Análisis de Angry Birds RIO (iPhone, PC)
Si existe un videojuego para dispositivos móviles que haya levantado pasiones es, con permiso del mítico Snake de los antiguos Nokia, Angry Birds. La fórmula creada por el estudio Rovio ha dado en el clavo, tanto con su simple concepto como en su puesta en escena, siendo el título más jugado de la App Store durante meses, así como el más vendido y el que más beneficios ha creado. Su perfecta jugabilidad, sumada a la simplicidad de su argumento y sus gráficos de lo más coloristas lo catapultaron al éxito en poco tiempo, y sus secuelas temáticas, Seasons y Halloween, se convirtió rápidamente en otro de los títulos más vendidos de la plataforma de descarga de Apple. Meses después, tras el lanzamiento del título en los demás sistemas, llega a iPhone Angry Birds Rio, que recoge el testigo del original y lo potencia para crear un juego mucho más asequible, colorido y, como no, desafiante.
La fórmula no ha cambiado en comparación con las anteriores entregas, lo que supone un éxito en cuanto a diversión; sin embargo, la desarrolladora ha creado una serie de niveles –así como unas breves escenas de trama- para dotarle al juego de más personalidad y evitar una sensación de monotonía muy habitual en las secuelas.
De hecho, uno de los cambios más notorios del juego es su ambientación, que cambia los escenarios originales por Rio de Janeiro, aprovechando de esta manera el lanzamiento de Rio, la película de animación de 20th Century Fox. Dicho cambio le viene al título como anillo al dedo, dándole al juego más carisma.
Así pues, nos encontramos con la misma esencia de siempre pero barnizada con el largometraje de animación. Volveremos a hacer uso del tirachinas gigante para hacer daño a nuestros objetivos… que esta vez no serán cerdos verdes que nos roban los huevos, sino que serán animales enjaulados los que tendremos que salvar. Si bien es cierto que hay algunas fases en las que tendremos que abatir monos e incluso enfrentarnos a algún que otro enemigo final, la esencia del juego es exactamente la misma, lanzarnos como si de un kamikaze se tratara para obtener el mayor número de puntos posible y superar el nivel.
Cada pájaro tendrá su propia habilidad, que tendremos que emplear con destreza para llegar a nuestros objetivos. Por ejemplo, utilizar el amarillo que se impulsa en el aire para atravesar maderas gruesas; el blanco que tira huevos como si de bombas se tratase para llegar a huecos inaccesibles, etcétera. En función de los movimientos que hagamos y de los pájaros que tengamos al terminar el nivel obtendremos una calificación u otra. El reto consiste en conseguir todos los niveles con tres estrellas, que no sólo será una tarea difícil incluso para el más experto, sino también desesperante para aquellos jugadores a quienes no les acompañe el don de la paciencia. La curva de jugabilidad se ha ajustado para que los nuevos jugadores no se sientan intimidados y vayan aprendiendo poco a poco a dominar el arte del lanzamiento del pájaro.
Por otra parte, la puesta en escena del juego se ha revisado para la ocasión. Las animaciones se han pulido y, en general, se ha hecho un pequeño lavado de cara a los pájaros y escenarios para darle al videojuego más dinamismo. A priori no parece gran cosa, pero si comparamos los títulos –o si tenemos el primero fresco- el cambio es evidente.
Angry Birds Rio supone la tercera inclusión de los divertidos pájaros en la App Store, y, como era de esperar, ya se ha convertido en el título más descargado del momento. La fantástica puesta en escena, su envidiable jugabilidad, los secretos por descubrir en cada nivel –hay frutas escondidas que nos darán más de un quebradero de cabeza- y su increíble rejugabilidad hacen de Angry Birds Rio un título indispensable no sólo para aquellos quienes ya disfrutaron del primero, sino para todos aquellos quienes quieran disfrutar de un título indispensable en su terminal Apple. Y por si todo esto fuera poco, cada mes se incluirán nuevos episodios con más niveles para disfrutar.