Análisis de Fightback (iPhone)
La nostalgia siempre hace estragos. Como jugadores, solemos dejarnos llevar de manera notoria por el recuerdo y la experiencia de antaño en multitud de géneros, siendo los beat´em up, uno de esos tipos de juego los más añorados y recordados. En esta añoranza, entran varios factores, que van desde el abandono paulatino del género y el planteamiento jugable, a la entrada de otros ingredientes técnicos -como los motores tridimensionales, que llevaron a los también conocidos como brawlers a la aventura y la exploración-, pasando por la sempiterna morriña de ser uno de los géneros que más se prodigó en los salones de recreativos.
Sea como sea, siempre es un placer encontrarse con bienvenidos intentos de resurrección, homenajes o pequeños alegatos al género, que intenta abrirse un hueco de nuevo ahora que las plataformas y los ecosistemas jugables son mucho más flexibles, dinámicos y permeables. Uno de los intentos más logrados y notables, es el que hemos visto con Fightback.
De las manos de Ninja Theory -uno de los estudios más reputados actualmente, y responsables de juegos como el infravalorado remake de Devil May Cry o Heavenly Sword-, nos encontramos con este Fightback, un juego que recupera parte del encanto de la vieja escuela.
Calle tras calle, enemigo tras enemigo
Fightback gira alrededor del concepto más sencillo y antiguo de los videojuegos: la huida hacia adelante. En Fightback, unos villanos de tres al cuarto, secuestrarán a la hermana del protagonista, llevándosela a una localización tras otra mientras intentamos rescatarla batiéndonos y machacando a sus captores y guardianes. De esta manera, y como no podría ser de otra, lucharemos, edificio tras edificio, calle tras calle, contra las legiones de asesinos, psicópatas y bandas callejeras que se interponen entre la seguridad la chica y nosotros.
Como buen beat´em up tenemos todo un repertorio de puñetazos, patadas, golpes y combos a nuestra disposición, que podemos encadenar y realizar con solo deslizar nuestro dedo por la pantalla. La interfaz es muy cómoda, accesible y directa, con lo que se pueden realizar grandes combinaciones con solo danzar nuestros pulgares o índices por la superficie de la pantalla táctil. Los gestos, repetimos, son cómodos, así como intuitivos, y en apenas unos segundos estaremos zafándonos de los enemigos. Eso sí, en Fightback prima el estilo y el momento, con lo que debemos buscar y mostrar el tempo correcto en cada combate para deshacernos de los contrincantes, esquivando y golpeando según el instante. En función de nuestro éxito, y del movimiento final a la hora de eliminarlos, se nos otorgará una recompensa, con la que podemos desbloquear mejores combos, ítems, amas o tatuajes para personalizar a nuestro protagonista.
Cada enemigo tiene su propia rutina, y si bien al principio solo tendremos encontronazos con peones, en pocos minutos nos hallaremos delante de malhechores que hacen uso de porras, bates de béisbol, armas automáticas o cuchillos, siendo estas armas y objetos que podemos usar -por tiempo limitado- en nuestro propio beneficio si conseguimos derribarlos. Fightback es una app muy exigente y arcade, y no perdona en demasía nuestros errores. Un fallo, y estamos muertos. La app está planteada como un juego clásico de recreativa, con checkpoints, cuentas hacia atrás y muchos niveles por explorar. No abundan las partidas extras o las continuaciones, con lo que habrá que tener siempre un ojo en la salud de nuestro protagonista o en el equipamiento a usar.
Fightback se presenta como un juego free-to-play, al que podemos jugar de forma gratuita, aunque tenemos todo un entramado de compras, actualizaciones y paquetes que se pueden adquirir vía compras in-app. Para el jugador más ahorrativo y tranquilo, decir que hay recompensa por cada nivel, enemigo y objeto encontrado, que podemos invertir en armas -desde pistolas a escopetas, pasando por mini-guns, fusiles o bazucas explosivos-, chalecos antibalas o como decíamos más arriba, tatuajes -que nos potenciarán, dándonos más velocidad o resistencia-. En otras palabras: no hace falta comprar para ganar, lo que demuestra que Ninja Theory ha buscado balancear todo lo posible la jugabilidad del título sin que esta sea demasiado abrupta. Si por algún casual, nos quedamos atascados en un nivel o enemigo, siempre podemos tirar de compras in-app para lotes de oro y cash -monedas virtuales del juego-, y con ello, garantizarnos un porvenir sin demasiadas complicaciones.
Ninja Theory ha dividido el mundo del juego en edificios, calles y otras instalaciones por dificultad, para que sea el jugador el que decida controlar la experiencia en todo momento. Así pues, y controladas por bandas diferentes, tenemos un mapeado lleno de la flor y nata de las tribus urbanas propias de la década de los ochenta. Viajaremos -todo ello recreado en unas gloriosas tres dimensiones gracias al versátil motor Unity- por casinos, burdeles, edificios de oficinas y viviendas, azoteas y sórdidos callejones, todo ello iluminado por brillantes y exóticos carteles de neón. Nosotros hemos probado la app en las pantallas retina de varios dispositivos iOS -desde el iPhone 4S al iPad de segunda, tercera y quinta generación-, y lo cierto es que no hemos visto ni encontrado pega alguna. El sonido también hace acopio de melodías y efectos propios de los ochenta y noventa -tanto cinematográficamente hablando, como en lo propio a los videojuegos de la época-, recomendando encarecidamente su juego con auriculares. Fightback es compatible con Game Center en iOS, y tanto en Android como en el citado sistema operativo de Apple, soporta la sincronización con Facebook para recompensas exclusivas -y ránkings-.
Conclusiones finales
Fightback es una app que destila mimo y cuidado en varios de sus apartados. Tenemos una jugabilidad basada en gestos -que le sienta como un guante al género que intenta trasladar-, una ambientación soberbia -en parte gracias a un motor gráfico solvente, Unity- y una serie de detalles -como la música-, muy trabajados. Con Fightback tenemos juego para rato en nuestros móviles y tablets, y aunque es cierto que su planteamiento freemium no termina de convencernos en exceso -imaginad lo que habría sido este juego con un modo historia más trabajado y un modo multijugador en local-, la verdad es que se deja jugar y no interfiere demasiada en nuestro desarrollo. Con estas, Fightback se revela como un juego apto para los aficionados más nostálgicos y para todos aquellos usuarios que busquen entre la avalancha de títulos habituales en estas fechas, una opción con la que garantizarse unas cuantas horas de diversión.