Beethoven, que acompañan estupendamente a la acción de pantalla.
También incluye logros, compatibilidad con Game Center y la posibilidad de competir con otros jugadores, aunque desgraciadamente los textos no están traducidos al español.
Laser Dance Robberies ha sido creado por el equipo de desarrollo de Konami Paris y puede descargarse de la App Store por un precio de 79 céntimos.